TECNICA Y FORMACIÓN EN ESPELEOLOGÍA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
ESCUELA ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Autores:
Cuenca Rodríguez, Jesús; Fernández Cainzos, José Carlos; González Ríos, Manuel J.; Larios Gómez,
Javier; López Molina, Miguel; Membrado Julián, José Luis; Ogando Lastra, Enrique; Palacios Pérez,
Sergio; Ramírez Trillo, Federico y Tellez Gottardi, Alejandro.
Corrección:
Mariano Martínez Tejeda
Diseño de portada y dibujos: Sebastián Aguilar Alcoholado.
(Salvo indicación expresa)
Espeluco es propiedad del autor
Versión CD ROM:
Documentos Digitales, c.b.
1 ª Edición 2000
Federación Española de Espeleología
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PRESENTACIÓN
Tenéis ante vuestros ojos el manual TÉCNICA Y FORMACIÓN EN ESPELEOLOGÍA,
editado por la Federación Española de Espeleología. Las razones de su edición en
versión CD ROM son varias: Por un lado se trata de un manual enfocado a la prepara-
ción técnica de nuestros deportistas. Se trata además de un manual extenso y de gran
volumen. Por otro lado, el factor tecnológico se va imponiendo más cada día. Esto no
indica que releguemos la tradicional publicación en papel a un segundo término, sino
que pretendemos hacer más sencilla su consulta, siempre enfocada a la preparación y
orientación de los técnicos deportivos en espeleología. De igual modo, seguiremos con
nuestra habitual línea editorial, que tratamos de aumentar poco a poco.
Quiero agradecer a todos los compañeros y compañeras que han colaborado en esta
publicación, su entrega desinteresada y su arduo trabajo de recopilación de datos, que
hacen de este manual un instrumento valioso para la preparación técnica de nuestros
deportistas. En fin, a todos aquellos que os acerquéis a las páginas de este manual,
gracias, porque con ello nos compensa el gran esfuerzo que tanto la FEE como los
diversos autores de los textos, fotografías y dibujos han realizado.
Confío en que este manual sirva de algún modo para elevar el nivel técnico de nuestro
deporte y por ende el de nuestros deportistas.
JUAN CARLOS LÓPEZ CASAS
PRESIDENTE DE LA FEE
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ÍNDICE
I. Técnicas de Progresión e Instalación
1. Técnicas de progresión horizontal
2. Técnicas de progresión vertical
3. Técnicas de instalación y equipamiento
4. Bibliografia
II. Prevención y Autosocorro
1. Introducción
2. Prevención de los accidentes
3. Accidentes más frecuentes
4. Conductas a seguir
5. Técnicas de autosocorro
6. Aviso de rescate. Espeleosocorro
7. Técnicas de fortuna
8. Bibliografía
III. Elementos básicos de Fisiología aplicados a la Espeleología
1. Fisiología del ejercicio, concepto
2. Anatomía de los sistemas que intervienen en el ejercicio
3. ¿Qué tipo de ejercicio es la Espeleología?
4. Elementos del perfil fisiológico
5. Bibliografía
IV. Elementos básicos de nutrición
1. Dieta Pre, Per y Postexploración
2. Metabolismo del agua
3. Bibliografía
V. El entrenamiento del espeleólogo
1. Entrenamiento adaptado a la Espeleología
2. Propuesta concreta de entrenamiento
3. Los estiramientos
4. Bibliografía
VI. Topografía
1. Definición y su aplicación a la Espeleología
2. Concepto de magnitudes y unidades
3. Concepto de medidas angulares
4. Conocimientos básicos de trigonometría
5. Concepto numérico de punto, línea, plano y volumen
6. Los instrumentos de medición
7. Metodología topográfica. Cuevas horizontales o verticales
8. La libreta de campo, su uso
9. El equipo de topógrafos, metodología de trabajo
10. Metodología de trabajo en el gabinete
11. Bibliografía
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VII. Cartografía y Orientación
1. Orientación
2. Cartografía
3. Bibliografía
VIII. Historia de la Espeleología
1. Precursores de la Espeleología
2. La Espeleología del siglo XX en España
3. La evolución histórica de la técnica
4. Bibliografía
IX. La Federación Española de Espeleología.
1. La Federación Española de Espeleología
2. Sus fines y competencias
3. Marco legislativo en que se mueve la FEE
4. Marco organizativo en que se mueve la FEE
5. Estructura de la FEE
6. Órganos de la FEE
7. El Régimen disciplinario
8. Régimen económico
9. La Escuela Española de Espeleología
10. Disolución de la FEE
11. Actividades de la FEE
12. Bibliografía
X. Geología
1. Conceptos básicos de Geología
2. Deformación de los materiales terrestres
3. El karst: procesos y formas
4. Bibliografía
XI. Bioespeleología y Conservación de Cavidades
1. Biología: generalidades
2. Historia de la Bioespeleología
3. Clasificación del Medio Subterráneo
4. Características del Medio Subterráneo
5. Fauna Cavernícola
6. Flora Cavernícola
7. Hongos y Bacterias
8. Los Murciélagos
9. Ecología
10. Conservación de Cavidades
11. Apéndice
12. Bibliografía
XII. Presencia humana en las Cavidades
1. El Medio Cavernícola, su utilización y aprovechamiento
2. Legislación aplicada al área
3. Deterioro y Conservación de los Yacimientos Cavernícolas
4. Bibliografía
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Enrique Ogando Lastra
(A partir de un texto de Rogelio Ferrer Martín)
Correcciones al texto: Arantza Mendioroz Astigarraga
Dibujos: Estibaliz Orella y Enrique Ogando
Fotografías: Sergio García Dils, Marta Candel,
Arantza Mendioroz, Estibaliz Orella y Enrique Ogando
Tratamiento de imágenes: Luis Miguel Casabona
y Enrique Ogando
TÉCNICAS DE
PROGRESIÓN E
INSTALACIÓN
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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. En el texto hemos diferenciado dos términos similares que conviene matizar:
Fijaciones: hemos nombrado así a los elementos como tacos autoperforantes, parabolts, químicos,
etc.
Anclajes: elementos para sujetarse a algún punto o conjunto de elementos que componen un punto
de sujeción a la roca (taco autoperforante, parabolt u otro, más tornillo o tuerca, placa y mosquetón).
1. TÉCNICAS DE PROGRESIÓN HORIZONTAL
1.1. PROGRESIÓN POR CAOS DE BLOQUES
Una de las dificultades más comunes que podemos encontrar durante la exploración en trayectos hori-
zontales es, sin duda, la presencia de bloques en el camino. Aunque no suele ser un obstáculo de difícil
superación, requiere atención cuando nos encontramos ante un gran cúmulo de éstos formando los deno-
minados "caos de bloques". La inestabilidad, los grandes huecos entre bloques, las aristas resbaladizas,
la deposición de guano o barro en su superficie o la pérdida de orientación ante un paisaje caótico y
sin referencias claras, exigen al espeleólogo tomar precauciones especiales a la hora de atravesarlos. El
primer espeleólogo que se encuentre con una de estas dificultades deberá marcar el itinerario a seguir
asegurándose de que es el más correcto y de que sus compañeros podrán orientarse sin problemas.
La referencia más común en este tipo de obstáculos será la propia pared de la cavidad y, si hemos de
"marcar" el itinerario, procuraremos que sea utilizando elementos de la propia cavidad como, por ejemplo,
hitos de piedra; si no utilizaremos pequeñas marcas reflectantes. Eliminaremos las marcas que puedan
confundir el recorrido.
Cuando progresemos por un caos de bloques con una saca a la espalda hemos de prestar mucha aten-
ción a los pequeños saltos y maniobras similares, ya que al ir cargados podemos desequilibrarnos fácil-
mente. En caso de necesidad, nos quitaremos la saca y se la pasaremos a un compañero y, ante la duda,
equiparemos con cuerdas los pasos más problemáticos.
1.2. PASOS ESTRECHOS
Dentro de este apartado podemos encontrar varios ejemplos: tubos a presión, gateras, laminadores y
huecos entre bloques. Tanto en unos casos como en otros, existen una serie de normas que se deberán
seguir. Se trata de valorar dos cuestiones: la primera, ver si el paso a superar es descendente o ascen-
dente y, la segunda, si estamos ante un paso conocido o no.
En el supuesto de que sea descendente y además, desconocido, procederemos a un sondeo antes de la
exploración. Introduciremos en primer lugar nuestras piernas, para ir poco a poco introduciendo el resto
del cuerpo; realizaremos esta maniobra sin brusquedades, memorizando la posición y, por supuesto,
con calma. Si por cualquier motivo sospechásemos que pudiera haber una dificultad añadida (pozo), nos
aseguraremos con una cuerda para solicitar, en caso de necesidad, ayuda a los que están por encima.
En el caso de que sea un paso descendente pero conocido por nosotros, lo sortearemos como más
cómodo nos resulte.
Los pasos ascendentes en zonas desconocidas plantean, en general, menos dificultades, al ser más fácil
retroceder en caso de encontrarnos con un obstáculo que nos impida el avance.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 1
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Para la progresión con sacas por pasos estrechos hemos de seguir algunas normas básicas. Por regla
general no introduciremos una saca delante de nosotros si el paso es desconocido. Una vez garantizado
el acceso por el paso estrecho, recuperaremos la saca tirando de ella directamente o mediante un cordino
o, mejor aún, con la ayuda de un compañero. Debemos dejar a mano las asas y las cintas para su recu-
peración. En caso de que una saca se quede irremediablemente atascada, intentaremos vaciarla para
desatascarla, con el riesgo de perder algo de su contenido.
1.3. GALERÍAS INUNDADAS
En la mayoría de los casos, las cavidades han sido formadas y actúan como colectores naturales del
agua y por tanto, es lógico encontrarla formando parte del paisaje subterráneo. Su presencia estimula y
recrea los ojos del espeleólogo, pero también es una de las principales causas de accidentes en nuestro
deporte: son las dos caras de la moneda. Ríos, cascadas, lagos, sifones y rápidos forman parte de una
exploración cargada de alicientes y, al mismo tiempo, pueden convertirse en un conjunto de problemas si
no actuamos con una técnica y equipamiento correctos.
Tipos de aguas
Clasificaremos la presencia de agua en cavidades en dos grupos, lagos y cursos activos.
Lagos. Son masas de agua en las que no se observa un movimiento aparente. En este tipo de aguas
valoraremos factores como la profundidad y longitud del lago, temperatura y claridad de las aguas, así
como la existencia de algún tipo de corriente interna y disposición de bloques o piedras cerca de la
superficie.
Cursos activos. Son las aguas que se encuentran en movimiento, como ríos, cascadas y lagos con
corrientes. En estos casos, además de tener en cuenta los factores del caso anterior, se ha de añadir
la velocidad y, por tanto, las turbulencias que se generan y producen succiones, desplazamientos y toda
una serie de efectos difíciles de calcular. En caso de progresión por zonas de aguas turbulentas o rápi-
dos, la utilización de una cuerda como seguro puede resultar muy peligrosa si somos arrastrados por la
corriente.
Crecidas. Se producen por causas meteorológicas y, por tanto, de manera relativamente previsible,
aunque existe la posibilidad de que nos sorprendan por errores de predicción, sobre todo en aquellas
zonas climatológicamente inestables. En el caso de sospechar que estamos ante una crecida debemos
confirmarlo observando los siguientes indicios: aumento de la cantidad de agua (en ocasiones, prece-
diendo o acompañando a la masa de agua se puede escuchar una detonación), aumento del rumor del
agua y del caudal, entrada de hojas y ramas, mayor turbidez y la sorpresa de encontrarnos agua por
donde antes no pasaba. Se debe evitar a toda costa subir pozos con cascadas fijas o intermitentes:
un litro de agua pesa un kilo, y en una crecida pueden caer muchos litros por segundo, lo cual hace
imposible la progresión y aún más un rescate. Si inevitablemente somos sorprendidos por una crecida no
debemos intentar salir a la desesperada: debemos buscar un sitio alto, valorar la situación y, si no nos
queda otra alternativa, esperar al descenso de las aguas. En estos casos deberemos economizar la luz
que tengamos para salir posteriormente de la cavidad.
Sifones. Los constituyen galerías totalmente inundadas en todo su recorrido o bien en algunas zonas,
de modo que para su exploración son necesarias las técnicas de espeleobuceo. Esta disciplina, muy
específica, que utiliza materiales del buceo adaptados al medio subterráneo, es la única que existe para
acceder a los sifones y está absolutamente desaconsejado hacer uso de la técnica de apnea para este
fin. El espeleobuceo exige un aprendizaje específico que escapa a los objetivos de este manual.
El material que debemos usar en cada situación dependerá del tipo de aguas en las que nos desenvol-
vamos.
Bote neumático. Lo podemos recomendar exclusivamente para lagos en los que no se haga pie y si hay
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 2
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que atravesar distancias grandes. Han de ser de doble cámara independiente. Hay que prestar especial
atención a las maniobras de embarco y desembarco y dejar que sea el remero quien controle la situación.
Llevaremos las sacas entre las piernas y atadas al bote. Debemos conocer las técnicas de natación y
asirnos a una saca que flote o equiparnos con un chaleco salvavidas.
Neopreno. Es, hoy por hoy, la mejor de las soluciones a la hora de progresar por el agua: su facilidad
de transporte y la rapidez y la seguridad que ofrece en cavidades con aguas de todo tipo, hacen de él
un elemento imprescindible y cómodo. Pese a que nos protege, en estancias prolongadas en aguas frías
podemos igualmente sufrir hipotermias. Por otra parte, debido al aislamiento que nos proporciona, su
utilización prolongada en galerías secas, puede producirnos una deshidratación. Su uso requiere conocer
las técnicas de natación y conviene ayudarse además, con sacas o botes estancos que floten.
Pontonière. La usaremos en galerías inundadas donde hagamos pie, evitando en todo momento que el
nivel del agua supere nuestro pecho. Procuraremos andar pegados a la pared para guardar el equilibrio
y ayudarnos de las presas durante la progresión.
Cagoule. Lo podemos utilizar como complemento de la pontonière, para progresar por zonas de goteo
intenso y cascadas.
Una vez analizados los diferentes tipos de aguas, así como la vestimenta más correcta, hemos de tener
en cuenta las siguientes consideraciones:
· Estancias prolongadas en aguas frías pueden provocar hipotermias (temperaturas entre
1,5º y 15º).
· El agua acelera el desgaste energético por contacto prolongado.
· El agua dificulta y ralentiza la exploración.
· En cavidades con cursos activos es necesario conocer la climatología y su funciona-
miento hídrico, así como la época más adecuada para su exploración.
· La instalación de la cavidad debe prever posibles crecidas y debe alejarnos siempre del
agua.
· Se deben formar equipos homogéneos.
· Se debe poseer una preparación física adecuada y mantener una alimentación energé-
tica a lo largo de la exploración.
· Debemos evitar, siempre que podamos, el contacto con el agua.
· No debemos entrar en aguas rápidas o estancadas con la saca a la espalda; la llevare-
mos de la mano para no condicionar nuestra flotabilidad y como medida de precaución
por si tenemos que soltarla.
· Utilizaremos sacas especiales con orificios de drenaje rápido o, si no, la invertiremos
dejando la boca hacia abajo, asegurándonos que tenga un nudo sólido que la cierre.
· Procuraremos introducir en la saca algo que le dé flotabilidad (bote estanco, bolsa
estanca); de esta forma evitaremos su hundimiento y nos podrá ayudar como flotador
adicional.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 3
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1.4. TÉCNICAS DE PROGRESIÓN LIBRE
Estas técnicas se utilizarán tanto para la progresión vertical como horizontal. Se caracterizan por la nece-
sidad de emplear todo nuestro cuerpo para ayudarnos a avanzar, cumpliendo siempre la regla de tener
tres puntos de apoyo. En ocasiones, si lo requiere la situación, debemos asegurarnos con cuerda.
Podemos distinguir tres tipos: técnica de oposición, técnica de empotramiento y presas.
1.4.1. Técnica de oposición
Se podrá hacer uso de ella cuando la galería se estreche lo suficiente como para permi-
tir que nuestras extremidades sobre las paredes presionen en sentidos opuestos. Éste
sería el caso de la técnica de oposición en «X». Para oposición en «L» actuaremos
utilizando el mismo principio pero apoyando nuestra espalda contra una pared y las dos
piernas contra la otra. En Espeleología es muy común el uso de esta técnica, sobre
todo en zonas como meandros, chimeneas y pequeños destrepes. En alguno de estos
lugares la progresión puede hacer recomendable el uso de una cuerda de seguro.
1.4.2. Técnica de empotramiento
Esta técnica se podrá practicar en aquellas fisuras, grietas, galerías estrechas o cual-
quier otro lugar en donde nos podamos empotrar y avanzar con seguridad. Piernas,
pies, brazos, manos e, incluso, todo nuestro cuerpo, pueden servirnos para este fin.
1.4.3. Presas
Técnica de oposición
En realidad, no podemos presentar este sistema como una técnica en sí misma, pues
en tal caso estaríamos hablando de escalada libre. Bajo este título pretendemos acon-
sejar al espeleólogo que haga uso de aquellas rugosidades y asideros que existan en la roca con el fin de
combinarlas con las técnicas descritas anteriormente. La escalada en libre en cavidades se realiza muy
puntualmente, combinada con la escalada artificial, si bien puede resultar arriesgada debido al escenario
en que nos encontramos.
En cuanto al transporte de la saca en estas situaciones, hemos de comentar la dificultad añadida que
supone el cargar con peso, gozar de menor libertad de movimientos y enfrentarnos a una posición ines-
table. Lo mejor será izarla con la ayuda de una cuerda auxiliar una vez terminada la escalada.
1.5. PASO DE HOMBROS
En progresión horizontal es bastante frecuente encontrar-
nos con resaltes o pequeños destrepes. El paso de hombros
es una maniobra que no precisa de material, puesto que nos
servimos de nuestro compañero para superar el resalte que
nos impide el avance. El método consiste en situar a nues-
tro compañero justo debajo del punto que creamos que nos
será más accesible e iniciar el ascenso apoyando el pie en
las zonas más resistentes del cuerpo (como son: rodillas,
hombros y parte superior de la espalda), evitando apoyar-
nos sobre huesos frágiles, o sea, la parte media del fémur,
Paso de hombros
la clavícula y el húmero.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 4
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2. TÉCNICAS DE PROGRESIÓN VERTICAL
2.1. PASO DE FRACCIONAMIENTOS COMPLICADOS
Bajo este título se pretende clasificar aquellos fraccionamientos «más complejos» que, por circunstancias
de la propia cavidad o de la instalación, pueden dificultar la progresión normal por cuerda.
2.1.1. Fraccionamientos con comba muy pequeña
Suelen ser, por lo general, muy incómodos de superar, sobre todo en la
bajada, ya que apenas hay cuerda para maniobrar, razón por la que este tipo
de situaciones deben evitarse realizando una correcta instalación. La técnica
a emplear para superar fraccionamientos de este tipo es la misma que la que
se usa para el paso de nudos.
Cuando lleguemos a un fraccionamiento en el que no haya apenas comba
suficiente para desmontar el descensor, nos aproximaremos al nudo del
fraccionamiento, dejando el margen necesario para abrir el descensor. Acto
seguido, situaremos el bloqueador de mano por encima del descensor a una
distancia mínima como para colgarnos de la cuerda por encima del bloquea-
dor con la baga corta y poder desmontar el descensor. Hecho esto y antes
de quitar el descensor, anclaremos la baga larga en el fraccionamiento. Para
todas estas maniobras, es necesaria la ayuda del pedal del bloqueador de
mano.
Para desmontar las bagas nos levantaremos sobre el bloqueador de mano
y quitaremos en primer lugar la baga corta, en segundo lugar la larga y, por
último, el bloqueador de mano.
Para la subida, y debido a la ausencia de comba, pasaremos en primer lugar
el bloqueador de mano y no el ventral como sería lo correcto, manteniéndo-
nos asegurados en todo momento por una baga al fraccionamiento.
2.1.2. Fraccionamientos en aéreo
Los podemos encontrar en el borde de una repisa o bien en un techo. La
característica común a este tipo de fraccionamientos es que la comba queda
en aéreo y en consecuencia no existe la posibilidad de apoyarnos en una
pared y evitar el balanceo. Los problemas aparecerán en la bajada; anclando
nuestro pedal en el mosquetón del fraccionamiento superaremos la dificultad
sin problemas.
En la subida, este tipo de fraccionamientos no plantean problemas de espe-
cial dificultad.
2.1.3. Péndulos
Cuando el fraccionamiento al que nos aproximamos no se encuentra en la
vertical del fraccionamiento anterior, sino que está desplazado, el espeleó-
logo se verá obligado a ejecutar diversas maniobras tanto en la subida como en la bajada.
En la bajada descenderemos dejando el fraccionamiento un poco por encima del descensor y nunca
agotaremos la comba, pues complicaríamos la maniobra. Tanto si se lleva descensor autobloqueante
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 5
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como si es simple, podremos utilizar opcionalmente la llave de bloqueo para evitar su deslizamiento.
Inmediatamente después, ayudándonos de nuestras manos o bien del bloqueador de mano, cogeremos
la cuerda sobrante de la comba y nos iremos acercando al fraccionamiento, calculando siempre que el
descensor quede a su altura. Hecho esto, anclaremos la baga corta al fraccionamiento y procedemos
como en un fraccionamiento normal.
Para la subida actuaremos de la manera habitual, anclándonos en primer lugar con una baga al frac-
cionamiento, pasando después el bloqueador ventral al otro tramo de cuerda y pasando por último el
bloqueador de mano. Ahora pasaremos toda la cuerda que podamos por los bloqueadores, evitando de
esta forma que, al quitar las bagas, quedemos en el fondo de la comba, con tensión en el tramo de cuerda
que sale del bloqueador ventral y va al fraccionamiento y un ángulo cerrado entre este tramo de cuerda y
el que tenemos por encima del bloqueador ventral. En el caso de que, aún después de haber recuperado
toda la cuerda, el ángulo fuese todavía muy cerrado, se recomienda que, hasta que el espeleólogo se
encuentre en la vertical, pase una pierna sobre la cuerda, la derecha o la izquierda dependiendo de
dónde se encuentre el fraccionamiento, para suavizar el ángulo de entrada de la misma en el bloqueador
ventral y ayudando así a que trabaje correctamente.
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2.2. PASO DE DESVIADORES
Como su propio nombre indica, sirven para desviar la cuerda de una trayectoria. En nuestro caso utiliza-
mos los desviadores con la intención de evitar un roce, para acercarnos a una galería o una pared o para
alejarnos de una cascada.
En la bajada, cuando estemos un poco por encima del desviador, nos limitaremos a abrir el mosquetón
del desviador, sacar la cuerda y volverla a introducir por encima del descensor, procurando no soltar la
desviación durante la maniobra.
En la subida actuaremos de igual manera, ascenderemos hasta la altura del desviador a ras del mos-
quetón e incluso forzando un poco su ascenso, lo abriremos, sacaremos la cuerda, subiremos un poco
y volveremos a introducir la cuerda en el mosquetón del desviador por debajo del bloqueador ventral,
procurando no soltar la desviación durante la maniobra.
2.3. PASO DE NUDOS
Encontraremos los inevitables nudos en la cuerda de progresión por la necesidad de empalmar varios
tramos para continuar una exploración o bien por deterioro de la cuerda.
En el descenso, bajaremos hasta que el nudo nos detenga en la polea superior del descensor.
Colocaremos los dos bloqueadores por encima del descensor y nos aseguraremos al nudo con la baga
corta. Desmontaremos el descensor y lo montaremos por debajo del nudo, lo más pegado posible a él,
bloqueándolo con la llave de seguridad. Seguidamente quitaremos la baga del nudo, nos superaremos
mediante el pedal y quitaremos el bloqueador ventral, suspendiéndonos ya del descensor. Por último,
desmontaremos el bloqueador de mano, desbloquearemos el descensor y continuaremos el descenso.
Deberemos tener siempre los bloqueadores lo más pegados posible al nudo.
Otra forma más sencilla será realizar los mismos pasos sin colocar el bloqueador ventral. Nos asegura-
remos con la baga larga al nudo, anclaremos directamente la baga corta en la cuerda, por encima del
bloqueador de mano, cuidando de no haberlo subido mucho, y realizaremos el resto de la maniobra.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 7
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Para la subida nos anclaremos con una baga en la gaza del nudo. Minimizaremos la distancia entre
bloqueadores, pasaremos el bloqueador de mano por encima del nudo, subiremos un poco hasta que el
bloqueador ventral casi pegue en el nudo, a continuación nos auparemos sobre el pedal y pasaremos el
bloqueador ventral. Finalmente sacaremos la baga y continuaremos el ascenso.
2.4. CAMBIO DE SENTIDO
Por cualquier motivo y durante nuestra
progresión por cuerda, nos podemos
ver obligados a cambiar de sentido.
De bajada a subida: bloqueamos el
descensor y colocamos el bloqueador
de mano en la cuerda, calculando que
podamos elevarnos al máximo a la
hora de auparnos. Una vez aupados,
colocamos el bloqueador ventral en la
cuerda entre el bloqueador de mano y
el descensor; después desmontamos
el descensor y comenzamos la ascen-
sión. No nos olvidaremos de la baga
de seguro del bloqueador de mano.
De subida a bajada: lo primero que
hacemos es montar el descensor por
debajo del bloqueador ventral, blo-
queándolo; acto seguido nos aupamos en el pedal del bloqueador de mano y desbloqueamos el bloquea-
dor ventral. En este momento estamos colgados del descensor, ahora podemos desmontar el bloqueador
de mano. Es importante tener en cuenta que la distancia entre el bloqueador ventral y el descensor ha de
ser mínima, ya que al desmontar el bloqueador ventral y quedar colgados del descensor, el bloqueador
de mano podría quedar demasiado alto o bien podríamos quedar colgados de la baga de seguro del
bloqueador de mano.
2.5. PASAMANOS
Este tipo de instalación se utiliza para progresar horizontalmente por una pared. Están compuestos por
distintos puntos de anclaje, unidos todos ellos por cuerda. Los podemos encontrar a lo largo de una
misma línea o escalonados. Las maniobras para progresar en ellos serán las siguientes:
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 8
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En la bajada: en el primer punto de anclaje del pasama-
nos, desmontamos el descensor como si estuviéramos en
un fraccionamiento. Una vez colgados del anclaje podemos
progresar por el pasamanos utilizando la baga de anclaje.
Los dos cabos de la baga de anclaje se irán alternando a lo
largo de los tramos comprendidos entre los diferentes ancla-
jes. Si, por las características del pasamanos, se necesitase
la ayuda de un bloqueador de mano para progresar, intro-
duciremos un mosquetón en los dos agujeros de su parte
superior; de esta forma conseguiremos que trabaje correc-
tamente. Para el anclaje al bloqueador se pueden utilizar
un par de mosquetones, encadenados a modo de baga de
seguro.
En la subida: desbloquearemos los aparatos, quedándonos colgados de una baga como si se tratara
de un fraccionamiento. Para la progresión por el pasamanos procederemos como se ha explicado en el
punto anterior.
* Atención
En todo momento estaremos anclados a la cuerda por una baga de anclaje, utilizando la otra para
realizar el cambio de un tramo a otro.
2.6. TELEFÉRICOS (PROGRESIÓN GUIADA)
Utilizaremos este tipo de instalaciones cuando nuestro objetivo sea lograr una impor-
tante desviación de la trayectoria vertical, como por ejemplo en lagos que queramos
evitar al final de un pozo o para acceder a galerías colgadas en un pozo. Los teleféri-
cos están constituidos por dos cuerdas: una es la cuerda de progresión (sin fraccio-
nar) y la otra es el teleférico en sí; esta segunda cuerda estará anclada y bajo tensión
entre el punto de partida y el de llegada.
Tanto en la subida como en la bajada, haremos el uso habitual de nuestros aparatos
y de la cuerda de progresión, con la única salvedad de anclar una baga en la cuerda
del teleférico; esto hará que nuestra progresión esté condicionada por la cuerda en
tensión. El ascenso por este tipo de instalaciones resulta algo más fatigoso que el
ascenso en condiciones normales.
2.7. TIROLINAS
Son instalaciones constituidas normalmente por una cuerda anclada por los extre-
mos. Los usos de las tirolinas son muy variados: desde evitar un lago o un pozo,
hasta utilizarla para transportar material en zonas difíciles...
La progresión por las tirolinas es completamente aérea. Avanzaremos preferentemente con un par de
mosquetones anclados directamente al maillón de cintura, aunque si tenemos una polea podremos usarla
para reducir el esfuerzo. Si la tirolina tiene inclinación, en el ascenso podremos usar el bloqueador de
mano bien como ayuda o bien para evitar el descenso. Esto lo haremos colocando el bloqueador en la
cuerda y anclándonos a los orificios superiores del bloqueador. Si usamos bloqueador de pie, el ascenso
resultará más fácil. Si no tenemos bloqueador de pie, podremos usar el descendedor a modo de bloquea-
dor, introduciendo la cuerda entre las dos poleas y usando el pedal anclado al descensor y desviándolo
con un mosquetón anclado al mosquetón de cintura para aprovechar el esfuerzo realizado al máximo. En
el descenso, si la tirolina tiene inclinación, actuaremos como en el caso anterior, con el descensor metido
entre las dos poleas. Nos anclaremos con una baga al descensor y nos colgaremos con un mosquetón
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 9
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de la cuerda. Para bajar actuaremos a modo de palanca sobre la parte superior del descensor.
2.8. DESCENSO POR CUERDAS MUY GRUESAS
Para descender por cuerdas de diámetro superior al normal se utiliza el descensor en forma
de «C».
Este método se basa en utilizar el descensor de manera que la cuerda entre (si somos dies-
tros) por la derecha en la polea inferior, suba hasta la superior directamente y salga por la
derecha de la polea superior del descensor, pudiendo utilizar mosquetón de freno o no. Si la
persona es zurda el sistema de montaje será a la inversa.
En tramos largos, la utilización de este método puede ser peligrosa, ya que a medida que
vamos descendiendo la cuerda pesa menos, lo que dificultará el frenado.
* Atención
Se debe señalar también que una tracción fuerte desde abajo o una rotura de un fraccionamiento
inferior puede romper el descensor, por lo que, si usamos este método, dejaremos un mínimo de dos
fraccionamientos entre espeleólogos.
2.9. TERCER BLOQUEADOR (SISTEMA DED ALTERNATIVO)
. El uso de bloqueador de mano y ventral para la progresión por cuerda, exige siempre la utilización de
una baga de seguro entre el bloqueador de mano y el arnés, en previsión de que falle el bloqueador
ventral (salida de la cuerda, deslizamiento etc.).
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 10
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El sistema DED alternativo (con tres bloqueadores) es una modalidad de ascenso por cuerda que tiene
como única diferencia respecto al sistema convencional la colocación de un tercer bloqueador en un pie,
que puede ser el derecho o el izquierdo, según preferencias. Algunas personas diestras lo colocan en
el pie derecho alegando que esa pierna es la más fuerte y otros en cambio lo utilizan en el izquierdo,
usando la derecha con el pedal para pequeños resaltes y como tracción principal, empezando a utilizar
la izquierda cuando el esfuerzo se lo exige. Las personas zurdas invierten estos términos. Algunos blo-
queadores incluyen la posibilidad de trabajar con ambos pies, gracias a una cinta accesoria que los une.
Este sistema facilita algunas maniobras (ascenso de pozos estrechos, paso de fraccionamientos etc.),
mejora el rendimiento y permite una alternancia de ritmos en los ascensos.
2.10. USO DE SEGURIDAD EN EL DESCENSO
Cuando no se utilizan descensores autobloqueantes el uso de aparatos de seguridad en el descenso
no está desaconsejado. Ahora bien, las maniobras con este tipo de descensores son más lentas y engo-
rrosas, y además, se hace uso de otro aparato más. Los fabricantes no recomiendan su utilización con
cuerdas de bajo diámetro.
El seguro irá siempre por encima del descensor y estará unido al maillón del arnés por la baga larga.
Durante el descenso lo llevaremos desbloqueado tirando de un pequeño cordino que pondremos al
efecto, o apretando el gatillo. En el supuesto de descenso incontrolado o de caída, hemos de soltar inme-
diatamente el cordino de desbloqueo y no asirnos al bloqueador.
Si llevamos un descensor autobloqueante no necesitamos ninguna seguridad adicional. Para ello debere-
mos utilizarlo correctamente y saber que un descensor autobloqueante no siempre frena (cuerda nueva,
fina o muy embarrada). Deberemos apretar siempre a fondo la palanca de freno en el descenso para
evitar deteriorar el aparato y la cuerda. En caso necesario realizaremos una llave de bloqueo para per-
manecer estáticos en un punto.
Los consejos que nos den, así como nuestra experiencia, nos harán inclinarnos por una u otra de las
anteriores opciones.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 11
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3. TÉCNICAS DE INSTALACIÓN Y EQUIPAMIENTO
Las técnicas de instalación son el conjunto de conocimientos y materiales que tienen por objeto llevar a
cabo un equipamiento rápido, cómodo y seguro para nosotros y nuestros compañeros.
3.1. PREPARACIÓN DE UNA EXPLORACIÓN
Antes y después de equipar una cavidad (tanto si es conocida como si no), hemos de llevar a cabo un
«ritual» tan detallado como aconseje la complejidad técnica de ésta.
Antes de la exploración, se deberá:
· Revisar minuciosamente la topografía y ficha técnica (si existen) de la cavidad.
· Buscar información acerca del funcionamiento hídrico, así como de las previsiones
meteorológicas a corto plazo.
· Revisar las cuerdas, observando el estado de la camisa (exterior) y comprobando la
continuidad del alma (interior) pasándola por los dedos.
· Colocar siempre e inexcusablemente nudos de final de cuerda en las cuerdas de instala-
ción, bien sean largas o pequeños trozos.
· Ordenar el material en función de la ficha técnica, numerando las sacas y detallando su
contenido.
· Si no conocemos la cavidad, deberemos mezclar tramos largos y cortos de cuerda, pero
sin deshacer las madejas, detallando el contenido de la saca.
· Revisar la bolsa de instalación: maza, burilador, tacos, uña de tracción, tubo para soplar,
etc.
· Preparar placas y mosquetones variados. Observar que los tornillos no estén deteriora-
dos y sean los adecuados (8.8 ó A2). En su caso, llevar tuercas para los parabolts (tam-
bién 8.8. o A2).
· Llevar dos llaves de instalación.
· Colocar los cordinos y cintas plegados y aparte de las cuerdas de progresión.
· Limpiar de restos de barro y engrasar los mosquetones, que serán preferiblemente con
seguro. En algunas instalaciones, por ejemplo desviadores, es conveniente la utilización
de mosquetones sin seguro.
Después de la exploración se deberá:
· Lavar las cuerdas con agua abundante y cepillo y si utilizamos la lavadora lo haremos en
frío y sin jabón.
· Secar las cuerdas, cordinos y cintas en lugar ventilado y a la sombra. No mezclarlas con
metales susceptibles de liberar óxidos ni con productos químicos.
· Lavar todo lo metálico con cepillo para arrancar el barro y el óxido, secándolo y engra-
sándolo.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 12
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· Revisar, una vez seco, los posibles desperfectos del material, desechando todo aquello
que ofrezca dudas.
3.2. FIJACIONES
Las fijaciones son aquellos elementos naturales o artificiales en los cuales fijaremos la cuerda a través
de elementos auxiliares (placas, mosquetones, etc.).
Podemos distinguir claramente dos grupos de fijaciones: los naturales y los artificiales.
3.2.1. Fijaciones o anclajes naturales
Los componen árboles, resaltes y puentes de roca,
fisuras, grietas, formaciones estalagmíticas, etc.; en
definitiva, todo aquello que pueda ser convertido en
un punto de fijación a través de cintas, cordinos,
etc.
Si están en un lugar adecuado y ofrecen solidez, su
uso se justifica por ahorrarnos tiempo y material.
Las precauciones a tener en cuenta son numero-
sas. En el caso de anclar por ejemplo a un árbol,
hemos de hacerlo lo más cerca posible del suelo
para evitar realizar palanca sobre el tronco y por
supuesto, vigilar que se trate de un árbol robusto y
sano. Para los puentes de roca, fisuras y salientes,
comprobaremos el estado de la roca y la posible existencia de fisuras. En el caso de las formaciones
estalagmíticas, hemos de asegurarnos que el asentamiento sea sólido (ausencia de barro o signos de
descomposición). El uso de este tipo de fijaciones es algo que se va aprendiendo con la experiencia y, si
dudamos, es preferible recurrir a las fijaciones artificiales.
3.2.2. Fijaciones artificiales
El abanico de posibilidades que hoy día existe en el mercado (tacos metálicos, químicos, clavijas, etc.),
hace prácticamente imposible que exista una situación en la que no podamos utilizar este tipo de fijacio-
nes.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 13
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3.2.3. Fijaciones especiales
Les damos este nombre no por la especificidad del tipo de fijación, sino por el tipo de material sobre el
que anclamos.
Cuando instalamos, lo hacemos en la gran mayoría de los casos sobre materiales carbonatados; sin
embargo, y aunque pocas veces nos encontremos en la situación, debemos conocer las particularidades
de la instalación en otro tipo de roca.
Yesos y sales: normalmente, en este tipo de materiales será necesario equipar con clavijas largas de
montaña, tipo universal, o bien con las utilizadas para escalada en hielo (huecas y macizas). Existen tam-
bién en el mercado tacos expansivos de doble cuerpo, parabolts y químicos, especiales para materiales
blandos, aunque no son efectivos al 100%. Para introducirlos es necesario usar taladro. Realizaremos
siempre anclajes dobles o triples si es necesario.
Los anclajes naturales son también un recurso en este tipo de roca: grandes bloques, puentes de roca,
formaciones etc.
Hielo: utilizaremos el material que existe en el mercado para hielo.
Roca volcánica: para instalar en este tipo de materiales utilizaremos las fijaciones normales.
3.2.4. Metodología en la instalación
Para equipar debemos tener en cuenta varias cuestiones:
·
Las rugosidades de la roca no deben formar palancas ni con la
placa ni con el mosquetón; el asentamiento debe ser correcto.
·
Se debe evitar siempre que el nudo roce.
·
En el caso de que se utilicen placas, éstas deben colocarse en
función del ángulo de tracción.
·
Se deben facilitar los accesos cómodos a la vertical, buscando
tramos aéreos con tiradas razonables, de entre 25 y 30 m.
·
Evitaremos las posibles caídas de piedras y agua limpiando pre-
viamente las cabeceras y equipando fuera del agua.
·
Si colocamos fijaciones cercanas, debemos guardar una distan-
cia entre ellas de 30 o 40 cm.
·
Al anclar con cintas o cordinos en cabeceras sobre un natural,
deberemos siempre reasegurar la cuerda sobre él.
3.3. FACTOR DE CAÍDA
De la claridad con que comprendamos este concepto así como de su adecuada aplicación, dependerá
en parte la seguridad de nuestras instalaciones.
El factor de caída se define como el valor que resulta de dividir la distancia de caída en caso de que falle
un anclaje por ejemplo, entre la longitud de la cuerda que detiene la caída.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 14
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Distancia caída
Fc =
Longitud de cuerda que absorbe el choque
Este valor teórico podrá variar entre 0 y 2.
Factor de caída 1
Cuando caemos desde la misma altura a la que se encuentra el anclaje y somos detenidos por él, esta-
mos produciendo una caída de factor 1.
* Atención
Las cuerdas semiestáticas de Espeleología pueden resistir un factor teórico máximo de caída de 1.
En ensayos de resistencia de cuerdas a choques en que la sujeción al punto de anclaje y al peso se
realiza mediante nudos, estas cuerdas pueden resistir varias caídas de factor 1. Sin embargo, en una
situación real en la que el espeleólogo sufre una caída de factor 1 sobre un bloqueador, éste provoca
daños en la cuerda:
Por tanto, se recomienda siempre que cualquier instalación tenga un factor de caída lo más cercano
posible a cero.
Factor de caída 2
Cuando la caída se produce desde una altura por encima del anclaje igual a la
longitud que la cuerda que nos une a él, la caída es de factor 2.
Un buen ejemplo para ilustrar este caso, sería el de un escalador que sale de una
reunión y cae sobre ella.
3.4. FUERZA DE FRENADO
Cuando se produce una caída, la energía cinética del individuo es absorbida de forma más o menos
traumática por todos los elementos que componen la instalación (cuerda, placas, mosquetones y masa
muscular y ósea del espeleólogo), transformándose en calor y deformaciones.
La fuerza choque o fuerza de frenado es la fuerza máxima que genera una masa en una caída cuando
es interceptada por un elemento de seguridad y se transmite a toda la cadena.
La fuerza de frenado variará dependiendo del tipo de cuerda; esto es, en una cuerda estática el valor
de la fuerza de frenado será grande, ya que se deforma menos que una cuerda dinámica y absorbe
menos energía que ésta, transmitiéndose más cantidad de energía al espeleólogo y provocándole, en
consecuencia, más lesiones y más esfuerzos al resto de la cadena.
Las cuerdas dinámicas, por su diseño y confección dan lugar a valores menores de la fuerza de frenado
ya que la absorción de energía es mucho mayor que en las semiestáticas.
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3.5. NUDOS
La importancia de este capítulo es enorme ya que al hacer un nudo la cuerda pierde resistencia en ese
punto.
Cuando estemos equipando y, por lo tanto, haciendo nudos, hemos de seguir los siguientes consejos:
· Utilizaremos solamente nudos que hayan sido sometidos a pruebas de ensayo, con
objeto de conocer su comportamiento a las tracciones y su resistencia residual, que es
la que le queda a la cuerda después de haber realizado el nudo.
· Los nudos deben confeccionarse correctamente, ya que si están mal construidos, incre-
mentan aún más la pérdida de resistencia que de por sí provoca el nudo.
· Equiparemos los nudos teniendo en cuenta la tracción principal a la que van a ser some-
tidos.
· Por regla general, las gazas de los nudos en los fraccionamientos serán pequeñas, lo
justo para que pase el mosquetón.
Los nudos más usuales para equipar en Espeleología son: el nueve, el ocho, el papillón, el as
de guía, el ballestrinque, el pescador doble y el nudo de cinta, incluyendo las variantes que existen sobre
algunos de ellos.
Un segundo grupo lo componen los nudos aplicados a las técnicas de fortuna, como son: Prussik y
Machard y el nudo dinámico, aplicable a sistemas de seguro, descenso, ascenso y tensado.
Nos centraremos principalmente en los nudos de instalación.
Nudo de nueve: es el que proporciona mayor resistencia residual (alrededor de un 70%). Consume un
10% más de cuerda que el nudo de ocho. Se utiliza básicamente en cabeceras de pozos y fraccionamien-
tos.
Nudo de ocho: es el nudo más utilizado. Su resistencia residual se encuentra entorno al 55% y su con-
fección es más fácil que la del nudo de nueve. Lo podemos usar para cabeceras de pozos, fraccionamien-
tos y como nudo de empalme si lo trenzamos con otra cuerda.
Asimismo el ocho de doble gaza resulta un nudo extremadamente útil cuando tenemos anclajes próxi-
mos.
Nueve
Ocho
Ocho doble gaza
Ocho triple
Nudo de ocho triple: será el nudo a utilizar en el empalme de cuerdas. Fácil de hacer y deshacer,
requiere poca cuerda para su confección y resiste más que el nudo de ocho. Se puede trenzar con
cuerdas de distinto diámetro (8-10 mm).
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Papillón: lo empleamos como nudo amortiguador entre dos puntos de anclaje; su función es la de absor-
ber parte de la energía que se produce en la caída, disminuyendo así la fuerza de frenado. Su resistencia
residual se encuentra entorno al 54 % y normalmente se usa en pasamanos.
As de guía o bulin (denominación derivada del inglés bowline): nudo clásico, existen al menos ocho
formas diferentes de confeccionarlo; pero ¡cuidado!, hay que conocer la forma en que debe trabajar. Su
resistencia residual es del 52%. Con gaza doble alcanza una resistencia del 53% y, al igual que el ocho
doble, se puede utilizar para equipar anclajes en "Y".
* Atención
El As de guía ha de ser siempre reasegurado haciendo un medio pescador sobre la gaza que forma.
Su utilización sin este reaseguro puede llegar a ser peligrosa, debido a que el nudo se puede deshacer
cuando no hay tensión sobre él. Además, si alguien se ancla sobre la gaza que forma, puede deshacer
el nudo, ya que no es su forma de trabajo. No se recomienda anclarse a la gaza aunque ésta esté
reasegurada.
As de guía
Papillón
Pescador doble
cinta
Ballestrinque
Final de cuerda
Nudo de pescador doble: lo utilizaremos para empalmar cuerdas. Su principal inconveniente es que una
vez apretado es difícil de deshacer. Su resistencia residual es del 56%.
Ballestrinque: es, sin duda, el más débil de todos los aquí expuestos, con una resistencia residual de en
torno al 50%.
Nudo de cinta: es el único nudo que admiten las cintas planas.
Nudo de final de cuerda: se han dado casos en que el nudo de final de cuerda se ha deshecho por el
simple movimiento de la cuerda.
. Durante la instalación tendremos un nudo simple de ocho bien apretado a unos dos metros del final de
la cuerda, que sirva de aviso y después, casi al final, un nudo de ocho también fuertemente apretado.
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Si la cuerda llega justa al fondo del pozo haremos un nudo simple de ocho o de nueve, fuertemente
apretado. Si sobra cuerda lógicamente haremos una madeja con ella.
. Los porcentajes de las resistencias residuales de las cuerdas reflejados anteriormente son aproxima-
dos y varían con cada tipo de cuerda y marca.
3.6. TRIANGULACIONES
El uso de dos o más anclajes para sostener una carga utilizando una misma cuerda, se conoce como
triangulación. Su utilización es claramente más ventajosa y segura que los anclajes simples y está espe-
cialmente indicada para aquellos casos en los que la fiabilidad de la roca ofrezca alguna duda.
Para equipar una triangulación podemos utilizar un anillo de cuerda o bien la misma cuerda de progresión
(nudo de ocho doble o as de guía doble).
3.7. CABECERAS DE POZOS
Deben ser instalaciones sólidas, con un mínimo de dos puntos de seguro: uno principal y uno segundo
de reaseguro. Para cualquier diámetro de cuerda se recomienda que la comba sea la mínima posible.
El segundo anclaje, por norma general, siempre estará por encima del primario: de esta forma asegura-
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remos un factor de caída mínimo en caso de que falle el anclaje principal. Si la
calidad de la roca es mala utilizaremos anclajes múltiples triangulados entre sí.
Siempre que queramos equipar un pozo hemos de observarlo previamente, a con-
tinuación limpiarlo de piedras, buscar el acceso más cómodo, equipar por donde
existan menos roces y por donde, a su vez, la verticalidad sea la mayor posible.
Además de lo anterior procuraremos realizar instalaciones alejadas del agua o de
posibles crecidas.
3.8. FRACCIONAMIENTOS
Cuando montemos un fraccionamiento elegiremos el tipo de placa adecuado, para evitar que tanto la
propia placa como el mosquetón puedan formar palanca sobre la pared. Es importante tener en cuenta
que una vez elegida la placa, ésta se debe orientar en el sentido de la tracción principal. La posición del
mosquetón será siempre con el dedo móvil hacia fuera, cuidando de que el seguro esté cerrado. Con
cuerdas de entre 8 y 9 mm utilizaremos nudos de nueve siempre bien construidos; con cuerdas de 9 ó
más milímetros utilizaremos nudo de ocho, a no ser que nuestras cuerdas sean muy antiguas. En los
fraccionamientos la gaza será la mínima posible. La comba que dejemos entre un fraccionamiento y otro
será la justa para bloquear el descensor (entre 1 y 1.5 m. aproximadamente).
Por regla general instalaremos una sola fijación, aunque, como es lógico, dependiendo del tipo de roca y
de su estado, en ocasiones usaremos anclajes dobles.
3.9. DESVIADORES
Los desviadores se utilizan para desviar la trayectoria de la cuerda, a fin de evitar un roce, caída de agua
o de piedras, etc. No se debe abusar de ellos en un mismo tramo de cuerda.
* Atención
La instalación de desviadores deberá prever lo que pueda ocurrir en caso de rotura del anclaje. Si esta
rotura no puede producir roces sobre la cuerda o son de muy escasa importancia, el desviador podrá
equiparse sobre una sola fijación. Si las consecuencias son de roce importante o angulación impor-
tante donde el espeleólogo puede golpearse contra la pared, deberemos equipar un doble anclaje
triangulado.
3.10. PÉNDULOS
De todas las maniobras de instalación, posiblemente sea la que requiera una mayor destreza. Esta téc-
nica se utiliza para acceder a galerías y repisas que quedan fuera de nuestra trayectoria vertical o para
evitar caídas de piedras o agua.
Comenzaremos la maniobra teniendo en cuenta los siguientes factores:
1. Valoraremos la distancia entre el lugar en el que estamos y el punto a donde queremos llegar,
para poder así calcular la intensidad del impulso.
2. A la hora de desplazarnos lateralmente, hemos de procurar situarnos por debajo del punto a
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 19
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donde queremos llegar, ya que en el movimiento de balanceo que realizaremos gana-
remos altura.
3. Intentaremos localizar un punto donde podamos asirnos, bien con nuestras manos,
bien con una uña de tracción o con cualquier objeto que sirva al efecto.
4. Se ha de tener cuidado con los intentos fallidos, pues podemos golpearnos contra
las paredes de forma descontrolada.
5. Iniciaremos el movimiento pendular impulsándonos contra una pared, ayudándonos
de un compañero que mueva la cuerda de progresión desde abajo o con nuestra saca.
6. A la hora de realizar un péndulo es importante analizar si durante la maniobra pode-
mos hacer que la cuerda roce contra la pared o algún saliente, lo que deberemos evitar
desviando la cuerda o montando un fraccionamiento accesorio.
7. Dependiendo de la magnitud del péndulo, equiparemos uno o dos anclajes en el
punto a donde nos hemos desplazado.
3.11. PASAMANOS
Por lo general, serán instalaciones de progresión más o menos horizontal. Debemos tener siempre dos
anclajes en cada extremo o bien uno en la zona en donde no estamos suspendidos de la cuerda y otro
donde ya empecemos a estarlo. Algunos ejemplos de utilización pueden ser: acceder a galerías colgadas,
a una vertical o evitar un lago al final de un pozo.
Para equipar un pasamanos, comenzaremos montando un doble anclaje. Si la instalación no es muy
aérea, utilizaremos el bloqueador de mano para asegurarnos a la cuerda cuando estemos instalando,
procurando que esté tenso en todo momento. Si la zona a equipar es en aéreo, podremos utilizar el
descensor. Mediante pequeños péndulos y ayudados de uñas, si el caso lo requiere, o desde el anclaje
anterior, instalaremos la siguiente fijación. Una vez montado, nos anclaremos a él con nuestra baga de
anclaje corta. Montaremos tenso nuestro bloqueador de mano sobre la cuerda, quitaremos el descensor
y anclaremos el nudo sobre el anclaje. Estos son los pasos a repetir para cada anclaje. Al final del pasa-
manos instalaremos también un doble anclaje.
La instalación de pasamanos requiere algunas precauciones:
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·
La instalación de las fijaciones se hará a una altura similar a la de las anteriores
y, si es posible, más baja. Si la siguiente fijación está sensiblemente más alta debere-
mos instalar dos fijaciones, anclando en Y.
·
La cuerda deberá estar tensa, de forma que en caso de rotura de un anclaje se
realice un movimiento pendular sin ninguna caída.
·
Se debe prever que, en caso de rotura, la cuerda no roce contra ninguna arista
cortante en el movimiento pendular. Si esto puede suceder, colocaremos un doble
anclaje.
3.12. TELEFÉRICOS (PROGRESIÓN GUIADA)
Si nuestro objetivo es conseguir un desplazamiento importante con respecto a la trayectoria vertical,
podemos recurrir a lo que conocemos como teleférico o progresión guiada. Consiste en equipar dos
cuerdas estáticas: una de ellas será de progresión y se equipará sin fraccionamientos y la segunda tendrá
el mismo punto de partida, pero no de llegada, ya que su otro extremo se anclará bajo tensión en el lugar
a donde pretendemos llegar. De esta forma descenderemos por la primera cuerda y la segunda servirá
de guía para llevarnos al lugar elegido.
La cuerda de progresión y la de separación se equiparán con dos anclajes en cabecera, que serán los
mismos para ambas. La de separación tendrá también dos anclajes en la base del pozo, donde haremos
el tensado. Aquí anclaremos también la cuerda de progresión para evitar que se vaya a la vertical.
La cuerda de desviación se tensará con un nudo dinámico bloqueado en los anclajes inferiores.
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3.13. TIROLINAS
. Los últimos ensayos realizados con tirolinas revelan que la cuerda de seguro resulta superflua. La
cuerda que usemos deberá ser de al menos, 9 mm y no estar expuesta a ningún roce o caída de
piedras. Los anclajes a cada lado de la tirolina serán triples y triangulados entre sí por cuerda de al
menos el mismo diámetro y características que la utilizada en la tirolina.
El tensado de la tirolina se realiza con un descensor autobloqueante que se bloquea tras haber tensado, o
bien con un nudo dinámico bloqueado tras la tensión. La unión de las triangulaciones se hará con nudo de
pescador o de ocho trenzado. Nunca se hará la triangulación con cintas debido a su limitada resistencia
y a que al ser planas pueden quedar entrelazadas y alguno de los anclajes puede trabajar más que otro.
Los mosquetones a utilizar tendrán homologación CE.
Si la utilización de la tirolina es para espeleosocorro, el diámetro de la cuerda será, como mínimo, de 10
mm.
3.14. TRAVESÍAS
En la actualidad existe un importante número de cavidades que, por sus características morfológicas,
permiten ser atravesadas total o parcialmente sin necesidad de retornar al punto de origen. Este tipo de
cavidades exige un planteamiento diferente de la instalación o equipamiento.
En primer lugar deben ser conocidas y, a ser posible, se debe disponer de la topografía y la ficha técnica;
deben estar instaladas para este tipo de actividad, esto es, anclajes dobles unidos entre sí por cadenas,
cordinos o cintas, con una argolla o maillón final por donde pasa la cuerda en doble sin que encuentre
obstáculos a la hora de deslizarse. Lógicamente tendremos que llevar una cuerda con algo más del doble
de la longitud del pozo mayor. Si éste es muy grande, se montarán reuniones a lo largo de él; es primor-
dial, además, llevar una cuerda de reserva por si la que usamos se queda enganchada y otra de menor
longitud para pozos menores con objeto de no andar manejando cuerdas muy largas.
El método a seguir es bien simple: pasamos un extremo de la cuerda por la argolla final del anclaje
hasta llegar al centro de la cuerda (debe estar marcado "nudo de ocho") y bloqueamos con el nudo y un
mosquetón a la argolla o maillón.
Una vez bloqueada la cuerda podemos descender normalmente. El último espeleólogo desmontará el
nudo, desviadores y los posibles fraccionamientos, descendiendo con un descensor para cuerda doble
o bien con uno normal (si es bloqueado desde abajo), prestando en este caso atención a colgarse de la
cuerda adecuada. Como precaución para evitar errores, el que bloquea desde abajo con un descensor
o un bloqueador, asegura el otro extremo de la cuerda con un nudo de ocho anclado a su maillón de
cintura con un mosquetón. Una vez abajo se quitan los posibles giros que tenga la cuerda y se tira de uno
de los extremos hasta su recuperación total.
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Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 23
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En el descenso no nos olvidaremos de los correspondientes nudos de final de cuerda y tampoco olvida-
remos deshacerlos al recuperar la cuerda.
Es aconsejable que el penúltimo espeleólogo que descienda compruebe si puede recuperar bien la
cuerda, para que el último corrija la instalación en caso de que la cuerda no corra bien. A la hora de
recuperar la cuerda y cuando preveamos que el final de la cuerda está a punto de pasar por la instala-
ción, debemos tirar suavemente para evitar que con un latigazo fuerte se pueda hacer un nudo que nos
bloquee la cuerda.
3.15. ESCALADA ARTIFICIAL
Esta técnica constituye en sí toda una disciplina deportiva, plagada de detalles técnicos y es necesaria
una profunda formación práctica para llevarla a cabo con seguridad. La intención de este manual es darla
a conocer como técnica útil y necesaria dentro de la exploración.
Haremos uso de esta técnica para acceder a lugares donde no puedan utilizarse otros métodos de pro-
gresión y descartaremos la práctica de la escalada libre, ya que nos encontramos con demasiados facto-
res desfavorables, como son la falta de luz, el barro, la humedad o el desconocimiento de la roca.
Esta técnica consiste en progresar por una pared montando fijaciones (en su mayor parte artificiales)
separadas entre sí por una distancia más o menos constante, dependiendo ésta de la altura del
escalador, del estado de la roca, de la verticalidad y de los medios para instalar (con burilador o con
taladro autónomo). Una vez instalada la fijación la equipamos con una placa, un mosquetón y/o cinta
exprés (dependiendo de los ángulos formados entre los anclajes de seguro, colocados a lo largo de
la escalada), colocando a continuación un estribo en el mosquetón del anclaje o en uno adicional
colocado para estas maniobras; a continuación, solicitamos cuerda y, con cuidado, nos aupamos
sobre los estribos. Cuando estemos a la altura del anclaje, pedimos cuerda de seguro y la pasamos
por el mosquetón. Hecho esto, tensamos un poco la cuerda de seguro, que nos ayudará a mantener
el equilibrio y a estar pegados a la pared. Para instalar el siguiente punto nos aupamos sobre el
primer peldaño del estribo, calculamos la distancia y el lugar donde vamos a montar la segunda fija-
ción y repetimos estas maniobras para todos los anclajes. La cuerda no debe pasar entre las piernas,
ya que en caso de caída provocará que caigamos de cabeza. En todo momento estaremos bajo la
vigilancia de nuestro compañero, que permanecerá atento a cualquiera de nuestras indicaciones.
Normalmente, los tramos a escalar en cuevas no son muy largos, por lo que con un sólo tramo
de cuerda suele ser suficiente. Cuando la escalada es más larga (dos tramos o más) es necesario
montar reuniones: éstas sirven como punto final de un tramo y comienzo del siguiente. En este
punto se instalan varios anclajes con objeto de reunir a los dos escaladores, recuperar el material
del primer tramo, descansar y turnarse. El trabajo que realiza el escalador que va de segundo con-
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 24
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siste en ir ascendiendo por los anclajes instalados por el primero, recuperar el material ayudándose de
sus estribos, al tiempo que es asegurado desde arriba por el primero. Otra técnica de ascenso para el
segundo y para el caso de escaladas largas, es la de montar una cuerda fija por la que el segundo subirá
con los bloqueadores, al tiempo que irá recuperando material.
Por supuesto, la cuerda deberá de ser dinámica.
4. BIBLIOGRAFÍA
Campagne éssais Spéléo Secour Français 1994 et 1997.
Catálogos publicitarios de diversas marcas comerciales.
GISBERT ROGER, L.: Diccionario de Técnica Espeleológica. Federació d'Espeleología de la Comuni-
tat Valenciana / Federación Española de Espeleología. Valencia 1998.
MARBACH, G.; ROCOURT, J. L.: Téchniques de la Spéléologie Alpine. TSA. Chorance (Francia)
1980.
Capítulo I : Técnicas de progresión e instalación - 25
I
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i
Miguel López Molina,
Sergio Palacios Pérez
y Alejandro Téllez Gottardi
PREVENCIÓN
Y AUTOSOCORRO
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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1. INTRODUCCIÓN
La Espeleología tiene una serie de riesgos potenciales. Estos riesgos son elementos intrínsecos a las cavi-
dades, están en el as y forman parte de las cavernas. Su superación exige una preparación, unas destrezas,
un material y un entendimiento específico, su conocimiento y aplicación servirá al espeleólogo para franquear
con éxito estos riesgos potenciales, o por el contrario, convertirlos en un peligro para su integridad.
El desconocimiento de las características del medio físico en que se desarrolla la cavidad aumenta el
riesgo potencial de accidentes, por lo que el espeleólogo además de conocer la técnica de la exploración
subterránea y poseer un equipamiento adecuado a la exploración que va a realizar, deberá también
conocer las características del medio en que va a desarrollar su actividad.
Los elementos de riesgo potencial podemos dividirlos en:
a) Materiales:
Rotura: - Por estar viejo o mal estado
- Ser inadecuado
- Mal uso
- Accidental
Mal empleo:
- Anclajes mal instalados
- Nudos mal hechos
- Aparatos mal colocados
b) Elemento humano:
Técnica:
- Desconocimiento o conocimiento deficiente de la técnica
Personales:
- Irritabilidad
- Inexperiencia
- Falta de Previsión (Inundaciones)
- Imprudencia
- Desmoralización
Entrenamiento:
- Grandes esfuerzos
- Excesiva demora
- Escasa o inadecuada alimentación
- Falta de entrenamiento
Grupo:
- Objetivos desproporcionados
- Choque de caracteres
- Desorganización
Capítulo 2 : Prevención y autosocorro - 1
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c) Medio físico:
- Bloques inestables
- Caída de piedras
- Roca disgregada
- Zonas resbaladizas
- Aguas muy frías
- Cascadas: continuas o intermitentes
- Rápidos de agua
- Zonas profundas
- Crecidas
- Cavidades laberínticas
- Pasos estrechos
- Meandros desfondados
- Verticales: grandes, pequeñas, resaltes
2. PREVENCIÓN DE LOS ACCIDENTES
2.1. REGLAS GENERALES
Para reducir los riesgos en una exploración deberemos de tener presente en todo momento las siguientes
precauciones:
Principios básicos
· Conocer las propias posibilidades físicas y técnicas y no infravalorar las dificultades que encon-
traremos en el mundo subterráneo.
· Tener una buena preparación física y una alimentación correcta es uno de los elementos más
importantes a la hora de prevenir los accidentes en Espeleología. Hay que tener siempre pre-
sente que un espeleólogo que realice una actividad mediana, consume diariamente de 5.000 a
6.000 calorías.
· Usar material homologado (C.E. ó U.I.A.A.) y tenerlo en buen estado.
· Conocer perfectamente la técnica necesaria que requiera la exploración que vamos a realizar
( ver Capítulo I).
· Conocer perfectamente las técnicas de autosocorro y fortuna (Apartados 5. Técnicas de autoso-
corro y 7. Técnicas de fortuna del presente capítulo).
· Saber ¿qué hacer? y ¿qué no hacer? en caso de accidente. Así como el procurar tener conoci-
mientos de primeros auxilios.
Para antes de la exploración
· Poner en conocimiento de los compañeros del club o familiares lo que pensamos hacer, situa-
ción, horarios, etc., para que en caso de necesidad puedan movilizar la ayuda necesaria.
· El realizar comidas equilibradas y adecuadas el día anterior a la exploración.
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· Realizar las recomendaciones específicas que se indican en el capítulo I en su apartado 3.1.
Preparación de una exploración.
Durante la exploración
· Hay que l evar el material personal adecuado y en buen estado: iluminación mixta, vestimenta
adecuada a la exploración a realizar, carburo de recambio, etc.
· Llevar siempre una manta reflexiva y ciertos elementos para primeros auxilios.
· Los equipos de exploración que se creen (se procurará que sean de un mínimo de tres perso-
nas) deberán de tener un nivel homogéneo. La progresión ha de realizarse siempre al ritmo del
menos fuerte.
· Comer poca cantidad pero con frecuencia y beber a menudo, si es posible bebidas isotónicas.
· Tomar una cantidad suficiente de glucosa.
· Es muy importante respetar el ciclo biológico, siempre que sea posible, del ritmo de comer y
dormir.
· Ante las dificultades técnicas que encontremos a lo largo de la exploración, aplicar las recomen-
daciones realizadas en el capítulo I.
2.2. EN LA EXPLORACIÓN DE CAVIDADES VERTICALES
Para la exploración en cavidades con desarrol os verticales, hay que tener presente en todo momento las
recomendaciones específicas realizadas en el capítulo I, especialmente lo referido en el apartado 3. Técnicas
de instalación y equipamiento, teniendo una especial precaución en los siguientes aspectos:
· Las fijaciones artificiales se colocarán perpendiculares a la pared y en roca adecuada.
* Atención: Colocación de las fijaciones artificiales:
¡NUNCA!, sobre: - Calcita
- Coladas estalagmíticas
- Placas de roca
¡NI TAMPOCO!, - Cerca de aristas
- Fisuras
- Ni a menos de 20 cm de otro anclaje artificial
· No apretar exageradamente los tornil os de las fijaciones artificiales, la sobretensión puede
romperlos.
· Vigilar que las placas y anil os trabajen correctamente, ya que pueden aflojarse en los fracciona-
mientos y tirolinas.
· Confirmar la existencia del NUDO DE FIN DE CUERDA.
Capítulo 2 : Prevención y autosocorro - 3
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· Utilizar un nudo adecuado en los anclajes: OCHO ó NUEVE.
· Evitar los rozamientos de la cuerda con las paredes realizando FRACCIONAMIENTOS.
· Utilizar la baga de anclaje para asegurar todas las maniobras que se realicen.
· Evitar el estar parados o circular inútilmente por debajo de la base de los pozos.
2.3. EN CAVIDADES ACTIVAS O POTENCIALMENTE ACTIVAS
La exploración de cavidades bien activas (con caudal hídrico) o en las que por sus características circunstan-
cialmente puedan actuar como tales, hay que realizarla teniendo presentes las recomendaciones realizadas
en el capítulo I, apartado 1.3. Galerías inundadas, teniendo una especial precaución en los siguientes
aspectos:
· Tener en cuenta la evolución del tiempo durante la salida proyectada. Si es preciso, pedir la
previsión del tiempo a la estación meteorológica más cercana o cerciorarse por los medios de
comunicación.
· Durante la progresión, localizar y tener en la memoria los lugares que no puedan ser afectados
por una crecida.
· Si la exploración de la cavidad ha de hacerse en varias veces, hay que dejar en estas zonas
pequeños depósitos de supervivencia (comida, carburo).
· Saber nadar es de importancia primordial.
· En caso de ser sorprendidos por una crecida, es mucho más seguro y práctico esperar que ésta
acabe, que no intentar salir cueste lo que cueste.
· Al primer indicio de crecida, hay que buscar los lugares más altos. Si nos sorprende subiendo un
pozo, hay que abandonar y descender lo más rápidamente posible. Si contrariamente faltando
pocos metros decidimos continuar, debemos hacerlo con precaución pues es posible que los
anclajes estén bajo el agua.
* Atención
Es absolutamente necesario mantenerse fuera del agua. Evitaremos mojarnos innecesariamente por
el potencial peligro de hipotermia.
2.4. SUPERACIÓN DE PASOS ESTRECHOS
Para superar estrecheces (ver capítulo I, apartado 1.2. Pasos estrechos) tendremos presente:
· Sacarnos el máximo de objetos y el barbuquejo del casco antes de pasar una estrechez.
· Nunca entraremos de cabeza en un paso estrecho de sentido descendente, si no tenemos la
seguridad de que en el otro extremo podemos dar la vuelta.
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·
El miembro del equipo que tenga más dificultad para superar un paso estrecho,
nunca será el último ni el primero, ya que en caso de quedar bloqueado podríamos
ayudarlo desde los dos extremos.
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Para superar estrecheces verticales o cabeceras de pozos muy estrechos, hemos de
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colocar el descensor en el mosquetón del cabo de anclaje, tal como indica la figura.
Si es necesario equiparemos el paso estrecho vertical con escalas.
2.5. SUPERACIÓN DE BLOQUES INESTABLES
Para superar bloques inestables (ver capítulo I, apartado 1.1. Progresión por caos de bloques) tendremos
presente:
· Limpiaremos al máximo antes de pasar.
· Pasaremos individualmente los sectores peligrosos.
· Procuraremos estabilizar y fijar los bloques.
2.6. PÉRDIDAS - EQUIVOCACIÓN DE ITINERARIO (INCIDENTES)
Las pérdidas o inmovilizaciones motivadas por extravío o por falta de luz, aunque generalmente no son
de consecuencias graves, pueden producir retrasos que ocasionan intranquilidad y un consumo de ener-
gías que puede llegar a agotar a los extraviados. Todo ello provocará la alarma en el exterior y con toda
probabilidad la intervención del equipo de búsqueda.
Como evitarlos:
· Utilizar una luz adecuada que permita hacer una perfecta composición del lugar. Las lámpa-
ras eléctricas aportan una luz puntual que permite ver el lugar al que la dirigimos, pero es
difícil con ellas captar los volúmenes y contornos en espacios amplios.
· Es preciso fijar los puntos de referencia en el recorrido de modo que puedan ser reconocidos
durante la salida.
· En sistemas laberínticos, caos de bloques, etc. es conveniente volverse para poder observar
el itinerario seguido y poder reconocerlo a la salida; la fisonomía de estos lugares cambia
mucho al variar el punto de vista.
· En caso de duda, retroceder, hasta el último punto recorrido y reiniciar desde él la búsqueda
del camino.
· No dejar flechas salvo que sea estrictamente necesario, colocándolas de manera que puedan
verse en el sentido de salida. Las señales dejadas con criterios particulares pueden crear
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confusión y llevar a equivocaciones en el itinerario correcto.
· Si se trata de una travesía, hemos de estar bien seguros de que estamos en el camino correcto
antes de recuperar la cuerda de rappel (ver capítulo I, apartado 3.14. Travesías).
3. ACCIDENTES MÁS FRECUENTES
3.1. TRAUMATISMOS
a) Por precipitación desde cierta altura
Para evitar estos accidentes seguiremos las siguientes normas:
· Uso de iluminación adecuada y suficiente.
· Llevar la cabeza protegida con casco.
· Atención a los anclajes y cuerdas usadas en las verticales. Extremar las precauciones con el
uso del material técnico.
· Comprobar la consistencia del suelo. Atención a los suelos concrecionados y a las superficies
resbaladizas.
· Cuidado extremo durante el desplazamiento en caos de bloques inestables.
· Hacer siempre un nudo al final de la cuerda. Los lazos para anclajes deben ser de diferente
aspecto a la cuerda de progresión o guardarse en sacas distintas o ir anudados juntos, a fin
de no confundirlos con los extremos de una cuerda de progresión.
b) Por caídas de piedras
Es siempre un riesgo en zonas verticales. Una piedra aunque sea de pequeño tamaño si cae de cierta
altura puede chocar con gran energía llegando a producir traumatismos muy graves.
· Es necesario limpiar las repisas y rellanos antes de descender los pozos. Atención a los
materiales dejados en la cabecera.
· Prever una instalación que evite en lo posible los riesgos en caso de caída de piedras.
· Atención a las sacas que cuelgan, evitar que se enganchen.
3.2. QUEMADURAS
Pueden ser por fricción (al rapelar sin guantes) o por llama del carburo. El carburo también puede causar
quemaduras químicas. Hay casos bien documentados de quemaduras cuando se ha utilizado el polvo de
carburo para "secarse" las manos.
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3.3. AHOGAMIENTOS Y CASI AHOGAMIENTOS
Entre el 10 y el 12% de las víctimas de ahogamiento no aspiran realmente agua. En su lugar, mueren
realmente por asfixia aguda mientras están sumergidas, debido tal vez a laringoespasmo o apnea.
El agua fría en extremo, como es el agua de muchas cavidades de los Pirineos, Picos de Europa, etc.
produce rápidamente una hipotermia corporal total, que disminuye el consumo de oxígeno y por ello
prolonga el tiempo que se puede tolerar la falta de oxígeno. Aunque algunas personas no pueden ser
reanimadas hasta un estado normal incluso después de una sumersión breve, otras han recuperado la
función cerebral normal después de inmersiones de hasta 40 minutos en agua extremadamente fría. Por
ello se debe evaluar cada víctima de forma individual.
Conducta a seguir: Se debe retirar a la víctima del agua de inmediato y aplicar reanimación cardiopul-
monar básica (ver el manual titulado "Descenso Deportivo de Cañones" de la Federación Española de
Espeleología). Se ha comprobado que la ventilación boca a boca y boca a nariz son las más efectivas en
estas situaciones. Si no es factible retirar a la víctima del agua de inmediato, debe comenzarse la ventila-
ción boca a boca tan pronto como el reanimador rescata a la víctima. Algunas víctimas que no respiran,
todavía tienen actividad cardiaca efectiva y, por ende, el restablecimiento de la ventilación mejorará la
oxigenación del corazón.
Si la víctima no ha aspirado agua y se establecen ventilación y circulación efectivas antes que ocurran
cambios circulatorios y neurológicos permanentes, el pronóstico es excelente. Estas víctimas, con fre-
cuencia, recuperan la conciencia en el lugar del accidente. Aunque pueden estar somnolientos, aturdidos
o letárgicos, estos síntomas suelen desaparecer rápidamente y no suelen requerir otro tratamiento.
Incluso, si ha aspirado agua, es más importante iniciar de inmediato la ventilación artificial efectiva que
intentar drenar líquido de los pulmones, en particular porque la cantidad de agua aspirada no suele ser
muy grande y el agua dulce se absorbe en los pulmones en 5 minutos.
3.4. SÍNDROME DE AGOTAMIENTO HIPOTERMIA
EL AGOTAMIENTO es un accidente muy frecuente y exclusivo de situaciones que se desarrollan en
un medio muy adverso como la alta montaña, grandes travesías o el medio subterráneo. Suele afectar
a deportistas poco expertos que no perciben a tiempo el límite de sus posibilidades, llegando en un
momento determinado a serles imposible realizar cualquier tipo de esfuerzo. Una vez obligados a dete-
nerse sobreviene rápidamente una HIPOTERMIA (incluso en cavidades no muy frías) favorecida por
la alta humedad del ambiente y las pocas reservas energéticas del accidentado. La hipotermia no se
presenta sin un traumatismo o un agotamiento previos, por lo que no debería ser considerada de forma
aislada.
Factores provocadores:
· Agresión del medio.
· Técnicas agotadoras actuales.
· Falta de entrenamiento y dieta inadaptada.
· Factores psicológicos: no administrar el esfuerzo, no reposar a tiempo, claustrofobia, choque
psicoafectivo.
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Consecuencias:
· Siempre se acompaña de hipotermia.
· Hipoglucemia.
· Deshidratación con pérdida de sodio.
Diagnóstico:
· Hipotensión: Se nota porque el afectado tiene taquicardia que no cede con el reposo.
· Hipotermia (Temperatura bucal): 34 - 35º leve, 28 - 33º moderada, <28º grave.
Tratamiento:
· Recalentar (tienda con manta térmica y casco dentro, etc.).
· Reposo (intentar que siga avanzando es peligroso) y aislamiento del suelo (evitar pérdidas
de calor).
· Rehidratar (sal y azúcar y alimentos).
· Acompañarlo y estimularlo psicológicamente.
3.5. PATOLOGÍA DEL ARNÉS
Cualquier motivo que provoque que un espeleólogo quede suspendido, inerte, del arnés durante varios
minutos puede provocar la aparición del llamado "Síndrome del arnés" cuya evolución en pocos minutos
puede conducir a la muerte.
No hay indicios premonitorios claros de aparición de síntomas graves; una vez que aparecen la víctima
puede empeorar rápidamente. Como conclusión diremos que todo espeleólogo suspendido sin movi-
miento debe ser inmediatamente descolgado.
Factores provocadores, donde debemos extremar las precauciones (no remontar o descender una
cuerda o pasamanos sin estar a la vista de un compañero):
· Pozos estrechos y sucesivos.
· Al regreso (factor fatiga).
Se produce una pérdida de volumen sanguíneo por estancamiento en los cuatro miembros (la sangre
llega pero no vuelve) lo que provoca una taquicardia reactiva con hipertensión extrema que puede llevar
a la muerte o al fracaso renal agudo. Pero al descolgarlo no pasa el peligro, ya que al soltar el arnés, la
vuelta brutal de sangre sobrecarga el corazón pudiendo dar lugar a un fallo cardíaco.
Factores que agravan el cuadro: La pérdida de conocimiento en la cuerda desencadena el cuadro en
pocos minutos. El frío agrava la evolución tras soltarlo de la cuerda.
Actuación: Descolgarlo rápidamente. Al llegar al suelo colocarlo suavemente en posición fetal, lo que
impide una llegada masiva de sangre al corazón derecho. Se deben administrar sueros y medicamentos
lo antes posible (avisar a los equipos de rescate).
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4. CONDUCTAS A SEGUIR
4.1. BLOQUEADOS EN LA CAVIDAD - INCIDENTE
Diversas circunstancias nos pueden obligar a quedarnos en una cavidad durante un tiempo indeterminado:
crecidas, pérdidas, agotamiento, etc. Estas circunstancias en las que no hay ningún espeleólogo lesionado
constituyen un INCIDENTE, ciertamente molesto, pero si sabemos mantener la calma y realizar un análisis
frío de la situación evitaremos que este incidente se convierta en un ACCIDENTE.
Es primordial encontrar una POSICIÓN DE ESPERA CONFORTABLE, esto es:
· Aislarnos todo lo que sea posible, de las corrientes de aire, de
la humedad y del ruido. Procuraremos instalarnos, si las hay, en las
galerías fósiles.
· Aislarnos del suelo y de las paredes: utilizaremos las cuerdas,
sacas de material, etc.
· Protegernos la cabeza.
· Ponernos la ropa de abrigo que tengamos sin pasar los brazos
por las mangas, poniendo éstos doblados contra el cuerpo.
· Utilizar la manta térmica para envolvernos, colocando en el inte-
rior el carburero y el casco encendido, y airearnos de vez en cuando
para evitar la condensación. En caso de utilizar la manta térmica es
importante sacarse toda la ropa que no transpira: buzo de plástico,
pontonier, etc.
· Juntarse todos entre sí para darse calor.
· Si estamos en una cornisa, boca de pozo, etc. hay que asegu-
rarse para no caerse en caso de quedarse dormido.
· Periódicamente hay que moverse para que las extremidades no se duerman y se nos pro-
duzca hormigueo.
· Ahorrar al máximo la comida y la iluminación.
· Beber, si es posible caliente y azucarado, o salado y orinar.
* Atención
Hay que llevar siempre una manta térmica, un pequeño hornillo y un recipiente para calentar líquidos.
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4.2. MEDIDAS A TOMAR EN CASO DE ACCIDENTE
En caso de accidente se tomarán las siguientes determinaciones:
Alejar al herido del peligro, especialmente:
- Si está en la cuerda desbloquearlo, bien hacia arriba o hacia abajo, según lo aconsejen las
circunstancias.
- Si está en el agua, sacarlo con rapidez.
- Si está dañado por piedras o bloques, sacarlos con cuidado.
Una vez fuera de peligro (momentáneo) seguir las siguientes pautas:
¿Qué hacer?
Acostarle lo más aislado posible del suelo.
Ponerle ropa seca, si se tiene.
Envolverlo en una manta térmica.
Darle líquidos calientes, a ser posible dulces y azucarados.
Darle frutos secos, queso, jamón, etc.
Practicar los primeros auxilios, si se conocen.
¿Qué no hacer?
Obligarle a continuar.
Darle alcohol o cualquier tipo de barbitúrico.
Ignorar las señales de alerta.
Continuar sin prestarle ayuda.
Dejarle colgado.
Moverle innecesariamente.
Dejarle solo (salvo ser dos exploradores).
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5. TÉCNICAS DE AUTOSOCORRO
5.1. APROXIMACIÓN A UN HERIDO SUSPENDIDO EN LA CUERDA
Para poder atender a un accidentado que se encuentra suspendido en la cuerda de progresión, lo primero
que se deberá de hacer es l egar hasta su altura. Para el o, dependiendo de nuestra posición en la cavidad,
deberemos ascender si nos encontramos en la base del pozo o descender en caso contrario por la misma
cuerda.
5.1.1. Aproximación desde arriba
Para descender hasta el herido y dado que la cuerda se encuentra en tensión por el peso del accidentado,
no podremos montar la misma en nuestro descensor de la forma habitual, por lo que se deberá seguir los
siguientes pasos:
1º. Asegurarse al fraccionamiento del que pende el acciden-
tado, procediendo a instalar nuestro descensor haciendo
pasar la cuerda de progresión entre las dos poleas del
mismo.
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2º. Pasar un mosquetón de freno desde el descensor auto-
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bloqueante a la cuerda por debajo (arriba, si éste es simple).
Después colocamos la baga de anclaje corta entre el mos-
quetón y el descensor (en él mismo, si es simple) Para una
mayor seguridad en esta maniobra, la realizaremos sin des-
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anclarnos del fraccionamiento hasta comprobar que no nos
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deslizamos por la cuerda involuntariamente.
3º. Una vez comprobado el correcto funcionamiento, podre-
mos descender presionando la parte superior del descen-
sor, hasta l egar al herido. Es aconsejable realizar este tipo
de descenso asegurado a un Shunt o un nudo Bloqueador,
ya que en caso de que la cuerda deje de tener tensión, evi-
tará nuestra caída.
Existen otras formas de descender por una cuerda en tensión, usando los bloqueadores de ascenso (aflo-
jando y descendiendo alternativamente el bloqueador de mano y el ventral) método muy útil para descensos
de muy corto recorrido) o usando el nudo Valdotine.
5.1.2. Aproximación desde abajo
Para ascender por la misma cuerda en la que se encuentra el accidentado, se utilizará la técnica habitual.
Se evitará en lo posible movimientos de péndulo que puedan hacer chocar al herido con las paredes. Si es
posible, se aconseja desmontar las reinstalaciones.
5.2. TIPOS DE DESBLOQUEOS
5.2.1. Desbloqueo desde encima del herido
Una vez l egado al herido y si está colgado de sus bloqueadores:
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1º. Colocar nuestros bloqueadores desmontando nuestro descensor.
2º. Instalamos la cuerda en el descensor del herido y lo bloqueamos.
3º. Desbloquear el bloqueador ventral del herido. Para realizar esta maniobra es necesario descargar
el peso del herido del bloqueador ventral. Para el o se colocará en el bloqueador de mano del herido
una polea o mosquetón por los que se pasará un cordino, el cual ha sido anclado en uno de sus
extremos al delta del herido y el otro extremo nos lo colocamos en nuestro bloqueador ventral. Con
esta maniobra se consigue que suspendidos del bloqueador de mano del accidentado, al estar en
contrapeso, nos sea más fácil elevar al accidentado hasta poder sacar su bloqueador ventral.
4º. Se realizará la tracción contraria para dejar al herido colgado de su descensor. Nosotros nos
colgaremos del herido con nuestra baga corta lo más cerca posible, desmontaremos todo el material
utilizado para la maniobra de desbloqueo, y descenderemos quitando la l ave de bloqueo de su
descensor.
5.2.2. Desbloqueo desde abajo del herido
Es la misma maniobra que la anterior, pero se puede realizar desde abajo del herido.
5.2.3. Método directo
Se trata de coger al herido como si este fuera un petate y subir hasta que quede colgado de nosotros y
podamos desbloquear sus aparatos. Seguidamente colocamos nuestro descensor y lo bloqueamos, abrimos
el bloqueador ventral, cambiamos nuestro peso al descensor y continuamos descendiendo. Es un método
más arcaico, pero más rápido y simple.
Si con este método no se logra desbloquear al accidentado en un par de intentos, es conveniente utilizar el
método de contrapeso.
En el caso que herido este bloqueado por su descendedor, bien sea del tipo Stop o por un Shunt, una vez
hayamos l egado al herido, nos colgamos de su descendedor con nuestra baga de anclaje corta y continua-
mos el descenso una vez desbloqueados los aparatos del herido.
5.3. REMONTAR A UN COMPAÑERO
Únicamente es recomendable usar esta técnica, cuando el herido se encuentre próximo a la cabecera del
pozo.
Una vez l egado al herido:
1º. Nos colocamos por encima del accidentado.
2º. Se instala una polea o un mosquetón en el bloqueador de mano del herido por donde pasaremos
un cordino o la punta de la cuerda y la anclaremos al bloqueador ventral del herido por el orificio
superior.
3º. Subiremos por la cuerda de progresión lo que permita la cuerda o el cordino que ha sido anclado
a su bloqueado ventral. Pasaremos al otro lado del contrapeso y tiraremos del accidentado hacia
nosotros. Cuando se agote el contrapeso, se pasará otra vez a la cuerda de progresión y se repetirá
la operación.
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Hay que tener presente:
· Al realizar los contrapesos y con el fin de evitar rozamientos que nos supondrá siempre un mayor
esfuerzo, es conveniente utilizar una polea o en su defecto un mosquetón con seguro.
· Todas las maniobras descritas, se han de realizar sin movimientos bruscos, tanto por estar dos
personas suspendidas del mismo anclaje, como para evitarle sufrimientos al accidentado.
6. AVISO DE RESCATE. ESPELEOSOCORRO
Es necesario que si se ha de pedir ayuda al exterior en caso de accidente o incidente, el compañero que de
la alerta sepa los datos que le van pedir desde cualquier central de alarma, dichos datos son:
a) Datos personales: Nombre de quien l ama, lugar de la l amada y teléfono de contacto, datos del
accidentado (nombre, edad, si está federado, club al que pertenece), fecha y hora de la entrada a la
cueva, tipo de exploración.
b) Datos de la cavidad: Lugar del accidente (provincia, población), nombre de la cueva, profundi-
dad, recorrido de la cavidad, pasos estrechos, sifones, tiempo hasta el accidentado, tipo de instala-
ción, crecidas, ríos, tiempo de aproximación desde los vehículos a la boca de la cavidad.
c) Datos del accidente: Fecha y hora del accidente, estado del accidentado.
Esta información facilitará la actuación de los grupos de rescate.
7. TÉCNICAS DE FORTUNA
Vamos a tratar de indicar las diversas técnicas que nos permitirán salir de una cavidad equipada con técnica
alpina, cuando por causas imprevistas nos falta alguno de los elementos del equipo individual.
Ante todo, estas "Técnicas de Fortuna" se utilizarán exclusivamente ante una eventualidad real o en
simulacros, no debiendo ser utilizadas para continuar o iniciar una exploración.
Arnés de cintura: Es posible su sustitución por un simple cordino o trozo de cuerda de la instalación,
formando un bucle cerrado mediante un nudo y colocándolo en la cintura.
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Arnés de pecho: Se le puede dar una solución similar a la anteriormente expuesta.
Delta: Se puede sustituir el mail ón "delta" por un mosquetón con seguro.
Bloqueador de mano: Su sustitución es posible mediante la utilización de los l amados "nudos
autobloqueantes".
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P U
R S
U S
S I
S K
I S
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Estos nudos solamente pueden ser desplazados por la cuerda una vez aflojados y descargados de peso.
Por ser el más fácil de aflojar, el machard con mosquetón es el que os recomendamos (siempre y cuando
tengamos un mosquetón de más para el o).
Bloqueador ventral: Caso de que la pieza a sustituir fuese el bloqueador ventral, por seguridad y comodidad
procederíamos a instalar en su lugar el bloqueador de mano y sustituir éste por cualquiera de los nudos
anteriormente comentados.
En el caso de faltar ambas piezas, en sustitución del bloqueador ventral utilizaremos el nudo autobloqueante
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con mosquetón que dibujamos a continuación, que aunque engorroso en su manejo nos ofrece una mayor
seguridad, dado que trabajamos directamente sobre la cuerda de progresión, no siendo preciso utilizar un
cordino de menor diámetro.
Descensor: Es sustituible por un mosquetón, preferiblemente de acero y con seguro, sobre el que haremos
un nudo Italiano o Dinámico, teniendo muy en cuenta que el cabo de cuerda que sale del mosquetón y que
nos servirá para regular la velocidad de descenso, no roce con la rosca del seguro por el riesgo que puede
entrañar; se pueden utilizar también para el descenso, placas de frenado.
Bagas de anclaje: En su defecto se pueden utilizar para una mayor seguridad en las maniobras
de fraccionamiento, dos, tres o cuatro mosquetones que partiendo de nuestro delta nos aseguren al
fraccionamiento, pasamanos, tirolina.
8. BIBLIOGRAFÍA
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central de publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria 1995.
DULANTO ZABALA, D.: Protocolos de la Comisión Médica de la F.E.E., 1994.
DULANTO ZABALA, D.: Correcciones a la Guía de Emergencias en Espeleología editada por el Servicio
Central de publicaciones del Gobierno Vasco en Vitoria, 1995 (inéditas).
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DULANTO ZABALA, D.; LASO, I.: Síndrome del arnés; Fisiopatología. Actas del VI Congreso Español de
Espeleología, La Coruña 1992.
GISBERT ROGER, L.: Diccionario de Técnica Espeleológica. Federació d'Espeleología de la Comunitat
Valenciana / Federación Española de Espeleología. Valencia 1998.
HERNANDO HERNANDO, M. M.: Primeros auxilios en Espeleología. Tesina del III Curso Estatal de Monitores
e Instructores de la E.E.E., 1995.
LUSARRETA FERNÁNDEZ, J. J. y cols.: Descenso deportivo de cañones (Apuntes del I Curso Estatal para
monitores e instructores). Federación Española de Espeleología, Barcelona 1993.
MENJÍBAR, J.L.; PALACIOS PÉREZ, S.: Apuntes sobre técnicas de Espeleosocorro. Federación Española
de Espeleología. Barcelona 1995.
ROBLES MORELL, J.: Apuntes de Espeleosocorro - Curso Estatal de Espeleosocorro. Federación Española
de Espeleología. Barcelona 1989.
RUÍZ RODRÍGUEZ, M. A.: Técnicas de autosocorro en Espeleología. Federación Madrileña de Espeleología.
Madrid 1995.
TALLADA N.; FERNÁNDEZ M.: Introducción a las técnicas de espeleosocorro. Sección Castellana Centro
de Espeleología, Madrid 1981.
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II
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Miguel López Molina
ELEMENTOS BÁSICOS DE
FISIOLOGÍA APLICADOS A
LA ESPELEOLOGÍA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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1. FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO, CONCEPTO
La fisiología comprende el estudio de las funciones de los seres vivos, de sus órganos y procesos vitales.
El aparentemente simple ejercicio de la actividad física responde a un complejo conjunto de procesos
bioquímicos y eléctricos cuya interpretación resulta fundamental para conseguir un máximo rendimiento
y unos resultados beneficiosos derivados de la práctica deportiva sin caer en los peligros que pudieran
derivarse de una práctica incorrecta del deporte.
2. ANATOMÍA DE LOS SISTEMAS QUE INTERVIENEN EN EL EJERCICIO
Todos los sistemas orgánicos intervienen en el ejercicio, la interrelación entre ellos es importante y está
dirigida por el Sistema Nervioso a través de órdenes conducidas por fibras nerviosas o por sustancias
químicas (hormonas). Estos mediadores ejercen acciones diferentes según donde actúen y así, por ejem-
plo, el ejercicio acarrea una redistribución del flujo sanguíneo a los diferentes órganos, disminuyendo
el aporte al sistema digestivo, renal y piel (salvo en caso de sudación) y aumentando el del pulmón y
músculo.
Para comprender los efectos que el ejercicio físico tiene sobre el organismo humano es imprescindible
conocer los principales sistemas implicados:
2.1. SISTEMA PULMONAR
Encargado de realizar el intercambio de los elementos gaseosos necesarios para nuestra actividad. La
energía de los procesos orgánicos se obtiene mediante reacciones químicas de oxidación en las que el
elemento oxidante es el oxígeno.
2.2. SISTEMA CARDIOVASCULAR
Su misión consiste en llevar, a través del torrente sanguíneo, los productos necesarios para la función de
la célula a todos los rincones del organismo y retirar los desechos.
Se compone de una bomba impulsora y una red de tubos elásticos. El corazón es un órgano muscular
hueco formado por cuatro cavidades que se diferencian en un circuito de baja presión (el derecho, que
envía la sangre procedente de todo el organismo a los pulmones para oxigenarla) y otro de alta presión
(el izquierdo, recoge la sangre oxigenada del pulmón y la envía a todo el organismo por la arteria aorta).
2.3. SISTEMA MUSCULAR
Es un conjunto celular (tejido) cuya característica fundamental es la posibilidad de contraerse y relajarse,
así como la de ser excitado por un estímulo que produce ese efecto de contracción. El ejercicio muscular
impone la transformación de energía química en energía mecánica. Esto no puede hacerse más que con
un alto consumo energético.
2.3.1. Composición de la célula muscular o miofibrilla
Al microscopio se observa en la fibra muscular la existencia de unas BANDAS transversales claras y
oscuras, o estrías, de ahí el nombre de tejido muscular estriado que también recibe. Estas bandas están
Capítulo 3: Elementos básicos de fisiología - 1
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formadas por la superposición de unas largas cadenas de dos tipos de proteína: La MIOSINA (filamentos
gruesos) y la ACTINTROPOMIOSINA (filamentos finos).
Estos filamentos de proteína se deslizan unos sobre otros originando así la contracción muscular. Para
que ello ocurra se precisa energía, la cual es aportada por el torrente sanguíneo mediante la oxidación
de los elementos nutrientes que son, fundamentalmente, la glucosa y los ácidos grasos. Por ello el ejer-
cicio muscular incrementa las necesidades de glucosa y ácidos grasos (el combustible) y de oxígeno
(el comburente). La glucosa puede también generar energía rápidamente en ausencia de oxígeno (VÍA
ANAEROBIA, es decir, sin aire) pero el rendimiento es trece veces menor.
Hay que distinguir dos tipos de fibras musculares:
FIBRAS TIPO I, LENTAS o rojas. Ricas en hierro y enzimas que utilizan el oxígeno para quemar la
glucosa y los ácidos grasos; producen una contracción lenta pero capaz de repetirse durante mucho
tiempo.
FIBRAS TIPO II, RÁPIDAS o blancas. Contienen poco oxígeno porque emplean, sobre todo, la vía
anaerobia para degradar la glucosa (los ácidos grasos no se pueden utilizar por esta vía) por ello
producen una contracción muy rápida pero que se agota pronto.
En un ejercicio aerobio (carrera de fondo) predomina la acción de las fibras tipo I (lentas y aerobias),
es más, los fondistas tienen más fibras de este tipo en sus músculos. En un ejercicio anaerobio (carrera
de 100 metros) predomina la acción de las fibras tipo II (rápidas y anaerobias) los velocistas tienen más
fibras tipo II en sus músculos.
El ejercicio repetido de series breves a máxima potencia (ejercicio anaerobio, puesto que no da tiempo de
poner en marcha los mecanismos que aumentan la llegada de oxígeno al músculo) favorece el aumento
de miofibrillas tipo II (por lo tanto aumenta la potencia del músculo y su rapidez de contracción). En
cambio el ejercicio aerobio (como las carreras de fondo y natación) aumenta la capacidad de usar oxí-
geno por el músculo y aumenta las fibras de tipo I, lo que mejora la tolerancia, es decir, el tiempo que se
puede estar haciendo un esfuerzo moderado.
La producción de energía por la vía anaerobia tiene que hacerse obligatoriamente a partir de la glucosa,
cuyas reservas son muy limitadas (300 gramos) y conduce a la formación de ácido láctico, el cual es
responsable de la fatiga muscular. La combustión de la glucosa por esta vía produce un rendimiento
energético 13 veces menor que en aerobiosis.
El acúmulo de ácido láctico en el músculo es la causa de aparición de la fatiga, es el dolor que aparece
en el brazo tras un minuto de apretar con fuerza la palanca del Stop y nos obliga a parar. Al volver el
oxígeno al músculo el ácido láctico se transforma en glucosa y se utiliza de nuevo y el dolor desaparece.
En las remontadas de pozos, escaladas, estrecheces difíciles, cuando se sobrepasa el dintel anaerobio
(marcado por una frecuencia cardíaca que supera la cifra de 200 menos la edad) comenzamos a producir
ácido láctico en todos los músculos que actúan. El entrenamiento del sistema anaerobio puede mejorar
mucho esta tolerancia al ácido láctico y su rápida transformación en glucosa y permite conseguir que
estos esfuerzos puedan hacerse de forma mucho más frecuente y prolongada.
El entrenamiento de Capacidad o resistencia aeróbica (o de fondo, como se le conoce vulgarmente) se
refiere a un trabajo de larga duración (igual o superior a 45 minutos) e intensidad medianamente baja,
sobre 140 pulsaciones. Este entrenamiento es el más importante para el espeleólogo, ya que no se trata
de un deporte de competición y nuestras actividades suelen durar muchas horas.
Este entrenamiento produce un aumento del volumen cardiaco y del volumen de sangre total, como con-
secuencia disminuye la frecuencia cardíaca en reposo. En el ámbito pulmonar se produce un aumento
de la capacidad de ventilación, de la frecuencia respiratoria máxima y de la capacidad de difusión del
Capítulo 3: Elementos básicos de fisiología - 2
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oxígeno. A escala metabólica, desciende el consumo de oxígeno durante un ejercicio que no sea máximo,
y mejora la capacidad de consumir grasas, por lo que disminuye la presencia de éstas en la sangre y la
obesidad.
3. ¿QUÉ TIPO DE EJERCICIO ES LA ESPELEOLOGÍA?
Diversas experiencias realizadas durante exploraciones espeleológicas han puesto de manifiesto que
un espeleólogo completamente equipado y con un saco de peso medio realiza un esfuerzo aeróbico en
un 80 %. El 20 % restante es anaeróbico; cuando nos superamos en un fraccionamiento o remontamos
cuerdas a pulso, o al trepar con bloqueadores cuando el sujeto no está entrenado o porta un peso supe-
rior al 10 % de su peso corporal en el petate (7 u 8 kilos).
El que un sujeto traspase con frecuencia el umbral anaeróbico con esfuerzos repetidos (subir cuerda,
gateras estrechas, trepar bloques) va a determinar que agote con rapidez sus reservas de glucosa y
además que acumule ácido láctico. Ello diferencia al espeleólogo lento y rezagado del resto. Por ello
debemos conocer nuestras posibilidades; veamos el siguiente capítulo.
4. ELEMENTOS DEL PERFIL FISIOLÓGICO
Cada deportista debe conocer los siguientes datos sobre sí mismo:
- Frecuencia Cardíaca (F.C.) basal (tomada en la cama antes de levantarse).
- F.C. Máxima (220 menos la edad en años).
- F.C.1 = (F.C. Máxima menos la F.C. basal) x 0,8 + F.C. basal.
- F.C.2 = (F.C. Máxima menos la F.C. basal) x 0,6 + F.C. basal.
- F.C. del umbral anaerobio = F.C. Máxima menos 20 (ó 200 menos la edad, es lo mismo).
EJEMPLO: Varón o mujer de 28 años con una F.C. basal de 62.
F.C. Máxima = (220 - 28) = 192
F.C.1 = (192 - 62) x 0,8 + 62 = 166
F.C.2 = (192 - 62) x 0,6 + 62 = 140
Media entre F. C. 1 y F. C. 2 = 153
F.C. del umbral anaerobio = (200 28) = 172
Estas frecuencias cardíacas F.C.1 y F.C.2 nos indican las bandas de frecuencias que debemos utilizar en
el entrenamiento aeróbico o "de fondo". Así, entre 140 y 153 pulsaciones haremos un entrenamiento bajo,
de capacidad o resistencia aeróbica que mejorará la condición de fondista (mejorará la recuperación tras
los esfuerzos). De 153 a 166 pulsaciones haremos un entrenamiento medio que nos permitirá mejorar
nuestra "puesta a punto". El trabajo que se realiza en este tramo es el que se denomina "Potencia aeró-
bica" (tipo carrera de 1.500 a 5.000 mts.) y en Espeleología es fundamental pues el sujeto entrenado
conseguirá subir un pozo con petate sin entrar en el umbral anaeróbico mientras que el que sobrepase
este umbral llegará pronto a la frecuencia cardíaca máxima y tendrá que parar.
Capítulo 3: Elementos básicos de fisiología - 3
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Por debajo de 140 pulsaciones el entrenamiento no es efectivo, en este caso.
Un buen indicador del beneficio que nos produce el entrenamiento es el descenso paulatino de la F.C.
basal, que nos obligará a ir ajustando los demás parámetros (F.C.1 y F.C.2) y con ello a aumentar nuestra
intensidad de entrenamiento.
5. BIBLIOGRAFÍA
BARIOD, J. y cols.: Spelunca nº 5, Comisión médica de la Federación Francesa de Espeleología, 1982.
GUILLET R.; GENÉTY J.: Manual de medicina del deporte. Ed. Masson, Barcelona 1984.
MALLARD, M.: Secours et prévention en spéléologie et en plongée souterraine. Réédition corrigée
de la thèse de médecine du docteur Michel Mallard. Comisión médica de la Federación Francesa de
Espeleología, dossier, 1990.
MARTÍNEZ FLORES, J.: Introducción a la fisiología del ejercicio. Escuela Española de Espeleología,
dossier, 1988.
NETTER, F. H.: Colección Ciba de ilustraciones médicas, tomo 8.1B. Ed. Salvat, Barcelona 1990.
TESTUT, L.; LATARJET A.: Tratado de anatomía humana. Ed. Salvat, Barcelona 1974.
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IV
Miguel López Molina
ELEMENTOS BÁSICOS
DE NUTRICIÓN
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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1. DIETA PRE, PER Y POSTEXPLORACIÓN
Una dieta equilibrada debe tener un 15 % del valor calórico en proteínas, 30 % en lípidos y 55 % en
glúcidos, pero durante la práctica deportiva los glúcidos deben aumentarse hasta el 60 - 70 %. Si se
quiere hacer una carga de glúcidos previa al esfuerzo, se hará en la comida antepenúltima al esfuerzo,
restringiéndose hasta equilibrar la dieta en las otras comidas del día.
Las necesidades energéticas durante una exploración varían con el peso del sujeto, entre 150 y 600
kilocalorías por hora (de mujer de 50 Kg. de peso a varón de 90 Kg.), estimándose para un sujeto medio
(varón de 70 Kg.) en 400 Kcal. por hora de exploración. Ello nos obliga a tomar de 750 a 1250 Kcal. cada
tres horas.
Veamos como deberíamos planificar una actividad espeleológica de 10 horas de duración y alto
nivel de actividad, desde el punto de vista dietético:
Comeremos 2 ó 3 horas antes de entrar, de forma ligera y con poca agua (para evitar exceso de peso
corporal). Durante las primeras 6 horas iremos tomando alimentos muy energéticos, como cereales, pan,
pastas, frutas escarchadas, pero nunca más de 400 g cada vez, para no aminorar la absorción intestinal
de alimentos.
Haremos una comida de 750 a 1250 Kcal., tomando poca agua para no aumentar el volumen de la diges-
tión, a las 2 ó 3 horas de iniciar la actividad.
Beberemos con frecuencia pero menos de 200 cc cada toma, por la misma razón ya expuesta, procu-
rando que la bebida tenga un azúcar polimerizado (fructosa, maltosa, bebida de fruta con cereales) y
no tomaremos productos que contengan glucosa o sacarosa (azúcar, caramelos, pastillas "glucodulco"),
porque se absorbe muy rápidamente y al llegar masivamente a la sangre induce una producción rápida
de insulina con lo cual desciende el nivel de glucosa en sangre a los pocos minutos. Ello traerá como
consecuencia que, tras una muy breve euforia, nos sucederá un fatal decaimiento difícilmente recupera-
ble.
En las últimas 4 horas tomaremos casi exclusivamente agua con azúcar polimerizado, pues ya no va
a dar lugar a que asimilemos los alimentos energéticos antes de que salgamos al exterior y sólo nos
proporcionarían peso muerto.
Una vez en el exterior beberemos con abundancia, pues será difícil que hayamos podido beber todo lo
necesario. Se procurará no tomar muchas proteínas, sobre todo de origen animal, ya que el metabolismo
estará sobrecargado de restos proteicos procedentes del desgaste muscular. Al día siguiente sí pode-
mos incrementar la ingestión proteínica. Las bebidas alcalinas (bicarbonatadas) ayudan a neutralizar los
ácidos producidos durante el esfuerzo (causantes de las "agujetas").
2. METABOLISMO DEL AGUA
Todos los espeleólogos saben que después de una exploración subterránea se orina poco y muy oscuro
y se tiene mucha sed. Esto viene condicionado por la pérdida de agua.
Para estimar las pérdidas de agua durante la exploración hay que tener en cuenta que la humedad cer-
cana al 100% impide la evaporación del sudor y que los vestidos aislantes evitan que se pierda calor
corporal por conducción-radiación, y por ello se suda más. Las experiencias realizadas pesando a los
espeleólogos antes y después de una exploración muestran pérdidas de peso de 400 hasta 560 gramos
Capítulo 4: Elementos básicos de nutrición - 1
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por hora de exploración; ello supone (descontando otros factores) que las necesidades horarias de agua
de un espeleólogo pueden estimarse entre 450 y 700 gramos por hora.
Teniendo en cuenta que los alimentos aportan un 75% de su peso en agua, podemos cifrar las necesida-
des medias de ingestión de agua durante la exploración en 400 a 500 cc. por hora. Todos sabemos que
nadie bebe tanto. ¿Por qué?.
· La sensación de sed es menor en un ambiente frío y húmedo.
· Cuando más la notamos es durante el esfuerzo, pero en ese momento (montados en la
cuerda o "puteados" en una gatera) no podemos beber. Una vez parados el frío produce
vasoconstricción de la piel y ello compensa la disminución del volumen sanguíneo con lo que
la sensación de sed desaparece.
· Además evitamos llevar peso, por lo que en las cavidades en que no se dispone de agua
adecuada sencillamente no bebemos.
Cuando se produce la sensación de sed ya se ha perdido el agua equivalente al 1% del peso corporal
(700 cc para un sujeto de 70 Kg.) por lo que no debemos esperar a tener sed para reponer líquidos.
Cuando se alcanza una pérdida del 2% (1.400 cc) la capacidad de trabajo se reduce al 80% si la tempe-
ratura ambiente es de 18º y al 60% si es de 41º.
Durante una exploración de 10 horas con una dificultad media sería necesario beber de 4 a 5 litros de
agua (aparte del agua proporcionada por los alimentos). De no hacerse así podemos perder agua equi-
valente hasta un 6% de nuestro peso, con lo que nuestra capacidad física se reduciría a menos de la
mitad, llevándonos a un agotamiento que justifica la mayoría de los accidentes que tienen lugar "a la
salida".
Para que el intestino absorba mejor el agua conviene no tomarla muy caliente ni muy fría y hacerlo en
mediana cantidad, por lo que debemos tomar 125 cc cada cuarto de hora. Si el agua lleva disueltas
pequeñas cantidades de azúcar o de sal también se absorbe mejor y éste es el gran beneficio de las
bebidas llamadas "deportivas". Los electrolitos se pierden en muy escasa cantidad (el sudor es muy hipo-
tónico) por lo que reponerlos es inútil salvo casos de sudación extrema. Únicamente el potasio y el sodio
deben reponerse, para ello utilizaremos el té y los frutos secos, además de la sal común.
Podemos preparar nuestra propia bebida deportiva con 1 gr. de sal y 25 gr. de azúcar por litro (a mayor
concentración empeora la absorción). Si queremos aportar más azúcar con la misma bebida tendremos
que recurrir a un azúcar polimerizado (pastillas de fructosa o dextrina, sin sobrepasar los 100 gr./litro)
pero puede bastar con llevar frutas liofilizadas, añadir zumos de frutas, té, café, etc. Sólo de esta forma
conseguiremos beber todo lo necesario, utilizar las bebidas comerciales no nos la permitiría (por su
precio).
3. BIBLIOGRAFÍA
ODRIOZOLA, J. M.: Nutrición y deporte. Ed. Eudema, Madrid 1988.
NAVARRO MUÑOZ, F.: La nutrición en Espeleología. Federación Española de Espeleología. Barcelona
1998.
Capítulo 4: Elementos básicos de nutrición - 2
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V
Miguel López Molina
EL ENTRENAMIENTO
DEL ESPELEÓLOGO
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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1. ENTRENAMIENTO ADAPTADO A LA ESPELEOLOGÍA
La participación de brazos y piernas en los esfuerzos del espeleólogo es considerable, sin menospreciar
la participación del tronco, por lo que el entrenamiento deberá implicar a todos ellos.
En todo plan de entrenamiento debemos distinguir entre el TRABAJO GENERAL, referido a la resistencia
global del organismo, y un TRABAJO ESPECÍFICO, referido a los diferentes segmentos corporales.
1.1. TRABAJO GENERAL
Por Resistencia entendemos todo trabajo de larga duración e intensidad variable. Hablamos de Resis-
tencia o capacidad aeróbica cuando la intensidad del trabajo sea medianamente baja, sin que la fre-
cuencia cardiaca traspase el umbral anaeróbico. Cuando esta intensidad sea alta traspasaremos este
umbral y el trabajo se denominará de Resistencia anaeróbica.
Globalmente la Resistencia aeróbica comprende el 80 % de la actividad del espeleólogo, como ya vimos,
por lo que su entrenamiento es fundamental. Para ello tenemos tres formas básicas: carrera, bicicleta y
natación. La carrera incide mucho sobre piernas y poco sobre brazos y tronco; la natación lo hace sobre
brazos, menos sobre piernas y poco sobre tronco; la bicicleta incide mucho sobre piernas y algo menos
sobre brazos y tronco pero en cantidad aceptable, por lo que puede ser el método más idóneo. No
obstante podemos escoger el método que nos sea más fácil de realizar (el esquí de fondo es el método
mas completo).
1.2. TRABAJO ESPECÍFICO
a) Brazos. Los brazos participan en nuestros esfuerzos de dos formas: como fuerza máxima, por
ejemplo al elevar el peso de nuestro cuerpo; este esfuerzo sólo podemos mantenerlo durante
pocos segundos. Como Fuerza-Resistencia, por ejemplo en el pedaleo con bloqueador, se exige
una fuerza variable pero de forma sostenida.
b) Piernas. Es casi siempre de FuerzaResistencia, sólo podría ser de fuerza máxima en algu-
nas estrecheces y al levantar piedras. Al plantear el entrenamiento de BRAZOS Y PIERNAS
buscaremos potenciar la fuerza pero sin incrementar el volumen muscular, ya que no interesa
que el espeleólogo sea grueso, ello lo conseguiremos haciendo ejercicio con poco peso y un
número elevado de veces. En los brazos sí podemos ejercitar la fuerza máxima, para lo que
precisaremos utilizar grandes pesos, como por ejemplo elevar a pulso nuestro peso con un petate
lleno colgado de nosotros.
c) Tronco. Su papel es importante en la oposición y las galerías bajas sobre todo, y algo menos
en las trepadas y destrepadas. Su entrenamiento potenciará principalmente los abdominales y
los músculos paravertebrales (cercanos a la columna) mediante ejercicios con poco peso pero
repetidos muchas veces, para evitar crear unos músculos demasiado voluminosos.
Junto al trabajo de preparación física hay que tener presente el entrenamiento técnico, ya que una eje-
cución depurada nos llevará a economizar fuerza, hecho que en un esfuerzo de larga duración como la
Espeleología es muy importante.
1.3. PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO
Debemos considerar el trabajo a hacer antes de empezar la temporada para tener en cuenta los momen-
tos del año en que haremos las salidas más fuertes o largas y los que serán menos activos. De esta
Capítulo 5: El entrenamiento del espeleólogo - 1
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forma dividiremos el año en períodos o ciclos de entrenamiento. Esto es muy importante ya que no es
posible mantenerse en una forma física óptima todo el año. Si las salidas más fuertes serán en Navidad,
Semana Santa y Verano, siendo esta última la más fuerte, marcaremos tres períodos de entrenamiento:
SEPTIEMBRE-DICIEMBRE, ENERO-ABRIL y MAYO-AGOSTO.
Cada período empezará suavemente para ir aumentando progresivamente hasta alcanzar el punto óptimo
en las salidas fijadas. Después haremos un espacio de descanso de unas dos semanas (con actividad
física general y reposo) antes de empezar el período siguiente. El segundo período alcanzará un máximo
algo mayor que el primero, y el tercero mayor que el segundo.
Siempre procuraremos cumplir los siguientes principios:
· Continuidad.- Ser constantes; no sirve de nada el sobreesfuerzo de un día si después estamos
tres semanas sin entrenar.
· Progresión.- Poco a poco se irá aumentando el tiempo y la intensidad del trabajo. Tan perjudicial
es una sobrecarga como el no aumentar el tiempo y la intensidad iniciales, que no nos llevará a
ningún resultado.
· Individualidad.- La planificación debe corresponder a nuestras posibilidades, por lo que será
individualizada.
· Alternancia.- Para obtener una buena asimilación del entrenamiento debemos alternarlo con
períodos de descanso antes de volver a someter al organismo a un nuevo estímulo.
· Control.- Si anotamos detalladamente la evolución del entrenamiento (evolución de la frecuencia
cardíaca basal, como vimos, el tiempo de trabajo, el número de repeticiones que somos capaces
de hacer, etc.) sabremos en cada momento si la planificación es correcta o si debemos modifi-
carla. Para ello llevaremos nuestra ficha o libreta de entrenamiento.
2. PROPUESTA CONCRETA DE ENTRENAMIENTO
Podemos combinar ciclismo con un circuito de ejercicios.
Haremos dos días de descanso (lunes y viernes, el día después y el día antes de la "competición"), tres
sesiones de bicicleta y tres sesiones de circuito. Un día coincidirán ambas sesiones. Con la bicicleta se
puede trabajar a intensidad baja (manteniendo las pulsaciones entre F.C.2 y la media de F.C.1 y F.C.2) y
tiempo prolongado, para aumentar la capacidad aeróbica, o a intensidad alta, (entre la media de antes y
F.C.1) para mejorar la potencia aeróbica; en este caso no se sobrepasarán los 20 minutos.
El circuito consiste, por ejemplo, en: 10 flexiones de brazos (colgados de una barra o del puño) 10 abdo-
minales, 10 lumbares, 30 segundos de tapping y 4 minutos de carrera. Todo el ciclo se hace 3 veces, con
2 minutos de descanso entre cada una.
Para adaptar el circuito a nuestra capacidad haremos unos test; por ejemplo: para las flexiones, haremos
todas las que podamos, por ejemplo 10, entonces empezaremos el circuito con la mitad: 5. Este mismo
test nos permitirá ir poniendo al día el circuito, repitiéndolo al principio de cada 2 ó 3 semanas. Progresiva-
mente se aumentará el tiempo de bicicleta (se empezará por 30 minutos) y la pendiente de los recorridos
y el número de repeticiones de los circuitos, llegando en la 12 13 semana a 80 minutos de bicicleta, a
baja intensidad, el martes, 6 circuitos y 20 minutos de bicicleta, a intensidad alta, el miércoles, 80 minutos
de bicicleta (intensidad baja) el jueves, 6 circuitos el sábado (si no hay salida al campo) y 120 minutos de
bicicleta (intensidad baja) el domingo (si no hay cuevas).
Capítulo 5: El entrenamiento del espeleólogo - 2
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Cuando se acerque la fecha de alguna exploración trabajaremos también la intensidad máxima en brazos,
haciendo las flexiones con la mochila cargada progresivamente.
Si no salimos el fin de semana haremos circuito el sábado y bicicleta el domingo.
Siempre se comenzará con un calentamiento, obtenido a través de movimientos suaves y progresivos,
lo cual nos evitará lesiones y nos facilitará un óptimo rendimiento. En las salidas al campo, la marcha de
aproximación a la cueva sirve de calentamiento.
FICHA SEMANAL INDIVIDUAL PARA CONTROL DE ENTRENAMIENTO
Fecha del primer Lunes........................................................................................................
Frecuencia cardiaca máxima (220 - edad) .........................................................................
Pulso en reposo ...................................................................................................................
(F.C.Max. - F.C. basal x 0.80 + F.C. basal).(F.C.1) ...........................................................
(F.C.Max. - F.C. basal x 0.60 + F.C. basal).(F.C.2) ...........................................................
BAJA INTENSIDAD: Entre F.C.2 y la media entre F.C.1 y F.C.2 .......................................
INTENSIDAD MEDIA: Entre media F.C.1 F.C.2 y F.C.1 .................................................
TEST DE FLEXIONES DE BRAZOS ..................................................................................
LUMBARES ................................................. ABDOMINALES .........................................
LUNES
MARTES
MIÉRCOLES JUEVES
VIERNES
SÁBADO
DOMINGO
Reposo
Bici
Circuito
Bici
Reposo
Circuito
Bici
Intensidad:
Intensidad:
Intensidad:
(salida)
Reposo
Bici
Circuito
Bici
Reposo
Circuito
Bici
Intensidad:
Intensidad:
Intensidad:
(salida)
Reposo
Bici
Circuito
Bici
Reposo
Circuito
Bici
Intensidad:
Intensidad:
Intensidad:
(salida)
Reposo
Bici
Circuito
Bici
Reposo
Circuito
Bici
Intensidad:
Intensidad:
Intensidad:
(salida)
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EJEMPLO:
28 años con F.C. en reposo de 62 p.p.m.
F.C. Máxima = 220 28 = 192
F.C.1 = (192 - 62) x 0.80 + 62 = 166
F.C.2 = (192 - 62) x 0.60 + 62 = 140
Media F.C.1 y F.C.2 = 153
Entrenamiento aeróbico:
Baja intensidad entre 140 y 153 p.p.m.
Mediana intensidad entre 154 y 166 p.p.m.
Alta intensidad entre 167 y 170 p.p.m.
Entrenamiento anaeróbico: más de 170 p.p.m.
3. LOS ESTIRAMIENTOS
Los estiramientos (o stretching) son ejercicios suaves que tienen como fin estirar los músculos. Con ello
conseguimos: 1º) aumentar la extensión de los movimientos, 2º) aumentar la movilidad de las articulacio-
nes, 3º) prevenir la aparición de lesiones, 4º) Calentar la musculatura y disponerla para la ejecución del
trabajo a realizar, 5º) Dotar de elasticidad a los músculos, facilitando la ejecución de movimientos y por
ello su eficacia, 6º) Reducir la tensión muscular, sobre todo tras haber realizado un trabajo intenso.
Es importante realizar estos ejercicios tanto antes como después de las sesiones de entrenamiento y
de las exploraciones. No deben hacerse de forma rápida, debemos mantener 30 segundos cada posición
aumentando la tensión lentamente. No se utilizará el método de rebote. Iremos estirando sistemática-
mente todos los músculos que podamos, columna cervical, dorsal, lumbar, pectorales, brazo, muñecas,
tobillo, pierna y muslo, caderas, etc.
Para un mejor conocimiento, consultar el libro editado por la Federación Española de Espeleología titu-
lado "Preparación física en Espeleología".
4. BIBLIOGRAFÍA
FERRERAS SOTO, R.: Preparación física en Espeleología. Federación Española de Espeleología.
Barcelona 1999.
GUILLET R.; GENÉTY J.: Manual de medicina del deporte. Ed. Masson, Barcelona 1984.
MALLARD M.: Secours et prévention en spéléologie et en plongée souterraine. Réédition corrigée de
la thèse de médecine du docteur Michel Mallard. Comisión médica de la Federación Francesa de
Espeleología, dossier. 1990.
YZAGUIRRE i MAURA I.; VIDAL CORTADA X.: Apuntes sobre entrenamiento en Espeleología. Federación
Española de Espeleología. Barcelona 1989.
Capítulo 5: El entrenamiento del espeleólogo - 4
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VI
Federico Ramírez Trillo
TOPOGRAFÍA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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1. DEFINICIÓN, Y SU APLICACIÓN A LA ESPELEOLOGÍA
La palabra Topografía, proviene etimológicamente del griego y significa "topo = lugar, y grafía = represen-
tación gráfica", y se interpreta como la representación gráfica de la corteza terrestre.
La Topografía no sólo es útil para conocer el relieve y la características de nuestra geografía, sino también
para emplazar todo tipo de información, bien de trabajos de ingeniería, como carreteras, vías férreas,
núcleos urbanos, etc, o superponer cualquier otro tipo de información, como la geología, economía, fores-
tales, etc. Resumiendo, la Topografía es útil para orientarnos, conocer las características físicas, ver las
infraestructuras o conocer las propiedades de una zona de la superficie de la tierra, si está debidamente
representada.
La Topografía subterránea persigue estos conceptos, aplicados a las cuevas y simas. El término Espe-
leotopografía, se utiliza frecuentemente y etimológicamente proviene del griego y su significado es "espe-
leo = caverna, topo = lugar, y grafía = representación gráfica", o sea, es la representación gráfica de un
lugar subterráneo.
Se diferencia sustancialmente con la Topografía de superficie en la necesidad de representar un volumen
tridimensional hueco; es decir, tenemos la dificultad de representar un suelo y un techo superpuesto,
por lo que la Espeleotopografía pretende solucionar técnicamente de una forma más o menos exacta,
clara y concisa, la representación gráfica de las cavidades, en la que figuren parámetros de acotaciones
que nos permita saber la profundidad, el recorrido, el volumen etc. de aplicación estrictamente métrica,
para poder determinar por ejemplo las simas más profundas de un país o de un macizo kárstico, las
cavidades relacionadas en catálogos por su recorrido, o responder ¿a qué profundidad respecto a la boca
de entrada se sitúa una gran sala y qué volumen de espacio subterráneo ocupa?
Otros parámetros de la Espeleotopografía consisten en reflejar gráficamente sus accidentes geográficos,
su morfología, su litología, etc. que nos permitan deducir por ejemplo su dificultad en cuanto a la progre-
sión; que facilite a otros espeleólogos o investigadores su recorrido sin riesgos de pérdidas o accidentes,
o cuantificar la dificultad o el material necesario para su exploración. O que sirva como base a nuevas
investigaciones hidrogeológicas, biológicas, arqueológicas, etc., o aplicaciones a la ingeniería para usar
sus recursos, como las cuevas turísticas o la explotación de los acuíferos, o mitigar los riesgos, en edifi-
caciones o obras civiles en zonas muy karstificadas.
Como se puede comprobar, la Espeleotopografía es una disciplina útil, no solo para el espeleólogo depor-
tista, bien tratada con la metodología adecuada y la información seleccionada, es útil en el campo de las
ciencias y de la tecnología.
Para ello el espeleólogo debe especializarse en esta disciplina y aprender las técnicas y los métodos
adecuados para el levantamiento de planos de cuevas y simas o al menos tener los conocimientos bási-
cos para poder interpretarlos.
2. CONCEPTO DE MAGNITUDES Y UNIDADES
Magnitud es cuaquier característica de los cuerpos capaz de ser medida. Así, son magnitudes: la longi-
tud, el peso, la temperatura, la velocidad, el trabajo, etc.
Como más adelante veremos, para realizar un levantamiento topográfico necesitamos medir una serie
de dimensiones; estas pueden ser lineales, de superficie, de volumen o angulares, y para medir estas
magnitudes necesitamos unas unidades.
Capítulo 6: Topografía - 1
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Magnitudes
Unidades
Emplearemos el sistema métrico decimal, que toma como
unidad básica de longitud "el metro", por ello se llama
Longitud
el metro
métrico, y forma las demás unidades multiplicando o divi-
diendo por 10, por eso se llama decimal. Visto esto, pase-
Peso
el kilogramo
mos a ver las unidades más usuales.
Velocidad
el kilómetro por hora
2.1 MEDIDAS DE LONGITUD
El metro (m) es la unidad fijada para la medición de longitudes, tradicionalmente se definía como la
"medida de una barra de platino e iridio, a cero grados de temperatura, que se guarda en la Oficina
Internacional de Pesos y Medidas de París y corresponde aproximadamente a la diezmillonésima parte
del cuadrante del meridiano de la Tierra". Actualmente se define como: Unidad S.I. de longitud igual a
la longitud del trayecto recorrido en el vacio por la luz durante un periodo de 1/299.792.458 de segundo
(Resolución de la XVIIº Conferencia General de Pesos y Medidas, París, Octubre de 1983). El metro
no deja de ser una unidad convencional inventada por el hombre, y su ventaja está en su aceptación
internacional.
Sus múltiplos son el Decámetro (dam), el Hectómetro (hm), de poco uso, el Kilómetro (km), que equivale
a 1.000 metros, y el Miriámetro (Mm), que apenas se usa.
Los submúltiplos del metro más usuales son el decímetro (dc), el centímetro (cm), que equivale a la
centésima parte de un metro y el milímetro (mm), que equivale a la milésima parte del metro.
En Espeleología, nos sirve básicamente para determinar la longitud o la profundidad de una cavidad, la
altura de una estalagmita, la distancia del techo, el ancho de una galería o la profundidad de un lago, etc.;
en Espeleología las magnitudes se expresan en metros y sus fracciones en centímetros.
En Gran Bretaña, y en otros países de su influencia, se sigue usando un sistema de medidas, que no es
métrico ni decimal. Las unidades de longitud que emplean son: La Milla, la Yarda, el Pie y la Pulgada. Los
planos espeleotopográficos de estos países están normalmente referidos a unidades de magnitud, el Pie
(en inglés feet) y su equivalencia al sistema métrico decimal es de "un pie es igual a 30,48 cm".
Es interesante saber que una distancia en pies se convierte en metros dividiéndola entre 2,986, por
ejemplo, una sima que tiene 700 pies de profundidad, dividiéndola por 2,986 se obtendrá una profundidad
de 234 metros aproximadamente. La operación se puede hacer a la inversa multiplicando por el mismo
número para pasar de metros a pies.
2.2. MEDIDAS DE SUPERFICIE
La unidad de medidas de superficie es el metro cuadrado (m2), que es un cuadrado de un metro por un
metro de lado.
Sus múltiplos y submúltiplos son similares a los derivados del metro lineal: Mm2, km2, hm2, dam2, y dm2,
cm2, mm2. Hay que recordar que estas unidades no aumentan o disminuyen de 10 en 10 sino de 100
en 100, así: 1 dam2 (un decámetro cuadrado) no mide 10 metros cuadrados, sino 100 metros cuadrados,
como consecuencia de multiplicar 10 m por 10 m de lado.
Es corriente usar, especialmente en la medición de terrenos, unidades tales como: el área (a) que equi-
vale a 100 m2, o la hectárea (ha) que equivale a un hm2 o sea a 10.000 m2.
Capítulo 6: Topografía - 2
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i
En Espeleología, al ser dimensiones más reducidas, emplearemos el m2 y es utilizada para expresar la
superficie de: Grandes salas, lagos, etc.; en extensiones mayores se emplea el km2, por ejemplo para
medir la superficie de un Karst.
Las unidades inglesas de superficie son similares a sus correspondientes lineales y su valor lineal se
multiplicará por sí mismo para hallar el cuadrado: si una yarda tiene tres pies, una yarda cuadrada tiene
tres pies por tres pies, es decir, nueve pies.
2.3. MEDIDAS DE VOLUMEN
La unidad de volumen es el metro cúbico (m3) que es un cubo o hexaedro en forma de dado de un metro
de largo, ancho y alto.
Los múltiplos y los submúltiplos del metro cúbico reciben los mismos nombres que los del metro y los del
metro cuadrado, pero aumentan o disminuyen de mil en mil.
Por lo tanto, en las unidades de longitud la relación es 10, en las de superficie es de 100 y en las de
volumen es 1000.
En espeleología se emplean para medir el volumen de grandes salas, el contenido de agua de un lago o
el índice de karstificación de un macizo, entre otras aplicaciones, y se expresa en m3.
3. CONCEPTOS DE MEDIDAS ANGULARES
Otro tipo de medidas empleadas en topografía son las angulares.
Se llama ángulo a la porción del plano limitado por dos rectas
LADO
que se cortan y que llamamos lados. Su longitud no influye en el
ABERTURA
valor de la abertura del ángulo. Al punto en que se cortan se le
denomina vértice del ángulo
VÉRTICE
LADO
Un ángulo se mide pues por su abertura y no por la longitud de
sus lados.
Ángulo
3.1. UNIDADES DE MEDIDA ANGULARES
Si en un plano alrededor de un punto trazamos 360 líneas equi-
360º
distantes hasta completar un círculo, se forman 360 ángulos
SUBDIVISIONES iguales, a cada uno de los cuales llamamos grado sexagesimal
315º
45º
1º = 60'
(º), que es la unidad que empleamos para conocer el valor de
1' = 60''
cualquier ángulo. Un grado puede subdividirse en 60 nuevos
ángulos iguales, siendo cada una de las fracciones angulares
270º
90º
resultantes un minuto sexagesimal (`), que puede a su vez divi-
dirse en 60 nuevos ángulos iguales cada uno de los cuales se
conoce como segundo sexagesimal (").
225º
135º
Existen otros sistemas de medidas angulares, pero sólo hare-
180º
mos referencia al centesimal por encontrarlo con frecuencia rela-
cionado con los aparatos de medición topográfica.
Grados sexagesimales
Capítulo 6: Topografía - 3
?
i
400g
El sistema centesimal es similar al anteriormente descrito, con
la diferencia de que la división angular es de 400 grados (400 ),
350g
g
50g
SUBDIVISIONES cada grado se divide en 100 minutos (100 ) y cada uno de
m
1g = 100m
éstos en 100 segundos (100 ).
s
1m = 100s
300g
100g
Es interesante conocer la conversión de un tipo de grados a
otro, que se consigue con la sencilla operación de dividir 400 g
por 360º o viceversa. Aplicando una regla de tres se consigue
250g
150g
hallar el valor de cualquier ángulo a su equivalente en el otro
sistema de medición angular:
200g
100 .x / 90º.xº, o bien, 90º.xº / 100 .x
g
g
g
g
Grados centesimales
En lo sucesivo, cuando hablemos de grados nos referiremos a grados sexagesimales.
Los ángulos se clasifican dependiendo de su abertura: El ángulo que forman dos rectas perpendiculares
es un ángulo recto.
El ángulo es agudo si es menor de 90º, obtuso si es mayor de 90º y llano si es igual a 180º.
360º
+90º
-90º
90º
Agudo
Obtuso
270º
90º
180º
Llano
Ángulo recto
180º
Ángulos según su abertura
3.2. POLÍGONOS Y SUS ELEMENTOS
Los polígonos están formados por segmentos rectos que se llaman
1
lados , los puntos donde se cortan los lados son los vértices del
2
polígono, la apertura de dos lados en cada vértice forma un ángulo,
de hecho la palabra polígono proviene del griego que significa
3
poli=muchos y gono=ángulo.
4
El contorno de un polígono es el conjunto de sus lados y el perímetro
la medida del contorno. Los polígonos pueden ser regulares o irregu-
Exágono irregular
lares, dependiendo de si sus ángulos y lados son iguales o no. Por
descompuesto en triángulos
último, los polígonos se pueden clasificar por su número de lados.
Capítulo 6: Topografía - 4
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i
El triángulo es un polígono de tres lados, tres vértices y tres ángulos, y se clasifican según la longitud
de sus lados: Equilátero, isósceles y escaleno; o por el valor de sus ángulos: acutángulo, rectángulo u
obtusángulo.
Los elementos especiales que nos interesa conocer de un
triángulo son: la medida de la altura, la medida de los lados y
la medida de los ángulos.
Clasificación de los triángulos
3 lados iguales
2 lados iguales
0 lados iguales
Se llama altura del triángulo a la distancia menor y perpendi-
cular desde la base al vértice opuesto.
En el triángulo rectángulo, los lados que forman el ángulo
Equilátero
Isósceles
Escaleno
recto se llaman catetos y al lado opuesto al ángulo recto se le
da el nombre de hipotenusa.
3 ángulos agudos
1 ángulo recto
1 ángulo mayor a 90º
Entre la propiedades geométricas de los polígonos es que
cualquier polígono se puede descomponer en triángulos, de
ahí que, conociendo las propiedades del triángulo, puede
conocerse muchas propiedades en cualquier otro polígono.
Acutángulo
Rectángulo
Obtusángulo
En esto se basa la llamada triangulación del agrimensor que
consiste en descomponer un polígono irregular en triángulos.
Entre las propiedades del triángulo, destaca el teorema de
Pitágoras, y dice así: " En un triángulo rectángulo, el cua-
drado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadra-
dos de los catetos". Debemos fijarnos en que el teorema
dice en un triángulo rectángulo, luego en los triángulos que no
cumplan esta condición no es aplicable.
Hipotenusa
5 x 5 = 25
Otra propiedad es que tres segmentos de recta pueden formar
un triángulo si: "Cualquiera de ellos es menor que la suma
1 2 3 4 5
6 7 8 9 10
de los otros dos y mayor que su diferencia".
1 2 3
11 12 13 14 15
4
16 17 18 19 20
5 3
5 6
Catetos
Otra propiedad muy importante se cumple en todos los trián-
21 22 23 24 25 7 8 9
4
gulos, sean de la clase que sean, y es que: "La suma de los
3 x 3 = 9
1 2 3 4
tres ángulos de un triángulo es siempre 180º", o sea, el
4 x 4 = 16
5 6 7 8
valor de un ángulo llano.
Suma = 25
9 10 11 12
13 14 15 16
Y por último la propiedad de: "a lados iguales correspon-
den ángulos iguales y a ángulos iguales corresponden
lados iguales".
Teorema de Pitágoras.
Existen otras propiedades para el triángulo y el resto de polí-
gonos, pero para nuestras aplicaciones de momento son sufi-
cientes.
45"
4
45"
90"
45"
90"
45"
4
90" + 45" + 45" = 180"
Capítulo 6: Topografía - 5
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i
4. CONOCIMIENTOS BÁSICOS DE TRIGONOMETRÍA
La palabra Trigonometría procede del griego y etimológicamente significa Trigonos = triángulo, metria =
medición. Se trata concretamente de la medición de los ángulos y de los lados de un triángulo. Por lo que
las relaciones trigonométricas tienen una aplicación directa en la construcción de nuestros levantamien-
tos topográficos.
4.1. RAZONES TRIGONOMÉTRICAS
En la razón trigonométrica se basa toda la Trigonometría, comprendidas estas y conocidas las seis razo-
nes trigonométricas, aplicarlas a nuestro trabajo de mediciones y cálculo será sencillo.
Debemos recordar que una de las formas de indicar el valor de un ángulo es por la razón (o cociente)
entre su arco y su radio. Ese es el sistema de medición cuya unidad es el radián. Así, un ángulo de 2X
radianes es un ángulo de 360º. Recuerde que una circunferencia tiene una longitud de 2X radios. Por lo
tanto, un ángulo de 180º es un ángulo de X radianes, Un ángulo de 90º es un ángulo de X/2 radianes.
Y un ángulo de 30º es un ángulo de X/6 radianes. Como podemos comprobar, el valor de un ángulo en
radianes es proporcional a su abertura: a doble abertura del ángulo, corresponde un valor exactamente
doble en radianes.
Si, en vez de tomar como referencia la relación entre arco y radio, tomamos como referencia la relación
entre cualquier pareja de lados del triángulo formado por un radio, la proyección de él sobre el otro radio
y la altura de esa proyección, obtendremos otra forma de dar valor a un ángulo.
Combinando los tres lados del triángulo de todos los modos posibles,
podemos hallar seis razones diferentes: b/a, c/a, b/c, c/b, a/c y a/b.
Pues bien, los resultados o cocientes de esas divisiones son las razo-
B
B
nes trigonométricas; y se llaman, respectivamente: Seno, coseno, tan-
gente, cotangente, secante y cosecante.
a
b
Nos interesa saber las razones para nuestras aplicaciones, veamos por
"
"
separado alguna de ellas:
A
A
o
c
N
Se llama seno de un ángulo al cociente de dividir la ordenada de un
punto cualquiera de su lado por la distancia desde ese punto al vér-
tice.
Se llama coseno de un ángulo al cociente de dividir la abcisa de un
punto cualquiera de su lado por la distancia desde ese punto al vér-
tice.
Se llama tangente de un ángulo al cociente de dividir la ordenada de un punto cualquiera de su lado por
su abcisa.
La cotangente, la secante y la cosecante son las razones trigonométricas inversas del seno, coseno y
tangente respectivamente.
Podemos afirmar que cada ángulo tiene un determinado y único valor, para cada razón trigonométrica.
Así, se puede decir que la tangente de un ángulo de 45º vale 1, que su seno vale 0,7071, y que su coseno
vale también 0,7071, y así cualquier ángulo. Es evidente que calcular el valor de cualquier ángulo es
tedioso cuando se pretende realizar un sinfín de cálculos, para ello se disponen de unas tablas confec-
cionadas previamente de senos y cosenos o de tangentes y cotangentes. Hoy en día, con la incorporación
de máquinas electrónicas, permite usar tablas trigonométricas en la que se incorporan los valores de
cualquier ángulo y sus razones trigonométricas.
Capítulo 6: Topografía - 6
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i
Hasta ahora, nos hemos referido a ángulos agudos o rectos, o sea,
entre 0º y 90º. Pero hay ángulos mayores que lógicamente también
tienen su razón trigonométrica.
Basta fijarse en que el seno de 0 vale cero y va creciendo hasta llegar
45"
a 90º con el valor de uno. A partir de 90º va decreciendo hasta llegar
a 180º "un ángulo llano" en el que vuelve a valer cero. A partir de 180º
140"
empieza a tener valores crecientes negativos hasta llegar a 270º con
un valor de -1. De 270º a 360º, vuelve a crecer, hasta que en 360º
vuelve a valer 0. Esto nos demuestra que los valores 90º, 180º, 270º
y 360º son en los que cambia el signo en la variación del seno. Y lo
mismo le ocurre a las demás líneas trigonométricas.
300"
Por ello dividiendo el plano en cuatro partes iguales, por medio de dos
perpendiculares, los ángulos comprendidos dentro de cada uno ten-
drán sus líneas trigonométricas con signos parecidos pero con valores diferentes. Pues bien a cada una
de esas partes se le llama cuadrante y se identifican como primero, segundo, tercero y cuarto cuadrante
y se distribuyen de derecha a izquierda y de arriba a bajo.
4.2. RESOLUCIÓN DE TRIÁNGULOS RECTÁNGULOS
El triángulo rectángulo tiene la cualidad de que en él ya se conoce el valor de un ángulo: el ángulo recto
vale 90º y por lo tanto, los datos necesarios para construir el triángulo es uno menos; basta con dos datos
mas, bien dos lados o un lado y un ángulo.
90"
Existen unas ecuaciones fundamentales en el triángulo rectángulo, hay
Coseno - Coseno +
tres no estrictamente trigonométricas, dos que relacionan los ángulos y
otra que relaciona los lados, y son:
+
+
2"
1"
A = 90º, B+C = 90º, y a 2= b2+c2
0"
180"
Pero, además, en el triángulo rectángulo, podemos plantear otras ecua-
360" ciones ya estrictamente trigonométricas.
3"
4"
Seno - Seno
Seno - Seno
Despejando en cada caso las ecuaciones podemos conocer los valores
de los ángulos o de los lados no conocidos.
Coseno -
Coseno +
En la tabla se reflejan los cinco casos de resolución de triángulos rec-
270"
tángulos con sus diferentes formulas (ver tabla 1).
5. CONCEPTO NUMÉRICO DE PUNTO, LÍNEA, PLANO Y VOLUMEN
Cuando los polígonos se inscriben en un mismo plano se aplica la geometría plana, este es el caso de
nuestra representación de una Topografía en un mapa, pero en la realidad los elementos de un polígono
están situados en el espacio ocupando diferentes planos, esto es resuelto por la geometría del espacio.
Para poder determinar un punto, o una línea en un plano determinado deberemos utilizar un método de
expresión numérica para su posterior tratamiento de calculo y poder realizar su representación gráfica.
En principio recordar que un punto no tiene dimensión alguna y que solo determina una posición en el
espacio, generalmente se representa por una pequeña mancha circular negra.
Capítulo 6: Topografía - 7
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i
Casos
Datos conocidos
Fórmula
Diagrama
1
La hipotenusa y uno de
B = 90º - C
los ángulos agudos
c = a . sen C
a,C
b = a . cos C
2
Un cateto y el ángulo
C = 90º - B
agudo opuesto a él
a = b / sen B
b,B
c = b / tg B
3
Un cateto y el ángulo
C = 90º - C
agudo
a = b / cos C
contiguo a él
c = b / tg C
b,C
4
Los dos catetos
tg B = b / c
b,c
tg C = c / b
a = _b2 + c2
5
La hipotenusa y un cateto
sen B = b / a
a,b
cos C = a / b
c = a2 - b2
Tabla 1
Línea es la extensión considerada en una sola dimensión, se considera que solo tiene longitud pero
carece de anchura y de espesor. Está generalmente entendido que una línea es la sucesión de una serie
de puntos.
Una sucesión de líneas forma un plano y este tiene solo dos dimensiones, largo y ancho, careciendo de
grosor.
Y un volumen posee las tres dimensiones, largo (o longitud), ancho (o latitud) y grosor (o espesor, altura,
profundidad) y esta compuesto por una sucesión de planos.
Tenemos que tener en cuenta que estos conceptos son abstracciones de
Ordenada = Y
la geometría, y que un punto, o una línea, o un plano, son representacio-
nes imaginarias en el espacio, que nosotros representamos con signos
para su comprensión. Por contra el volumen puede ser representado, de
3
hecho todo cuerpo tiene un volumen y en geometría se estudian las forma
y los tamaños de los cuerpos.
Origen de o
2
Para poder expresar numéricamente la posición de un punto, necesitamos
Abcisa = X
coordenadas
en un principio otro punto de referencia o origen, lo que nos permite trazar
una recta y medir el espacio comprendido entre ellos y poder determinar
la distancia que existe del origen al punto, esta magnitud es la expresión
numérica del punto con relación al punto de origen.
Coordenadas de A, X = 2, Y = 3
Capítulo 6: Topografía - 8
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i
Si en vez de un solo punto, son dos, o más en la misma dirección, puede seguirse el mismo sistema,
trazar una recta que pase por todos ellos y medir la distancia desde el origen a cada punto y determinar
así la expresión numérica de cada punto con relación al origen.
Pero intentemos representar numéricamente tres puntos por los que no podamos pasar una recta. Obser-
varemos que el punto de origen siendo común para los tres no podemos determinar su posición respecto
a los otros con solo la medida de la distancia.
Tracemos dos rectas perpendiculares por el punto al que hemos llamado origen y nos encontraremos ya
ante el sistema de representación más normal, se le llama coordenadas cartesianas rectangulares.
A las rectas se le llaman ejes, y al horizontal se le denomina eje de abcisas o "X", y al vertical eje de
ordenadas o "Y", y a la intersección de los dos ejes origen de coordenadas.
Trazado el eje de coordenadas podremos referir cualquier punto midiendo la distancia de este perpendi-
cularmente a cada eje de referencia por lo que queda determinado la posición del punto por dos valores,
primero el de la abcisa y después el de la ordenada, es muy importante que siempre se exprese por este
orden, a esta expresión numérica se le llama coordenadas del punto.
Conociendo los valores de coordenada de un punto podremos representar gráficamente este con relación
al punto de origen mediante el traslado de los valores de sus coordenadas en sus respectivos ejes, pri-
mero trasladaremos el valor de la abcisa o "X" y desde este lugar perpendicularmente mediremos el valor
de la coordenada por el eje de la ordenada o "Y", quedando situado el punto en su lugar.
Y
Deberemos fijarnos en los signos de los valores de coordenadas, si
-
+
la abcisa es negativa está situada por debajo del eje horizontal, y si
la ordenada es negativa, está situada a la izquierda del eje vertical, lo
2
1
cual permite dividir el plano, alrededor del punto de origen en cuatro
cuadrantes, determinados por los ejes de coordenadas.
Ordenada
+
De tal forma que en el primer cuadrante los valores de la abcisa y de
+
Abcisa
X la ordenada son positivos, en el segundo cuadrante la abcisa es nega-
-
o
-
tivo y la ordenada positiva, el tercer cuadrante tanto la abcisa como la
Origen
ordenada tendrán valores negativos y en el cuarto y último cuadrante
la abcisa será positiva y la ordenada negativa. Podemos observar que
3
4
la disposición de los cuadrantes es en el sentido contrario a las agujas
de un reloj.
-
+
Signos y cuadrantes de un sistema de
Este sistema solo permite situar la posición de un punto en una superfi-
coordenadas rectangulares
cie plana, y necesitamos establecer la posición de un punto en el espa-
cio, es decir teniendo en cuenta las tres dimensiones.
Para ello necesitamos un tercer elemento de referencia y con-
Z
sistirá en un tercer eje denominado "Z" que es perpendicular
+
a los otros dos y pasa por el punto de origen. de tal forma
que un punto en el espacio se puede determinar su posición X
+
-
Ordenada
midiendo las distancias de este a cada eje correspondiente en -
+
el siguiente orden primero el valor de la abcisa "X", después el
valor de la ordenada "Y" y por último el valor del eje "Z", siem-
Origen o
pre por este orden. A la expresión numérica se le llama coor-
-
+
denada tridimensionales de un punto.
Y
+
-
Abcisa
Existen otros sistema de coordenadas que no son cartesianas
rectangulares, pero el único sistema que nos interesa conocer
-
de momento para nuestras aplicaciones son las conocidas por
Vertical
coordenadas polares.
Ejes X, Y, Z, de
Coordenadas rectangulares
Capítulo 6: Topografía - 9
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i
Y
P
Eje de referencia
P
Argumento
m
Argumento
45º
45º
Módulo 10
Ordenada
Módulo 10m
X
o
o
Abcisa
Polo
P, está en 10, 45º de o
Origen
o Polo
Coordenadas polares
Relación entre coordenadas
polares y rectangulares
Coordenadas polares. Es otro sistema de señalar la posición de un punto, pero que toma diferentes
referencias, en las polares se toman un punto de origen (llamado polo, y de ahí el nombre de polares),
y una recta que pasa por él. También se indican las coordenadas mediante dos valores pero estos son:
La distancia del punto al polo que se le llama módulo y el ángulo que forman la recta de referencia con
la que une el punto y el polo, a ese ángulo se le llama argumento. Las coordenadas polares de un punto
quedan expresada por el valor del módulo seguido por el valor del ángulo del argumento.
Para la tercera dimensión se necesita el valor del ángulo con referencia al plano horizontal que pasa por
el polo y es conocido como argumento vertical y se expresa a continuación del argumento.
Si hacemos coincidir el origen de un eje de coordenadas cartesianas, con las coordenadas polares de
un punto haciendo como origen polar el de las cartesianas, veremos que existen relaciones entre ambos
sistemas. Véase que el módulo no es mas que la hipotenusa de un triángulo rectángulo en el que la abcisa
y la ordenada son los dos catetos. Y por lo tanto existe una relación entre los lados, abcisa y ordenadas, y
el ángulo, argumento, que se resuelve con las razones trigonométricas, que permiten relacionar ángulos
y lados, como vimos anteriormente.
6. LOS INSTRUMENTOS DE MEDICIÓN
Para medir las magnitudes tanto angulares como lineales nos servimos de una serie de instrumentos,
que en Topografía suelen ser sofisticados, precisos y de complejo manejo, son caros para el espeleólogo
y frágiles en medios hostiles como puede ser una cavidad. La elección de los instrumentos debe definirse
en la relación de precisión de la Topografía que queremos realizar en función de su aplicación, no es
lo mismo conocer solo la profundidad de una sima en el aspecto deportivo, que saber exactamente la
distancia de una cavidad a la superficie con la intención de perforar un túnel. Está claro que nuestra
disciplina solo debe centrarse en el primer caso y el segundo dejarlo a los profesionales topógrafos o
especialistas en espeleotopografía.
Esto simplifica en la elección de los instrumentos de medición, en Espeleología está ampliamente exten-
dido la utilización de la brújula y el eclímetro para las mediciones angulares y la cinta métrica para las
medidas lineales. Instrumentos de menor precisión pero de bajo coste y resistentes en su utilización en el
medio subterráneo. Existe una escala de precisión de la BCRA, que es conveniente conocer para poder
determinar el grado de precisión de nuestras Topografías con relación a los instrumentos empleados.
Capítulo 6: Topografía - 10
?
i
Tabla BCRA
Escala de valoración de la precisión de los planos de cavidades según los instrumentos de medición
Grado 1
Esquema de memoria, sin escala.
Grado 2
Dibujo realizado a simple vista, sin ayuda de instrumentos, con escala aproximada.
Grado 3
Plano rudimentario trazado con una brújula dividida de 10º en 10º y una cuerda dividida en
metros.
Grado 4
Plano dibujado con brújula dividida de grado en grado, con alguna sistema de lectura y con
cinta métrica o topofil.
Grado 5
Plano realizado con brújula y clinómetro calibrado, provistos de sistema de puntería y de
lectura correctos, y una cinta métrica indeformable.
Grado 6
Con el mismo material pero de forma que la brújula repose sobre un trípode o esté
suspendida de un cordel.
Grado 7
Levantamiento topográfico con teodolito y cinta métrica de acero o con una estación total.
6.1. MEDIDORES DE ÁNGULOS, LA BRÚJULA Y EL ECLÍMETRO
En primer lugar debemos saber que los ángulos podemos medirlos en cualquier posición en el espacio,
pero nosotros tenemos que referenciarlos por metodología a un plano de referencia, consideraremos un
plano horizontal donde se situará el vértice de referencia y a estas mediciones angulares se le llamara
ángulo horizontal, si trazamos un plano tangente al plano horizontal y las mediciones angulares se des-
plazan por el mismo, estamos hablando de ángulos verticales con respecto al plano horizontal.
7. METODOLOGÍA TOPOGRÁFICA. CUEVAS HORIZONTALES O VERTICALES
Para realizar el levantamiento topográfico de una cavidad subterránea, deberemos aplicar una metodolo-
gía constante en la toma de las mediciones y posicionamiento de las mediciones, que facilite los poste-
riores cálculos, para ello es necesario tener claro una serie de conceptos.
7.1. CONCEPTO ESTACIÓN TOPOGRÁFICA
Llamamos estación topográfica, a un punto cualquiera
Estación
Poligonal
situado en la cavidad, donde posicionamos los ins-
Estación de cierre
Radial
trumentos de medida y realizamos las lecturas de
Punto
6
Poligonal de cierre
las visuales angulares y de distancia, asta otro punto
7
cualquiera de la cavidad, bien sea otra estación o
punto topográfico.
5
4
8
7.2. C
9
ONCEPTO PUNTO TOPOGRÁFICO
2
El punto topográfico se diferencia de la estación topo-
3
10
gráfica porque desde el no se realizan medidas angu-
1
Capítulo 6: Topografía - 11
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i
lares hacia otro punto o estación. Básicamente, un ancho, o una altura entre otros es un punto
topográfico.
7.3. CONCEPTO DE POLIGONAL TOPOGRÁFICA
Se conoce como poligonal topográfica al conjunto de mediciones angulares y de distancia de las estacio-
nes topográficas, omitiendo los valores de los puntos topográficos.
Se le llama poligonal porque los segmentos entre estaciones y los ángulos, corresponde a los lados y los
vértice de un polígono.
La suma del perímetro de la poligonal nos determina la longitud de la cavidad.
7.4. CONCEPTO DE LA ESTACIÓN CERO O PUNTO DE PARTIDA
Es evidente que para trazar una poligonal es necesario esta-
+ 10
blecer una estación de partida, a esta estación se le llama
"Cero", y quiere decir que el eje de coordenadas es origen en
+/- 0
+/- 0
esta estación, lo cual, estamos dando valores a los ejes de
X, Y, Z, de 0,00 m, y no uno, esto nos permite en el momento
que deseemos darle los valores que nos interese, por ejem-
plo los valores de coordenadas UTM, lo que nos permitirá
relacionar la Topografía de la cavidad con la Topografía o
mapa de exteriores.
Conocido el nombre de la estación de partida, deberemos
establecer donde situarla con relación a la cueva.
Por método, situaremos la estación cero en la entrada de la
- 50
- 50 cavidad, como primera condición, en cualquier lugar del suelo
que coincida con la vertical del labio superior si tiene techo o
en el punto más bajo si la entrada es en pozo y no tiene techo, además debe visualizarse la siguiente
estación topográfica sin obstáculos intermedios, como segunda condición.
Encontraremos en muchos casos sistemas con diferentes entradas, por método emplazaremos la esta-
ción cero en la boca más alta.
Es de huso extendido emplazar la estación cero en la entrada
considerada como principal, si bien no se ajusta al método,
+ 50
puede darse como buena.
También es posible que aparezcan nuevas bocas y más altas
+/- 0
en el transcurso de una exploración ya iniciada la topografía,
en este caso mantendremos como estación cero la inicial-
mente considerada.
Siempre estamos a tiempo de reorganizar todas las estacio-
nes, pero esto conlleva a un calculo y redistribución adicional
y si lo planteamos bien inicialmente, evitaremos quebraderos
- 200
de cabeza posteriores.
Capítulo 6: Topografía - 12
?
i
7.5. MÉTODO DEL ITINERARIO
Son muchos los métodos topográficos para la realización de un plano, pero es de uso habitual en Espe-
leología utilizar el método de itinerario.
Consiste en trazar una serie de estaciones consecutivas a lo largo del eje de la galería de la cavidad,
partiendo de la estación cero y terminando en la estación situada al final de la cavidad. A todas esta
estaciones se le llama poligonal principal.
Pero las cavidades, suelen tener galerías laterales o bifurcacio-
nes, por la que trazaremos nuevas poligonales hasta su con-
Árbol del itinerario
clusión, a estas poligonales las denominaremos de segundo
orden, pues parten siempre de una estación de la poligonal
principal.
6
De igual forma, las galerías de segundo orden pueden dividirse
15
124
1232
en otras, y a estas las denominaremos de tercer orden pues
5
parten de una estación de una poligonal de segundo orden y
1231 así sucesivamente. En cuevas muy complejas no suele pasar
14
123
del cuarto orden.
23
4
Puede ocurrir que una galería lateral vuelva a confluir en una
122
estación de la poligonal Principal, o a otra estación ya conocida
22
3
13
de otra poligonal, a esto se le conoce como cierre de la poligo-
121
nal.
2
12
21
Este sistema de ordenación se le llama método del árbol pues
relaciona a todas las estaciones y las poligonales a la estación
de origen cero.
1
Poligonal principal
Poligonal de 2º orden
El método del itinerario, se basa en un polígono irregular
Poligonal de 3º orden
abierto, lo cual, al final del mismo, no sabremos el error come-
Poligonal de 4º orden
tido, por ello es bueno, siempre que sea posible realizar cierres
a través de las galerías laterales, para comprobar la fiabilidad
de nuestra Topografía.
7.6. MEDICIONES AUXILIARES
Con el trazado de las poligonales sabremos el recorrido de la cavidad en cuanto a su longitud, desnivel
y dirección, pero no sabremos el ancho de la galería, ni la forma de la sala, ni el emplazamiento de una
columna estalacmítica, ni la profundidad de un lago, ni
el ancho de un pozo y aun menos la altura del techo,
12
entre otros rasgos mensurables.
9
3
f
g
Para ello se emplea las mediciones auxiliares de los
d
e
puntos topográficos. Básicamente podemos resumirlos
6
c
21
en dos tipos: Las radiales y las alturas.
h
i
7.6.1. Las radiales
b
j
k
a b
Son puntos topográficos, y sirven principalmente para
a
a
a 2
c
medir dos rangos: el contorno de la cavidad y situar los 1
3
4
objetos que encontramos en la cavidad, a las primeras
b
d
b
las llamaremos radiales de contorno y sirven primordial-
mente para saber el ancho de una galería o la forma
Radiales de contorno
Capítulo 6: Topografía - 13
?
i
12
de una sala, se trazaran cada vez que se aprecie un cambio
9
3
de forma de la pared con relación a la estación desde donde
se están tomando las mediciones angulares y de distancia. es
6
evidente que cuanto mas radiemos a las paredes, mas preciso
será su forma con el dibujo del plano, pero no se debe abusar
de ellas a no ser que la precisión del trabajo lo requiera.
Por método, los anchos derecha e izquierda que se toman habi-
tualmente, deben transformarse en radiales de contorno.
Radiales de objetos
El segundo rango son las radiales de objetos, sirven para situar
cualquier rasgo de la cavidad, como columnas, bloques, lagos,
escarpes, etc. que no formen parte del contorno, o bien para situar antropismos como caminos, catas
arqueológicas, pinturas rupestres, etc, o localizar aspectos científicos como una colonia de murciélagos
o la ubicación de algún rasgo geológico de interés.
Luego, en todas las radiales, incluso en los anchos, mediremos tanto los ángulos como la distancia con
referencia a la estación desde donde medimos, esto nos permitirá relacionar los puntos con el árbol del
itinerario y podremos obtener los valores X, Y, Z, con relación a la estación Cero o de partida de cualquier
punto topográfico.
7.6.2. Puntos inaccesibles
En determinadas situaciones no podemos medir directamente
90º + 45º + 45º = 180º algún punto topográfico por ser virtualmente inaccesible,
45º
1
como puede ser la pared opuesta de un pozo, o la orilla con-
90º
5
45º
3
traria de un lago, para solucionar estos problemas podremos
2
7 m
aplicar algunas soluciones que nos proporciona la geometría,
4
sabiendo que:
En un triángulo rectángulo a
ángulos iguales catetos iguales
Un triángulo rectángulo, que sus ángulos agudos son de 45º,
tiene sus catetos iguales.
Un triángulo cuyos ángulos son de 60º, tiene sus tres lados
60º + 60º + 60º = 180º iguales.
El método de la tangente consiste en aplicar la trigonometría,
60º
construyendo un triángulo rectángulo del que conocemos el
4
ángulo B y el cateto contiguo, por lo que podemos averiguar
60º
60º
3
el cateto opuesto, que en este caso es la distancia en la que
2
se sitúa el punto topográfico inaccesible.
5 Estas son algunas de las soluciones, pero se pueden aplicar
1
A ángulos iguales, lados iguales
otras muchas.
Otro método, práctico, pero no recomendable por no estar
correlacionado con el árbol del itinerario topográfico, es el de
la intersección, y consiste en lanzar dos visuales angulares
x
horizontales desde dos estaciones conocidas sobre el punto
Tan 30 . 5 = 2,x
topográfico inaccesible. Se soluciona gráficamente trazando
líneas de longitud indefinidas con el ángulo medido desde
1
90º
cada estación, en el lugar que se intercepten ambas líneas,
30º 5m
2
4 es el lugar de emplazamiento del punto inaccesible.
3
0
Método de la tangente
Capítulo 6: Topografía - 14
?
i
7.6.3. Medición de techos
Las alturas son puntos topográficos, y sirven primordialmente para saber a que distancia se encuentra el
techo con relación al suelo.
Lo que se pretende es averiguar las distancia (LZ) que existe entre un punto o estación (L) y su vertical
(90º sobre el plano horizontal de (L)) por medios trigonométricos desde el suelo (L) hasta el techo (Z).
TECHO
Z
Z
TECHO
LZ
DG
90"
90"
S
L
HORIZONTAL
A
SUELO
SUELO
S
Por supuesto cada cavidad tiene sus propias características y el techo de la misma puede estar al alcance
de nuestras manos, en estos casos la medición de los puntos en el techo podremos realizarlos directa-
mente con la cinta métrica, (Método directo).
La toma de los datos podríamos realizarla directamente y sería: Estación de salida (S), punto de llegada
(Z), Distancia Geométrica (DG), Inclinación (+90º) (A), Rumbo (0). Como se puede observar en la
siguiente figura.
Pero en muchos casos el techo no estará al alcance de una medida directa y tendremos que proceder a
métodos indirectos, y para ello procederemos de la siguiente manera:
1. Partiremos siempre que sea posible de una estación conocida.
2. Desde la estación conocida visualizaremos una estación, ésta será consecutiva.
3. Desde la estación visualizada, marcaremos visualmente en la vertical, un punto en el techo y este
se deberá observar desde la estación de salida.
2
S
Ejemplo: De la (1) a la (2), de la 2) a la (3). No vale de la (1) a la (3).
S
O su inversa; ejemplo: de la (3) a la (2), de la (2) a la (1)....
1
3
No
No vale de la (3) a la (1).
4. Deberemos conocer el ángulo vertical (A) entre el punto
TECHO
de salida (S) y el punto de llegada (L) y la horizontal.
5. Deberemos conocer la distancia (DG) entre el punto de
L
salida (S) y el Punto de llegada (L).
DG
SUELO
6. Deberemos conocer el ángulo vertical (B) entre el punto
A
de salida (S) y el punto en el techo (Z) y la horizon-
S
HORIZONTAL
tal.
Capítulo 6: Topografía - 15
?
i
Z
L
TECHO
H
LZ
SUELO
S
B
L
SUELO
H
S
HORIZONTAL
7. Deberemos tener en cuenta las mediciones de los ángulos verticales si se han desplazado del
suelo a una altura-x, en todos los casos este desplazamiento será similar en el punto de salida
(S) y en el punto de llegada (L), a este desplazamiento le llamaremos altura del aparato (H).
Conocidas estas premisas y aplicándolas, se nos pueden dar cinco casos, que dependerán de la confi-
guración del suelo con relación al techo de las cuevas y la metodología descrita. Estos casos se definen
por los ángulos (A) y (B) y son:
Caso primero.
Z
TECHO
(A)= 0 grados y (B) grados (+)
LZ
S
B
+
L
Tan B . S,L = L,Z
HORIZONTAL
ALTURA = L,Z + H
H
H
SUELO
Z
TECHO
Caso segundo.
(A) = grados (-) y (B) = grados (+).
S
B
+
HORIZONTAL
-
o
S,o = Cos A . S,L
H
A
L,o = Sen A . S,L
o,Z = Tan B . S,o
L
altura de Z = o,Z + L,o + H
H
SUELO
Z
Caso tercero.
TECHO
L
(A)= grados (+) y (B)= grados (+)
HSUELO
S,o = Cos A . S,L
L,o = Sen A . S,L
B
o,Z = Tan B . S,o
+ A
+
altura de Z = o,Z - L,o + H
S
o
H
HORIZONTAL
Capítulo 6: Topografía - 16
?
i
TECHO
S
HORIZONTAL
Caso cuarto.
- B
o
H
-
(A)= grados (-) y (B)= grados (-)
A
Z
S,o = Cos A . S,L
L,o = Sen A . S,L
L
H
S,Z = Tan B . S,Z
o,Z = Sen B . S,Z
SUELO
altura de Z = L,o - o,Z + H
TECHO
S
Z
H
Caso quinto.
-
HORIZONTAL
A
(A)= grados (-) y (B)= 0 grados
L
L,Z = Sen A . S,L
H
altura de Z = L,Z + H
SUELO
Es posible que en algunos casos no sea posible visualizar
TECHO
desde el punto de salida el punto en el techo, por estar
2Z
oculto bien por un saliente del propio techo o alguna forma-
No
ción estalacmítica. En estos casos aplicaremos el método
1
de la Tangente.
B
H
2
Desde el punto 2, nos desplazamos horizontalmente
DG x
(ángulo A = 0) a una distancia similar a la altura, que medi-
HORIZONTAL
H
remos con la cinta métrica (DG) y desde este punto (x)
SUELO
visualizamos el ángulo (B), la toma de datos es según se
refleja.
2,2 Z = Tan B . DG altura = 2,2 Z + H
7.7. CONCEPTO DE PLANTA
Una cavidad es un objeto tridimensional con la particularidad de ser
hueco, y es precisamente el interior de ese hueco lo que nos interesa
reflejar en nuestra Topografía.
Para ello deberemos proceder de la siguiente forma: primero cortar el
objeto para poder ver su interior, y segundo, en proyectar lo que se ve
sobre una superficie, que es nuestro plano.
Visto desde arriba, cortamos el objeto por la línea resultante de la pro-
yección ortogonal de todos sus puntos sobre un plano horizontal, así
PLANTA
tenemos una perspectiva del interior del objeto, esto sería la planta.
Capítulo 6: Topografía - 17
?
i
Su utilidad estriba en poder ver en un plano los diferentes cambios de direcciones, dimensiones, superfi-
cie y rasgos físico y morfológicos de una cavidad. En cuevas con desarrollos principalmente horizontal se
hace imprescindible.
7.8. CONCEPTO DE SECCIÓN
En una galería vista desde el frente, tenemos una perspectiva transversal del interior del objeto, la pro-
yección ortogonal de todos sus puntos a un plano perpendicular al plano horizontal y paralelo a la vista
sería una sección del objeto. Se aplica principalmente para poder ver el perfil transversal de una galería.
7.9. CONCEPTO DE ALZADO
Visto desde el lateral, tenemos una perspectiva del interior del objeto, la proyección ortogonal de todos
sus puntos a un plano perpendicular al plano horizontal y paralelo a la vista, sería un alzado del objeto.
Se realiza principalmente cuando la cavidad es predominantemente vertical e impres-
cindible en las Simas. Los alzados pueden representarse de dos formas: proyectados
o longitudinales.
7.9.1. Alzado proyectado
Consiste en la vista lateral de mayor desarrollo de toda la cavidad y se construye como
Alzado
se ha descrito anteriormente. También se utiliza los planos de referencia XZ, YZ, como
vista lateral de una galería métodos mas usuales.
7.9.2. Alzado longitudinal.
En cavidades complejas de desarrollo vertical, una vista proyectada oculta zonas de la cavidad, bien por
encontrase enfrentada a la vista o tapadas por otros pozos o galerías que se encuentran en un plano
anterior, esto se resuelve con los alzados longitudinales, estos deforman la cavidad pero nos facilita la
lectura del plano.
Consiste primordialmente en realizar el corte a lo largo de la poligonal de la cavidad y representarla
gráficamente la proyección de cada uno de sus segmentos ortogonalmente abatiéndolos sobre un plano
perpendicular al plano horizontal. Es como si estirásemos toda la cavidad.
c
d
a
b
Alzado longitudinal
a
b
c
d
Alzado proyectado
Capítulo 6: Topografía - 18
?
i
8. LA LIBRETA DE CAMPO, SU USO
Conocidos los conceptos básicos, pasemos al siguiente paso que es anotar todas las mediciones y
observaciones que vamos a realizar en nuestro levantamiento topográfico.
Estas anotaciones pueden ser de tres tipos: las estrictamente métricas, el dibujo de contornos y los
signos convencionales.
Los datos deben anotarse de forma clara y con cierto orden, de tal forma que otro espeleólogo pudiera
entenderlo sin haber estado en la cavidad.
Previamente debemos anotar:
- El nombre de la cueva y su sigla de identificación, (Lugar, Municipio, Provincia, etc.).
- Fecha del levantamiento topográfico.
- Club que la realiza.
- Mapa donde se sitúa.
- Topógrafos que realizan el levantamiento.
- Coordenadas de situación si se conocen, o datos de visuales para su emplazamiento referi-
dos a la estación cero.
- Instrumentos de medición empleados.
Todo esto se anota en lo que se llama la libreta de campo.
8.1. EL ESTADILLO DE CAMPO
En la libreta de campo construiremos una tabla en donde anotar todos los datos de mediciones, estos
datos por método deben tener un cierto orden y estos son:
- Estación de salida = Nombre de la estación en la que estamos.
- Estación de llegada = Nombre de la estación o punto que visualizamos.
- Distancia geométrica = Distancia medida entre las dos estaciones.
- Ángulo horizontal = Rumbo medido con la brújula.
- Ángulo vertical = Buzamiento medido con el eclímetro.
Con estos datos sería suficiente, pero con la incorporación de la informática a los cálculos espeleométri-
cos es imprescindible incorporar dos datos mas, para poder distribuir la información en diferentes capas
para su posterior tratamiento y facilitar los cálculos en cuanto recorrido y desnivel, estos son:
- Rango = código que identifica si es, poligonal (P), radial de contorno (C), radial de objeto (O)o
altura (A).
- Cierre = Identificación de todos los segmentos de poligonal implicados en un mismo cierre.
Capítulo 6: Topografía - 19
?
i
Por último podemos incorporar una columna de observaciones, donde poder anotar las incidencias del
punto o estación, como puede ser: Cierre, Altura de medición directa o indirecta, objeto de la radiación
como: columna, bloque, estalagmita, etc.
8.2. EL CROQUIS DE CAMPO
Es evidente que con las mediciones de los instrumentos sólo conseguiremos unas alineaciones geomé-
tricas orientadas pero las cavidades precisamente no son de forma regular, por lo que tendremos que
apoyar las mediciones con una serie de dibujos croquizados, estos se pueden hacer de dos formas: a
mano alzada o a escala.
8.2.1. A mano alzada.
En la libreta, dibujaremos en planta (vista desde arriba) a mano alzada, en primer lugar el emplazamiento
de las estaciones en la que estamos trabajando y la identificamos con sus nombres, las unimos con una
línea de poligonal y trazamos a una escala imaginaria y proporcional a los valores métricos de la línea
de poligonal trazada, la forma de las paredes y los objetos que mas destacan entre las dos estaciones,
hecho esto, elegimos los puntos de radiales que nos interesa, los marcamos y los numeramos de forma
ordenadas en el sentido de las agujas de un reloj, realizado todo esto pasamos a las mediciones.
Si es pertinente, croquizaremos una sección o alzado donde conste el nº de las estaciones y las alturas
del techo. Y así sucesivamente.
b
3
f
g
e
2
c
a
d
d
a
2
c
2
1
Sección 2
b
e
1
8.2.2. A escala
Los pasos a seguir son similares al método anterior, pero
la diferencia estriba en que la libreta dispone de un papel
milimetrado, lo cual nos permite hacer coincidir con la
cuadrícula el NM y elegir una escala de trabajo.
N.m.
N.m.
N.m.
Elegimos el eje de referencia marcando el NM situamos
N.m.
115º
la estación de partida y dependiendo del ángulo horizon-
90º
50º
3
tal (Rumbo) trazamos una línea de poligonal con dicho
ángulo, elegimos una escala en función de las dimensio-
45º
1
2
nes de la cueva, (1:200 , 1 cm = 2 m) y medimos sobre
4
0
la cuadrícula milimetrada como referencia la distancia
0
5 m
Escala
medida en la línea de poligonal trazada y marcamos la
posición de la estación de llegada, y así sucesivamente.
Croquis a escala y orientado al N.m.
Capítulo 6: Topografía - 20
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i
8.3. LOS SIGNOS CONVENCIONALES
Para facilitar la comprensión de lo que dibujamos en nuestros planos, existe una serie de signos conven-
cionales adoptados por la Escuela Española de Espeleología, que debemos conocer de memoria como si
fueran las letras del alfabeto y aplicarlas tanto en nuestros croquis como en nuestros planos, se clasifican
en
- Símbolos de litología y composición.
- Símbolos exteriores.
- Símbolos topográficos.
- Símbolos hidrográficos.
- Símbolos sedimentológicos.
(Ver tablas al final del capítulo)
9. EL EQUIPO DE TOPÓGRAFOS, METODOLOGÍA DE TRABAJO
Cualquier Topografía, debe ser previamente analizada antes de abordarla y marcar la estrategia de tra-
bajo, la propia característica de la cavidad nos dirá de como montar el equipo, una cueva estrecha no
permite a un equipo numeroso de topógrafos, en cuevas de grandes desarrollo deberemos montar mas
de un equipo, en puntas muy lejanas normalmente los equipos se reducen a dos y a veces nos encontra-
mos solos en una pequeña y lejana galería o cueva que de no hacerla en el momento es posible que no
se vuelva para medir sus escasos metros por el esfuerzo que supone enviar a un equipo a realizarla, por
ello es importante saber como actuar dependiendo si estamos solos, si formamos un equipo de dos o de
tres, equipo de mayor numero no son operativos ni practico.
9.1. EN SOLITARIO
Los instrumentos necesarios son, un topofil, brújula, clinómetro y libreta de campo.
Los pasos a seguir son los siguientes:
- Croquizar las estaciones implicadas en la medición en la libreta de campo.
- Colocar un hito o referencia en la estación de salida.
- Amarrar en el hito el hilo del topofil y desplazarse con el hilo tenso a la estación de llegada.
- Hacer la lectura de la distancia a la altura de nuestra vista.
- Anotar en la columna de observaciones la distancia entre nuestra vista y la estación de llegada
que se encuentra bajo nuestros pies, (H).
- Visualizar al hito de la estación de salida y medir con la brújula el ángulo horizontal e invertir
180º.
- Visualizar al hito de la estación de salida y medir el ángulo vertical con el eclímetro e invertir el
signo, y así sucesivamente.
Capítulo 6: Topografía - 21
?
i
Como se puede comprobar, el método difiere en que las mediciones angulares y de distancia se realizan
de forma invertida por lo que hay que invertir los valores de los ángulos, además los planos de las esta-
ciones de salida y de la estación de llegada son diferentes a su posición natural, por lo que los cálculos
a emplear son diferentes al incluirse el parámetro altura del instrumento (H) en una sola estación. Se
resuelve así:
Cos B por DG = DH
Si B es (+)
Si B es (-)
Sen B por DG = Lp
L
S
DG
H
B
l
Desnivel = Lp + H, si el ángulo B es positivo o Lp -
S
B
Lp
DG
Lp
H, si el ángulo B es negativo.
H
L
Desnive
Desnivel
DH
DH
Donde Lp es el desnivel parcial y H es la altura del
topógrafo asta la altura de sus ojos.
Cos B . DG = DH
Sen B . DG = Lp
Desnivel = Lp + H
Desnivel = Lp - H
9.2. EQUIPO DE DOS
Los instrumentos de medición son: la cinta métrica, brújula, eclímetro y libreta de campo. El equipo está
formado por el topógrafo y el ayudante o punta de metro. Los pasos son los siguientes:
- El topógrafo levanta el croquis y elige los puntos, mientras el ayudante se desplaza con la cinta
métrica desplegada, buscando el lugar óptimo de la siguiente estación a medir.
- El topógrafo anota la medición de distancia cantada por el ayudante y posteriormente mide y
anota las mediciones angulares.
- El ayudante mide la altura del techo si es directa y se la canta al topógrafo que la anota, si es
indirecta, mide el ángulo al techo que se lo marca el ayudante y anota los datos correspondien-
tes.
- El ayudante se desplaza a la primera radial indicada por el topógrafo y le da la medida de la
distancia que se anota.
- El topógrafo realiza las mediciones angulares y las anota mientras el ayudante se desplaza a la
siguiente radiación.
Concluidas todas las mediciones el topógrafo se desplaza a la siguiente estación y se repite toda la
secuencia.
9.3. EQUIPO DE TRES
Los instrumentos de medición son: la cinta métrica, brújula, eclímetro y libreta de campo. El equipo está
formado por el topógrafo el ayudante y el punta de metro. Los pasos son los siguientes:
- El topógrafo realiza el croquis de campo, mientras el ayudante se sitúa en la estación de salida y
el punta de metro localiza la estación de llegada.
- El punta de metro indica la distancia mientras el ayudante realiza las mediciones angulares y el
topógrafo anota las mediciones.
- El punta de metro realiza la medición del techo si es directa, si no fuese así marca el punto en el
Capítulo 6: Topografía - 22
?
i
techo y el ayudante realiza la medición angular que el topógrafo anota.
- Se procede a la medición de las radiales de forma ordenada en el sentido de las agujas del reloj
que previamente ha indicado el topógrafo, con el mismo método que el paso anterior.
- El ayudante se desplaza a la siguiente estación y se procede a repetir la misma operación.
En galerías estrecha, el primero en pasar es el topógrafo en segundo lugar el punta de metro y el último
el ayudante.
9.4. MÉTODO DE LECTURA EN LAS ESTACIONES
Básicamente las estaciones se pueden colocar bien en el
EN EL SUELO
suelo o en el espacio.
Es evidente que hacer las mediciones con los instrumentos
angulares, desde el suelo no es posible, por lo que deberemos
desplazar la estación a una altura que nos permita leer los
2
3
4
aparatos con comodidad, a esta distancia se le conoce como
altura del instrumento.
1
EN EL ESPACIO
Esta altura puede ser constante; cuando las dos estaciones
o puntos implicados se desplazan a la misma distancia, en
2
3
4
este caso es como si tomáramos la estación en paralelo al
1
suelo, o indistinto; cuando el desplazamiento en cada estación
o puntos implicados es diferente las alturas del instrumento.
En este caso las estaciones y poligonales se traza por el espa-
cio.
9.4.1. En el suelo
Es el método más usual en Espeleología por tener la ventaja de no tener que medir la distancia de altura
del instrumento en cada estación, por contra deberemos tener en cuenta las siguientes precauciones: La
altura del instrumento deberá ser la misma en el punto de salida que en el de llegada. En Espeleología
se prescinde normalmente de trípode, miras y jalones, accesorios que nos permitiría salvar esta premisa,
pero acarrear con estos accesorios por angostas y profundas cavidades es muy engorroso. Estos se
suplen con los propios espeleotopógrafos de la siguiente forma: Los instrumentos angulares son ópticos,
por lo tanto la altura del instrumento al suelo será la altura del ojo del espeleólogo que hace la lectura al
NO
SI
NO
NO
D·
SI
D
SI
h
h·
h
D
D=Desnivel
Capítulo 6: Topografía - 23
?
i
suelo, el compañero que forma equipo con el deberá tener su misma estatura o lo que es mejor puestos
los dos uno frente a frente debe coincidir la altura de sus ojos con la luz del frontal del casco puesto
de su compañero. Se debe evitar a toda costa equipos formados por espeleólogos que no reúnan estas
características pues de no ser así se irán acumulando errores a lo largo de nuestras Topografías.
Por las propias características de las cavidades no siempre es posible estar de pie para realizar nuestras
mediciones, esto nos obligara ha estar agachado y a veces tumbado, en estos casos ambos espeleólogos
adoptarán la misma postura.
En los resaltes y pozos se medirá desde el filo del mismo al suelo o de los ojos del espeleólogo a la luz
del frontal del compañero, manteniendo los dos la misma posición.
9.4.2. Por el espacio
El método de trazar la poligonal por el espacio conlleva anotar en nuestra libreta de campo la altura del
instrumento en el punto de salida y en el de llegada en cada ocasión que hacemos cambios, la ventaja
consiste en que no es necesario que ambos puntos estén a la misma altura. Debemos tener en cuenta el
método a la hora de hacer los cálculos.
10. METODOLOGÍA DE TRABAJO EN EL GABINETE
Concluidos nuestros trabajos de campo, podremos proceder en nuestro estudio o club los procesos para
realizar nuestro plano, para ello deberemos seguir los siguientes pasos:
- Organizar toda la información.
- Realizar los cálculos espeleométricos.
- Solucionar los errores permisibles.
- Dibujar el plano.
10.1. ORGANIZAR LA INFORMACIÓN
En el transcurso del levantamiento topográfico es posible que hayan intervenido diferentes equipos o
modificado el árbol del itinerario topográfico al incorporarse galerías que un principio no estaban previs-
tas, por lo que es necesario reorganizar de forma definitiva antes de proceder al cálculo.
Es muy importante que la numeración de las estaciones y los puntos sigan algún orden lógico y que no
se repitan nunca.
10.2. REALIZAR LOS CÁLCULOS ESPELEOMÉTRICOS
Organizado todos los datos, se procede a calcular las proyecciones de la distancia geométrica (DG) a la
distancia reducida u horizontal (DH), al cálculo de los desniveles entre estaciones o puntos y el cálculo
del desarrollo y profundidad de la cavidad.
Capítulo 6: Topografía - 24
?
i
10.2.1. Cálculo de la distancia horizontal
Para hallar la distancia horizontal tendremos que aplicar la formula trigonométrica:
Cos de B por DG = DH
10.2.2. Cálculo del desnivel
Para hallar el desnivel entre dos estaciones tendremos que aplicar la formula trigonométrica:
Sen de B por DG = Z
L
DG
90º
S
B
DH
DH = Distancia proyectada al plano horizonal
10.2.3. Cálculo del desarrollo de la cavidad
Para saber el desarrollo o longitud de la cavidad sólo tenemos que realizar el sumatorio de las distancias
geométricas de todas las estaciones topográficas.
DG de 0 a 1 + Dg de 1 a 2 etc...
L
S
L
DG
DG TOTALES
DG
0
1
7,50
7,50
Z
1
2
3,20
10,70
S
90º
B
2
3
8,30
19,00
...
19,00
Z = Desnivel entre estaciones
10.2.4. Cálculo de la profundidad
S
L
Z
Z TOTALES
Para conseguir la profundidad de la cavidad es
preciso realizar de forma ordenada desde 0 en
0
1
-7,20
-7,2
adelante el sumatorio de los desniveles (Z) entre
las estaciones topográficas.
1
2
-6,30
-13,50
2
3
+3,50
-10,00
Valor de Z de 0 a 1 + valor de Z de 1 a 2 + valor de
Z de 2 a 3, etc.. = profundidad.
3
4
-2,00
-12,00
Capítulo 6: Topografía - 25
?
i
Es preciso recordar que en el sumatorio pueden existir valores positivos y negativos que se deberán tener
en cuenta en el cálculo.
Como observación debemos saber distinguir entre desnivel y profundidad, los desniveles pueden ser
parciales o totales, los parciales es la distancia vertical entre dos estaciones y las totales es la sumatoria
de todos los desniveles tanto positivos como negativos con referencia al origen del plano vertical, en
cuanto a la profundidad, puede ser parcial o total, la parcial puede ser la vertical de un pozo (P-30), y
el total es la cota mas baja con relación a cero. Se llama cota al valor métrico con relación al origen del
plano vertical.
Se llama remonte a una galería con cota positiva sin salida al exterior.
+ 125
B
F
e
parcial
A,B = Desnivel parcial.
L
Remont
B,C = Desnivel total.
A
+/- 0
TOTA
D,E = Profundidad parcial.
Desnivel
A,C = Profundidad total.
A,F = Remonte.
D
parcial
DESNIVEL
P-100 = Profundidad del pozo.
P 100
+125, -250 = Cotas.
PROFUNDIDAD
Profundidad
E
- 250 m
C
10.2.5. Sobre las coordenadas
Con la proyección de las distancias geométricas(DG) a distancia horizon-
tales (DH), hemos conseguido trasladar la poligonal en el espacio a un
Y
plano, pero el tipo de coordenadas que podemos construir con los datos
N.m.
que tenemos se llaman coordenadas polares, recordad que el punto de
1
partida es cero y en las polares a este punto se le llama nodo, a la dis-
45º
tancia (DH) se le llama módulo y al ángulo horizontal (en nuestro caso
el rumbo) el argumento, con estos datos podemos situar la siguiente esta-
A
DH
ción y luego repetir la operación asta la conclusión de la Topografía de la
X cavidad.
0
Este método, tiene la desventaja, que en el traslado de las coordenadas
polares una tras otra a nuestro dibujo, van acumulándose errores de tras-
lación, por lo que el final de la cavidad suele desplazarse.
Para evitar este problema convertiremos las coordenadas polares a coor-
DH = Distancia horizontal
denadas rectangulares.
Coordenada de X = DH . Sen A
Si hacemos coincidir el origen de un eje de coordenadas rectangulares
sobre el nodo de las coordenadas polares y trasladamos los datos de un
punto, observamos que existe una relación entre ambas y que además podemos aplicar la trigonometría
para calcular los valores de las coordenadas rectangulares X, Y, de ese punto.
X = DH por el Sen A
Y = DH por el Cos A
Capítulo 6: Topografía - 26
?
i
Analicemos los pasos.
- El origen del eje de coordenadas coincide con el nodo de la
Y
coordenada polar (0).
N.m.
1
- El eje de referencia Nm lo hacemos coincidir con el eje de Y.
45º
A
- Trazamos como ejemplo el argumento y el modulo de la coor-
DH
X
denada polar del punto 1.
0
- Aplicamos la formula trigonométrica para el eje de X, y haya-
mos el valor de coordenada rectangular de dicho eje.
- Aplicamos la formula trigonométrica para el eje de Y, y haya-
DH = Distancia horizontal
mos el valor de coordenada rectangular de dicho eje.
Coordenada de Y = DH . Cos A
- El punto 1, queda definido por los valores de coordenada X, Y, siempre en este orden.
Para situar el punto en el espacio es necesario incluir un tercer eje perpendicular a los anteriores y que
pase por el origen.
La coordenada Z, viene dada por los cálculos del desnivel, recordemos.
Z = Sen B por DG
Z
1
DG
Y
N.m.
Desnivel
B
DH
0
A
X
Plano horizontal
Calculados los datos obtendremos los valores de X,Y, Z de la estación (coordenada parcial), pero la
cavidad consta de muchas otras estaciones, por lo que tendremos que hacer sumatorios en los tres ejes
para referirlas al origen (Coordenadas totales).
S
L
X
Y
X Total
Y Total
0
1
7,20
5,10
7,20
5,10
1
2
8,40
-5,05
15,60
0,05
2
3
-7,00
-3,85
8,60
-3,80
Capítulo 6: Topografía - 27
?
i
Los datos calculados deberemos pasarlos a una tabla, recordad la hoja de campo en la que introducía-
mos las mediciones en un estadillo, pues construiremos uno similar y le añadiremos una serie de colum-
nas donde anotar los cálculos, y estas son:
- Columna DG Totales, donde ponemos el sumatorio de DG.
- Columna DH, donde ponemos el valor métrico de la distancia horizontal calculada entre dos
estaciones o puntos.
- Columna Z, donde ponemos el valor métrico del desnivel calculado, corresponde al valor de
coordenada parcial Z de la estación de llegada..
- Columna X, donde ponemos el valor de la coordenada parcial de la estación o punto de
llegada.
- Columna Y, donde ponemos el valor de la coordenada parcial de la estación o punto de
llegada.
- Columna de X Totales, donde ponemos el sumatorio de la coordenada X, desde su origen.
- Columna de Y Totales, donde ponemos el sumatorio de la coordenada Y, desde su origen.
- Coordenada de Z Totales, donde ponemos el sumatorio de la columna Z, desde su origen.
Con los datos calculados y reflejados en el estadillo espeleométrico, sabemos por ejemplo:
- La longitud de la cavidad, leyendo la columna DG Totales.
- Los desniveles de cualquier punto con relación al origen, en la columna de Z Totales.
- La profundidad, en la columna de Z Totales, viendo el valor mayor de signo negativo.
- El desnivel máximo, en la columna de Z Totales, sumando los valores extremos de signo
positivo y negativo.
- La superficie que ocupa el cavernamiento, en un plano, viendo en las columnas de X Totales
e Y Totales, los valores extremos de signo positivos y negativos.
- Determinar en un plano el emplazamiento del punto de origen.
- Detectar los errores en las estaciones de cierre, comprobando que los valores de coorde-
nada totales de X, Y, Z, son similares o no en la estación de cierre. Entre otros.
Ho y en día, existen programas de ordenadores que realizan de forma automáticas todos estos cálculos.
S
L
DG
Ho
V
R C DGT
DH Z X Y
XT
YT
ZT
OB
Capítulo 6: Topografía - 28
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i
10.3. CÁLCULO DE ERRORES
Si en un cierre no coincide los valores de coordenadas, podemos compensar sumando todos los ángulos
interiores de la poligonal cerrada y ver la diferencia angular, esta diferencia es el error y podremos com-
pensarlo proporcionalmente teniendo en cuenta la longitud del segmento y que el error no supere el 2%
de la suma de los ángulos. Si el error no es tolerable, deberemos repetir las mediciones en el campo muy
a pesar nuestro si queremos obtener planos precisos.
No debemos confundir error con equivocación, los errores vienen dados por la construcción de los pro-
pios instrumentos de medición, como la precisión angular de una brújula es el grado, luego los minutos
y segundos de un ángulo cualquiera se desprecian y esta acumulaciones que son constante cometen
el error, también puede venir por la manipulación de los instrumentos, el topógrafo que realiza las visua-
lizaciones tiene en su vista unas dioptrías propias que produce ligeros desvíos angulares que producen
errores y por último los derivados del método, que consiste en el emplazamiento de los instrumentos. en
todos los casos son constante y reducidas por lo que se pueden compensar.
Equivocaciones, son aquellas derivadas de la utilización anómala de los instrumentos o de la aplicación
incorrecta del método, o por descuidos del topógrafo al hacer sus anotaciones, estas siempre se deben
subsanar repitiendo el trabajo en el campo.
10.4. DIBUJAR EL PLANO
Una vez calculada la espeleometría, podemos pasar a realizar el dibujo, por la que habrá que pasar por
las siguientes fases:
- Construcción del esquema de poligonales y medidas auxiliares en un papel milimetrado a la
escala adecuada. (Suele llamarse cangrejo).
- Dibujo sobre el papel milimetrado y apoyándose en el esquema topográfico el contorno de la
cavidad utilizando los croquis de campo.
- Dibujo sobre el papel milimetrado, de la información del croquis de campo, utilizando la simbolo-
gía convencional.
- Construcción de las secciones y alzados, siguiendo los mismos pasos.
- Dibujo en limpio del plano final, a ser posible en papel indeformables y copiativos.
En los planos debe figurar como mínimo:
- El N.m. y el año del levantamiento topográfico.
- Nombre de la cavidad y su sigla correspondiente si existiese.
- Grado de precisión BCRA.
- Escala gráfica.
- Desnivel máximo y las cotas más representativas, (+/- 0) imprescindible.
- Las cavidades horizontales se representaran en planta, con las secciones más representativas.
- Las cavidades verticales en alzado donde debe constar la cota +/- 0 y las cotas más representa-
tivas.
Capítulo 6: Topografía - 29
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i
11. BIBLIOGRAFÍA
CANTOS LIEBANA, F.: Curso de introducción a la espeleometría. pp, 73. Sección Espeleológica Marbellí.
Marbella (Málaga) 1987.
FERNANDEZ TABERA, M.: Fundamentos de la Práctica Espeleológica. Nociones Generales de Topogra-
fía Espeleológica, pp, 437-544. Federación Madrileña de Espeleología. Madrid 1987.
MARTINEZ I RIUS, A.: Topografía espeleológica. pp. 132. Federación Española de Espeleología. Barce-
lona. 1992.
Capítulo 6: Topografía - 30
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Capítulo 6: Topografía - 31
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Capítulo 6: Topografía - 32
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Capítulo 6: Topografía - 33
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Capítulo 6: Topografía - 34
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Capítulo 6: Topografía - 35
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Capítulo 6: Topografía - 36
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Capítulo 6: Topografía - 37
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VI
Federico Ramírez Trillo
CARTOGRAFÍA Y
ORIENTACIÓN
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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i
1. ORIENTACIÓN
No podemos asegurar si lo que se denomina como sentido de la orientación, es una cualidad innata en
ciertas personas o más bien es adquirida, y mucho menos, si la practica puede desarrollarla. Algunas
personas intuitivamente saben que dirección tomar para desplazarse de un lugar a otro, mientras que
otras son incapaces de orientarse dentro de una casa con cuatro habitaciones.
Se dice que si una persona es capaz de materializar la dirección Norte-Sur, ésta es una persona orien-
tada. Lo que sí es cierto, es que la naturaleza nos rodea de signos y datos orientadores. Hay que practicar
con estos signos hasta conseguir que la mente los asimile inconscientemente y así poder educar el sen-
tido de la orientación, aún cuando éste sea artificial. A su interpretación vamos a dedicar parte de este
capítulo.
1.1. LOS PUNTOS CARDINALES
Las personas que salgan a la montaña, bien en solitario o en grupo además de poseer la experiencia
normal y tener los conocimientos suficientes sobre la montaña, deben saber ORIENTARSE, es decir,
deben ser capaz de establecer en todo momento, la dirección en la que se encuentran los puntos cardi-
nales, el lugar donde se halla y cuál es la dirección que debe seguir para llegar a su destino.
Algunos animales poseen un misterioso e instintivo sentido de la orientación, que la ciencia no llega
todavía a explicar y que les permite llegar a lugares distantes y previamente establecidos con absoluta
precisión, aunque tengan que seguir unos recorridos llenos de obstáculos y sufran desvíos imprevistos.
El hombre, a pesar de tener un cierto sentido natural de la orientación, ha necesitado recurrir, para orien-
tarse con precisión, a su inteligencia y preparación, su agudo espíritu de observación y, principalmente
en la montaña, a una serie de instrumentos adecuados que toda persona relacionada con los deportes
de montaña, debe llevar siempre en su mochila. Es indispensable, para poder orientarse, conocer y saber
determinar los llamados puntos cardinales:
TRAMONTANA
N
- El Norte, Septentrión o Medianoche, es la dirección en
la que se encuentra el eje de rotación de la Tierra, y está a
MISTRAL
GRECAL
la espalda del observador puesto de cara al Sol, al medio-
NO
NE
día astronómico.
- El Este, también llamado Levante u Oriente, indica la
dirección en la que sale el Sol durante los equinoccios de
PONIENTE O
E LEVANTE
Primavera , 21 de Marzo y de Otoño, 21 de Septiembre.
- El Oeste, Occidente o Poniente, se encuentra en la
SO
dirección en que el Sol se pone los días de equinoccio.
SE
LEBECHE
SIROCO
- El Sur o Mediodía es la dirección en que se encuentra
S
el Sol al mediodía astronómico, que puede diferir algo del
MEDIODÍA
mediodía legal.
Rosa de los vientos
De una manera convencional, el horizonte se subdivide en los cuatro puntos intermedios a los cardinales
y que se denominan Nordeste (NE) o Grecal; Sudeste (SE) o Siroco; Sudoeste (SO) o Lebeche; Noroeste
(NO) o Mistr
FIGURA 1. al.
- R El espacio comprendido
OSA DE LOS VIENTOS
entre los puntos cardinales se denomina cuadrante; el primer
cuadrante es el comprendido entre el Norte y el Este, el segundo entre el Este y el Sur, el tercero entre
el Sur y el Oeste, y el cuarto entre el Oeste y el Norte.
La representación gráfica de los cuatro puntos cardinales y sus subdivisiones recibe el nombre de Rosa
de los Vientos.
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 1
?
i
1.2. ORIENTACIÓN POR MEDIO DEL SOL
En nuestro hemisferio (Boreal), si a mediodía nos ponemos de espaldas al Sol, tendremos: al frente
el Norte, a la derecha el Este, y a la izquierda el Oeste. Por consiguiente, paredes, crestas, torrentes,
etc., se citan siempre en función de la dirección en que se encuentre la espalda de quien los recorra
ascendiendo.
Es cosa sabida que el Sol se encuentra, aproximadamente, a las 6 de la mañana en el Este, a mediodía al
Sur, y a las 6 de la tarde al Oeste. Estos datos del todo no son ciertos, pero para una orientación expedita
podemos aceptarlos así.
Para un mejor conocimiento, la hora meridiana habrá que corregirla con un coeficiente "C" según la fecha
de observación, pero hay que insistir que estamos hablando de procedimientos expeditos. Hay que tener
en cuenta que siempre que hablemos de la hora nos referiremos a la hora universal U.T. ó Universal
Time. En estos momentos en nuestra Península, se lleva un horario especial en el que la hora oficial está
modificada con relación a la época del año en la que nos encontramos y está adoptada por norma en la
Comunidad Europea.
Existe un método muy simple y fácil para determinar los puntos cardinales a cualquier hora, pues basta
con llevar un reloj vulgar y corriente "de esos de agujas", no digital.
Durante 12 horas, desde las 6 en que está al Este, hasta las 18 que se encuentra al Oeste, el Sol reco-
rre un semicírculo (o lo que es lo mismo 180º), mientras que las agujas del reloj describen una vuelta
completa (o sea un ángulo de 360º). De ello se deduce que, mientras el Sol se desplaza a una velocidad
horaria de 15º (180º / 12), la de las agujas es de 30º ( 360º / 12), es decir recorren a igualdad de tiempo un
ángulo doble al descrito por el Sol. Si ponemos el reloj horizontal y colocamos verticalmente en su centro
una pajuela, cerilla, palillo o cualquier otra cosa parecida, y hacemos girar el reloj hasta conseguir que
la sombra producida por el palillo coincida con la bisectriz del ángulo formado por la aguja horaria con la
dirección de las 12, la recta que une el centro del reloj con las 12 nos indicará la dirección del Norte.
NORTE
NORTE
12
12
11
1
sombra
11
1
10
2
10
2
3
9
3
9
4
4
8
8
7
5
6
sombra
7
5
6
HORA, 19h
HORA, 7h
7 de la tarde
7 de la mañana
Por la mañana, la sombra debe quedar en la bisectriz comprendida entre las 12 y la hora que indique
el reloj, mientras que por la tarde la sombr
FIGURA 2. a debe estar en la bisectriz del ángulo comprendido
- ORIENTACIÓN CON EL RELOJ
entre la
hora que marque el reloj y las 12 (contando siempre los ángulos en el sentido de giro de las agujas de
del reloj).
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 2
?
i
1.3. ORIENTACIÓN POR MEDIO DE LA ESTRELLA POLAR
De noche y con el cielo estrellado, nos podemos orientar por
medio de la Estrella Polar. Esta estrella se encuentra en direc-
Estrella Polar
ción Norte en el Hemisferio Boreal, que es el nuestro, y forma
parte de la constelación de la Osa Menor o Carro Pequeño.
Para conocerla, es mucho más fácil encontrar en primer lugar
la Osa Mayor o Carro Grande, que está formado por siete
estrellas muy luminosas y que, por consiguiente, es fácil-
mente visible. La Estrella Polar es la última del brazo del Carro
Pequeño y se encuentra en la prolongación de la línea imagi-
naria que une las dos últimas estrellas del Carro Grande y una
distancia aparente de cuatro o cinco veces la separación entre
dichas dos estrellas.
Osa Menor
Osa Mayor
Hay que tener presente que, durante el transcurso de la noche y a lo largo de todo el año, ambas
FIGURA 3. - CONSTELACIÓN OSA MENOR
constelaciones giran alrededor de la Estrel a Polar, pero no obstante permanece inmutable la posición de las
estrel as que las integran.
1.4. ORIENTACIÓN POR OBSERVACIÓN DEL TERRENO
Cuando no sea posible utilizar cualquier método de los antes citados, como le puede ocurrir a quien
carezca de brújula y de noche el cielo esté cubierto y de día haya niebla, es necesario el uso de todos
aquellos pequeños indicios que la práctica nos puede proporcionar, si observamos con atención. Sin
embargo, si uno no está habituado a fijarse y retener en su mente todos los detalles y características del
suelo, es muy probable que el intentar orientarse se convierta en un problema muy difícil y de solución
casi imposible.
El musgo que se forma en los árboles o en las rocas, el suelo más húmedo y cubierto de vegetación,
el mayor espesor de la nieve y que llega hasta una cota más baja, la mayor abundancia de hielo, los
círculos concéntricos de los tocones de los árboles cortados, que están más juntos en la dirección Norte,
son unas pistas excelentes para indicar dónde está el Norte. Lo mismo puede decirse de las rocas y
zonas más peladas de la vertiente Sur, las hormigas hacen la boca de sus hormigueros mirando hacia
el Sur, la mayor abundancia de matorrales en las vertientes Este y Oeste, de los límites de vegetación
de praderas y pastoreo, generalmente de mayor existencia en el Norte que en el Sur; constituyen unos
levísimos indicios muy inseguros, pero si los unimos a otros pueden ser de un valor aceptable. De mayor
utilidad práctica son los datos que se posea, bien sea por haber estado allí en anteriores ocasiones o bien
por estar perfectamente informados del terreno que se va a pisar: un peñasco característico, un arroyo,
un sendero o cualquier otra obra de la mano del hombre, la inclinación de una ladera, etc.
Con esto hemos citado aquí algunos de los indicios que, debidamente valorados, pueden ayudar a deter-
minar el lugar donde nos encontramos.
1.5. ORIENTACIÓN POR MEDIO DE LA BRÚJULA
La brújula, ese instrumento de todos conocido y cuyo descubrimiento probablemente fue realizado por los
Chinos en una fecha perdida en la noche de los tiempos, fue utilizado y perfeccionado por los navegantes.
Está fundada en las propiedades de una aguja magnética apoyada sobre una púa de tal manera que
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 3
?
i
puede girar libremente sobre un plano horizontal e indicar; en cualquier lugar de la
Tierra, la dirección Norte-Sur.
Tiene la forma de un reloj en cuya esfera aparece dibujada la "Rosa de los Vientos" y
está dividida en 360º, coincidiendo el 0º con el Norte. Normalmente, la aguja tiene una
extremidad blanca y otra azul; ésta última es la que señala al Norte.
Es muy importante saber que la dirección indicada por la aguja no es precisamente el Norte
Geográfico, o sea la dirección del meridiano sobre el que nos encontramos, sino el Norte
Magnético que, respecto al primero, se encuentra desplazado un poco hacia el Oeste. La
0
90
diferencia, es decir, el valor angular entre el Norte Geográfico y el Norte Magnético, se
N
denomina "Declinación Magnética". La Declinación Magnética no es constante para toda
E
la superficie terrestre, sino que varía de acuerdo con el lugar. Estos valores sufren unas
0
O
7
S
ligeras variaciones de periodicidad diaria y estacional. La Declinación Magnética varía
2
anualmente de una forma considerable. Es frecuente que la propia brújula l eve trazado el
180
valor de la Declinación Magnética.
1.5.1.
FIGURA 4. La brújula
- BRÚJULA
En su forma más sencilla, y como hemos explicado anteriormente, consiste en una aguja de acero iman-
tada y suspendida dentro de una caja donde puede girar libremente y por tanto orientarse y marcar hacia
el Norte Magnético. La caja puede ser de metal o de plástico. Suelen llevar un limbo o círculo graduado
en grados sexagesimales. Algunas brújulas llevan incorporado un eclímetro o clisímetro para medir pen-
dientes. Y según los modelos, las brújulas pueden incorporar algunos de los siguientes accesorios y
variaciones.
Sistema amortiguador. Para evitar que la aguja tarde en estabilizarse, se les suele incorporar algún
dispositivo amortiguador, que frecuentemente consiste en ir sumergida en un liquido de características
y densidad apropiadas. Un freno de aguja para evitar desplazamientos bruscos de la misma, que podría
dañar su sistema de suspensión mientras se transporta la brújula.
Un nivel. Para indicar cuando la brújula se encuentra en posición horizontal, puesto que su funciona-
miento óptimo requiere que la brújula se encuentre en posición horizontal. Algunos modelos llevan un
dispositivo de mira que sólo permiten la lectura con el instrumento en horizontal.
Aliada o mira. Frecuentemente consiste en una ranura que debe hacerse coincidir con un pelillo metálico
que a su vez queda enfilado con el punto a visar.
Espejo. Consiste en un espejo o superficie metálica pulida que permite observar el limbo mientras se
hace uso de la aliada.
1.5.2. La utilización de la brújula
Ya hemos explicado el manejo de la brújula para determinar los puntos cardinales y para orientarnos; ahora
nos toca hablar de su utilidad durante la marcha, para l evar en todo momento el control de la dirección
que seguimos. Para el o, se venden en los comercios especializados una brújulas de muñeca, de aspecto
parecido al de los relojes, en las que es muy sencil o realizar su lectura en cualquier momento. Sin embargo,
para la comprobación rigurosa y efectiva de la marcha, existe la "aguja azimutal", gracias a la cual es posible
determinar sobre la carta un itinerario y luego seguirlo fielmente en la realidad. Basta con descomponer el
itinerario topográfico en varios recorridos rectilíneos y que cada uno de el os quede perfectamente definido
por:
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 4
?
i
- Los puntos naturales de la zona que delimiten los extremos de cada recorrido.
- La distancia entre dos extremos del recorrido considerado.
- Su desnivel, y por consiguiente por la pendiente del suelo en el recorrido considerado.
Esta brújula, de la que existen diversos modelos, además de señalar el Norte como todas, puede dar el
ángulo que forma la dirección de la marcha con el Norte, es decir, puede indicar directamente el rumbo,
al igual que las utilizadas por los marinos y aviadores.
Se diferencia de las brújulas comunes, entre otras cosas, porque:
1. El sector que l eva marcada la " Rosa de los Vientos" es giratorio.
2. Por lo menos uno de los lados de la caja están graduados en milímetros, y éste puede ser empleado
para medir distancias en la carta.
3. Lleva una mira fija que permite dirigir visuales paralelamente al lado graduado.
4. Lleva un espejo abatible de forma que se pueda, l evando la brújula a la altura del ojo, dirigir la visual
por la mira y ver en el espejo la dirección que indica la aguja.
5. Hay una flecha bien visible y dispuesta paralelamente a la mira de modo que señala, sin posibilidad
de error, la dirección de la marcha.
Para determinar el camino a seguir para llegar a un punto determinado, hay que:
1. Acercarse la brújula al ojo y regular el espejo de tal forma que veamos en él la imagen reflejada del
sector graduado.
2. Dirigir una visual por la mira hacia el punto de l egada o hacia la dirección previamente establecida,
manteniendo la brújula horizontal de tal manera que la aguja, tras oscilar libremente, se detenga
apuntando al Norte.
3. Una vez que se detenga la aguja, haremos girar el sector graduado hasta que el índice de la
declinación magnética coincida con la dirección de la aguja, lo que se aprecia con el espejo.
Una vez hecho esto, la brújula no sólo indicará el meridiano N-S y los puntos cardinales, sino que la
graduación nos dará el ángulo que forma la dirección de la marcha con respecto al Norte. Sin modificar
la posición del sector graduado, podremos cerrar y graduar la brújula; en cualquier momento será factible
comprobar si la dirección que seguimos es la que hemos determinado previamente o si por el contrario,
nos hemos desviado hacia la derecha o la izquierda, en cuyo caso corregiremos el error que hayamos
cometido. Un índice fijo adecuado nos señala en la graduación el valor del ángulo de rumbo; es preferible
anotar este número y así evitaremos los inconvenientes que se pueden producir en el caso de modificar
involuntariamente la posición del sector.
El mapa topográfico nos permite determinar la dirección a seguir aún cuando el punto de llegada no sea
visible. Individualizados sobre la carta los puntos de situación y llegada, para determinar la dirección a
seguir será preciso:
1. Hacer coincidir el lado graduado de la brújula con la línea que une ambos puntos en el mapa (la
flecha de dirección debe señalar hacia el punto de l egada).
2. Girar la graduación de la brújula hasta que la línea E-W esté orientada con la del mapa (es decir,
paralelamente a las inscripciones de la mayor parte de los nombres impresos, o sea, a lo largo de
los paralelos).
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 5
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i
3. Apartar la brújula del mapa y haciéndola girar con las manos, orientarla, es decir, hacer coincidir
la aguja imantada con el índice de la declinación magnética sin modificar la posición del sector
graduado; la flecha nos indica la dirección que debemos seguir para l egar al lugar deseado.
Todo esto es propio para hacerlo con calma. Sin embargo, es aconsejable que la persona se habitúe a l evar
consigo y consulte con frecuencia, aún cuando se encuentre en un lugar conocido, no solamente el mapa
topográfico, sino también la brújula; esto hará que se adquiera práctica y en caso de necesidad, valerse de
estos métodos.
1.6. ORIENTACIÓN POR MEDIO DEL G.P.S.
El GPS son las siglas del GLOBAL POSITIONING SYSTEM o Sistema de Posicionamiento Global. Está
basado en un conjunto de satélites desarrollados por el Departamento de Defensa de los EE.UU y la
NASA. El sistema consta de 27 satélites de los cuales 3 están en reserva y los 24 restantes orbitan
alrededor de la tierra dos veces al día a una altura de 20.000 Km.
Los receptores GPS utilizan estos satélites como puntos de referencia precisos para triangular su situa-
ción. Midiendo el tiempo de viaje de una señal de radio transmitida desde cada satélite al receptor, éste
calcula la distancia que les separa. Midiendo la distancia a cuatro satélites como mínimo el receptor
puede calcular su situación, su altitud y su velocidad de desplazamiento.
El sistema funciona en cualquier lugar de la Tierra, las veinticuatro horas del día, con cualquier tiempo
atmosférico y tan rápido como es el estándar internacional para la navegación aérea.
Aunque el sistema fue ideado por motivos de defensa, hoy es utilizado por todos los medios comerciales
de transporte, aviones, barcos y vehículos terrestres. Manejar un GPS, es muy sencillo y necesitamos tan
sólo cuatro cosas:
1. El sistema de satélites.
2. Un receptor GPS comercial.
3. Una carta o mapa de la zona.
4. Un lápiz.
Una vez conectado el receptor GPS pulsamos sobre el botón " POS " de posicionamiento y al cabo de un
minuto aparecerán en la pantalla las coordenadas de localización, bien sean éstas Geográficas o UTM
según hayamos seleccionado éstas en el menú de configuración; también aparecerá en la pantalla la
altitud, el número de satélites que intervienen en el cálculo y el grado de precisión de la medida.
Con los datos que nos aparecen en la pantalla, nos vamos a la carta o mapa y en el borde vertical
que corresponde a un meridiano, buscamos por ejemplo: " N 37º 35' 28'' de latitud. Trazamos una línea
horizontal hasta encontrar la línea vertical trazada desde la Longitud " E 00º 59' 12'' " y cuyos datos se
encontrarán en los bordes horizontales. Allí donde se crucen se encontrará nuestra posición.
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 6
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2. CARTOGRAFÍA
Desde las épocas más remotas, el hombre ha sentido la necesidad de representar en pequeñas dimen-
siones los aspectos de la superficie terrestre.
Las primeras representaciones cartográficas o mapas geográficos adolecían de falta de precisión y clari-
dad en la representación del terreno. Hasta hace pocos siglos, las grandes distancias a recorrer, la falta
de medios rápidos de transporte y la imperfecta y pueril técnica empleada para representar el relieve,
constituían los obstáculos que no sólo impedían realizar una exacta representación de los continentes,
sino también la de reducidas regiones, por lo que el antiguo cartógrafo tenía que suplir con su fantasía
los verdaderos conocimientos geográficos.
2.1. EL MAPA TOPOGRÁFICO
Con el transcurso del tiempo y el incesante progreso experimentado por las ciencias y los medios de
comunicación, han logrado que el trazado de los mapas se realice de forma cada vez más precisa y
exacta, ya que desde fines del siglo XVIII, el mapa geográfico se convierte en un importante documento,
indispensable para conocer la Tierra, y el digno fruto de una técnica cartográfica cada vez más avan-
zada.
En épocas más recientes, a consecuencia de los notables progresos realizados por la técnica en el
campo de la determinación de los relieves topográficos, sobre todo gracias a la fotografía (principalmente
aérea) y al conocimiento cada vez más exacto de la Tierra por los Satélites, la ciencia cartográfica ha
alcanzado un elevado nivel de perfección y precisión, y los mapas topográficos se han convertido en un
necesario complemento para toda persona relacionada con el medio.
Ya hemos visto anteriormente todo lo que hace referencia a los puntos cardinales; sin embargo, la deter-
minación exacta del punto en que nos encontramos puede obtenerse, aún cuando estemos en una zona
del todo desconocida, con la ayuda que nos proporciona un mapa topográfico.
En éste, una vez sepamos "leerlo", o sea interpretar correctamente todos los símbolos e indicaciones,
seremos capaces de reconocer y determinar las particularidades de la zona que vamos a recorrer.
"El mapa topográfico es un diseño que representa, por medio de signos convencionales y a escala redu-
cida, todas las peculiaridades de una extensión dada de tierra." Esta representación gráfica de una zona
es exactamente igual a como la veríamos desde encima, (por ejemplo desde un avión) y verticalmente,
es decir, en proyección.
2.2. LA ESCALA
Como hemos dicho, la configuración de la Tierra se representa sobre la carta en proporción reducida. La
relación existente entre una magnitud en la representación gráfica y su correspondiente en la realidad, se
denomina "escala". También se puede definir la escala de un mapa como la relación constante existente
entre una distancia medida sobre el mapa (distancia gráfica) y su correspondiente medida sobre la Tierra
(distancia natural), que no debe confundirse con la distancia real en la que se tiene en cuenta el desnivel;
en topografía, cuando se habla de distancia se sobreentiende que es la natural. Por ejemplo, si medimos
sobre el mapa la distancia de 0,01m (1 cm) y que corresponde a 500 m sobre la Tierra, la escala vendrá
dada por la expresión (0,01/500); sin embargo, esta relación suele venir reducida a una fracción que tenga
por numerador la unidad y por denominador la correspondiente distancia natural. En este caso, fracción
0,01/500 se convierte en 1/50.000 y se dice que el mapa está a la escala de uno es a cincuenta mil,
entendiéndose que un metro medido sobre la carta corresponde a 50.000 metros medidos sobre la tierra,
que 1 mm corresponde a 50.000 mm, etc. La escala es tanto mayor cuanto menor sea el denominador.
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 7
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De acuerdo con las escalas, el Servicio Geográfico del Ejército y el Instituto Geográfico Nacional (IGN),
tienen publicada y suponemos que seguirán publicando, una amplia cartografía, la cual, y con muy buen
criterio, y según lo dispuesto en el Decreto Nº.2992/68." En beneficio de la utilidad pública... será de
libre difusión.". Para nosotros, su característica más útil es la presencia del cuadriculado de coordenadas
rectangulares (el cual facilita en gran medida la determinación de puntos sobre el terreno y la estimación
rápida de distancias reducidas) y los datos de declinación magnética, que posibilitan un uso adecuado de
la brújula. Ambas características no son frecuentes en otros tipos de mapas. A ello hay que sumarle una
buena calidad del papel empleado, una excelente impresión a siete colores y un precio asequible para
nuestro bolsillo. Según la escala, las hojas topográficas se dividen en:
- Mapas generales: Los de escalas 1:800.000, 1:400.000, 1:200.000, 1:100.000, 1:50.000, 1:25.000.
- Mapas locales: Los de escalas 1: 10.000 y 1: 5.000.
Esta correlación entre escalas, permite que cada cuadrante de un mapa señale la superficie comprendida
en el mapa de escala inmediatamente superior. Así, si tomamos un mapa de Escala 1:800.000 y lo dividi-
mos en cuatro partes, según su meridiano y paralelo central, cada una de esas cuatro partes es precisa-
mente la superficie que comprenderá cada uno de los cuatro mapas de escala 1:400.000 que abarcan el
mismo territorio. Si a su vez tomamos un mapa de E 1:400.000 y lo dividimos en cuatro partes, cada una
de esas cuatro partes coincidirá con la superficie representada en el mapa 1:200.000 correspondiente,
y así sucesivamente hasta la escala 1:25.000. Los mapas locales de 1.10.000 siguen la misma pauta
en relación con los de 1:5.000. Para la identificación de todos los mapas, se recurre a dos sistemas de
designación:
Una designación nominal, que coincide con el nombre
E=1:800.000
del núcleo de población más importante contenido en la
8-C
hoja, y si no la hubiera, el del accidente más caracterís-
8-C
8-C
3-1
tico del terreno. Una designación numérica que podemos
1-1
2-1
interpretar así:
8-C
8-C
8-C
3-2
1-2
2-2
a. Un indicativo de escala, para evitar confusión entre hojas
de igual designación y diferentes escalas. La relación de
8-C
8-C
8-C
indicativos es la siguiente:
1-3
2-3
3-3
8C
para E 1:800.000
4C
para E 1:400.000
2C
para E 1:200.000
C
para E 1:100.000
E=1:400.000
E=1:50.000
L
L
para E 1:50.000
4-C
4-C
L
1-1
2-1
1-1
2-1
5V
para E 1:25.000
1-1
1-1
4-C
L
L
2V
para E 1:10.000
4-C
1-2
2-2
1-2
2-2
V
para E 1:5.000
b. Un número de una o dos cifras que indicará la columna
E=1:200.000
E=1:25.000
a la que pertenece.
2-C
2-C
5-V
5-V
1-1
2-1
1-1
2-1
c. Un número de una o dos cifras que indicará la fila a la
1-1
1-1
2-C
2-C
5-V
5-V
que pertenece.
1-2
2-2
1-2
2-2
d. Excepción a esto, son los mapas locales.
E=1:100.000
e. Los de Escala 1:50.000 l evan además, entre paréntesis,
C
C
un número que coincide con la relación numérica de la hoja
1-1
2-1
1-1
correspondiente del mapa topográfico nacional E 1:50.000
C
C
del Instituto Geográfico.
1-2
2-2
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 8
FIGURA 5. - ESCALAS CARTOGRÁFICAS
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Para solicitar por tanto una hoja por medio de su designación nominal, bastará con indicar el nombre de
su población más importante y su serie. Por ejemplo: "Cartagena" serie L, corresponderá a la hoja que
incluye Cartagena como población más importante y a escala 1: 50.000.
Para solicitar una hoja por medio de su designación numérica, conviene saber que a estos efectos, el
territorio nacional se encuentra dividido en columnas o franjas verticales, y en filas o franjas horizontales.
La intersección de una fila con una columna, origina un territorio rectangular que delimita la zona repre-
sentada en la hoja correspondiente.
Por ejemplo, para la serie 8C (escala 1:800.000) existen tres columnas, numeradas de izquierda a dere-
cha correlativamente (1, 2, 3) y tres filas numeradas correlativamente de arriba a abajo (1, 2, 3). El terri-
torio de la casilla superior izquierda, estará representado en la hoja 8C 1-1, etc.
Como hemos dicho anteriormente, en el centro del margen superior, los mapas topográficos llevan el
título que corresponde, casi siempre, al nombre de la localidad más importante representada en ella, o
algunas veces del monte, como a menudo sucede en algunas hojas. En el margen inferior se indica la
escala, la escala gráfica y los signos convencionales.
La escala gráfica, es una recta dividida en partes iguales, cada una de las cuales equivale a una unidad
dada de medida (Kilómetro, Hectómetro); los segmentos de dichas rectas representan las distintas gráfi-
cas correspondientes a las distancias naturales.
ESCALA = 1: 25.000 ( 1 cm = 250 m )
1 Km
500 m
0
1
1,5 Km
Centímetros
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9 10
Es muy útil que en todo momento sepamos la equivalencia de metros de distancia por un mm gráfico (es
decir, de la carta). Esto se obtiene muy fácilmente separando por medio de una columna las tres últimas
cifras del denominador de la escala. Por ejemplo:
Escala 1: 25.000, 1 mm gráfico = 25 m en la realidad.
Escala 1: 50.000, 1 mm gráfico = 50 m en la realidad.
Escala 1: 100.000, 1 mm gráfico = 100 m en la realidad.
2.3. ELEMENTOS GEOGRÁFICOS
La verdadera forma de la Tierra es denominada Geoide, aunque dada su irregularidad, para cálculos se
sustituye por una figura entre la esfera y el geoide, denominada Elipsoide de referencia. El elipsoide de
referencia es una esfera achatada por los polos, de tal forma que el radio polar se considera de 6.356.912
metros y el radio ecuatorial en 6.378.388 metros. Todas estas cuestiones las estudia la Geodesia.
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 9
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2.3.1. Paralelos y meridianos
De modo convencional, a la Tierra se la supone atravesada por un eje sobre el que efectúa sus movimien-
tos de rotación, y a los puntos por donde dicho eje atraviesa la Tierra se les denomina Polo Norte, y Polo
Sur. Si en cada punto de la superficie terrestre trazamos un plano de corte perpendicular a la dirección
de la gravedad, quedará definido el geoide, y si prolongamos hacia afuera dicha dirección de la gravedad,
tendremos el cenit de cada punto. La línea imaginaria que une el cenit con el centro de la Tierra, será
la vertical del punto. Geográficamente, se considera que el eje terrestre es cortado perpendicularmente
por planos, los cuales determinan en su intersección con la superficie los paralelos, y éstos a su vez son
cortados perpendicularmente por otros planos que determinan los meridianos.
cenit
POLO NORTE
eej
vertic
meridianos
paralelos
al
nadir
POLO SUR
Las cartas topográficas, además de los accidentes del terreno, llevan un retículo de líneas que corres-
ponden a los paralelos y meridianos.
FIGURA 7. - MERIDIANOS Y PARALELOS
Los paralelos son circunferencias imaginarias que se obtienen cortando en "rebanadas" paralelas la
Tierra, y perpendiculares a su eje de giro. Sobre ellos se determina la situación de un punto midiendo
en grados y submúltiplos de grado su distancia al Ecuador. Los meridianos constituyen generalmente las
líneas verticales del retículo y se obtienen imaginando que se corta la Tierra a "gajos", de forma que los
planos de sección pasen por el eje. También están numerados en grados y submúltiplos de grado con
referencia a su distancia angular a un meridiano que se toma como meridiano base u origen, en nuestro
caso es el meridiano 0 o Greenwich. Las coordenadas geográficas de un punto establecen inequívoca-
mente la situación; sin embargo, es necesario precisar en cada caso si se trata de latitud Norte o Sur y
de longitud Este u Oeste.
2.4. REPRESENTACIÓN DEL TERRENO
Una buena forma de representar la Tierra y para hacerse una idea clara y precisa de la misma es la del
Globo Terráqueo, es decir, una esfera o un geoide de cualquier material apropiado, sobre el que, con
ayuda de dibujos e incluso de relieves, se representan lo más fielmente posible sus accidentes geográfi-
cos. Pero el globo terráqueo tiene muchas limitaciones, y entre ellas no es de las menos importantes la
de la escala. En otras palabras, por grande que sea el globo, las reducciones que hay que aplicar a los
accidentes geográficos para que quepan en él, es tan grande que se pierde todo detalle. Para solucionar
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 10
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este problema, se recurre a las proyecciones. Entendemos en este caso por proyección el llevar a una
superficie plana lo que originalmente se encuentra en una superficie curva, o de una manera mas gráfica,
supongamos un globo terráqueo, en cuyo interior encendemos una potente bombilla: sobre la superficie
de las paredes que lo rodeen, se proyectarán, como ocurre con un proyector cinematográfico, todos los
detalles que se encuentren dibujados sobre la superficie del globo, y si bien existieran importantes defor-
maciones, al menos lo contenido en la esfera estará ya transferido a la superficies planas. Para reducir
las deformaciones a límites prácticos, existen muchas soluciones, adoptándose una u otra según el uso
que se vaya a hacer de los mapas resultantes.
2.4.1. La proyección y coordenadas U.T.M.
En lo que a nosotros nos concierne, nos basta saber que la proyección U.T.M. es una proyección cilín-
drica. Para explicarlo mejor, volvamos al ejemplo del globo transparente y envolvámoslo en un cilindro de
papel: al encender la luz, lo dibujado sobre la esfera quedará proyectado sobre el mencionado cilindro.
Sin embargo, para la proyección U.T.M. (y eso es lo que significa transversa) el cilindro está colocado
transversalmente al eje de la Tierra y sólo se proyecta una zona de la Tierra, precisamente la que está
colocada más cerca del cilindro. A la zona que se proyecta se denomina Huso y para proyectar la totalidad
de la Tierra se necesitan 60 husos. Los husos así, tienen una amplitud de 6º de ancho (de paralelo)
y son precisos tres husos (el 29, 30 y 31) para cubrir la España Peninsular. Como cada huso tiene su
propia cuadrícula cartesiana, para relacionar dos zonas contiguas de dos husos diferentes, existen unas
zonas de superposición en los bordes de cada huso. Por otra parte, y como también puede observarse
en la figura, las deformaciones de la proyección son más acusadas cuanto más lejos está el punto del
Ecuador, y serían más grandes cercanas a los polos, por lo que los husos quedan cortados a la altura
de los paralelos 80N y 80S. Cada huso se divide a su vez en 20 bandas transversales que se numeran
alfabéticamente (de la C a la X). España queda incluida en las bandas S y T de los husos 29, 30 y 31 (ver
figura) excepto Canarias que se incluye en el 28R.
Paralelo 80º N.
N
HUSO
Paralelo 80º S.
S
FIGURA 8. - CILINDRO Y HUSO, U.T.M.
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 11
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Zonas de superposición
Ecuador
Meridiano
6º
0º
L M N P Q T U V W X Y B C D E F
P
J
N
H
Banda T
M
G
F
L
40º
40º
K
E
J
D
H
C
Banda S
G
B
F
A
Huso 29
Huso 30
Huso 31
FIGURA 9. - DIVISIÓN DE ESPAÑA EN HUSOS Y BANDAS
Finalmente todos los husos se dividen en cuadrados de 100 km de lado que se señalan alfabéticamente
de Oeste a Este, y en nuestro hemisferio de Sur a Norte, por lo que cada cuadrado queda definido por
dos letras, la primera de las cuales designa la columna y la segunda la fila. Los cuadrados periféricos de
cada zona no son completos.
Un cuadrado designado como (30 S, XG), pertenecerá al huso 30, banda S, columna de la X, fila de la G,
y cualquier punto dentro de ese cuadrado vendrá designado por sus coordenadas X e Y.
2.4.2. Las Coordenadas Geográficas
Como ya vimos, la Tierra está convencionalmente dividida por paralelos y meridianos. Los paralelos
determinan la latitud de un punto y los meridianos su longitud. El paralelo 0º, mas conocido como Ecua-
dor, divide a la Tierra en dos hemisferios, el Norte y el Sur. Cada uno de estos dos hemisferios, está a
su vez dividido en 90º, con lo cual la latitud de 90º Norte, coincide con el polo Norte Geográfico. Ciertos
paralelos, situados a 23º 27'' del Ecuador y de los Polos, determinan las zonas tropicales. Trópico de
Cáncer en el Hemisferio Norte y Trópico de Capricornio en el Hemisferio Sur. Los meridianos a su vez,
partiendo del convencionalmente señalado como Meridiano 0º o Meridiano GREENWHICH, divide a la
Tierra en 360º, esto es, 180º hacia el Este y 180º hacia el Oeste.
Así una vez que la Tierra queda totalmente cuadriculada por unos ejes de coordenadas, tomándolos
como referencia, determinan lo que se denomina Coordenadas Geográficas de un punto.
Este sistema de situar un punto de referencia a sus coordenadas geográficas, es prácticamente utilizado
de forma internacional y casi todos los mapas disponen de los datos precisos para su uso. Éstas obede-
cen a un sistema cartesiano, en el que se supone que la superficie representada en el mapa es plana,
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 12
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cuando en realidad es curva ya que la superficie representada en un plano es una ínfima parte de la
superficie de la Tierra.
Las coordenadas geográficas nos vienen definidas por los meridianos y los paralelos y están expresadas
en grados, minutos, segundos y décimas.
2.5. MEDICIÓN DE DISTANCIAS
Para calcular con auxilio de la carta topográfica, la distancia en línea recta entre dos puntos determina-
dos, por ejemplo, desde el punto "A"(en el que uno se encuentra) hasta el "B" (al cual se desea ir), se
mide sobre la carta la distancia en milímetros que separa a ambos puntos y se multiplica esta medida por
el denominador de la escala de la carta.
Por ejemplo, si en una carta de 1:50.000 se han medido 7 mm de separación entre A y B, la distancia
buscada será (7 x 50.000 = 350.000 mm), o sea 350 metros.
Asimismo, multiplicando la separación entre los puntos por el denominador de la escala dividido por mil,
como por ejemplo, si la primera es de 47 mm, y la escala es de 1:50.000, la distancia natural será de (47
x 50 = 2.350 metros).
Inversamente, se pasa de la distancia natural a la gráfica multiplicando la distancia real por la escala de
la carta; por ejemplo, así A´ B´ = 750 m y la escala es 1: 25.000, tendremos que ( 750 x 1/25.000 = 0.03
m, o sea que la distancia entre A y B es de 30 mm.
Cuando sea preciso medir una distancia no rectilínea, se utiliza un medio flexible (cordel delgado, pajuela)
y se dobla de forma que se adapte en la carta al recorrido previsto; multiplicando su desarrollo por la
escala, como hemos hecho en los ejemplos anteriores, tendremos la distancia. Para medir los trazos no
rectilíneos se puede utilizar también un recorte de papel sobre el que iremos marcando, uno a continua-
ción de otro, los pequeños segmentos rectilíneos en los que puede ser descompuesto todo el recorrido;
también podemos hacerlo con la ayuda de un compás, pero el mejor sistema lo constituye un aparato
llamado curvímetro que se compone de una ruedecita que se hace girar sobre el mapa siguiendo todas
las sinuosidades que conviene medir y cuyo giro se transmite a una aguja que indica directamente, sobre
un sector graduado en diversas escalas, la distancia real.
Naturalmente, si carecemos de aparatos de medición, bastará compara la distancia obtenida por cual-
quier método con la escala gráfica que, como ya hemos dicho, se encuentra en el margen inferior del
mapa.
2.6. LOS SIGNOS CONVENCIONALES
Las múltiples irregularidades del terreno, naturales y artificiales, vienen reproducidas en la carta por
medio de signos particulares que pueden ser: imitativos (es decir, que dan inmediatamente la idea de lo
que representan; por ejemplo, carreteras, cursos de agua, etc.) o convencionales (constituidos por una
serie de signos unificados que no tienen ningún parecido con la realidad). Cada mapa topográfico lleva,
en su margen, una lista de los signos convencionales empleados.
2.7. REPRESENTACIÓN DE LA ALTITUD
Como ya hemos dicho, en un mapa se representa la superficie terrestre sobre un plano, de acuerdo con
una escala dada y de la misma manera que la veríamos desde un punto situado en su vertical y a gran
distancia. Esta representación seria suficiente y exacta siempre y cuando todas las formas que se repro-
ducen estuvieran contenidas en un plano horizontal (por ejemplo el contorno de un lago), cosa que en
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la práctica sólo se da en muy reducidas ocasiones; en resumidas cuentas, la superficie terrestre es muy
accidentada, mientras que en la representación nos queda todo proyectado sobre un plano horizontal.
Ante ello, para hacer perceptible el relieve y así poder evaluar con exactitud las diferencias de nivel, se
recurre a diversos artificios como son: la indicación de la cota, las curvas de nivel y como complemento
de ellas, los trazos, las sombras y las tintas hipsométricas.
Se entiende por cota de un determinado punto su altura o altitud referida a un plano horizontal de refe-
rencia, que generalmente suele estar al nivel del mar. Este sistema no puede ser utilizado de manera muy
general, sino limitado a puntos topográficos característicos y bien definidos, tales como cumbres, cerros,
poblaciones, etc., por lo que si solamente se emplea este sistema no se resuelve satisfactoriamente el
problema de la representación altimétrica.
Las curvas de nivel o isohipsas son unas líneas imaginarias que unen todos los puntos de la superficie
terrestre que están situados a igualdad de cota (nivel o altura); se obtienen por medio de la intersección
de los accidentes geográficos con planos horizontales situados a determinada altura. La distancia verti-
cal, o desnivel entre cada uno de estos planos y sus adyacentes, es constante (para un mapa dado) y se
denomina equidistancia.
Si imaginamos una montaña de forma perfectamente cónica, dividida por un número determinado de
planos horizontales, las intersecciones de estos planos con el cono producirán una serie de circunferen-
cias concéntricas cada vez más pequeñas y que tienen como centro la proyección del vértice del cono.
La figura, que representa dos conos de igual base y alturas distintas, nos muestra como las proyecciones
son más numerosas y próximas en el cono de mayor altura, lo que nos demuestra que, en un mapa dado
y a igualdad de equidistancia y escala, las curvas más próximas indican una inclinación mayor que las
más espaciadas.
150
D E F
E
D
F
C
140
C
G
G
B
H
130
B
H
A
I
120 A
I
a
b c
d e f
g h i
a b c d
e
f
g
h i
150
120 130 140
FIGURA 10. - REPRESENTACIÓN E INTERPRETACIÓN DE LAS CURVAS DE NIVEL
Esto da lugar a que, más allá de una cierta inclinación, las curvas de nivel sean demasiado próximas y
lleguen a superponerse, de forma que es imposible distinguirlas; para evitar este inconveniente se recurre
a otro sistema de representación, como por ejemplo los trazos o la coloración de cotas.
En mapas topográficos, las curvas de nivel están trazadas con línea continua, interrumpida solamente
en sus intersecciones con carreteras, cursos de agua, lagos, torrentes etc.,. Pueden ser de tres clases:
principales, intermedias y auxiliares.
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 14
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Las curvas principales se distinguen por su trazo más grueso y a intervalos de cota que son múltiplos de
la equidistancia. Generalmente, la distancia entre ellos es de 100 metros.
Las curvas intermedias, también de trazo continuo pero más fino, están comprendidas entre las curvas
principales y no llevan indicación de cota; la distancia entre ellas suele ser de 25 metros.
Las curvas auxiliares se utilizan para representar ciertos accidentes geográficos cuya representación no
sería lo suficientemente clara si empleáramos solamente las curvas anteriores. La distancia entre ellas
es muy pequeña (por ejemplo 5 metros, si la distancia de las intermedias es de 25 metros) y se indican
por medio de líneas de trazos.
Como complemento de las curvas de nivel y sobre todo cuando a causa de una excesiva inclinación del
suelo éstas quedan muy próximas, se recurre a los demás métodos antes indicados para representar la
forma del terreno: los trazos más o menos densos según la mayor o menor pendiente y dirigidos hacia
el lugar de mayor inclinación, o el sombreado que se utiliza para hacer visible el relieve del suelo supo-
niendo que está iluminado por unos rayos de luz. Esto determina zonas de luz y de sombra muy contras-
tadas, que, además de un excelente efecto artístico, facilitan la interpretación de un simple vistazo.
Las tintas hipsométricas sirven para dar tono al relieve de forma que su intensidad aumenta con la altura;
este método se complementa muy bien con las curvas de nivel y produce un agradable efecto (se emplea
generalmente en los mapas de escala grande).
2.8. LA ORIENTACIÓN DEL MAPA TOPOGRÁFICO
Para utilizar la carta in situ, es necesario "orientarla", es decir, colocarla de forma que los puntos conte-
nidos en ella se correspondan, en alineación, con sus correspondientes de la Tierra. Suponiendo que
estuviéramos situados a gran altura sobre el nivel del suelo, al dirigir una visual a un punto cualquiera
de la carta hacia su correspondiente de la realidad, se verificaría que cualquier otra pareja de puntos
correspondientes de puntos del mapa y de la tierra se encontrarían igualmente sobre otra visual.
Los mapas están dibujados de forma que, colocados normalmente para su lectura, el Norte coincide con
la parte superior de la hoja, el Sur con la parte inferior, el Este se halla a la derecha y el Oeste a la
Izquierda de quien la lee. Una vez determinada la dirección de los puntos cardinales en el lugar, bastará
disponer de la carta de forma que su parte superior (Norte) corresponderá con el Norte Geográfico.
La orientación de la Carta puede hacerse:
a) Por puntos destacados del lugar, cuando son visibles; basta con señalar sobre el mapa, además
de la propia situación, la de cualquier punto notable que sea visible desde el lugar en que nos
encontramos (por ejemplo, refugios, col ados, cumbres, etc.), para luego hacer girar horizontalmente
el mapa hasta que dichos puntos estén alineados con sus representaciones sobre el mapa.
b) Por los puntos cardinales: cuando las circunstancias no nos permitan determinar directamente la
dirección de los puntos cardinales (como puede ser cuando haya niebla o sea de noche) utilizaremos
la brújula: para el o la colocaremos sobre la carta dispuesta horizontal y de forma que los puntos
Norte-Sur y Este-Oeste de aquel a estén alineados con los paralelos y los meridianos de la carta, y
así haremos girar simultáneamente la brújula y mapa hasta que el extremo N de la aguja l egue a
coincidir con el punto correspondiente a la declinación magnética del lugar y que está debidamente
señalado en la carta.
Para una correcta lectura e interpretación de la carta, hay que disponerla delante como si uno estuviera
leyendo el periódico, y por consiguiente, seremos nosotros los que debemos modificar nuestra posición
de acuerdo con la orientación de la carta y no al revés.
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 15
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C
B
c
b
a
2.9. Situación de un punto sobre el plano
FIGURA 11. - ORIENTACIÓN DEL MAPA
A menudo, cuando estamos localizando bocas de cavidades en una zona de trabajo, nos asalta con
frecuencia la duda de si hemos cometido algún error a la hora de marcar éstas sobre el plano. Esa duda la
podemos despejar siempre y cuando el procedimiento para situar un punto sobre el plano sea el correcto,
en esta ocasión el plano ya está hecho y somos nosotros los que tenemos que situarnos dentro de él, en
este caso la boca de la cavidad.
En ocasiones no bastará el situarnos con respecto a un punto de referencia, sino que frecuentemente
necesitaremos dos puntos de referencia y aún mejor tres o cuatro.
Para empezar, nos detendremos delante de la boca de la cavidad y miraremos atentamente a nuestro
alrededor para buscar algunos puntos fácilmente reconocibles sobre el mapa. Quizá veamos a lo lejos
un pico muy alto, más alto que todos los demás que lo rodean. Quizá también el punto de afluencia de
dos arroyos, un cortijo, una ermita, o la torre de la iglesia de un pueblo, un puente sobre un río o mejor
un punto geodésico. Con el mapa desplegado y orientado, intentaremos reconocer como mínimo un par
de dichos puntos sobre el mapa. Una vez hecho esto, los puntos reconocidos, deben serlo con el menor
margen de duda posible, enfilamos con la mira de la brújula el primero de los puntos, y apuntamos el
rumbo al que está de nosotros. Procedemos igual con el segundo punto, y si podemos hacerlo con un
tercero o cuarto, mejor.
Ahora calculamos la declinación magnética en la zona y reducimos los rumbos obtenidos a rumbos ver-
daderos. Supongamos que visualizamos a 93º de rumbo de nosotros un monte característico, a 3º la torre
de una iglesia y a 265º un punto geodésico, y que la declinación magnética de la zona es de 3º. Los
rumbos verdaderos de dichos puntos serán 90º, 360º, 262º respectivamente. Pero como lo que tenemos
situado en el mapa son los puntos y no nosotros, ahora tenemos que saber con qué rumbo seríamos
vistos por un observador que se encontrara en dichos lugares. Evidentemente el observador nos vería
con una diferencia de 180º con respecto al rumbo que nosotros hemos tomado, por consiguiente, tendre-
mos que sumar o restar 180º a los rumbos verdaderos obtenidos. Así, desde el monte, el observador nos
vería a 270º (90º +180º), desde la torre de la iglesia a 180º(360º - 180º), y desde el punto geodésico 82º
(262º - 180º). Si sobre el mapa, trazamos una línea que desde el monte forme con el Norte Magnético
270º, obviamente nosotros estaremos situados en algún punto de dicha línea, pero si trazamos otra línea
desde la torre de la iglesia con un rumbo verdadero de 180º, donde la línea corte a la primera será el
punto donde está situada la boca de la cavidad. Para confirmar nuestros cálculos trazamos una tercera
línea desde el punto geodésico a 82º de rumbo y esta línea debe pasar por encima del lugar donde se
cruzan las otras dos, o muy probablemente, pasará muy próxima, pues lo normal es que siempre se
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 16
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cometan pequeños errores, y quedará formando un pequeño triángulo que denominaremos como "Trián-
gulo de situación". Dentro de este triángulo estará situada la boca de la cavidad.
3. BIBLIOGRAFÍA
CIRILLO FLOREANINI y cols.: Alpinismo Moderno. Hispano Europea.
CONRAD D.: GPS, Qué es, para qué sirve, cómo se usa. Noray.
DONALD. H MENZEL: Guía de campo de las estrel as. OMEGA.
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MARBACH, G.; ROCOURT, J. L.: Techniques de la Spéléologie Alpine. TSA. Chorance (Francia) 1980.
MARTÍNEZ I RIUS, A.: Topografía Espeleológica. Federación Española de Espeleología. Barcelona 1992.
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S.G.E.: Apuntes de Cartografía. Escuela de topografía y geodesia. S.G.E, Madrid 1971.
S.G.E.: Proyección Universal Transversa Mercator. Edit. S.G.E., Madrid 1976.
TALLADA, N.; FERNÁNDEZ, M.: Fundamentos de la Práctica Espeleológica. Federación Madrileña de
Espeleología, Madrid 1987.
Capítulo 7: Cartografía y orientación - 17
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VII
Manuel J. González Ríos
HISTORIA DE LA
ESPELEOLOGÍA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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1. PRECURSORES DE LA ESPELEOLOGÍA
1.1. RESUMEN HISTÓRICO DE LA ESPELEOLOGÍA FUERA DE NUESTRAS FRONTERAS
Desde los albores de la humanidad el hombre se ha sentido atraído por el mundo subterráneo; utiliza las
cavidades como refugios temporales, viviendas o simplemente para desarrollar en su interior diversos
rituales. Muestra de todo ello son los importantísimos yacimientos arqueológicos descubiertos en ellas en
todos los lugares de la Tierra.
Para encontrar las primeras referencias escritas hay que remontarse a los escritos de los filósofos clási-
cos. Séneca en su obra Questiones Naturales (Vol. II, 1, XV) nos cuenta:
«Antes del reino de Filipo de Macedonia existían hombres que, buscando tesoros, penetraron
hasta los lugares más profundos y se hundieron en las cavernas donde no puede observarse
ninguna diferencia entre el día y la noche... descendiendo con gran cantidad de antorchas que
habían de iluminarlos por espacio de muchos días. »
«Se encontraban fatigados por la extensión del camino efectuado cuando, espectáculo a propósito
para hacerles temblar de miedo, vieron ríos e inmensos lagos de aguas dormidas, parecidos a
los nuestros, y que no estaban aplastados por la tierra que los cubría, sino que tenían un gran
espacio sobre ellos... Así fue como descendieron a una región donde encontraron una disposición
diferente de la que ofrece la Naturaleza: la tierra estaba suspendida sobre sus cabezas, el viento
soplaba en las tinieblas vacías y ríos horribles circulaban en una noche que en nada se parecía
a la nuestra... »
Como podemos observar de este singular escrito y a diferencia con el hombre prehistórico que utilizaba
las cavernas en su beneficio, el mundo subterráneo era un lugar horrible habitado por monstruos y dra-
gones que custodiaban celosamente fabulosos tesoros.
Ya entrada la Edad Media esa herencia del pasado ampliada por la brujería, duendes y otros seres dia-
bólicos asociados a las cuevas, aplaza hasta casi el umbral de la era moderna la exploración del mundo
subterráneo.
No se sabe con seguridad cuando se realiza la primera exploración espeleológica propiamente dicha.
Entre 1213 y 1529 hay evidencias de la exploración parcial de la Cueva de Postojna Jama en Eslovenia.
En 1490 Hans Breu explora la Cueva de Sophienhöhle (Alemania). En 1503 se encuentran las primeras
referencias austriacas. Y muchas otras repartidas por toda la geografía terrestre.
En 1618 se descubren los primeros esqueletos prehistóricos en la Cueva de Steinbach (Baviera).
Al parecer en 1656 el francés Jacques Gaffarel escribe su obra El mundo subterráneo, de la que tan sólo
se conservan, en la Biblioteca Nacional de París, las cuatro primeras páginas que recogen el título y el
índice.
Algunos años más tarde, en 1665, se publica la famosa obra de P. Anastasio Kircher, Mundus Subterra-
neus, que en sus dos volúmenes recoge las teorías más fantásticas sobre la formación de las cavernas.
En 1668 en la ciudad de Kiev (Ucrania), se publica el plano topográfico de la Cueva Pechersk Lavra,
convertida en catacumbas dentro del monasterio de Lavra.
Entre 1670 y 1680 el barón Johann Valvasor que vivía a unos 80 Km de Trieste (Italia) visita unas 70
cuevas en la región de Karst (Eslovenia) escribiendo y publicando meticulosos informes sobre sus des-
cubrimientos, siendo el primero en estudiar y explorar sistemáticamente la circulación subterránea del
agua.
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 1
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En el año 1747 Joseph Nagel, matemático, es enviado por la administración austriaca a explorar y carto-
grafiar las cavidades más importantes del Imperio austro-húngaro. Durante dos años Nagel acompañado
de un artista italiano realizan mapas y esquemas de varias cavidades, de entre ellas desciende la Sima
de la Macocha (antigua Checoslovaquia) convirtiéndose en una de las primeras exploraciones a una sima
vertical (-138 m). Al igual que Valvasor le dedica especial atención a la Cueva de Postojna Jama, sin duda
la cavidad más importante de toda Eslovenia.
Esta cavidad sobre 1818 es acondicionada para ser visitada al turismo, convirtiéndose en la primera
cueva en la que se paga para entrar. En el año 1872 se monta en su interior un tren para los visitantes.
En 1790 en la región de Kentucky central (U.S.A.), un cazador John Houchin siguió a un oso herido hasta
su madriguera, entra en la misma encontrando una gran sala con gran cantidad de murciélagos y el suelo
cubierto de tierra rica en nitratos. En 1812 esta cavidad es bautizada por uno de sus propietarios por
Mammoth Cave, que llegaría a ser tan famosa en Estados Unidos como la de Postojna en Europa.
Ya entrados en el siglo XIX son muchos los trabajos que se pueden encontrar por toda la geografía mun-
dial; cabe destacar los realizados por Lindner, que en el año 1840 interesado en el aprovechamiento de
las aguas de Trieste (Italia), penetra en la Sima de Trebiciano y tras 14 meses de trabajos logra alcanzar
el curso del río Recca, que discurre por la inmensa caverna, que hoy lleva su nombre, a una profundidad
de 322 metros.
En 1850 Schmidt realiza la navegación subterránea de los ríos Recca y Piuka, cerca de Trieste.
En Austria Walter von Czoernig-Czernhusen, considerado como uno de los exploradores más grandes del
mundo subterráneo, realiza unos mil descensos a cavidades y unos 400 planos topográficos. Destaca la
exploración de la Eisriesenwelt (Mundo de los Gigantes de Hielo) con más de 40 Km.
En la segunda mitad del XIX una serie de exploradores subterráneos van a elevar a la categoría de
Espeleología Científica la hasta ahora exploración subterránea dedicada más bien al afán de aventura o
enriquecimiento personal. Destaca entre todos el parisino Eduard Alfred Martel.
En 1866 el padre de E. Martel, abogado y aficionado a la Paleontología, lleva de visita a su hijo a la edad
de siete años a la Gruta de Han (Bélgica). Este hecho, como reconoce él mismo, marca a Martel para
toda su vida.
En 1888 Martel empezó una serie de campañas anuales, acompañado de sus discípulos L. Armand,
G. Gaupillat, E. Foulquier, entre otros; desde Portugal a Noruega y desde el Cáucaso a las Montañas
Rocosas, y publica sus resultados en gran cantidad de artículos y libros. Funda la Société de Spéléologie,
una de las primeras sociedades espeleológicas; edita la primera revista de Espeleología, Spelunca. A
Martel se le puede considerar como el padre de la Espeleología moderna.
Allí donde viajaba Martel dejaba escuela, así en España es acompañado por Font i Sagué; en Inglaterra
por E. Roberts quienes descienden en 1895 la sima de Gaping Gill de 120 m de profundidad, por donde
se precipita el caudaloso río Fell Beck. En el año 1883 en Trieste (Italia), se funda la Societá Alpina delle
Giulie «Comissione E. Boegan». En 1889 se funda en Eslovenia el Jamarska Zveza Slovenije, dedicadas
al estudio de las cavidades del Karst de la región.
Ya entrado el siglo XX las exploraciones y descubrimientos subterráneos se desarrollan en la totalidad de
la Tierra; así tenemos entre otras muchísimas entidades, la Sociedad Espeleológica de Cuba fundada en
el año 1940; en Estados Unidos de América en el año 1941 se funda la National Speleological Society;
en Australia en el 54 la Sydney Speleological Society; etc.
En el año 1953 en Francia, se celebra el primer Congreso Internacional de Espeleología, donde se pre-
sentan a escala mundial los trabajos realizados en los diferentes países.
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 2
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En el año 1965 se funda la Unión Internacional de Espeleología, durante la celebración del 4º Congreso
Internacional de Espeleología celebrado en Ljubjana (Eslovenia). De los 24 países que la fundaron, en la
actualidad la U.I.S. la forman 60 países.
1.2 RESUMEN HISTÓRICO DE LA ESPELEOLOGÍA EN ESPAÑA HASTA LA LLEGADA DE MARTEL
Como se ha visto en el capítulo anterior el hombre prehistórico utiliza las cavidades como refugio. Y en
nuestro país ocurre exactamente igual; así tenemos: -la Cueva de Carigüela, (Granada), Cueva de Ata-
puerca (Burgos), Cueva del Castillo (Cantabria), Cueva de Parpalló (Valencia)-, entre muchísimas otras;
las representaciones animalísticas de alto valor pictórico localizadas en sus paredes, entre ellas: - Cueva
de Altamira y Castillo (Cantabria), Tito Bustillo (Asturias), Pileta (Málaga), etc.-
Existen numerosos relatos de exploraciones y trabajos en cavidades por toda la geografía española; entre
otras, la exploración realizada en el siglo XV a la Cueva de los Chorros (Albacete) y el descenso realizado
en el año 1683 por Fernando Muñoz Romero a la Sima de Cabra (Córdoba), para sacar un cadáver
arrojado en ella; al finalizar los trabajos, describe con bastante detalle la cavidad -vertical de 116 m- al
notario que da fe de lo sucedido. Convirtiéndose en la primera referencia escrita de un descenso a una
sima vertical.
Destaca por su importancia la obra de A.J. Cavanilles (1745-1804) quien se adentra en varias cavidades
de la región valenciana con fines puramente científicos; introduce la brújula, al parecer por vez primera en
una cavidad, realiza mediciones, etc. y publica sus resultados en el 1797-97 en dos volúmenes titulados:
Observaciones sobre la Historia Natural, Geográfica, Agricultura, Población y frutos del Reyno de Valen-
cia; se le puede considerar el fundador de la «Espeleología científica» en nuestro país.
En el año 1790 se realiza el levantamiento topográfico de la Cova del Salnitre, realizado por los Sres:
Francisco Remart y Pedro Pablo Montaña. Siendo la primera topografía publicada de una cavidad espa-
ñola.
A lo largo del XIX en España proliferan los trabajos en cavidades; así tenemos -entre otros- en 1801
la exploración de la Cova del Salnitre (Barcelona) efectuada por el monje G. Joana. En el año 1834 A.
Cabrer explora la Cueva de Artá (Mallorca). En 1841 en Cabra (Córdoba), se realiza un descenso a la
Sima de Cabra, para estudiar su formación. Se publican importantísimas obras descriptivas de cavidades
entre ellas Montserrate Subterránea de M. Sola, las de Víctor Balaguer, M. Lasarte, Pascual Madoz, etc.,
todas ellas de mediados de siglo.
En 1862 Pedro de Alcántara Peña, realiza el plano topográfico de la Cueva de Artá en Mallorca.
En 1868 ve la luz una de las primeras obras de arqueología en cavidades; Manuel Góngora describe el
yacimiento de la Cueva de los Murciélagos (Granada), publica incluso el plano topográfico de la misma.
En Burgos Pedro Sampayo y M. Zuaznavar entran en la Cueva de Atapuerca, editando una bella mono-
grafía de esta cavidad, insertando bellísimos dibujos y el plano topográfico de la cavidad.
En 1869 aparece el primer intento de catalogación de las cavidades de nuestro país; Casiano de Prado
recoge, en su obra Descripción física y geológica de la provincia de Madrid, en el apéndice B, un trabajo
titulado "Noticias sobre cavernas y minas primordiales de España", unas 150 cavidades de 25 provincias
españolas.
En Cataluña el entomólogo Dieck en el 1869 describe el primer troglobio descubierto en la provincia de
Barcelona.
En 1876 Marcelino Sanz de Sautuola da a conocer el descubrimiento de las pinturas de la Cueva de
Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria).
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 3
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En Teruel (1880) C. Gomis desciende en torno la Sima de San Pedro. En ese mismo año en la Cova del
Salnitre (Barcelona) R. Arabia realiza un estudio sobre el clima de la cavidad y en Mallorca F. Will realiza
el plano de las Cuevas del Drac. En Málaga (1884) E.J. Navarro publica un estudio arqueológico sobre
la Cueva del Tesoro (Torremolinos). Paralelamente en Mallorca se continúan con las visitas a las cuevas
de Artá y Drac, saliendo a la luz bastantes citas y publicaciones; entre ellas destaca la de S. Gay y B.
Champsaur titulado Album de las cuevas de Artá y Manacor, editado en 1885, obra de gran formato en
la que se recogen la descripción, planos y 25 láminas de las cuevas. En 1893 D. César Álvarez Cascos
junto con otras tres personas explora parcialmente la Cueva del Rey Cintolo (Lugo).
Por estas fechas son varios los trabajos publicados por el prehistoriador Juan Vilanova, citándose con
frecuencia numerosas cavidades inéditas, siempre tratando sobre estudios y hallazgos arqueológicos.
Este autor en una de estas publicaciones defiende a Marcelino S. de Sautuola y a su descubrimiento de
las pinturas de la Cueva de Altamira, en contra de todos los prehistoriadores de la época, que negaban
su autenticidad.
Años más tarde en 1896 ve la luz la obra de G. Puig y Larraz Cavernas y Simas de España, obra clásica
de la literatura española que recoge en cerca de 400 páginas la relación de cavidades conocidas hasta
la fecha.
En el año 1896 Eduard Alfred Martel acompañado de M. Louis Armand llegan a España por invitación del
Archiduque Luis Salvador para explorar las cuevas de Mallorca; de regreso pasan por Barcelona invitados
por el Centro Excursionista de Cataluña, para visitar algunas cavidades de la región -Cova del Salnitre y
la Fou de Bor- acompañándole en su visita Norbert Font i Sagué. Este hecho significaría el comienzo de
la Espeleología propiamente dicha en nuestro país.
2. LA ESPELEOLOGÍA DEL SIGLO XX EN ESPAÑA
2.1 HISTORIA DE LA ESPELEOLOGÍA DESDE NORBERT FONT I SAGUÉ HASTA LA CREACIÓN DE LA
ESPELEOLOGÍA ORGANIZADA EN ESPAÑA
Como se ha visto en el apartado anterior E.A. Martel llega a Cataluña para recorrer varias cavidades
de la zona. Por parte del Centre Excursionista de Catalunya fue comisionado Norbert Font i Sagué para
acompañarle; el contacto con Martel es decisivo para él, acompañándolo en sus exploraciones. El 27 de
diciembre de 1897 Font i Sagué, lleva a cabo la primera gran exploración al descender el Avenc de Can
Sadurní (Barcelona). El resultado de estos trabajos fue la fundación de la primera sociedad espeleológica
en España en 1906, el Club Muntanyenc. Entre sus filas, Josep M. Có de Triola publica en 1907 los pri-
meros trabajos con fotografías de las diferentes expediciones. En el año 1909 se edita una recopilación de
todos estos trabajos, bajo el título de Sota Terra, convirtiéndose en la primera publicación espeleológica
de nuestro país.
El 19 de abril de 1910, muere a la edad de 36 años Norbert Font i Sagué (1874-1910); en su corta vida,
dejó gran cantidad de trabajos espeleológicos y una serie de seguidores; fruto de su trabajo se le ha
considerado como el padre de la Espeleología en España.
Fiel seguidor de los trabajos de Font i Sagué en Cataluña fue el Dr. Mariano Faura i Sans; entre otros
interesantísimos trabajos de catalogación y exploraciones varias, Font i Sagué y Faura i Sans coinciden
en 1907 en la exploración del Avenc d'en Roca en el macizo del Garraf (Barcelona) siendo la última
cavidad visitada por Font i Sagué. En 1911 publica La Espeleología de Cataluña; realiza con éxito los
descensos al Avenc de Sant Hou, de Mongrony; desciende el primer pozo del Avenc de l'Esquerra en
1908, etc.
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 4
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En Zaragoza el P. Longinos Navás entre 1900 y 1901 publica algunas notas sobre la geología de la Cueva
de Maderuela y en 1903 sobre la Sima de Ricla. En Cantabria y motivado por los intensísimos trabajos
llevados a cabo por H. Alcalde del Río, H. Obermaier, J. Cabré, H. Breuil, P. Serrano y el Conde de la Vega
de Sella, entre otros, realizan importantísimos descubrimientos en cavidades, centrando principalmente
sus trabajos en la búsqueda de pinturas y yacimientos paleolíticos; destacan los descubrimientos de la
Cueva del Castillo (1903), cueva de la Maeza (1907), La Pasiega (1911), del Rey (1917), etc. publicán-
dose interesantísimas obras con los trabajos efectuados. En Andalucía se descubre la Cueva de la Pileta
en el año 1905, la cavidad con pinturas paleolíticas más importante en esta región.
El eminente prehistoriador H. Breuil junto con otros colaboradores y bajo el auspicio del Príncipe Alberto
de Mónaco (Inst. Pal. Humaine), publican una serie de libros: la Caverne D'Altamira (1906), Las Cavernes
de la Región Cantabrique (1911), La Pasiega à Puente Viesgo (1913), La Pileta à Benaojan (1915), entre
otros.
En el año 1908, el doctor J. Carballo, fundador del Museo Prehistórico y Arqueológico de Santander,
propone la fundación de una Sociedad Española de Espeleología; al año siguiente la Real Sociedad
Española de Historia Natural crea la Sección Espeleológica de Santander.
En Cataluña en el año 1909 los eminentes bioespeleólogos R. Jannel y E. Racovitza realizan varias
visitas a cavidades de la región, continuándose éstas a lo largo de más de diez años, junto con visitas a
otras regiones españolas.
Por estas fechas las actividades de Faura i Sans junto con otros miembros del Club Muntanyenc conti-
núan sus exploraciones por toda la geografía catalana.
En 1910 aparece la primera publicación sobre barrancos del Alto Aragón de la mano de L. Briet publicada
en la revista francesa Spelunca, memoria nº 61 y al año siguiente la segunda parte del trabajo en
la memoria nº 65. En 1912 J. Maheu en Cataluña y las islas Baleares investiga la flora subterránea,
publicando sus resultados igualmente en Spelunca memoria 67-68.
En estas fechas se inicia una época difícil para la elaboración de un resumen histórico; la dificultad se
centra en la diversificación de trabajos espeleológicos por todo el Estado. La Espeleología gana un gran
número de practicantes, las antiguas campañas espeleológicas casi desaparecen especializándose los
investigadores en temas concretos -Bioespeleología, Geología, Paleontología, Arqueología, etc.-, susti-
tuyendo el antiguo espíritu de aventura.
Entre otros, en la provincia de Logroño D. Juan Garín y Modet explora y topografía varias cavidades en la
cuenca del río Iregua en el año 1913, con fines netamente arqueológicos.
En Tarragona J. Ferrate en el año 1918 publica Espeleología de las Comarcas Tarragonines; en ella
recoge gran cantidad de información sobre cavidades la mayor parte de ellas inéditas.
Son interesantes los trabajos realizados por el Padre Jesuita Luis Rodés efectuadas en los años 1922 y
25 en la Cueva del Drac (Mallorca), colocando aparatos en los lagos para medir los cambios de nivel.
En 1923 surge en las filas del Centre Excursionista de Catalunya Rafael Amat i Carreras, destacado
espeleólogo que aporta importantes trabajos en el macizo del Garraf (Barcelona); en este año desciende
el Avenc de la Sivinota, con una vertical de 90 metros. Poco más tarde organiza una nueva expedición al
Avenc del Bruc, en la que se incluye la filmación de una película, pólizas de seguros contra accidentes
e incluso una barca para recorrer el inexistente lago subterráneo que Font i Sagué creyó ver. El 12 de
octubre de 1924 logra explorar completamente el Avenc de la Ferla, acompañado de más de 100 perso-
nas y operadores que filmarían el descenso. Proseguirá sus investigaciones hasta el año 1928. A Amat i
Carreras, se le puede considerar el máximo iniciador de la Espeleología deportiva.
La guerra civil española provoca un freno en las exploraciones en todo el país, pero ya entrados los años
40 se retoma la actividad espeleológica. Así, en el año 1947 un grupo de montañeros granadinos (tras
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 5
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perderse en una cueva), fundan el Grupo de Espeleólogos Granadinos; en el 48 se funda el G.E.S. del
Club Montañés Barcelonés, marcando esta fecha un despegue de la Espeleología en España.
En los años 50 surgen nuevos grupos espeleológicos, entre ellos la Soc. Aranzadi; el Centro Excursio-
nista de Alcoy; Grupo Espeleológico Alavés; Edelweiss en Burgos, y un largo etcétera.
En Agosto del 50 una expedición conjunta del G.E.S. del C.M.Barcelonés y el G.E.G. de Granada, explo-
ran la Cueva del Agua en Iznalloz, consiguiendo batir el récord de profundidad del país con 213 m (pro-
fundidad modificada a -165 m en el año 1973).
En el año 1950 se funda en Oviedo la revista Speleon, dirigida por el profesor Noel Llopis Lladó. Esta
publicación marcaría un salto muy importante en el conocimiento de los trabajos espeleológicos desarro-
llados en nuestro país, ya que es la primera revista dedicada a la Espeleología.
A partir de aquí los trabajos espeleológicos se desarrollan por toda la geografía española; cientos de
espeleólogos descubren y exploran infinidad de cavidades, proliferando las entidades espeleológicas y
publicando sus trabajos en las diferentes revistas especializadas.
2.2. LA ESPELEOLOGÍA ORGANIZADA EN NUESTRO PAÍS
A raíz del accidente mortal de M. Loubens en la Sima de la Piedra de San Martín (Isaba, Navarra)
acaecido en 1952, las autoridades españolas dictan normas para reglamentar y organizar una Sección
de Espeleología dentro de la Federación Española de Montaña (FEM). Ésta, dos años más tarde, crea
dentro de su Delegación Catalana, la Comisión Técnica de Exploraciones Subterráneas con la intención
de dirigir y coordinar las actividades de los grupos existentes. En 1955, "por orden de la superioridad" se
crea dentro de la FEM la Comisión Nacional de Exploraciones Subterráneas, aprobándose sus estatutos
y reglamentos dos años más tarde (1957) en la primera "Reunión nacional de grupos de exploraciones
subterráneas" realizada en Barcelona.
En 1955 y dentro del seno del Frente de Juventudes de Santander, realizan la exploración de la Cueva
de Cullalvera en Ramales de la Victoria (Cantabria); el éxito de esta expedición y la búsqueda incesante
por parte de los dirigentes de la Organización Juvenil Española, de nuevas actividades para la juventud,
hacen que en el año 1958 se instale un campamento que sería el precursor de los Campamentos Nacio-
nales de Espeleólogos que la O.J.E. llevaría a cabo hasta mediados de los años 70 en este mismo lugar.
En 1960 se solicita por primera vez a la entonces Dirección Nacional de Educación Física y Deportes
(DNE y D) la creación de una federación de ámbito estatal, como única formula de integración de los
diferentes enfoques de la Espeleología y de los grupos dependientes de sociedades y Diputaciones. La
solicitud es denegada.
En junio de 1967 se celebra en Madrid la "II Asamblea Nacional de Espeleólogos", donde se constituye
el Comité Nacional de Espeleología (CNE) teniendo como objeto el "coordinar y fomentar la práctica de
la Espeleología dentro de la FEM en todo el territorio nacional" siendo el deseo unánime de la Asamblea
el de "formar una Federación autónoma dentro de la DNEF y D; no obstante se acepta una dependencia
de la FEM como un paso hacia la consecuencia del organismo autónomo, siendo el CNE "un mero paso
para ello". Durante la reunión se crea una nueva división de "regiones espeleológicas" fijándose las com-
petencias del Comité Nacional y los regionales existentes, y se presenta el primer proyecto de creación
de la Escuela Nacional de Espeleología.
En el año 1970 se realiza en Barcelona, el primer Congreso Nacional de Espeleología, encargándose de
su organización el Comité Catalano-Balear de Espeleología. A partir de este año, las estructuras caen en
una fuerte crisis, hasta que en el año 1976 y durante la celebración del IV Congreso Nacional en Marbella
es elegida una nueva Junta Directiva que da un nuevo impulso a la estructura organizativa.
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 6
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Tras muchos esfuerzos, en 1977 se expiden las primeras tarjetas del CNE independientes de las de la
FEM, y la Asamblea aprueba un voto de censura al entonces presidente de la FEM por "las obstruccio-
nes que la FEM realiza a la Espeleología nacional". Dos años más tarde (1979) el Consejo Superior de
Deportes preveyendo la creación de una federación independiente, aprueba la creación de la Sección
Española de Espeleología con dependencia económica y administrativa de la FEM.
En marzo de 1982 el Pleno del Consejo Superior de Deportes emite un informe favorable a la solicitud
de creación de la Federación Española de Espeleología y su inscripción en el registro de federaciones,
y un año más tarde aprueba sus estatutos. Estatutos confeccionados a partir de la legislación deportiva
vigente, y que recogen entre otros, sus competencias y la estructura territorial basada en la división
autonómica del Estado.
En 1986 con el patrocinio de la Federación Española, la Federación Catalana organiza el IX Congreso
Internacional de Espeleología.
A finales de 1987 se crea la Escuela Española de Espeleología; órgano docente que tiene como objetivo
primordial el homogeneizar la docencia de la Espeleología a nivel del Estado. Y en 1994 aparece el primer
ejemplar de Subterránea, revista espeleológica que con una periodicidad semestral recoge puntualmente,
entre otros, la actualidad espeleológica.
En la actualidad existen 16 Federaciones Territoriales, 350 Clubes y 6500 espeleólogos adscritos a la
Federación Española de Espeleología.
3. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA TÉCNICA
La evolución de las técnicas de exploración, ha ido de la mano de la disponibilidad de los materiales de
cada época y de las propias dificultades de la cavidad a explorar. Junto con el ingenio que el explorador
tenía que poner para resolver los problemas que se le planteaban.
Para las cavidades horizontales, tan sólo era necesario la utilización de medios de iluminación; la gran
dificultad estaba en los resaltes que presentaban y sobre todo en las simas abiertas al exterior.
Así tenemos que para el descenso de la gran vertical de 116 m de la Sima de Cabra, en el año 1683
en un acta que levanta un notario en boca de sima, podemos leer: «se cargan en un carreta mucha
cantidad de maromas y maderos, y un palo muy grueso y largo, en el cual se pusieron tres garruchas
en medio de él, muy afianzadas y Antonio Rodríguez del Campo, maestro carpintero hizo un torno de
madera muy grueso... y dos maestros cordoneros fueron ingiriendo las dichas maromas unas con otras
muy fuertemente, de forma que se hicieron dos cabos: el uno en que se pudiera ir afianzado el dicho
Fernández Muñoz Romero, y el otro en que se pudiese atar, si se hallase dentro de la sima algún cuerpo
difunto...».
Esta misma técnica utiliza Joseph Nagel en el año 1748, para descender la Sima de la Macocha.
En un dibujo publicado en el año 1852, en la obra de M. Sola Montserrate Subterranea, podemos
observar que para el descenso de una vertical en la Cova del Salnitre, los expedicionarios utilizan una
gran escalera de madera.
De la lectura de estas líneas podemos entresacar que la técnica siempre va de la mano de los conoci-
mientos y medios tecnológicos disponibles en cada momento.
Con la llegada de las exploraciones sistemáticas de la mano de E. A. Martel, se revolucionan las técnicas
de descenso en nuestro país, poniéndose a disposición del explorador escaleras de cuerda con peldaño
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 7
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de madera, tornos de madera, escarpolet (barra horizontal de madera -tronco, bastón etc.-, sujetada
por una cuerda de cáñamo, donde al explorador sentado se le hacía descender), o simplemente se le
descendía atado a la propia cuerda. Ésta época, que podemos denominar de "los pioneros", se puede
encuadrar entre los años 1889 a 1930, siguiendo la misma clasificación publicada por TALLADA PÉREZ,
N. (1987).
Muchos son los descensos efectuados en nuestro país con estas técnicas, así tenemos que el primer
descenso de Font i Sagué a una gran vertical (Avenc de Can Sadurní de -75 m) en el año 1897, la realiza
mediante el empleo de una especie de trapecio atado a una cuerda y pasado por una polea, a modo de
escarpolet. Junto a esta cuerda echa al fondo otra que le serviría de guía, y durante la subida dichas
cuerdas se lían, estando a punto de sufrir un accidente. De esta experiencia el Centro Excursionista
de Cataluña decide comprar el material más idóneo para estos descensos: escaleras de cuerda con
peldaños de madera. Con este nuevo material acomete las expediciones al Avenc del Bruc, descenso del
primer pozo del Avenc de la Ferla, etc., todas ellas a finales del XIX.
Algunos años más tarde (1924), Rafael Amat consigue descender los 209 m de verticales del Avenc de la
Ferla con el uso de escaleras de cuerda-madera, lo que marcaría un hito en la Espeleología nacional.
En el año 1930 R. de Joly, inventa las escaleras metálicas (cable de acero y peldaño de tubo de alumi-
nio)
Con este nuevo material se produce una nueva revolución de las técnicas que van desde 1931 a 1965;
se caracterizaría por el abandono progresivo de las escaleras de cuerda-madera y la utilización de las
escaleras metálicas, tornos mecánicos de cable de acero y algún otro de cuerda; así como el empleo
de las técnicas de montaña para el descenso -rappel-. Aparecen en el mercado las cuerdas de nylon;
imponiéndose el uso en las grandes exploraciones el uso del teléfono por cable.
En Granada el Grupo de Espeleólogos Granadinos, en agosto de 1950, realiza el descenso de la Sima
de Raja Santa (-120 m) mediante el empleo de escaleras metálicas fabricadas por ellos. Posteriormente
en el 52, F. Ruiz de Arcaute introduce la utilización de las escalas metálicas en todas sus exploraciones,
difundiéndose por el resto del país.
En el año 1953 se utiliza por vez primera el torno de cable, en el descenso de la gran vertical de entrada
de la Sima de la Piedra de San Martín.
En Alicante, el Centro Exc. de Alcoy diseña en los años 60, un torno mecánico con un tambor de cuerda,
que se utiliza para descender las grandes verticales de la comunidad valenciana.
Un nuevo desarrollo de las técnicas de progresión se produciría con el invento del francés H. Brenot en
el año 1932; éste consistía en un descensor construido con una barra entre dos placas de metal, y, para
el ascenso, utiliza unos bloqueadores mecánicos con un sistema de bloqueo muy similar a los "Jumar"
actuales. Aunque su utilización fue muy temprana en el tiempo, a nuestro país no llega a implantarse
generalizadamente hasta mediados de los años 70,aunque sí se habían realizado algunas experiencias
por diversos colectivos de espeleólogos, (Grallera de Guara con -270 m en el año 1968, etc.).
En 1966 B. Dressler, desarrolla un descensor dinámico y nuevos bloqueadores estáticos, comenzándose
su comercialización. Todo esto junto con la fabricación de nuevas cuerdas más resistentes hacen posible
la técnica «Sólo Cuerda».
Para ampliar con más detalle la evolución de las técnicas de progresión, consultar Fundamentos de la
Práctica Espeleológica, escrita por TALLADA PÉREZ, N. en Madrid, (1987).
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 8
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i
4. BIBLIOGRAFÍA (DE INTERÉS HISTÓRICO)
BOLETINES DEL MUSEO ANDALUZ DE LA ESPELEOLOGÍA. Granada.
COMAS DE CANDEL, J.: Apéndice: La Espeleología en España. En: Lubke, A. Los misterios del mundo
subterráneo. Labor S.A. 368 pág. Barcelona 1961.
DALE JACKSON, D.: Mundos Subterráneos. Planeta. 176 p. Barcelona 1988.
LLEGET, M.: Técnica y aventura subterránea. Hispano Europea. 356 p. Barcelona 1964.
MEMBRADO JULIÁN, J. L.: Hacia la Federación Española de Espeleología. Un logro de todos. Actas 7º
Congreso Español de Espeleología. pp. 237-248. Federació Catalana d'Espeleologia. Barcelona 1996.
TALLADA PÉREZ, N.: Fundamentos de la práctica Espeleológica. Evolución de las Técnicas de
Progresión Vertical. pp. 7-23. Federación Madrileña de Espeleología. Madrid 1987.
Capítulo 8: Historia de la espeleología - 9
IX
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José Luis Membrado Julián
LA FEDERACIÓN
ESPAÑOLA DE
ESPELEOLOGÍA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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1. LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
La Federación Española de Espeleología (FEE) es una Entidad asociativa privada, sin ánimo de lucro, con
personalidad jurídica y patrimonio propio e independiente del de sus asociados.
Pese a su calidad de entidad privada, la FEE ejerce por delegación, funciones públicas de carácter admi-
nistrativo, actuando en este caso como agentes colaboradores de la Administración pública.
El ámbito de actuación de la FEE es el conjunto del territorio del Estado, desarrollando las competencias
que le son propias y que vienen fijadas por la legislación deportiva vigente.
En la FEE están integradas las Federaciones Territoriales (FF.TT.), los Clubes y los Espeleólogos, estos
últimos mediante la pertenencia a los Clubes adscritos a ella.
Emblema de la FEE diseñado por
Luis Sáez Diez (Burgos)y adop-
tado como emblema del CNE en la
Asamblea Extraordinaria celebrada
en Cornejo (Burgos)el día 31 de
Agosto de 1968.
FEE
2. SUS FINES Y COMPETENCIAS
Corresponde a la FEE, como actividad propia, el gobierno, administración, gestión, organización y regla-
mentación de la Espeleología; en su virtud es propia de ella:
· La enseñanza, promoción y divulgación de la Espeleología, dentro de su ámbito de competencias,
en coordinación con las Federaciones Territoriales (FF.TT.), en todas sus manifestaciones, orientando
la actuación de los espeleólogos hacía una mayor comprensión y conocimiento del mundo subterráneo
y la adquisición de una técnica que permita la práctica de este deporte con la máxima seguridad.
· Estimular de forma técnica la práctica de la Espeleología con estudios y trabajos relativos a la misma,
y en sus aspectos deportivos, científicos, educativos con otros deportes afines y también la promoción
y organización como especialidad deportiva del descenso de cañones y barrancos.
· Apoyar técnica y administrativamente la Espeleología, en todos los aspectos y manifestaciones,
dentro de España y en las salidas oficiales realizadas por españoles al extranjero.
· Fomentar y colaborar en las actividades científicas relacionadas con la Espeleología, tales como
investigaciones y exploraciones geológicas, geográficas, meteorológicas, fauna, flora.
· Fomentar la defensa del patrimonio natural, histórico y paleontológico.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 1
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· Realizar las gestiones oportunas delante de los Órganos públicos y privados, para la protección y
apoyo de la Espeleología, así como velar por el prestigio de la misma.
· Mantener las debidas relaciones con los Organismos Internacionales relacionados con las activida-
des espeleológicas así como otras Entidades de carácter estatal o Federaciones Españolas directa o
indirectamente relacionadas con este deporte, o en torno a su actuación.
· Organizar las actividades, designación de zonas de trabajo y competiciones de ámbito estatal.
· En general, cuantas actividades sirvan para la promoción y conocimiento de la Espeleología.
Además de estas actividades descritas, la FEE ejerce bajo coordinación del Consejo Superior de Depor-
tes (CSD) las siguientes funciones públicas de carácter administrativo:
· Calificar y organizar, en su caso, las actividades y competiciones oficiales de ámbito estatal.
· Actuar en coordinación con las FF.TT. para la promoción general de la Espeleología.
· Diseñar, elaborar y ejecutar, en colaboración, en su caso, con las FF.TT., los planes de preparación
de los deportistas de alto nivel en sus respectivas modalidades deportivas, así como participar en la
elaboración de las listas anuales de los mismos.
· Colaborar con la Administración del Estado y de las Comunidades Autónomas en la formación de
técnicos deportivos y en la preparación, control y represión del uso de sustancias y grupos farmaco-
lógicos prohibidos y métodos no reglamentarios en el deporte.
· Organizar o tutelar las competiciones oficiales de carácter internacional que se celebren en el terri-
torio del Estado.
· Ejercer la potestad disciplinaría deportiva, en los términos establecidos por la Ley del Deporte, sus
específicas disposiciones de desarrollo según sus Estatutos y Reglamentaciones.
· Ejercer el control de las subvenciones que asigne a las FF.TT. y a los Clubes en las condiciones que
fije el C.S.D.
· Ejecutar, en su caso, las resoluciones del Comité Español de Disciplina Deportiva.
3. MARCO LEGISLATIVO EN QUE SE MUEVE LA FEE
La FEE se rige, actualmente (1999), por lo dispuesto en la Ley del Deporte, Real Decreto sobre Federa-
ciones Deportivas Españolas, disposiciones que conforman la legislación deportiva española, por sus
Estatutos y su Reglamento General y, por las normas de orden interno que dicte en el ejercicio de sus
competencias.
3.1. LOS ESTATUTOS
Las Federaciones deportivas españolas, de acuerdo con las disposiciones de la Ley del Deporte, y del
Real Decreto sobre Federaciones deportivas españolas deben regular su estructura interna y funciona-
miento, ajustándose a principios democráticos y representativos. Los Estatutos de la FEE intentan com-
paginar estas reglamentaciones específicas con las peculiaridades de nuestro deporte. Estos Estatutos
constan de 81 artículos, una disposición transitoria y dos finales distribuidos del siguiente modo:
· TÍTULO I, DISPOSICIONES GENERALES. Compuesto por 6 artículos, definen qué es la Federa-
ción, sus objetivos y competencias, el domicilio social y su estructura territorial.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 2
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· TÍTULO II, FEDERACIONES TERRITORIALES. Compuesto por 7 artículos, definen las competen-
cias de las Federaciones de ámbito autonómico (las Federaciones Territoriales), ámbito de actuación,
sistema de integración dentro la FEE y sus derechos y deberes respecto a la FEE.
· TÍTULO III, DE LOS CLUBES. Compuesto por 2 artículos, definen lo que son los Clubes y secciones
espeleológicas.
· TÍTULO IV, DE LOS ESPELEÓLOGOS. Compuesto por 4 artículos, definen el concepto de licencia
federativa y su obligatoriedad para participar en actividades deportivas.
· TÍTULO V, DE LOS ÓRGANOS DE LA FEE. Compuesto por 33 artículos distribuidos en cinco capí-
tulos. Definen y desarrollan los órganos de gobierno y representación: La Asamblea y su Comisión
Delegada y el Presidente. Los órganos complementarios: La Junta Directiva. Los órganos de régimen
interno: Secretario General, Gerente y Coordinador de Espeleo Socorro. Y por último, la Escuela Espa-
ñola de Espeleología como órgano docente.
· TÍTULO VI, DEL RÉGIMEN DISCIPLINARIO. Compuesto por 18 artículos, definen el ámbito de la
disciplina federativa, tipo de infracciones y sus correspondientes sanciones.
· TÍTULO VII, DEL RÉGIMEN ECONÓMICO. Compuesto por 2 artículos. Definen las obligaciones
presupuestarías y funcionamiento económico de la FEE así como sus fuentes de ingresos.
· TÍTULO VIII, DEL RÉGIMEN DOCUMENTAL Y CONTABLE. Compuesto por un artículo único donde
se definen los Libros que integran el régimen documental y contable de la FEE.
· TÍTULO IX, DE LA DISOLUCIÓN DE LA FEE. Compuesto por un solo artículo. Define las causas de
disolución de la Federación.
· TÍTULO X, DE LA APROBACIÓN Y MODIFICACIÓN DE LOS ESTATUTOS Y REGLAMENTOS
FEDERATIVOS. Compuesto por un único artículo. Define el proceso de confección, modificación de
los Estatutos y Reglamentos federativos.
Estos Estatutos fueron aprobados por la Asamblea General de la FEE en reunión extraordinaria cele-
brada en Barcelona el día 5 de Junio de 1993, aprobados por la Comisión Directiva del CSD el 24 de
Septiembre y publicados en el Boletín Oficial del Estado el 14 de Octubre del mismo año.
3.2. LOS REGLAMENTOS
Con el paso del tiempo y según las necesidades surgidas dentro de la Federación se han confeccionado
y aprobado los siguientes Reglamentos de funcionamiento interno:
· Electoral. Que regula el procedimiento electoral de elección de la Asamblea General, su Comisión
Delegada y Presidente.
· De afiliación de los Clubes a la FEE. Que regula los requisitos y forma de afiliarse los Clubes a la
FEE.
· De actividades y competiciones espeleológicas de ámbito estatal. Que regula y define las activida-
des oficiales de ámbito estatal e internacional. En su Anexo I figura el "Reglamento para la coordina-
ción de expediciones espeleológicas en el estado español".
· De Uso del Refugio Libre de San Pedro de Soba. Regula el uso de la zona libre de las instalaciones
que la FEE posee en San Pedro de Soba (Cantabria).
· De la Escuela Española de Espeleología. Que regula el funcionamiento interno de la EEE.
· De expedición de la licencia de la FEE y de habilitación de las licencias expedidas por las Federa-
ciones Territoriales. Que regula la licencia de la FEE, contenido y tramitación así como la habilitación
de las licencias expedidas por las Federaciones Territoriales.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 3
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3.3. CREACIÓN Y MODIFICACIÓN DE LOS ESTATUTOS Y REGLAMENTOS FEDERATIVOS
La aprobación o reforma de los Estatutos y Reglamentos Generales de la FEE se ajustan al siguiente
procedimiento:
a) El proceso de modificación, salvo cuando éste fuera por imperativo legal, se iniciará a propuesta,
exclusivamente, del Presidente de la FEE o de dos tercios de los miembros de la Comisión Dele-
gada.
b) Los reglamentos y modificaciones a los mismos serán aprobados por la Comisión Delegada.
c) Tratándose de Estatutos, se convocará a la Asamblea General, a quien corresponde su aproba-
ción, la cual decidirá tras discutirse el texto propuesto y las enmiendas, en su caso, presentadas.
d) Recaída, en su caso, la pertinente aprobación, se elevará lo acordado al Consejo Superior de
Deportes, a los fines que prevé el artículo 10.2, b), de la Ley del Deporte.
e) Aprobado el nuevo texto, si de Estatutos se tratara, por la Comisión Directiva del Consejo Superior
de Deportes, se publicará en el "Boletín Oficial del Estado" y se inscribirá en el Registro de Asociacio-
nes correspondiente.
4. MARCO ORGANIZATIVO EN QUE SE MUEVE LA FEE
4.1. UNIÓN INTERNACIONAL DE ESPELEOLOGÍA
La Unión Internacional de Espeleología (UIS) se constituyó en la Asamblea celebrada el día 16 de Sep-
tiembre de 1965, en Ljubjana (Eslovenia) coincidiendo con el 4º Congreso Internacional de Espeleología.
En la Asamblea estaban presentes delegados de 26 países de los cuales, 24 votaron a su favor y los
dos restantes se abstuvieron. También se eligió a un "Bureau" provisional hasta el siguiente Congreso de
1969, que se celebró en Stuttgart (Alemania).
En 1975, la UIS es reconocida como organización no gubernamental de categoría C
por la UNESCO; siete años más tarde se presenta a este organismo la propuesta de
cambio de categoría de la "C" a la "B". Y en la Junta Ejecutiva del 16 de Agosto de
1983 se le reconoce la nueva categoría como organismo informativo y consultivo de la
UNESCO.
Sus órganos de gobierno son:
Emblema de la Unión
· La Junta Directiva, formada por: Un Presidente, dos Vicepresidentes, un Secretario
Internacional de
General-Tesorero y Seis Secretarios Adjuntos.
Espeleología
· La Asamblea General, formada por los delegados de los países miembros, se reúne
coincidiendo con los congresos.
La decisión de celebrar cada 3 o 4 años un Congreso Internacional de Espeleología fue tomada durante
una reunión internacional de espeleólogos celebró en la ciudad francesa de Valence-sur-Rhône (22 al
25 de Agosto de 1949). El primer congreso se celebró los días 7 al 12 de Septiembre de 1953 en París
(Francia) y a partir de entonces se han ido celebrando ininterrumpidamente, si bien ha ido variando la
periodicidad según las necesidades de los organizadores.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 4
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Congresos Internacionales realizados hasta la fecha.
I - 1953 - París (Francia)
II - 1958 - Bari, Lecce, Salermo (Italia)
III - 1961 - Viena, Obertraum, Salzburgo (Austria)
EN EL SENO DE LA UIS
IV - 1965 - Postojna, Ljubjana, Dubraunik (Eslovenia)
V - 1969 - Stuttgart (Alemania)
VI - 1973 - Olomouc (Ex-Checoslovaquia)
VII - 1977 - Sheffield (Inglaterra)
VIII - 1981 - Kentucky (USA)
IX - 1986 - Barcelona (España)
X - 1989 - Budapest (Hungría)
XI - 1993 - Beijing (China)
XII - 1997 - La Chaux de Fonds (Suiza)
Congresos Internacionales realizados hasta la fecha.
4.2. LA FEDERACIÓN EUROPEA DE ESPELEOLOGÍA
La Federación Europea de Espeleología (FSCE) fue creada oficialmente en la Asamblea Constituyente
celebrada en Udine (Italia) el día 8 de Septiembre de 1990 durante el XVI Congreso Italiano de Espeleo-
logía, como colofón a la idea surgida en la reunión de Millau (Francia) del 2 de Julio de 1988.
Son miembros las Federaciones o Asociaciones Nacionales reconocidas por cada país de la UE.
Tiene como objetivos:
a) La unión de las Federaciones o Asociaciones Nacionales que agrupan a los
espeleólogos de los países de la Unión Europea.
EUROP COMMUNITATIS
b) Apoyar las acciones dentro del marco de las instituciones políticas, jurídicas,
administrativas y económicas de la UE y, su representación junto a esas instan-
SP
cias.
EL
ATIO
OLO
DER
GORU
M CONF
c) La promoción de las actividades espeleológicas deportivas y científicas a nivel
de la UE, y especialmente la formación, socorro, protección de cavidades, los
Emblema de la
karsts , las aguas y la información.
Federación Europea de
d) La elaboración de una gestión común en materia de seguros y acceso a lugares
Espeleología
subterráneos.
e) La defensa de la Espeleología en todas sus formas.
Está constituida por:
· La Asamblea General, que componen los delegados representantes de los países miembros.
· La Comisión Directiva, formada por: El Presidente, un Vicepresidente, un Secretario General y un
Tesorero. Éstos, son elegidos entre los Delegados mediante votación secreta, puesto a puesto, por
los miembros de la Asamblea, siendo la duración del cargo de dos años.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 5
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4.3. EL COMITÉ OLÍMPICO ESPAÑOL
El Comité Olímpico Español (COE), constituido de acuerdo con los principios y normas del Comité Olím-
pico Internacional, es un organismo sin fines de lucro, con personalidad jurídica, plena capacidad de
obrar, patrimonio propio y duración ilimitada.
Tiene como objeto el desarrollo y perfeccionamiento del movimiento olímpico y del deporte, estimulando
u orientando su práctica y la preparación de las actividades que tengan representación en los Juegos
Olímpicos; asimismo, fortalecer el ideal olímpico entre los españoles mediante la adecuada divulgación
de su espíritu y filosofía, con objeto de difundir los principios fundamentales del deporte.
En el cumplimiento de sus fines, el COE actúa en colaboración con las Federaciones Deportivas Espa-
ñolas afiliadas a las Federaciones Internacionales reconocidas por el COI, y con aquellas otras Federa-
ciones y Organizaciones Deportivas propias o reconocidas legalmente en el Deporte Español.
4.4. EL CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTES
El Consejo Superior de Deportes (CSD) es el Organismo por el cual actúa la Administración del Estado
en el ámbito del Deporte. Es un Organismo autónomo de carácter administrativo, adscrito al Ministerio de
Educación y Ciencia, y su presidente tiene el rango de Secretario de Estado.
La estructura del CSD, composición y funcionamiento vienen fijados básicamente por el Real Decreto
765/1992 del 26 de Junio, sobre estructura orgánica básica del Consejo Superior de Deportes ("BOE" nº
171, del 17 de Julio de 1992), el Real Decreto 1242/1992 ("BOE" nº 269, de 9 de Noviembre de 1992 y
"BOE" nº 33, del 8 de Febrero de 1993), que regulan la composición y funcionamiento de la Comisión
Directiva del CSD y además, por la propia Ley del Deporte y futuras disposiciones.
Las competencias del CSD son:
· Autorizar y revocar de forma motivada la constitución y aprobar los estatutos y reglamentos de las
Federaciones Deportivas Españolas.
· Reconocer a los efectos de la Ley del Deporte, la existencia de una modalidad deportiva.
· Acordar, con las Federaciones Deportivas Españolas sus objetivos, programas deportivos, en espe-
cial los del deporte de alto nivel, presupuestos y estructuras orgánicas y funcional de aquéllas,
suscribiendo al efecto los correspondientes convenios. Tales convenios tienen naturaleza jurídico-admi-
nistrativa.
· Conceder las subvenciones económicas que procedan, a las Federaciones Deportivas y demás
Entidades y Asociaciones Deportivas, inspeccionando y comprobando la adecuación de las mismas
al cumplimiento de los fines previstos por la Ley del Deporte.
· Calificar las competiciones oficiales de carácter profesional y ámbito estatal.
· Promover e impulsar la investigación científica en materia deportiva, de conformidad con los criterios
establecidos en la Ley de Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técnica.
· Promover e impulsar medidas de prevención, control y represión del uso de sustancias y métodos
no reglamentarios, destinados a aumentar la capacidad física de los deportistas o a modificar los
resultados de las competiciones.
· Actuar en coordinación con las Comunidades Autónomas respecto a la actividad deportiva general,
y cooperar con las mismas en el desarrollo de las competencias que tienen atribuidas en sus respec-
tivos estatutos.
· Autorizar o denegar, previa autorización del Ministerio de Asuntos Exteriores, la celebración en terri-
torio español de competiciones deportivas oficiales de carácter internacional, así como la participación
de Selecciones Españolas en las competiciones internacionales.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 6
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· Coordinar con las Comunidades Autónomas la programación del deporte escolar y universitario,
cuando tenga proyección nacional e internacional.
· Elaborar y ejecutar, en colaboración con las Comunidades Autónomas y, en su caso, con las Enti-
dades Locales, los planes de construcción y mejora de instalaciones deportivas para el desarrollo
del deporte de alta competición, así como actualizar, en el ámbito de sus competencias, la normativa
técnica existente sobre este tipo de instalaciones.
· Elaborar propuestas para el establecimiento de las enseñanzas mínimas de las titulaciones de téc-
nicos deportivos especializados.
Asimismo le corresponde colaborar en el establecimiento de los programas y planes de estudio relativos
a dichas titulaciones, reconocer los centros autorizados para impartirlos, e inspeccionar el desarrollo de
los programas de formación en aquellas Comunidades Autónomas que no hayan asumido competencias
en materia de Educación.
· Autorizar los gastos plurianuales de las Federaciones Deportivas Españolas en los supuestos regla-
mentarios previstos; determinar el destino del patrimonio neto de aquéllas en caso de disolución, con-
trolar las subvenciones que les hubiera otorgado y autorizar el gravamen y enajenación de sus bienes
inmuebles, cuando éstos hayan sido financiados total o parcialmente con fondos públicos del Estado.
· Actualizar permanentemente el censo de instalaciones deportivas en colaboración con las Comuni-
dades Autónomas.
· Autorizar la inscripción de las Sociedades Anónimas Deportivas en el Registro de Asociaciones
Deportivas, con independencia de su inscripción en los registros de las Comunidades Autónomas
correspondientes.
· Autorizar la inscripción de las Federaciones Deportivas Españolas en las correspondientes Federa-
ciones Deportivas de carácter internacional.
· Colaborar en materia de medio ambiente y defensa de la naturaleza con otros organismos públicos
con competencias en ello y con las Federaciones, especialmente relacionadas con aquéllos.
· Cualquier otra facultad atribuida legal o reglamentariamente que contribuya a la realización de los
fines y objetivos señalados en la presente Ley.
5. ESTRUCTURA DE LA FEE
5.1. LAS FEDERACIONES DE ÁMBITO AUTONÓMICO
La FEE se estructura territorialmente de acuerdo con sus necesidades deportivas y en consonancia con
la distribución autonómica del Estado. Esta organización se conforma por las siguientes Federaciones de
ámbito autonómico:
Federación Andaluza Federación Catalana
Federación Aragonesa Federación Gallega
Federación Asturiana Federación Madrileña
Federación Balear Federación de la Región de Murcia
Federación Canaria Federación Navarra
Federación Cántabra Federación Riojana
Federación Castellana y Leonesa Federación Valenciana
Federación Castellana Manchega
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 7
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Las Federaciones Territoriales (FF.TT.) se rigen por la legislación específica de la Comunidad Autónoma
a la que pertenecen, por sus Estatutos y Reglamentos y demás disposiciones propias de orden interno
y por la legislación española general. Asimismo deben de ajustar sus normas estatutarias, en lo que sea
necesario, a los Estatutos de la FEE; debiendo de reconocer a la FEE tanto las competencias que le son
propias como las públicas de carácter administrativo que le corresponde.
Las FF.TT. deberán estar integradas en la FEE para que sus miembros puedan participar en actividades
oficiales de ámbito estatal o internacional. Esta integración se realiza bajo la aplicación de las siguientes
reglas:
· Las FF.TT. conservan su personalidad jurídica, su patrimonio propio y diferenciado, su presupuesto
y su régimen jurídico particular.
· Los Presidentes de las FF.TT. forman parte de la Asamblea General de la FEE.
· El Régimen disciplinario deportivo, cuando se trate de actividades o competiciones oficiales de
ámbito estatal, es el previsto en la legislación deportiva española y los Estatutos de la FEE, con inde-
pendencia del contenido en las disposiciones vigentes en los respectivos ámbitos autonómicos.
· Las FF.TT. ostentarán la representación de la FEE en la respectiva Comunidad Autónoma, no
pudiendo existir delegación Territorial de la FEE en ella.
Las FF.TT. integradas deben de facilitar a la FEE:
· Los miembros de sus Juntas Directivas, memorias y calendario de actividades y acuerdos tomados
por sus asambleas que puedan tener incidencia en otros FF.TT..
· Sus normas estatutarias y reglamentaciones así como las modificaciones, altas y bajas de sus
Clubes afiliados así como actualización de sus Juntas Directivas.
· La documentación necesaria para el control de las subvenciones que reciban de ella o a través de
ella.
Y están obligadas a:
· Comunicar, para su aprobación, los acuerdos o convenios que establezcan con sus Comunidades
Autónomas que afecten a materias de competencia de la FEE.
· Satisfacer las posibles cuotas que la FEE establezca.
Las FF.TT. integradas pueden dentro de su ámbito funcional y territorial:
· Representar la autoridad de la FEE.
· Promover, ordenar y dirigir la Espeleología.
· Controlar, dirigir, desarrollar y organizar las actividades realizadas.
· Ostentar la autoridad deportiva inmediata superior a todos sus Clubes y espeleólogos.
· La inscripción de Clubes que nunca podrán ser de fuera de su demarcación.
En la actualidad, y dado que el colectivo de espeleólogos vascos no han solicitado ante su Comunidad
Autónoma la creación de una Federación propia, la FEE posee en el País Vasco una Delegación.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 8
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5.2. LOS CLUBES
Son Clubes las asociaciones privadas, integradas por personas físicas, que tengan por objeto principal,
en nuestro caso, la promoción de la Espeleología, la práctica de la misma por sus asociados, así como la
participación en actividades de la FEE, siempre que estén inscritos dentro de ella a través de sus FF.TT.
El reconocimiento de los Clubes ante la FEE se acredita mediante el certificado de inscripción en el
Registro de Asociaciones Deportivas de su Comunidad Autónoma.
Se consideran también como Clubes a las Secciones de Espeleología creadas dentro de Entidades con
otro fin principal siempre que éstas figuren afiliadas a la FEE.
Los Clubes ejercen la potestad disciplinaria sobre sus socios de acuerdo con sus propias normas estatu-
tarias y con el resto del ordenamiento jurídico deportivo.
Evolución del número de licencias desde 1977. Este año fue el primero en el que se
in 5.3.
ició L
la expedición de nuestras licencias independientemente de las licencias de la
OS ESPELEÓLOGOS. LA LICENCIA DE LA FEE
Federación Española de Montañismo.
La licencia de la FEE es un derecho individual del espeleólogo que se ejercita
Comité Nacional
a través de la pertenencia de éste a los Clubes; es única, personal e intransfe-
1977
4.494
rible y su validez es del año natural. Excepcionalmente, la FEE puede autori-
1978
4.230
zar previo informe, la expedición de licencias de ámbito estatal a personas que
1979
4.340
no pertenezcan a un club (Campañas de promoción, Cuerpos profesionales
1980
4.462
de rescate,...).
Sección Española
1981
4.330
La posesión de la licencia federativa es necesaria para poder participar en las
1982
4.095
actividades y competiciones oficiales de ámbito estatal, así como el poder
Federación Española participar y beneficiarse de la propia vida federativa.
1983
3.400
La licencia puede ser tramitada de tres formas:
1984
4.065
1985
4.500
a) Directamente por la FEE.
1986
5.035
1987
5.157
b) De forma delegada por las FF.TT.
1988
5.093
c) Por las FF.TT., conjuntamente con la licencia de ámbito autonómico,
1989
5.397
mediante habilitación por parte de la FEE.
1990
6.142
1991
6.227
5.3.1. Categorías
1992
6.667
1993
7.190
Atendiendo a la edad existen tres tipos de categorías:
1994
7.172
1995
6.947
· Mayores: a partir de los 18 años cumplidos
1996
6.729
· Juveniles: de 14 a 17 años
1997
6.628
1998
6.121
· Infantiles: de 10 a 13 años
1999
5.532
5.3.2. La cuota
Evolución del número de licencias
La cuota de la licencia es distinta según la categoría a la que se refiera. En
desde 1977. Este año fue el primero esta cuota están incluidos los siguientes conceptos (1999):
en el que se inició la expedición
de nuestras licencias independiente-
· La cuota correspondiente a la inscripción a la FEE.
mente de las licencias de la Federa-
ción Española de Montañismo.
· Seguro de accidentes deportivos.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 9
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En las licencias que tramitan las Federaciones Territoriales, bien por delegación o por estar sus licencias
habilitadas por la FEE, figura también la cuota correspondiente a la F.T.
Las cuotas de la licencia son aprobadas por la Asamblea General a propuesta de la Junta Directiva.
La licencia de la Federación Española de Espeleología.
5.3.3. El seguro de accidentes deportivos
La licencia de la FEE incluye un seguro de accidentes deportivos suscrito con la Mutualidad General
Deportiva (MGD). Pudiendo elegir el espeleólogo entre tres modalidades con diferentes prestaciones y
coberturas. Las coberturas de estas diferentes modalidades son:
· Modalidad A: España
· Modalidad B: España, Francia y Marruecos
· Modalidad B1: Todo el mundo
5.3.4. Actuación en caso de lesión
En caso de lesión el accidentado se dirigirá a uno de los centros asistenciales concertados por la MGD
con la licencia federativa (requisito obligado e inexcusable) y certificado de accidente.
En caso de urgencia y falta por la zona de un centro concertado, se deberá dirigir al centro hospitalario
de la Seguridad Social más cercano.
El método a seguir en caso de lesión, así como los centros sanitarios, están sujetos a modificaciones por
parte de la MGD.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 10
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Coberturas y primas por modalidades del seguro deportivo de accidentes contratado
con la Mutualidad General Deportiva.
B
B1
SUMAS, RIESGOS CUBIERTOS Y PRIMAS
A
España
Europea y
Todo el
Marruecos
mundo
Asistencia Médico-Quirúrgica-Sanatorial
ILIMITADA
ILIMITADA
ILIMITADA
Asistencia farmacéutica en régimen hospitalario
ILIMITADA
ILIMITADA
ILIMITADA
Asistencia en régimen hospitalario concertado, de los gastos de prótesis y
material de osteosíntesis
ILIMITADA
ILIMITADA
ILIMITADA
Rehabilitación. Previo control por los Servicios Médicos M.G.D.
ILIMITADA
ILIMITADA
ILIMITADA
Resonancia Magnética Nuclear. Previa autorización por los Servicios
Médicos M.G.D.
INCLUIDA
INCLUIDA
INCLUIDA
Asistencia Médico-Quirúrgica-Farmacéutica y Sanatorial en accidentes
ocurridos en el extranjero
EXCLUIDO
1.000.000 PTS 1.000.000 PTS
Indemnizaciones por pérdidas anatómicas y/o funcionales
S / BAREMO
S / BAREMO
S / BAREMO
Auxilio al fallecimiento como consecuencia directa del accidente deportivo 1.250.000 pts 1.250.000 pts 1.250.000 pts
En el caso de los menores de 14 años la indemnización como
gastos de sepelio ascenderá a:
375.000 pts
375.000 pts
375.000 pts
Auxilio al fallecimiento en la práctica deportiva sin causa directa del
accidente deportivo
300.000 pts
300.000 pts
300.000 pts
Gastos originados por adquisición de material ortopédico
70% P.V.P.
70% P.V.P.
70% P.V.P.
Gastos originados odonto-estomatología
Hasta:
40.000 pts
40.000 pts
40.000 pts
Gastos de traslado o evacuación desde el lugar del accidente hasta su
hospitalización en el Centro Concertado próximo
ILIMITADO
ILIMITADO
ILIMITADO
Gastos de alojamiento de un familiar, en caso de fallecimiento por
accidente deportivo en territorio del Estado Español, previa presentación
de las facturas y recibos correspondientes
INCLUIDO
INCLUIDO
INCLUIDO
Hasta 5.000 pts/día, máximo 5 días
Gastos de desplazamiento de un familiar, en caso de fallecimiento por
accidente deportivo en territorio del Estado Español, previa presentación
de las facturas y recibos correspondientes
INCLUIDO
INCLUIDO
INCLUIDO
Hasta 50.000 pts
Gastos de alojamiento de un familiar, en caso de fallecimiento por
accidente deportivo en el extranjero, previa presentación de las facturas y
recibos correspondientes
EXCLUIDO
INCLUIDO
INCLUIDO
Hasta 5.000 pts/día, máximo 5 días
Gastos de desplazamiento de un familiar, en caso de fallecimiento por
accidente deportivo en el extranjero, previa presentación de las facturas y
recibos correspondientes
EXCLUIDO
INCLUIDO
INCLUIDO
Hasta 100.000 pts
Mordeduras de animales y picaduras de insectos. Incluido el fal ecimiento
500.000 pts
500.000 pts
500.000 pts
Hasta:
Responsabilidad Civil. Incluida defensa, fianzas y reclamaciones judiciales
excepto en Estados Unidos de América y Canadá. A través de la
INCLUIDO
INCLUIDO
INCLUIDO
Compañía Hannover Internacional.
Coberturas y primas por modalidades del seguro deportivo de accidentes
contratado con la Mutualidad General Deportiva correspondientes al año 2000
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 11
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6. ÓRGANOS DE LA FEE
La FEE tiene como órganos fundamentales:
· De gobierno y representación:
- La Asamblea General y su Comisión Delegada
- El Presidente
· Complementarios
- La Junta Directiva.
· Técnicos
- Escuela Española de Espeleología
· De justicia federativa
- El Comité Jurisdiccional y de Conciliación
- El Comité de Apelación
Asimismo, se pueden formar cuantas Comisiones considere oportunas la Junta Directiva y apruebe la
Asamblea.
Las sesiones de los órganos colegiados de la FEE son convocadas por el Presidente o, a requerimiento
de éste, por el Secretario, realizando la convocatoria con las previsiones que vienen fijadas por los Esta-
tutos; si no existen o en el supuesto de especial urgencia, la convocatoria se puede realizar con una
antelación mínima de cuarenta y ocho horas.
Quedan validamente constituidas, en primera convocatoria, cuando asista la mayoría absoluta de sus
miembros, y en segunda, cuando esté presente, al menos, un tercio. Ello es sin perjuicio de aquellos
supuestos específicos en que los Estatutos requieran un quórum de asistencia mayor.
Los acuerdos se adoptan por mayoría simple, salvo en los supuestos en que los Estatutos prevean un
quórum más cualificado, teniendo cada representante un voto.
De todas las sesiones se levanta acta, de la forma siguiente: Se especifica el nombre de las personas que
hayan asistido, las intervenciones, resumidas, que hubiera, y las demás circunstancias que se consideren
oportunas, así como el resultado de las votaciones, con especificación de los votos a favor, los en contra,
los particulares, en su caso, y las abstenciones, y el texto de los acuerdos adoptados.
Los votos contrarios a los acuerdos de los órganos colegiados, o las abstenciones motivadas, eximen de
las responsabilidades que pudieran derivarse de su adopción.
6.1. LOS MIEMBROS DE LOS ÓRGANOS
6.1.1. Requisitos para ser miembro
Para ser miembro de los órganos de la FEE hay que tener los siguientes requisitos:
· Ser español.
· Tener mayoría de edad civil.
· No estar inhabilitado para desempeñar cargos públicos.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 12
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· Tener plena capacidad de obrar.
· No estar sujeto a sanción disciplinaría deportiva que inhabilite para ello.
· No estar incurso en las incompatibilidades establecidas legal o estatutariamente.
· Los específicos que, para cada caso, si los hubiera, determinen los Estatutos y/o reglamentos.
· No obtener provecho material personal, derivado de determinada actividad económica, comercial,
industrial o profesional, relacionada con la Espeleología.
6.1.2. Sus derechos y responsabilidades
Son derechos de los miembros de la organización federativa:
· Tomar parte en las deliberaciones, expresando libremente sus opiniones en cuantas cuestiones
sean objeto de tratamiento o debate en el seno del órgano del que sean miembros y ejercer su dere-
cho al voto, haciendo constar, en su caso, si lo desean, el particular razonado que emitan.
· Intervenir en las tareas federativas propias del cargo o función que ostenten, cooperando en la ges-
tión que compete al órgano al que pertenecen.
· Conocer el contenido de las actas de las sesiones del órgano del que forman parte.
· Los demás que, reglamentariamente, se establezcan.
Son sus obligaciones, también básicas:
· Concurrir, cuando sean formalmente citados para ello, a las reuniones, salvo que lo impidan razones
de fuerza mayor.
· Desempeñar, en la medida de lo posible, las comisiones que se les encomienden.
· Colaborar lealmente en la gestión federativa guardando, cuando fuere menester, el secreto sobre
las deliberaciones.
· Las demás que se determinen por vía reglamentaria.
Con independencia de las responsabilidades penales, civiles y administrativas que de forma general
consagra el ordenamiento español, los miembros de los diferentes órganos de la FEE son responsables,
específicamente, de los actos, resoluciones o acuerdos adoptados por aquél del que formen parte, con
la salvedad indicada anteriormente.
También son responsables por el incumplimiento de los acuerdos de cualesquiera de los órganos fede-
rativos, normas generales o comisión de las faltas previstas en el régimen disciplinario federativo, en
los términos previstos en la Legislación deportiva general, en los Estatutos y Reglamentos de la Federa-
ción.
6.1.3. Su elección y cese
Son órganos electivos el Presidente, la Asamblea General y su Comisión Delegada. Los demás órganos
serán designados y revocados libremente por el Presidente.
Todos los miembros de los órganos colegiados federativos que formen parte de ellos por elección,
desempeñan su mandato durante cuatro años, coincidentes con el período olímpico de que se trate y
pueden, en todo caso, ser reelegidos, salvo el Presidente si hubiera ostentado ininterrumpidamente su
cargo durante tres períodos inmediatamente anteriores, cualquiera que hubiera sido su duración.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 13
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En el caso de que, por cualquier circunstancia, no consumaran aquel período de mandato, quienes
ocupen en su caso las vacantes ejercerán el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir a los sus-
tituidos, los cuales no podrán presentarse a una nueva elección hasta que transcurra el período olímpico
para el que fueran elegidos.
Los miembros de los órganos de la FEE cesan por las siguientes causas:
· Expiración del período de mandato.
· Remoción, en los supuestos en que proceda, por no tratarse de cargos electivos.
· Dimisión.
· Incapacidad que impida el desempeño del cargo.
· Incurrir en alguna de las causas de inelegibilidad enumeradas anteriormente.
· Incompatibilidad, sobrevenida, de las establecidas legal o estatutariamente.
· Tratándose del Presidente de la FEE lo será también el voto de censura.
Serán requisitos para el voto de censura:
· Que se formule por un tercio, al menos, de los miembros de la Asamblea General, formalizado
individualmente por cada uno de los proponentes mediante escrito motivado y firmado, con el que se
adjuntará copia del documento nacional de identidad.
· La Asamblea se deberá de convocar en un plazo máximo de 30 días y mínimo de 20 días siendo
presidida por el miembro de mayor edad y ejerciendo de Secretario de la misma el de menor edad.
· Que se apruebe por la mayoría absoluta de los asistentes sin que, en ningún caso, se admita el voto
por correo.
6.2. LA ASAMBLEA GENERAL
La Asamblea General es el órgano de gobierno y representación de la Federación.
6.2.1. Su composición y elección
La Asamblea General está compuesta por los siguientes miembros:
· El Presidente de la FEE.
· Los Presidentes de las FF.TT. integradas en laFEE.
· El presidente de la Delegación de la FEE en el País Vasco.
· 19 Clubes, en representación del estamento de Clubes.
· 11 espeleólogos, en representación del estamento de deportistas.
· 2 técnicos, en representación del estamento de Técnicos.
Además puede asistir a las sesiones de la Asamblea con voz pero sin voto, el Presidente saliente del
último mandato.
La cualidad de miembro de la Asamblea corresponde a los Clubes que resulten elegidos, y su repre-
sentación corresponde a su Presidente, a quien estatutariamente le sustituya, o la persona que el club
designe.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 14
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Son requisitos generales para ser electores y elegibles:
· En los estamentos de espeleólogos y técnicos, tener cumplidos, como electores los 16 años y como
elegibles los 18 años, y estar en posesión de licencia o titulación, en la cualidad que corresponda, en
el momento de la convocatoria de los comicios, y haberla tenido el año anterior.
· En el estamento de Clubes, los que en el momento de la convocatoria hayan realizado actividad
deportiva y lo hayan hecho también el año anterior (tramitado licencias).
La composición y elección de la Asamblea General vienen reguladas por el Reglamento Electoral.
6.2.2. Funciones y reuniones
La Asamblea General se puede reunir en Pleno o en Comisión Delegada.
Corresponde a la Asamblea General, en reunión plenaria, con carácter necesario:
· La aprobación del presupuesto anual y su liquidación.
· La aprobación del calendario deportivo.
· La aprobación y modificación de los Estatutos.
· La elección y cese del Presidente.
· La elección de su Comisión Delegada, correspondiéndole asimismo su eventual renovación.
· Autorizar el gravamen o enajenación de bienes inmuebles cuando el importe de la operación sea
igual o mayor al 10 por 100 del presupuesto de la FEE o a 50.000.000 de pesetas, precisándose para
tal aprobación la mayoría absoluta de los presentes (Estas cantidades y porcentajes son revisados
anualmente por el CSD).
· Resolver las proposiciones que le sometan la Junta Directiva de la FEE, o los propios asambleístas
en número no inferior al 20 por 100 del total.
· Las competencias que se le otorgue reglamentariamente.
· Regular y modificar las competiciones oficiales, y sus clases, en las diversas categorías, así como
el sistema y forma de aquéllas.
La Asamblea General se reúne, una vez al año en sesión plenaria ordinaria para los fines de su com-
petencia. Las demás reuniones tienen carácter extraordinario y pueden ser convocadas a iniciativa del
Presidente, por acuerdo de la Comisión Delegada adoptado por mayoría, o a solicitud de un número de
miembros de la Asamblea no inferior al 20 por 100.
La convocatoria de la Asamblea corresponde al Presidente de la FEE y debe efectuarse con una antela-
ción de treinta días, salvo los supuestos expresados con anterioridad.
A la convocatoria se le adjunta su orden del día, así como la documentación concerniente a los asuntos
que vayan a tratarse, si bien esto último puede remitirse dentro de los diez días previos a la fecha de su
celebración o, incluso, hasta cuarenta y ocho horas antes de la misma, en los supuestos de urgencia
indicados anteriormente.
Pueden tratarse en la Asamblea, cuando concurran razones de especial urgencia, asuntos o propuestas
que presenten el Presidente o la Junta Directiva hasta cuarenta y ocho horas antes de la fecha de la
sesión, siempre que preste su aprobación la mayoría absoluta de los asistentes.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 15
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6.3. LA COMISIÓN DELEGADA DE LA ASAMBLEA GENERAL
6.3.1. Composición y elección
La Comisión Delegada de la Asamblea General está compuesta por el Presidente de la FEE y seis
miembros, de los cuales corresponde un tercio a los Presidentes de FF.TT., otro a los Clubes y otro a los
espeleólogos.
Los miembros son elegidos por y entre los miembros de los respectivos estamentos que forman la Asam-
blea.
6.3.2. Funciones y reuniones
Corresponde a la Comisión Delegada de la Asamblea General:
· La modificación del calendario deportivo.
· La modificación de los presupuestos.
· La aprobación y modificación de los Reglamentos.
· La elaboración de un informe previo a la aprobación de los presupuestos.
· El seguimiento de la gestión deportiva y económica de la FEE, mediante la elaboración de un
informe anual a la Asamblea General, sobre la memoria de actividades y la liquidación del presu-
puesto.
· Autorizar el gravamen o enajenación de bienes inmuebles, cuando el importe de la operación no
exceda de los límites fijados por la Asamblea, debiendo adoptarse tal clase de acuerdos por mayoría
absoluta.
La Comisión Delegada se reúne, como mínimo una vez cada cuatro meses a propuesta del Presidente,
y su mandato coincidirá con el de la Asamblea General.
Su convocatoria corresponde, en todo caso, al propio Presidente y debe efectuarse con una antelación
de siete días, salvo el supuesto de urgencia descrito anteriormente.
6.4. EL PRESIDENTE
El Presidente de la Federación es el órgano ejecutivo de la misma. Ostentando su representación legal.
6.4.1. Sus funciones
El Presidente de la FEE tiene como funciones:
· Convocar la Asamblea General, su Comisión Delegada y Junta Directiva, y ejecutar los acuerdos de
todos estos órganos. Tiene además derecho a asistir a cuantas sesiones celebren cualesquiera de los
órganos y comisiones federativas.
· Convocar las sesiones de los órganos colegiados o, a requerimiento suyo los convocará el Secreta-
rio General.
· Presidir la Asamblea General, su Comisión Delegada, la Junta Directiva con la autoridad que es
propia de su cargo, correspondiéndole la dirección de los debates, con voto de calidad en caso de
empate. En supuestos de ausencia, enfermedad o cualquier otra causa que impida transitoriamente
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 16
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desempeñar sus funciones, el Presidente será sustituido por los Vicepresidentes , en su orden, en
defecto de ellos por el Secretario General y, en una última instancia, por el miembro de mayor antigüe-
dad, o por el de más edad si aquella fuera la misma.
· Le corresponde, en general, y además de las que se determinan en los Estatutos, en los Regla-
mentos, las funciones no encomendadas específicamente a la Asamblea General, a su Comisión
Delegada y a la Junta Directiva.
6.4.2. Su elección y cese
Es elegido, cada cuatro años, coincidiendo con los años de juegos olímpicos de verano, mediante sufra-
gio libre, directo, igual y secreto, por los miembros de la Asamblea General. Los candidatos, que podrán
no ser miembros de dicho órgano, deberán de ser presentados, como mínimo, por el 15 por 100 de los
miembros de aquéllos, y su elección se llevará por un sistema de doble vuelta, en el caso de que en la
primera vuelta ningún candidato alcance mayoría absoluta de los votos emitidos.
Para su elección no será válido el voto por correo.
No puede ser reelegido Presidente quien hubiera ostentado ininterrumpidamente tal condición durante
los tres períodos inmediatamente anteriores, cualquiera que hubiera sido la duración efectiva de éstos.
Mientras desempeñe su mandato, el Presidente no puede ejercer cargo alguno en otro Órgano federativo,
salvo que estatutariamente le corresponda, ni en Entidad, Asociación o Entidad de Espeleología sujeto a
la disciplina federativa o en Federación Deportiva Española que no sea la de Espeleología.
Cuando el Presidente cese en el cargo por haber concluido el tiempo de su mandato, la Junta Directiva
se constituirá en Comisión Gestora, y convocará elecciones a los órganos de gobierno y representación
de la FEE, de conformidad con el Reglamento y el calendario electorales.
Los diferentes presidentes que han existido a lo largo de nuestra historia organizativa.
Si el Presidente cesara por cualquier otra causa distinta, se procederá de idéntico modo, pero limitado
exclusivamente
el proceso a la elección de quien haya de sustituirle, que ocupará el cargo por tiempo
igual al que restase
por cumplir al sustituido, siendo además de aplicación, en lo que a éste respecta, lo
indicado para los miembros electos de los órganos f
ederativos.
El proceso de elección del presidente viene regulado por el Reglamento Electoral.
COMITÉ NACIONAL DE ACTIVIDADES SUBTERRÁNEAS
1958 - Junio 1967
Clemente Sáenz
COMITÉ NACIONAL DE ESPELEOLOGÍA
Junio 1967 / Julio 1976
Adolfo Eraso
Julio 1976 / Octubre 1976
Comisión Gestora
Octubre 1976 / Abril 1978
Vicente B. Juliá
Abril 1978 / Junio 1981
Pau Pérez y de Pedro
SECCIÓN DE ESPELEOLOGÍA
Junio 1981 / Octubre 1982
Pau Pérez y de Pedro
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Octubre 1982 / Diciembre 1992 Pau Pérez y de Pedro
Diciembre 1992 / Diciembre 1998 José Luis Membrado Julián
Diciembre 1998 / Juan Carlos López Casas
Los diferentes presidentes que han existido
a lo largo de nuestra historia organizativa.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 17
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6.5. LA JUNTA DIRECTIVA
La Junta Directiva es el Órgano colegiado complementario de los de gobierno y representación, que
asiste al Presidente; es a quien compete la gestión de la Federación, respondiendo de ella ante el propio
Presidente.
Los miembros de la Junta Directiva que no lo sean de la Asamblea, tendrán acceso a las sesiones de la
misma con derecho a voz, pero sin voto.
Los miembros de la Junta Directiva no pueden desempeñar cargo alguno en Asociación que su fin pri-
mordial sea la práctica de la Espeleología, y les son de aplicación las incompatibilidades descritas ante-
riormente.
La Junta Directiva se reúne como mínimo tres veces al año, correspondiendo al Presidente, su convoca-
toria y determinación de los asuntos del orden del día de cada sesión. El plazo mínimo de convocatoria
será de cuarenta y ocho horas.
Los acuerdos se toman por mayoría, dirimiendo los eventuales empates el voto de calidad del Presi-
dente.
El Presidente puede delegar sus funciones en el Vicepresidente o en cualquier persona de la Junta
Directiva.
6.5.1. Elección y cese
Sus miembros son designados y revocados libremente por el Presidente de la Federación, que la presi-
dirá. Forman parte de la misma los Vicepresidentes, el Director de la Escuela, el Coordinador Estatal de
Espeleosocorro y cuantos vocales sean necesarios.
6.6. LA COMISIÓN PERMANENTE
La Comisión Permanente está constituida por el Presidente o el Vicepresidente y dos miembros de la
Junta Directiva.
Tiene como misión exclusiva resolver todos los asuntos que requieran decisión urgente, así como aque-
llos otros que se consideren de trámite; dará en todo caso, cuenta de su actuación a la Junta Directiva en
su primera reunión, haciéndolo ésta de igual forma a la Asamblea.
6.7. EL VICEPRESIDENTE
Además de las funciones que le pueda encomendar el Presidente, la principal es la de sustituirle en caso
de no asistencia a actos oficiales.
6.8. EL SECRETARIO GENERAL
El Secretario de la Federación es nombrado por el Presidente dependiendo directamente de él, quien, si
no efectuara tal designación, será el responsable de las funciones propias de aquél, pudiendo delegar
en las personas que considere oportuno.
Este cargo puede ser retribuido.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 18
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Sus funciones son:
· Levantar actas de las sesiones de la Asamblea General, de su Comisión Delegada y de la Junta
Directiva, actuando como Secretario de dichos Órganos, así como de las Comisiones que pudieran
crearse.
· Expedir certificados oportunos de los actos emanados de los citados Órganos.
· Resolver los asuntos de trámite.
· Velar por el exacto cumplimiento de los acuerdos de los Órganos federativos.
· Firmar las comunicaciones y circulares.
· Elevar a la Junta Directiva las propuestas relativas a la organización federativa en materia de su
competencia y llevarlas a cabo una vez autorizadas.
· Informar al Presidente de la marcha de los asuntos pendientes y proponer las medidas que consi-
dere necesarias en materias de su competencia.
· Cualquier otra que obligue a la Federación en función de acuerdos de su Asamblea General o apli-
cación de la Legislación vigente.
6.9. EL TESORERO
Es la persona de quien depende la gestión económica de la Federación, bajo la dirección de la Junta
Directiva.
Tiene como funciones:
· Supervisar la contabilidad de la FEE.
· Proponer los cobros y pagos, redactar los Presupuestos y Balances.
· Reglamentar los gastos, ejercer la inspección económica de todos los Órganos federativos.
· Ejercer el control de las subvenciones que se asignen a las FF.TT..
· Proponer la adquisición de los bienes precisos para las necesidades administrativas de la Federa-
ción.
· Informar a la Asamblea General, a su Comisión Delegada, al Presidente y a la Junta Directiva sobre
las cuestiones que le sean sometidas o que considere relevantes para el buen orden económico.
Este cargo puede ser retribuido.
6.10. EL COORDINADOR ESTATAL DEL ESPELEO SOCORRO ESPAÑOL
Son funciones del Coordinador del Espeleosocorro Español (ESE):
· La organización de los Grupos de Espeleosocorro en su ámbito estatal, así como, la coordinación
de los efectivos humanos que participen en un rescate en el caso que sean requeridos.
· El funcionamiento y organización de los Grupos de Espeleosocorro se desarrollará en una regla-
mentación específica.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 19
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6.11. EL DIRECTOR DE LA ESCUELA ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
El Director de la EEE, como miembro de la Junta Directiva de la FEE, es designado (y revocado) libre-
mente por el Presidente de la FEE, entre los Técnicos Deportivos Superiores del cuadro docente de la
EEE.
Son funciones del Director:
· La representación y dirección de la EEE en todos sus aspectos, señalando las directrices para los
cursos y actividades, e informando a los órganos de Gobierno de la FEE sobre el funcionamiento de
la Escuela.
· Convocar y presidir todas las reuniones de la Comisión Ejecutiva (siéndole vinculantes las decisio-
nes allí tomadas), de la Comisión Coordinadora de Escuelas Territoriales y de la Comisión Científica
Asesora.
· Ejercer como Órgano ejecutivo dentro de la EEE, teniendo para ello la prerrogativa de tomar aque-
llas decisiones cuya urgencia haga imposible la convocatoria y actuación normal de la Comisión Eje-
cutiva, dando cuenta de tales decisiones en la primera reunión de la misma.
· Firmar los títulos expedidos por la EEE, y visar las certificaciones y documentos oficiales.
· Velar permanentemente por el correcto desarrollo y cumplimiento del Reglamento y demás norma-
tiva de la EEE, y de la FEE.
· Coordinar en todo momento a las EE.TT. en aquellos aspectos relacionados con la EEE y multilate-
rales entre las mismas, en los intervalos existentes entre las reuniones de la Comisión Coordinadora
de las Escuelas Territoriales, a la que dará cuenta de estas actuaciones.
· Representar con voz y con voto a la EEE en la Junta Directiva de la FEE, y dentro de la misma,
coordinar los aspectos de mutuo interés y competencia con el Coordinador Estatal de Espeleosocorro,
bajo la supervisión del Presidente de la Federación.
6.12. LAS VOCALÍAS
Pueden existir otros cargos de carácter administrativo con las acciones que específicamente se les atri-
buya, pudiendo ser remunerados.
También, pueden existir dentro de la Junta Directiva de la FEE, con carácter de Asesores, con voz pero
sin voto, los que designe el Presidente entre los especialistas en las diversas materias.
7. EL RÉGIMEN DISCIPLINARIO
La disciplina deportiva se rige por la Ley del Deporte, Real Decreto 1591/1992 del 23 de Diciembre sobre
Disciplina Deportiva; por los Estatutos, y por la reglamentación federativa que los desarrolla.
7.1. ÁMBITO
La FEE ejerce la potestad disciplinaria sobre todas las personas que forman parte de su propia estructura
orgánica; sobre los Clubes y sus afiliados, técnicos y dirigentes, y, en general, sobre todas aquellas per-
sonas o Entidades que, estando adscritas a la FEE, desarrollan funciones o ejercen cargos en el ámbito
estatal.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 20
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El ámbito de la disciplina federativa se extiende a las infracciones de la reglamentación sobre zonas
de trabajo asignadas, a las de los campeonatos, a la protección del medio subterráneo y su entorno,
a las normas de seguridad en el desarrollo de la exploración, y de las normas generales deportivas,
tipificadas en la Ley del Deporte, en sus disposiciones de desarrollo y en el propio ordenamiento jurídico
de la FEE.
7.2. LAS INFRACCIONES
Son infracciones:
· A la reglamentación sobre asignación de zonas de trabajo. Las acciones u omisiones que realicen
los clubes, espeleólogos o federaciones territoriales, que sean contrarias a lo que dicha reglamenta-
ción obliga o prohibe (Reglamento para la coordinación de expediciones espeleológicas en el estado
español).
· A las reglas de Campeonatos. Las acciones u omisiones que durante el curso de aquéllos, vulne-
ren, impidan o perturben su normal desarrollo.
· A las normas sobre protección del medio subterráneo y su entorno. Las acciones u omisiones que
de forma intencionada atenten a las mismas.
· A las normas sobre seguridad en el desarrollo de la actividad deportiva. Las acciones u omisiones
susceptibles de poner en peligro el desarrollo de la exploración.
· A las normas generales deportivas. Las demás acciones u omisiones que sean contrarias a lo que
las mismas determinan, obligan o prohiben.
Las faltas pueden ser muy graves, graves y leves, determinación que se hará en base a los principios y
criterios establecidos reglamentariamente.
Se considerarán, en todo caso, como infracciones muy graves las siguientes:
a) Los abusos de autoridad
b) Los quebrantamientos de sanciones impuestas.
c) La promoción, incitación, consumo o utilización de prácticas prohibidas a que se refiere el artículo
56 de la Ley del Deporte, así como la negativa a someterse a los controles exigidos por órganos y
personas competentes, o cualquier acción u omisión que impida o perturbe la correcta realización de
dichos controles.
d) La participación en competiciones o actividades organizadas por países que promuevan la discri-
minación racial, o con deportistas que representen a los mismos.
e) El no respetar la normativa específica de asignación de zonas de trabajo.
f) Cualquier acto u omisión que de forma intencionada o sin atender a la diligencia debida, produzca
un perjuicio grave en el medio subterráneo o en su entorno, como contaminación de los recursos
hídricos, rotura indiscriminada o recolección de formaciones, comercialización de las mismas o aten-
tados contra la fauna, flora, el patrimonio natural, histórico y paleontológico.
g) La inejecución de las resoluciones del Comité Español de Disciplina Deportiva.
h) El descuido en la conservación y cuidado de los locales sociales, instalaciones deportivas y otros
medios materiales.
i) Las actuaciones dirigidas a predeterminar, mediante propio, intimidación o simples acuerdos, el
resultado de los campeonatos.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 21
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i
j) Los comportamientos, actitudes y gestos agresivos y antideportivos de deportistas, cuando se diri-
jan a los jueces, a otros deportistas o al público.
k) La falta de asistencia no justificada a las convocatorias de las elecciones nacionales.
Asimismo, se considerarán infracciones muy graves del presidente y demás miembros directivos de los
órganos de la FEE las siguientes:
a) El incumplimiento de los acuerdos de la Asamblea General, así como del Reglamento Electoral y
demás disposiciones estatutarias o reglamentarias.
b) La no convocatoria, en los plazos o condiciones legales, de forma sistemática y reiterada, de los
órganos colegiados federativos.
c) La inejecución de las resoluciones del Comité Español de Disciplina Deportiva.
d) La incorrecta utilización de los fondos privados o de las subvenciones, créditos, avales y demás
ayudas del Estado, de sus organismos autónomos o de otro modo concedidos con cargo a los Presu-
puestos Generales del Estado.
e) El compromiso de gastos de carácter plurianual del presupuesto de la FEE, sin la reglamentaria
autorización.
f) La organización de actividades o competiciones oficiales de carácter internacional, sin la reglamen-
taria autorización.
Serán en todo caso, infracciones graves:
a) Cualquier acto u omisión que de forma intencionada o sin atender a la diligencia debida, produzca
menoscabo en la integridad o calidad del medio subterráneo o en su entorno.
b) El incumplimiento reiterado de órdenes e instrucciones emanadas de los órganos deportivos com-
petentes.
c) Los actos notorios y públicos que atenten a la dignidad o decoro deportivos.
d) El ejercicio de actividades públicas o privadas declaradas incompatibles con la actividad o función
deportiva desempeñada.
e) La no convocatoria, en los plazos a condiciones legales, de los órganos colegiados federativos.
f) El incumplimiento de las reglas de administración, y gestión del presupuesto y patrimonio previstos
en el artículo 36 de la Ley del Deporte.
g) El no respetar la normativa específica de asignación de zonas de trabajo.
h) El descuido en la conservación y cuidado de los locales sociales, instalaciones deportivas y otros
medios materiales.
Se consideran infracciones de carácter leve:
a) Las conductas claramente contrarias a las normas deportivas, que no estén incursas en la califica-
ción de muy graves o graves en los presentes Estatutos, o en las normas reglamentarias desarrolla-
das.
b) Cualquier acto u omisión que de forma intencionada o sin atender a la diligencia debida, produzca
menoscabo en la integridad o calidad del medio subterráneo o en su entorno.
c) El descuido en la conservación y cuidado de los locales sociales, instalaciones deportivas y otros
medios materiales.
d) El no respetar la normativa específica de asignación de zonas de trabajo.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 22
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Se consideran, en todo caso, como circunstancias atenuantes de la responsabilidad disciplinaria depor-
tiva:
a) La de arrepentimiento espontáneo.
b) La de haber precedido, inmediatamente a la infracción, una provocación suficiente.
c) No haber sido sancionado con anterioridad.
Se considerará, en todo caso, como circunstancia agravante de la responsabilidad disciplinaria deportiva
la reincidencia.
7.3. LAS SANCIONES
Las sanciones susceptibles de aplicación son:
a) La inhabilitación, suspensión o privación de licencia federativa, con carácter temporal o definitivo,
en adecuada proporción a las infracciones cometidas.
b) Imposibilidad por parte de una entidad de espeleología de acceder a una zona de trabajo, con
carácter temporal o definitivo, en adecuada proporción a las infracciones cometidas.
c) Apercibimiento.
d) La facultad, para los correspondientes órganos disciplinarios, de alterar el resultado de las compe-
ticiones por causa de predeterminación mediante precio, intimidación o simples acuerdos, del resul-
tado.
e) Las de carácter económico en el caso que esté implicada una FT.
Por la comisión de las infracciones de los Presidentes enumeradas anteriormente, podrán imponerse las
siguientes sanciones:
a) Amonestación pública.
b) Inhabilitación temporal de dos meses a un año.
c) Destitución del cargo.
7.4. EL COMITÉ DISCIPLINARIO
La potestad disciplinaria que corresponde a la FEE se ejercerá por un Comité Disciplinario formado por
tres personas de las cuales uno será licenciado en derecho.
Contra las resoluciones dictadas por el Comité Disciplinario, cabrá interponer recurso ante el Comité de
Apelación, compuesto por dos personas, que nombrará el Presidente de la FEE, uno de ellos libremente
y el otro a propuesta de la Asamblea General.
Los acuerdos de los Comités de Apelación serán recurribles ante el Comité Español de Disciplina Depor-
tiva.
En la determinación de la responsabilidad de las infracciones deportivas, los Órganos disciplinarios fede-
rativos deberán atenerse a los principios informadores del derecho sancionador.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 23
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7.5. EL COMITÉ JURISDICCIONAL Y DE CONCILIACIÓN
Las cuestiones que no tengan carácter disciplinario y que se susciten entre personas o Entidades adscri-
tas a la FEE, se pueden resolver mediante el Comité Jurisdiccional y de Conciliación.
El Comité Jurisdiccional y de Conciliación previsto en el apartado anterior podrá resolver, mediante las
fórmulas genéricas de conciliación y arbitraje correspondientes, las diferencias que se produzcan en
cuestiones litigiosas entre deportistas, técnicos, Clubes o Federaciones Territoriales integradas en la
FEE.
La composición y funciones del Comité se determinan reglamentariamente.
8. RÉGIMEN ECONÓMICO
La FEE tiene su propio régimen de administración y gestión de patrimonio y presupuesto.
En lo que al régimen económico concierne, está sometida a las siguientes reglas:
· Debe aplicar los beneficios económicos, si los hubiera, de las actividades deportivas, al desarrollo
de su objeto social.
· Puede gravar y enajenar sus bienes inmuebles, tomar dinero a préstamo y emitir títulos representa-
tivos de deuda o de parte alícuota patrimonial, siempre que tales negocios jurídicos no comprometan
de modo irreversible su patrimonio o su objeto social (Cuando se trate de bienes inmuebles que hayan
sido financiados, en todo o parte, con fondos públicos del Estado, su gravamen o enajenación preci-
sará la autorización del CSD).
· Puede ejercer, con carácter complementario, actividades de carácter industrial, comercial, profesio-
nal o de servicios, y destinar sus bienes y recursos a los mismos objetivos, pero en ningún caso podrá
repartirse beneficios entre sus miembros.
· No puede comprometer gastos de carácter plurianual sin autorización del Consejo Superior de
Deportes cuando el gasto anual comprometido supere el 10 por 100 de su presupuesto y rebase el
período de mandato del Presidente (Este porcentaje es revisado anualmente por el CSD).
· Debe someterse anualmente a auditorías financieras y, en su caso, de gestión, así como a informa-
ción de revisión limitada sobre la totalidad de los gastos. Estas actuaciones podrán ser encargadas y
sufragadas por el CSD.
· La contabilidad se ajusta a las "Normas de Adaptación del Plan General de Contabilidad a las Fede-
raciones Deportivas Españolas" que desarrolla el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas del
Ministerio de Economía y Hacienda. Debiendo en el primer mes de cada año, formalizarse el Balance
de situación y las Cuentas de Ingresos y Gastos, que se elevan al CSD para su conocimiento.
8.1. INGRESOS DE LA FEE
La FEE puede tener como ingresos:
· Las subvenciones que las Entidades públicas puedan concederle.
· Las herencias, legados o donaciones que le sean otorgados.
· Los beneficios que produzcan las actividades deportivas que organice.
· Los frutos de su patrimonio.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 24
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· Los préstamos o créditos que obtenga.
· El importe de las sanciones pecuniarias que impongan los órganos de disciplina.
· Las cuotas de amortización de anticipos y préstamos que procedan y el producto de la enajenación
de sus bienes.
· Los beneficios que pudieran derivarse de actividades de carácter industrial, comercial, profesional
o de servicios.
· Los que pudieran derivarse de la percepción de cuotas de afiliación o derechos de expedición de
licencias y títulos.
· Cualesquiera otros que puedan serle atribuidos por disposición legal en virtud de convenio.
8.2. SUS GASTOS
Los gastos se agrupan atendiendo las directrices marcadas por el CSD a la hora de aplicar el nuevo Plan
General Contable en Programas, que son divididos a su vez en Áreas, y éstas, en cuentas y subcuen-
tas.
Subvención Consejo Superior de Deportes
21.216
Subv. Extraordinaria CSD . Formación
175
Subv Extraordinaria CSD . para inversiones
500
Subvención Comité Olímpico Español
800
Licencias
8.200
Cuotas Clubes
534
Derechos Matriculación EEE
250
Cursos EEE
3.962
Venta Publicaciones
873
Intereses Bancarios
17
Resultados extraordinarios (Amortización Subv. Capital)
727
Total Ingresos
37.254
Ingresos previstos por la FEE para el ejercicio de 1999
según los presupuestos aprobados por la Asamblea General
Ingresos previstos por la FEE para el ejercicio de 1999 según los presupuestos aprobados por
(las cifras se indican en miles de pesetas).
la Asamblea General (las cifras se indican en miles de pesetas).
Programa es el conjunto de actividades homogéneas encaminadas a la consecución de objetivos tam-
bién homogéneos o de similar naturaleza, y que combina medios o recursos coherentes e identificables,
constituyendo así una unidad significativa tanto para la discusión presupuestaria como para el análisis de
la gestión federativa.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 25
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Tipos de Programa existentes:
I. Alta Competición. Agrupa las subvenciones que se conceden a las expediciones realizadas dentro
del territorio español por Clubes adscritos a la FEE de acuerdo con la normativa vigente y los requi-
sitos fijados en la convocatoria de subvenciones.
II. Actividades Estatales. Este Programa en relación con la actividad de que se trate se divide en
tres Áreas:
- Actividad deportiva: Agrupa las actividades e iniciativas de ámbito estatal que vayan en la
dirección de fomentar, divulgar y/o promocionar la Espeleología.
- Formación: Agrupa las actividades e iniciativas de ámbito estatal para la formación de depor-
tistas y técnicos.
- Publicaciones: Agrupa la edición de publicaciones.
III. Gestión. Agrupa todos los gastos relacionados con el funcionamiento de la Federación (alquiler
local, teléfono, Asamblea, etc.).
Las asignaciones destinadas a inversiones (mobiliario, equipos informáticos, etc.) se agrupan en un capí-
tulo aparte.
A título indicativo se reflejan a continuación, en miles de pesetas, las asignaciones destinadas a los dis-
tintos Programas para 1999, así como el porcentaje respecto al total de gastos.
Programa I
5.726
15,5 %
Programa II
19.415
52 %
Programa III
11.613
31 %
Inversiones
500
1,5 %
De estas cantidades corresponden a subvenciones destinadas bien a FF.TT. o a Clubes en miles de
pesetas:
Para el Programa I ...........................................5.726
Para el Programa II
- Área Actividades
3.581
- Área Formación
432
- Área Publicaciones
1.946............5.959
Lo que representa un total de 11.685.000 pesetas destinadas a subvenciones, el 31 % del total de ingre-
sos previstos.
9. LA ESCUELA ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
La Escuela Española de Espeleología (EEE) es el órgano docente de la FEE, dentro de la cual desarrolla
sus fines y competencias.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 26
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Emblema de la Escuela Española de
Espeleología, diseñado por Juan José
González Suárez (Oviedo).
EEE
9.1. FINES DE LA EEE
Son fines de la EEE:
· La enseñanza, divulgación y promoción de la Espeleología en sus diversas especialidades en el
ámbito del Estado, en coordinación con las Escuelas Territoriales, orientando la actuación de los espe-
leólogos hacia una mayor comprensión y conocimiento del mundo subterráneo, hacia la práctica de la
Espeleología con la máxima seguridad, y en los aspectos éticos y de defensa del Patrimonio Natural,
Histórico y Paleontológico, dentro del medio en que se desarrolla.
· La incorporación de los nuevos métodos, técnicas y avances conseguidos en la práctica de la Espe-
leología en todas sus especialidades.
· Estimular de forma técnica la práctica de la Espeleología encauzando estudios y trabajos relativos a
la misma, en sus aspectos deportivos, técnicos y educativos, propios y en relación con otros deportes
afines.
· Fomentar y colaborar en las actividades científicas relacionadas con la Espeleología y disciplinas
afines, tales como estudios geográficos, geológicos, hidrológicos, biológicos, físico - químicos, etc..
9.2. COMPETENCIAS
Son competencias de la EEE:
· La enseñanza oficial de la Espeleología en sus diversas especialidades y la formación de los corres-
pondientes cuadros técnicos del profesorado, en el ámbito estatal.
· El establecimiento del régimen general de enseñanzas espeleológicas.
· La regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de los títulos que capa-
citen para la enseñanza de la Espeleología en el ámbito del Estado, de acuerdo con la legislación
vigente.
· La regulación de los requisitos mínimos que deben tener los Cursos de Espeleología para ser homo-
logados por la EEE, referentes a la titulación del cuadro técnico del profesorado que los imparte, con-
diciones de acceso, relación numérica alumnos/profesor, objetivos, contenidos, actividades prácticas a
desarrollar, metodología, temporalidad, evaluación, lugares donde se desarrollan y demás apartados
relacionados con la organización de estos Cursos.
· Cuantos otros aspectos se crean necesarios en el ámbito docente de la Espeleología y sus especia-
lidades.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 27
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9.3. ÓRGANOS DE LA EEE
Al frente de la EEE existe una Comisión Ejecutiva formada por: el Director de la EEE, el Jefe de Estudios,
el Secretario y los Vocales que sean necesarios.
Son funciones de la Comisión Ejecutiva:
· La realización del programa anual de Cursos y actividades, y las propuestas de modificación del
mismo.
· La confección del proyecto de presupuesto, y las propuestas de su modificación.
· La confección de la Memoria Anual de la EEE.
· Las propuestas de modificación del Reglamento de la EEE.
La Comisión Coordinadora de las Escuelas Territoriales está formada por los Directores de todas y cada
una de las Escuelas Territoriales, y será presidida por el Director de la EEE.
La Comisión Científica Asesora está formada por especialistas científicos, técnicos, y pedagógicos, de
competencia y titulación reconocida, dentro del ámbito de la Espeleología y disciplinas afines, designados
a tal efecto por la Comisión Ejecutiva de la EEE. También formarán parte de la Comisión, los Profesores
asociados especializados pertenecientes al cuadro docente de la Escuela.
Los Departamentos son órganos de coordinación didáctica del cuadro docente. De acuerdo con la orga-
nización de los planes de estudios de los Técnicos Deportivos y teniendo en cuenta las distintas especia-
lidades dentro de la enseñanza de la Espeleología, los Departamentos de la EEE son los siguientes:
· Fundamentos Biológicos: Donde están incluidas las Áreas de Fundamentos Biológicos y de Seguri-
dad e Higiene.
· Entrenamiento: Donde están incluidas las áreas de Teoría y Práctica del Entrenamiento y Entrena-
miento en la Espeleología.
· Ciencias del Comportamiento y Aprendizaje: Donde están incluidas las Áreas de Psicología, Socio-
logía y Pedagogía y Didáctica de la Espeleología.
· Organización y Legislación: Donde están incluidas las Áreas de Organización y Legislación y Desa-
rrollo Profesional.
· Formación Técnica de la Espeleología: Donde están incluidas las Áreas de Técnica y Material, Auto-
socorro y Espeleosocorro, Cañones y Barrancos y Topografía y Cartografía.
· Medio Natural. Donde están incluidas las Áreas de Bioespeleología, Ecología, Geología y Presencia
Humana en las Cavidades.
· Espeleobuceo.
El Cuadro Docente está constituido por el Cuadro Técnico y los Profesores Asociados, e integrado por las
siguientes clases de miembros:
· Miembros Honorarios.
· Miembros Activos.
· Miembros Excedentes.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 28
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10. DISOLUCIÓN DE LA FEE
La FEE se puede disolver por alguno de los siguientes motivos:
· Por la revocación de su reconocimiento. Si desaparecieran las condiciones o motivaciones que
dieron lugar al mismo, o la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes estimase el incum-
plimiento de los objetivos para los que la Federación fue constituida, se instruirá un procedimiento,
dirigido a la revocación de aquel reconocimiento, con audiencia de la propia FEE y, en su caso, de las
Federaciones de ámbito autonómico en ella integradas.
Concluso aquél, la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes resolverá, motivadamente,
sobre tal revocación, y contra su acuerdo cabrá interponer los recursos administrativos pertinentes.
· Por resolución judicial.
· Por las demás causas previstas en el ordenamiento jurídico general.
En caso de disolución de la FEE, su patrimonio neto, si lo hubiera, se aplicará a la realización de
actividades análogas, determinándose por el CSD su destino concreto.
11. ACTIVIDADES DE LA FEE
Como ya se ha indicado en el apartado 2º, corresponde a la FEE como actividad propia, el gobierno,
administración, gestión, organización y reglamentación de la Espeleología. A excepción de los Cursos
de base y de técnicos deportivos que se organizan mediante la EEE, la FEE no organiza actividades
propias, si no que con un espíritu participativo e integrador dentro del colectivo de espeleólogos viene
promoviendo (mediante subvenciones directas e indirectas) todo tipo de actividades de interés general
organizadas por las FF.TT. o Clubes. Desde concursos de fotografía, expediciones, cursos, etc. a foros de
debate internos, actividades todas ellas útiles para promocionar y/o divulgar la Espeleología así como el
unir los vínculos entre todos los espeleólogos.
Por su importancia y repercusión dentro del colectivo espeleológico se puede destacar:
· El Congreso Español de Espeleología: Es el foro donde se dan a conocer, primordialmente, las
actividades realizadas tanto por los Clubes como a nivel individual. Paralelamente se realizan confe-
rencias abiertas a los congresistas sobre aspectos de nuestra actualidad. La celebración del Congreso
se aprovecha para realizar una Asamblea abierta que si bien sus decisiones no son vinculantes, siem-
pre los debates surgidos en las mismas han servido de guía para los responsables de la FEE.
Congresos españoles de Espeleología realizados hasta la fecha.
I Barcelona - 5 al 8 Diciembre de 1970 - Comité Catalano-Balear
II Oviedo - 13 al 15 Octubre de 1972 - Comité Noroeste
III Madrid - 31 Octubre al 3 Noviembre de 1973 - Comité Castellano Centro
IV Marbella (Málaga) - 9 al 12 de Octubre de 1976 - Comité Sur
V Santander - 1 al 4 de Noviembre de 1990 - Federación Cántabra
VI La Coruña - 10 al 12 de Octubre de 1992- Federación Gallega
VIII Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) - 6 al 8 de Diciembre de 1996 Federació
Catalana/GIRES Sesrovires
Congresos españoles de Espeleología realizados hasta la fecha.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 29
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i
· Los Clínics de la EEE son reuniones bianuales abiertas a todo el profesorado de la EEE. Son
instrumentos de formación y debate donde se imparten conferencias y se forman grupos de trabajo
sobre las cuestiones candentes de la EEE.
I Bergondo (La Coruña) - 12 al 14 de Octubre 1989 - Federación Gallega
II Ezcaray (La Rioja) - 1 al 3 de Noviembre 1991 - Federación Riojana
III Málaga - 8 al 12 de Octubre 1993 - Federación Andaluza
IV A Lanzada (Pontevedra) - 6 al 8 de Diciembre 1996 - Federación Gallega
V Benicàssim (Castellón) - 10 al 12 de Octubre de 1998 - Federación Valenciana
Los diferentes Clínics realizados hasta la fecha.
· Los
L Campamentos
os diferentes ClEspeleológicos
ínics realizados , dir
hasigidos
ta la f a todos
echa. los espeleólogos del Estado con la idea de
dar la posibilidad de conocer diferentes macizos Kársticos de nuestro país y potenciar la relación entre
nuestros federados.
Los Campamentos se iniciaron bajo la denominación de Operación España, siendo el primero el cele-
brado en Ojo Guareña (Burgos) del 25 de Agosto al 1 de Septiembre de 1968, organizado por el
entonces denominado Comité Castellano-Norte. Siguieron las denominadas Campañas Nacionales
para tomar el nombre de Campamento a partir de 1987. El último Campamento (el sexto) se realizó
en el Sistema Lecherines (Huesca) del 2 al 9 de Agosto de 1998 y fue organizado por el Centro de
Espeleología de Aragón (Zaragoza).
Paralelamente a estas actividades, la FEE ha patrocinado la organización de diferentes actividades
monográficas, siempre en estrecha colaboración con las Entidades organizadoras:
· Jornadas Estatales de Espeleobuceo: Se iniciaron en 1991 organizadas por la Federación de la
Región de Murcia; las últimas (las terceras) se celebraron en 1995 corriendo la organización a cargo
de la Federación Madrileña.
· Jornadas Estatales de Espeleosocorro: Iniciadas en 1976, fueron organizadas por el entonces
denominado Comité Aragonés. Las últimas se organizaron en 1996 (las quintas) corriendo la organi-
zación a cargo de la Federación Aragonesa.
Mención especial merece el capítulo de Publicaciones. Desde 1971, año en que se editó el Libro de
Osteometría por el entonces denominado Comité Español, son numerosas las publicaciones editadas
por la FEE. Tanto en el ámbito de la divulgación de nuestro Deporte (Tienes un mundo por descubrir
en la Espeleología, 1º edición 1986), como docentes (Introducción a la Geología kárstica, 1995), bien
en formato clásico (Actas del 9º Congreso Internacional de Espeleología, 1986), como en diapositivas
(Ecología y Conservación de Cavidades, 1991), en vídeo (Materiales y Técnicas para Curso de Iniciación
a la Espeleología, 1993) o en soporte magnético (Documentos FEE, 1996).
En 1980 apareció la primera publicación con carácter periódico, el denominado Anuario, que con una
periodicidad anual, se trata de una verdadera memoria del colectivo espeleológico del Estado. Siete años
más tarde (1987) aparece con una periodicidad trimestral el Boletín Informativo, noticiario espeleológico
que tras once números se deja de editar. Es en 1994, cuando aparece la revista Subterránea, con una
periodicidad semestral, diseño vanguardista y ameno, cubriendo el gran vacío existente en nuestro país
especialmente en lo referente al noticiario, tanto en su aspecto de exploraciones, como en el federativo.
Paralelamente la FEE viene subvencionando con carácter ordinario o extraordinario, la edición de nume-
rosas publicaciones, tanto sean editadas por las Federaciones Territoriales (Endins, Federació Balear;
Boletín Cántabro de Espeleología, Federación Cántabra o Fulls periòdics d'informació general, Federa-
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 30
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i
ció Catalana), como por Clubes (Espeleo Còmic, Espeleo Club de Tortosa; Grandes cuevas y simas de
España, Espeleo Club de Gràcia o El Complejo kárstico Piscarciano - Vacas - Arenas, Grupo Espeleoló-
gico Niphargus), así como publicaciones editadas por otras Entidades vinculadas de alguna forma a la
Espeleología (Boletín del Museo Andaluz de Espeleología o los diferentes monográficos editados por el
Centre de Protecció de les Cavernes i Entorn).
Recientemente ha aparecido el Diccionario de Técnica Espeleológica editado conjuntamente por la Fede-
ración Valenciana y la FEE, primera experiencia de edición conjunta que abre nuevas vías de realización
y financiación para nuestras publicaciones.
12. BIBLIOGRAFÍA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA. Anuario FEE.. Barcelona.
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA. Curso de Monitores de Espeleología, Apuntes. Bar-
celona 1989.
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA. Documentos FEE. Barcelona 1996.
MEMBRADO JULIÁN, J. L.: Hacia la Federación Española de Espeleología. Un logro de todos. Actas
7º Congreso Español de Espeleología. pp. 237-248. Federació Catalana d'Espeleologia. Barcelona
1996.
MEMBRADO JULIÁN, J. L.: Historia de la Federación Española de Espeleología. Un logro de todos.
Boletín del Museo Andaluz de la Espeleología, Granada, 1998.
PASCUAL GRUMAS, I. y cols.: Manual del Técnico deportivo 1º y 2º nivel. Mira Editores, S.A. Zaragoza
1997 y 1998.
Capítulo 9: La Federación Española de Espeleología - 31
X
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i
Javier Larios Gómez
GEOLOGÍA PARA
ESPELEÓLOGOS
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
?
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1. CONCEPTOS BÁSICOS DE GEOLOGÍA
1.1. EL TIEMPO EN GEOLOGÍA
Uno de los conceptos más difíciles de comprender en Geología puede ser el del tiempo. Los eventos
geológicos se realizan con extrema lentitud desde el punto de vista humano, por lo que es complicado
percibir la magnitud del tiempo geológico. En Geología el abanico de velocidades y duración de los pro-
cesos es muy grande. Hay procesos que se desarrollan a velocidades muy rápidas (terremotos) y otros
extremadamente lentos (el levantamiento de una cordillera). Actualmente la edad de la Tierra se asume
en unos 4.600 millones de años (m.a) (aunque las rocas más antiguas encontradas datan de 3.800 m.a.),
por lo que el millón de años es la unidad de tiempo más utilizada en Geología. La Historia Geológica de la
Tierra se puede agrupar en cuatro grandes divisiones: Precámbrico (abarca desde el origen de la Tierra
hasta el inicio del Paleozoico, hace 590 m.a.), Paleozoico (de 590 a 248 m.a.), Mesozoico (de 248 a 65
m.a.) y Cenozoico (de 65 m.a. a la actualidad).
1.2. ESTRUCTURA DE LA TIERRA
Desde la superficie de la Tierra hasta el interior de
la misma se pueden distinguir tres unidades prin-
cipales: corteza, manto y núcleo.
Atmósfera
Discontinuidad
Hidrosfera
La Corteza se separa del manto por la discon-
Corteza
de Mohorovicic
Litosfera
tinuidad de Mohorovicic, que se detecta por un
Astenosfera Manto aumento brusco de la velocidad de las ondas sís-
superior
micas. La velocidad de las ondas sísmicas es
Manto
mayor en la horizontal de la corteza terrestre que
Mesosfera
inferior
en la vertical, distinguiéndose una corteza conti-
Discontinuidad
nental y otra oceánica. Verticalmente también es
2900 Kms
posible diferenciar una zonificación de materiales
de Gutemberg
en tres niveles.
El Manto representa el 69% de la masa de la
Tierra, siendo su límite inferior más neto que el
Núcleo
superior. Se separa del núcleo por la discontinui-
Externo
dad de Gutemberg. Atendiendo a las diferentes
velocidades de las ondas sísmicas se puede dife-
renciar un manto interior, una zona intermedia y
un manto superior, donde se localiza una zona de
Discontinuidad de
5100 Kms
plasticidad con probadas connotaciones dinámi-
Wiechert-Lehman-Jeffrey
cas entre manto y corteza.
Núcleo
Interno
El Núcleo se divide a su vez en núcleo interno
(denso) y núcleo externo (fluido).
6371 Kms
1.3. Principales tipos de rocas
Existen varias formas de clasificar las rocas, si
bien lo más común es clasificarlas desde el punto
de vista genético, es decir, según su origen. De este modo se pueden distinguir dos grandes conjuntos:
las rocas endógenas o de origen interno (formadas, al menos parcialmente, en el interior de la Tierra) y
las rocas exógenas o de origen externo (formadas en la superficie de la Tierra).
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 1
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i
ROCAS ENDÓGENAS
MAGMÁTICAS
ROCAS EXÓGENAS (SEDIMENTARIAS)
P
V
DETRÍTICAS
l
o
Granito
Conglomerado
u
Riolita
l
Granodiorita
Arenisca
t
Dacita
c
Gabro
Limo Arcilla
ó
Basalto
á
Diorita
n
Andesita
n
QUÍMICAS
Monzonita
i
Latita
i
Carbonatadas
Evaporíticas
Sienita
c
c
Caliza
Yeso
a
a
Dolomía
Anhidrita
s
s
Halita
METAMÓRFICAS
ORGANÓGENAS
Filita-Pizarra
Anfibolita
Silíceas
Orgánicas
Fosfatadas
Migmatita
Granulita
Diatomita
Carbón
Fosfatita
Esquisto
Cuarcita
Radiolarita
Petróleo
Corneana
Mármol
Gneis
Eclógita
Rocas Endógenas
Se dividen a su vez en rocas magmáticas y metamórficas.
Rocas Magmáticas o Ígneas. Proceden de una solución de silicatos fundida total o parcialmente deno-
minada magma. Se diferencian dos subgrupos: rocas intrusivas y rocas extrusivas.
Rocas Intrusivas. Son las rocas formadas a partir de un magma que solidifica en el interior de la Tierra.
Se dividen en rocas filonianas y rocas plutónicas, como el granito.
Rocas Extrusivas o Volcánicas. Son las rocas formadas a partir de un magma que se solidifica en la
superficie de la Tierra (andesitas, basaltos, etc.).
Rocas Metamórficas. Son las producidas por cambios mineralógicos, químicos y estructurales en las
diferentes rocas cuando éstas se ven sometidas a condiciones de presión y/o temperaturadiferente de las
que las generaron (esquistos, pizarras, gneises, etc.).
Rocas Exógenas o Sedimentarias
Son rocas que proceden, por procesos superficiales, físicos, químicos y/o biológicos, del resto de tipos
de rocas. Se disponen en capas superpuestas o estratos. Se dividen en:
Rocas Detríticas. Formadas por fragmentos de rocas y/o minerales transportados y depositados
por los procesos superficiales físicos (arenas, conglomerados, etc.)
Rocas Químicas. Formadas por la precipitación de iones minerales disueltos en soluciones acuo-
sas (calizas, yesos, etc.).
Rocas de origen orgánico. Formadas por la acumulación de restos orgánicos o la acumulación
de material producido por la actividad de los seres vivos (carbón, etc.).
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 2
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i
1. 4. EL CICLO GEOLÓGICO
Como se ha podido observar en los anteriores apartados, en general todos los tipos de rocas están
relacionados unos con otros. El fundador de la moderna Geología, James Hutton, ya enunció hace 280
años que "...las rocas se meteorizan y forman sedimentos que luego se entierran a profundidad. Estos
sedimentos convertidos en rocas pueden sufrir más tarde un proceso de metamorfismo y/o fusión. Pos-
teriormente se deforman y se levantan durante la génesis de las cordilleras, para seguir de nuevo la
meteorización y reciclaje". Si bien se podría matizar muchos aspectos, en general esta teoría coincide on
la idea de la Tierra en constante cambio.
Meteorización y
Erosión
Sedimentos
Rocas
Rocas
Ígneas
Sedimentarias
Rocas
Metamórficas
Magma
Figura 2. Ciclo geológico propuesto por Hutton
(modificado de Otero et al., 1997)
2. DEFORMACIÓN DE LOS MATERIALES TERRESTRES
La dinámica de la Corteza Terrestre somete a los materiales que la constituyen a enormes esfuerzos, que
dan como resultado deformaciones de gran intensidad, produciendo diferentes estructuras.
2.1. NIVELES ESTRUCTURALES Y TIPOS DE DEFORMACIÓN
La dinámica a escala del Globo ha provocado accidentes tectónicos que repercuten a escala regional
dando lugar a las deformaciones que constituyen los macizos que todos conocemos. Sus características
dependen del nivel estructural en el que la roca se encuentre: en los niveles más superficiales el com-
portamiento es frágil, en el nivel medio, debido a las presiones a que están sometidos los materiales,
se producen los pliegues y flexiones y, finalmente, en el nivel inferior con presiones y temperaturas muy
elevadas tienen lugar deformaciones por flujo, y la fusión. No obstante, estos límites deben tomarse sola-
mente como aproximación; el tipo de deformación sufrido por una roca está también condicionado por sus
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 3
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propias características: dureza, fragilidad, etc. Materiales muy plásticos como el yeso, serán deformados
en cualquier circunstancia de un modo muy diferente a rocas duras, como las cuarcitas o las calizas.
SUPF. AXIAL
CHARNELA
EJE
NÚCLEO
Figura 3
Los elementos geométricos más
Figura 3. característicos correspondientes a la deformación
Elementos geométricos de un pliegue
de las estructuras
originales de las rocas, son:
Pliegues
Los elementos que caracterizan la geometría de un pliegue son (Figura 3):
- Charnela: Es la línea de máxima curvatura del pliegue.
- Flancos: Son las zonas a un lado y otro de la charnela.
- Núcleo: Constituye la parte central del pliegue.
- Eje: Es la línea de unión de los puntos de charnela a lo largo de una capa.
- Superficie axial: Es la que contiene el conjunto de todos los ejes y charnelas en la horizontal.
En casos de deformación escasa o cuando se trabaja a escala pequeña, puede asimilarse a un
plano.
En función de la disposición de estos elementos, los pliegues simples se diferencian en asimétricos,
cuando los flancos presentan diferente buzamiento, inclinados cuando lo está el plano axial, recumben-
tes cuando el plano axial es horizontal, o invertidos cuando la charnela aparece en sentido opuesto
al original. Los pliegues presentan una escala muy variable de tamaños, desde centímetros hasta de
centenares de metros.
Las formas más comunes son pliegues simples: antiformas y sinformas, según sean convexos o cónca-
vos respectivamente. Se denomina anticlinal a una antiforma en la que los materiales más antiguos se
sitúan en su núcleo. Un sinclinal es una sinforma con los materiales más modernos en su núcleo.
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 4
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Fallas
Las fallas son fracturas producidas por los esfuerzos tectónicos. Las masas de roca fracturadas presentan
desplazamientos según el plano de rotura, bien sea en sentido horizontal y/o vertical, o por torsión. Al
igual que los pliegues, las fallas se caracterizan por una serie de elementos geométricos:
- Labios: Es el nombre que reciben los bloques que quedan
a un lado y otro de la fractura.
A B C
- Plano de falla: Es la superficie de rotura. Puede ser plana,
ligeramente curva o alabeada (especialmente en fracturas
de gran entidad). En algunos puntos puede aparecer pulida
D
por la fricción que produce el desplazamiento de los bloques,
y con estrías que indican la dirección del movimiento, deno-
minándose entonces Espejo de falla. Normalmente, salvo
en fracturas pequeñas, el plano es en realidad una banda de
cierto espesor, donde la roca aparece triturada o alterada.
- Salto de falla: Es el desplazamiento entre los dos bloques
fracturados. Puede medirse horizontalmente, verticalmente,
o según la dirección del plano de falla (Figura 4).
Figura 4. Medición del movimiento de una falla. AD: salto total;
AB: salto en dirección; BD: salto en buzamiento; AC: desplaza-
miento horizontal; CD: desplazamiento vertical
En función del sentido de desplazamiento de los bloques
respecto al plano de fractura se definen tres tipos básicos
de fallas, siempre que dicho plano se encuentre inclinado
(Figura 5):
a
- Normales: Son aquellas en las que el labio situado sobre
el plano de falla está hundido respecto al otro. Este plano
es generalmente muy vertical. Se encuentran asociadas a
movimientos de distensión.
b
- Inversas: Son aquel as en que el labio situado sobre el plano
de fractura está levantado respecto al otro. Se producen por
movimientos de compresión. Cuando este plano tiene una
inclinación muy pequeña hablamos de Cabalgamientos. En
c
ellos un bloque se sitúa sobre el otro, con desplazamientos
a veces muy importantes, dando lugar a "Escamas".
- De desgarre: El desplazamiento de los bloques es princi-
d
palmente horizontal, si bien puede haber un componente
vertical más o menos importante. Este tipo de fracturas da
lugar a desplazamientos muy considerables entre sus blo-
ques.
En la mayoría de los casos aparecen fracturas mixtas (de des-
garre con una componente directa o inversa, etc.).Igualmente
son frecuentes las fallas asociadas a pliegues.
Figura 5. Tipos principales de fallas. a. Bloque sin deformar;
b. Falla Normal (esfuerzo distensivo=alargamiento); c. Falla
inversa (esfuerzo compresivo=acortamiento); d. Falla de
desgarre (desplazamiento horizontal)
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 5
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Diaclasas
Son fracturas menores de la roca en las que no existe un desplazamiento relativo de los bloques o éste
es mínimo. Aparecen siempre agrupadas en familias de distinta orientación.
2.2. ESTRUCTURAS DE MICROTECTÓNICA
Las manifestaciones de los esfuerzos sufridos por una roca aparecen también a pequeña escala. Las
estructuras más frecuentes son los estilolitos y las venas minerales.
Los estilolitos se deben a la disolución de la roca por efecto de la presión (esfuerzos compresivos).
Aparece una superficie más o menos plana, que vista en sección presenta aspecto de "sutura". Los
estilolitos se disponen ortogonales a la dirección de máximo esfuerzo. Las venas son, por el contrario,
el resultado de esfuerzos distensivos. En una dirección perpendicular a ellos tiene lugar el crecimiento
de cristales, a veces de un gran espesor (Figura 6). La medición en campo de estas estructuras, y su
posterior tratamiento estadístico, permite conocer las direcciones de los esfuerzos tectónicos sufridos por
un macizo rocoso.
O
ALIN
DISOLUCIÓN POR PRESIÓN
O CRIST
perdida de
aumento
CRECIMIENT
volumen
de volumen
VENA
ESTILOLITO
Figura 6. Formación de estilolitos y venas minerales
(modificado de Herrero, en Fernández et al., 1995)
2.3. ELEMENTOS DE GEOMETRÍA ESTRUCTURAL
El estudio de la disposición de las rocas después de que hayan sufrido las deformaciones que acabamos
de describir, requiere el empleo de una serie de técnicas de medida de sus elementos geométricos. De
esta forma podemos reconstruir tanto la disposición original de las rocas, como conocer el tipo de esfuer-
zos que han sufrido. De la misma manera usaremos estas técnicas para la representación cartográfica
de la geología de una región.
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 6
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Trataremos ahora a los estratos o a las fracturas como meros planos geométricos que podremos definir
a partir de los siguientes parámetros:
N
L
J
- Rumbo: Ángulo horizontal medido entre una línea y un sistema de referencia cartográfica. Por lo
general se refiere al Norte magnético (el medido directamente por una brújula) o geográfico (el
Figura 7. Dirección y buzamiento de una capa
del sistema de referencia utilizado, después de corregir la declinación magnética).
- Inclinación: Término general aplicado al ángulo vertical formado por un plano o línea con la hori-
zontal.
- Dirección de un plano: Es el rumbo de una línea horizontal situada en él. Se indica con la letra
griega (delta).
- Buzamiento: Inclinación respecto a la horizontal de la línea de máxima pendiente de un plano
inclinado. Esta línea es, evidentemente, perpendicular a la dirección de la capa. Se denota por la
letra griega (beta).
- Buzamiento aparente: inclinación de un plano medida en una dirección cualquiera. Siempre será
menor que el buzamiento.
En las rocas sedimentarias, la forma plana más frecuente y definitoria de la estructura de la roca, es el
plano de estratificación. La medida de su dirección y buzamiento permite conocer su disposición espacial
y la deformación sufrida. La medida de los elementos geométricos de los pliegues y las fracturas nos
informa de los esfuerzos a los que ha estado sometida una Región.
3. EL KARST: PROCESOS Y FORMAS
Como karst se conoce a unas ciertas formas del relieve y procesos asociados a la formación de las
mismas, que las caracterizan claramente. En general un área kárstica se caracteriza por:
- Escasa presencia o ausencia de redes de drenaje superficiales, predominando el drenaje subte-
rráneo claramente jerarquizado.
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 7
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- Presencia de conductos que organizan el drenaje subterráneo, siendo los más notables las
cuevas y simas. Algunas de éstas funcionan como sumideros y otras como surgencias o manan-
tiales, en clara relación con el drenaje endorreico.
- Existencia de formas singulares debidas a la disolución de las rocas generadas por el agua.
3.1. PROCESOS DE KARSTIFICACIÓN
La formación de un sistema kárstico se inicia con la infiltración del agua en el macizo, a favor de las
fisuras y discontinuidades preexistentes en la roca. La mayoría de las rocas favorables a la karstificación
presentan una red de fisuras interconectadas lo suficientemente densas como para que el agua pueda
moverse por ellas, favoreciéndose el proceso de disolución de las mismas y produciendo, por tanto, el
ensanchamiento de dichas fisuras. Algunas de estas fisuras (p.e., las sometidas a un mayor gradiente
hidráulico) se ampliarán selectivamente generando unos conductos preferentes para la circulación del
agua y sobre los que se producirá progresivamente una mayor disolución. De este modo se genera una
red subterránea con conductos preferentes de drenaje.
El proceso de karstificación, y por tanto el desarrollo de una red de drenaje subterránea, está condicio-
nado por una serie de factores:
- Existencia de rocas favorables a la disolución (litología).
- Existencia de una estructura geológica adecuada para el desarrollo de sistemas endorreicos.
- Condiciones climáticas favorables (el aporte hídrico y la temperatura es clave para la disolución
de las rocas).
- Tiempo suficiente para que los procesos se desarrollen.
Existen otras muchas causas que influyen en el desarrollo de los procesos kársticos, como es la exis-
tencia de suelo (los procesos bioquímicos favorecen la disolución de las rocas), el gradiente hidráulico
generado, las características físico-químicas de las aguas que discurren por el macizo rocoso, etc..., lo
que provoca que materiales similares desarrollen diferentes morfologías kársticas y diferentes estados de
desarrollo de las mismas, según las condiciones particulares (clima, altitud, procesos edáficos, etc...) de
cada área.
3.2. ZONIFICACIÓN DEL KARST
Desde el punto de vista del comportamiento hidrogeológico del karst, se pueden diferenciar en la vertical
dos claras zonas con un comportamiento diferente:
- Zona freática o saturada: Es la zona donde el agua llena todos los poros, huecos y fisuras inter-
conectadas, circulando subhorizontalmente por la red de conductos hacia las surgencias.
- Zona de aireación o vadosa: Es la zona por la que el agua se infiltra a través de las fisuras y
huecos, desplazándose rápidamente por la acción de la gravedad, hacia la zona freática.
Entre estas dos existe una Zona de fluctuación o epifreática que se encuentra inundada en épocas de
crecida y se comporta como vadosa en épocas de estiaje, es decir, está sometida a las variaciones
estacionales.
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 8
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Igualmente se pueden distinguir varias zonas según el comportamiento hidrogeológico en la horizontal
del sistema kárstico.
- Zona de alimentación: Está limitada por el área de captación de los materiales karstificables. Se
produce una captación difusa de las aguas a través de fisuras y poros, y una captación puntual
a favor de los sumideros.
- Zona de circulación: Está representada por la red de conductos que constituyen el sistema kárs-
tico. La circulación subterránea se organiza conectando las áreas de alimentación con las áreas
de descarga (surgencias y manantiales).
- Zona de descarga: Representada por puntos concretos (surgencias y manantiales) por donde se
produce la salida del agua que ha circulado por el sistema kárstico.
3.3. FORMAS KÁRSTICAS
Hemos comentado que el término Karst se asocia tanto con unos procesos, como con unas determinadas
formas del relieve, producidas en general por la disolución de diversas rocas de la superficie terrestre.
La mayor parte de la disolución que se produce en un área kárstica tiene lugar en la superficie o muy
cerca de ella, por lo que en superficie se producen una serie de formas de disolución características que
constituyen el paisaje exokárstico (parte superficial del karst):
- Lapiaz: Denominado también lenar. Representa un conjunto de numerosas formas de disolución
superficial generadas por la acción directa del agua de lluvia o fusión de nieve. Constituyen áreas
en las que la infiltración se produce con rapidez, siendo prácticamente inexistente la escorrentía
superficial.
- Dolina: Depresión circular cerrada en forma de embudo cuya pendiente puede ser escarpada. Su
diámetro puede estar comprendido entre pocos metros y varios hectómetros. Marca la existencia
de lugares puntuales de infiltración preferente a favor del cruce de planos de debilidad.
- Uvala: Depresión alargada y de contornos irregulares de varios hectómetros de diámetro. Su
génesis puede estar relacionada con la coalescencia de dolinas que crecen próximas entre sí,
desarrollándose más rápidamente en anchura que en profundidad.
- Polje: Importante depresión kárstica de forma alargada cuya longitud puede ser de varios kiló-
metros. El fondo es marcadamente plano y a menudo está colmatado de sedimentos detríticos.
Suelen estar sujetos a inundaciones periódicas ya que la superficie topográfica del terreno está
muy cerca del nivel freático.
- Cañón: Valles estrechos de paredes muy verticales y fuertes desniveles. Se produce cuando un
río se encaja lo suficiente como para atravesar el acuífero kárstico subyacente.
Las formas desarrolladas en el interior del sistema kárstico constituyen el paisaje endokárstico, y si
bien las formas de disolución características son las cuevas y simas, que constituyen los conductos con
desarrollo principalmente horizontal o vertical respectivamente, existen otras formas características y
conocidas por los espeleólogos, con una génesis completamente distinta, debida a la precipitación de
diferentes minerales, que tienden a rellenar los conductos subterráneos. Éstas constituyen las formas de
precipitación o espeleotemas.
- Estalactitas: Se forma cuando una gota de agua que circula por una fisura desemboca en un con-
ducto vadoso. Alrededor de la gota precipita el mineral produciéndose poco a poco el crecimiento
de una fina concreción cilíndrica hueca por cuyo interior sigue circulando el agua, constituyendo
lo que se denominan macarrones. Si además circula el agua por las paredes, se produce un
crecimiento radial de los cristales que engrosa la estalactita. Si se produce el flujo de agua a
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 9
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favor de paredes, extraplomos, etc. se producen formas variadas que reciben diversos nombres
(cortinas, banderas, etc.).
- Estalagmitas: Al caer la gota de agua de la estalactita, en general no se produce un precipitado
de todo el mineral que está en disolución cuando la gota golpea el suelo. Se produce una nueva
precipitación de mineral, originando, por acumulación, las estalagmitas. La unión de una estalag-
gmita y una estalactita se conoce como columnas.
- Excéntricas: Se denomina así a diversas formas relacionadas con "estalactitas que no han cre-
cido a favor de la gravedad". En general existen dos grupos: las antoditas, con forma de espinas
o agujas, y las helicitas, que presenta un canal central por el que discurre la gota de agua, si bien
por diferentes procesos se producen cambios en la dirección de crecimiento del espeleotema.
- Coladas: Se forman cuando el agua circula en régimen laminar por una superficie, provocándose
la precipitación mineral recubriendo la misma.
- Gours: Son precipitados en forma de dique desarrolladas sobre una pendiente por la que circula
agua, provocando el embalsamiento escalonado de las aguas.
- Corales: Constituyen una amplia variedad de espeleotemas de aspecto rugoso que se desarro-
llan sobre diferentes superficies y con diferente génesis. El aporte de agua puede tener lugar por
filtración, por salpicadura de goteos o por un flujo sobre una superficie irregular. La precipitación
se produce de modo preferente en salientes, que de esta forma acentúan su relieve y continúan
creciendo.
Existen otras formas de precipitados, si bien éstas son las más comunes que vamos a encontrar en las
cavidades.
4. BIBLIOGRAFÍA
BAREA LUCHENA, J.: Geología del karst desde el punto de vista del espeleólogo. Boletín Espeleológico
SECJA, 1. 1996.
ERASO, A.; BOQUERA, J.: El Karst. Serie Ingeniería Ambiental, ITGE, 17 pp. Madrid 1994.
FERNÁNDEZ, E.; HERRERO, N.; LARIO, J.; ORTIZ, I.; PEIRÓ, R.; ROSSI, C.: Introducción a la Geología
Kárstica. Federación Española de Espeleología: 202pp. Barcelona 1995.
OTERO, M.A.; PIVIDAL, A.J.; FRAILE, M.J.; CENTENO, J.D.; SENDREROS, A.: Geología. Ediciones del
Laberinto, S.L: 419pp. 1997.
Capítulo 10: Geología para espeleológos - 10
XI
?
i
Jesús Cuenca Rodríguez
BIOESPELEOLOGÍA Y
CONSERVACIÓN DE
CAVIDADES
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
?
i
1. BIOLOGÍA: GENERALIDADES
1.1. LA VIDA: UNA FORMA DE PRESENTARSE LA MATERIA
A lo largo de la historia del Universo la materia se ha ido
Biosfera
organizando progresivamente, desde los niveles más sim-
Ecosistemas
ples, menos energéticos, hasta los más complejos y con
Ecosistema
mayor consumo de energía. Así, tras el "Big Bang", el Uni-
Comunidades
verso comenzaría en forma de partículas sub atómicas;
B
posteriormente se agregarían en átomos para, con una
I Población
Poblaciones
evolución más compleja, formar galaxias, estrellas y pla-
Ó
netas. Los átomos de los planetas darían lugar a los com-
TI
Seres pluricelulares
puestos químicos y a los agregados moleculares.
C
O
Sistemas y aparatos
En la Tierra primitiva, la materia inorgánica, como conse-
S Organismo
Órganos
cuencia de unas particulares condiciones energéticas rei-
nantes (atmósfera reductora y grandes fuentes de energía
Tejidos
tanto interna como externa), adquirió un grado de organi-
zación biótico, y en los bordes de los océanos aparecieron
Colonias
las primeras formas de vida. Su existencia supuso la sín-
Celular
Células y seres vivos
unicelulares
tesis abiótica de sustancias bioquímicas importantes que,
bajo forma de agregados de moléculas, efectuaron la tran-
Virus
sición entre la materia inanimada y los organismo primiti-
Orgánulos celulares
vos, poniéndose así en marcha la evolución.
A
B Molecular
Macromoléculas
I
Si bien ciertas estructuras aisladas de los organismos
Ó
Moléculas
pueden tener una actividad bioquímica, la vida implica una
T
regulación y una coordinación de estas actividades y, nor-
I Atómico
Átomos
malmente, ello sólo es posible gracias a la forma celular. La
C
célula se define como la unidad de organización estructu-
O
S
ral de los seres vivientes.
Subatómico
Partículas
subatómicas
No existen células tipo, pero todas las células tienen en
común ciertos caracteres fundamentales: estar compues-
Figura 1. Niveles de organización
tas por una membrana externa que encierra cierto material
Figura 1. Niveles de organización de la materia
de la materia.
de aspecto gelatinoso, llamado citoplasma, y un núcleo.
El citoplasma encierra una serie de orgánulos que están
adaptados para realizar los distintos procesos vitales. Las células más primitivas carecen de núcleo (pro-
cariotas) y el material genético se encuentra disperso por el citoplasma. En las células eucariotas, el
núcleo encierra el material genético que aparece condensado en estructuras denominadas cromosomas
(Figura 2).
Membrana citoplasmática
Orgánulos celulares
Vaina mucilaginosa
Orgánulos
Pared celular
Núcleo
Nucleoide
Citoplasma
Citoplasma
A
B
célula procariota (bacteria)
célula eucariota
Figura 2. Estructura celular.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 1
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i
MONERAS
hongo
alga
VIRUS
Bacterias Cianofitas
HONGOS
ALGAS
LÍQUENES
HELECHOS
flor
PROTOZOOS
MUSGOS
semillas
ESPONJAS
ESPERMATOFITOS
medusa
ANÉLIDOS
MOLUSCOS
pólipo
GUSANOS DIVERSOS
CNIDARIOS
INSECTOS
EQUINODERMOS
CRUSTÁCEOS
CONDROICTIOS
Artrópodos
OSTEICTIOS
ARÁCNIDOS
AVES
MIRIÁPODOS
Vertebrados
ANFIBIOS
MAMÍFEROS
REPTILES
Figura 3. Principales grupos de seres vivos.
Figura 3. Principales grupos de seres vivos
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 2
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i
1.2. CLASIFICACIÓN DE LOS SERES VIVOS
La Taxonomía se encarga de la clasificación de los seres vivos, y los grupos de seres vivos que establece
se llaman taxones. Los principales taxones son: reino, filum / división (según se trate de animales o
vegetales), clase, orden, familia, género, especie y subespecie.
En este sistema de clasificación, un reino engloba todos los tipos que son parecidos, un filum abarca
todas las clases que son parecidas, y así sucesivamente. En caso necesario, se introducen subgrupos
(subfilum, superclase, subclase, etc.).
El taxón más importante es la especie, que se define de forma sencilla como un conjunto de individuos
que proceden de antecesores comunes y que son capaces de reproducirse entre sí y de dar lugar
a una descendencia fértil.
De la denominación de las diferentes especies se encarga la Nomenclatura. En la actualidad se utiliza
la nomenclatura binomial, inventada por Linneo hacia mediados del siglo XVIII. En la nomenclatura
binomial cada especie se denomina con dos nombres en latín, el primero para designar el género y el
segundo para designar la especie. El primer nombre se escribe siempre con mayúscula y el segundo con
minúscula.
Si es preciso, se añade el nombre del autor que descubrió la especie, seguido del año en que lo hizo.
Por ejemplo, el nombre científico completo del murciélago común es Pipistrellus pipistrellus (Schreber,
1774).
El uso de los nombres científicos en latín no es una complicación innecesaria, sino algo imprescindible,
ya que los nombres vulgares varían de una región a otra y de un país a otro.
1.3. OBTENCIÓN DE MATERIA Y ENERGÍA POR PARTE DE LOS ORGANISMOS
A lo largo de la evolución, los organismos han desarrollado com-
Luz
ENERGIA
plejos mecanismos para captar y utilizar la energía. Según el
mecanismo utilizado, se pueden dividir en dos grupos principales:
autótrofos y heterótrofos.
FOTOAUTOTROFOS
Los organismos autótrofos pueden sintetizar su propio alimento a
MATERIA
partir de sustancias inorgánicas (agua, dióxido de carbono, sales
Materia inorgánica
Materia orgánica
minerales) y una fuente externa de energía. Según la fuente de
energía se distinguen dos grandes grupos de organismos autó-
ENERGIA
Compuestos
Compuestos
trofos: fotótrofos y quimiótrofos. Los fotótrofos transforman la
reducidos
oxidados
energía luminosa en energía química útil, mediante la fotosíntesis;
los quimiótrofos, utilizan para sus actividades anabólicas energía
QUIMIOAUTOTROFOS
dependiente de la catálisis de reacciones exergónicas, general-
mente de tipo oxidativo.
MATERIA
Materia inorgánica
Los quimiótrofos utilizan diversos sustratos para obtener la ener-
Materia orgánica
gía: nitratos, nitritos, óxido ferroso, sulfuros, etc. Estos organis-
mos son bacterias que pueden vivir en condiciones aerobias (con
oxígeno) y anaerobias (sin oxígeno).
HETEROTROFOS
Materia orgánica
ENERGIA
Los organismos heterótrofos no pueden sintetizar sus propios ali-
MATERIA
mentos a partir de moléculas simples inorgánicas, por no poseer
sistemas de transformación de energía externa. Por tanto, deben
Materia orgánica
vivir a expensas de la materia sintetizada por los autótrofos. La
materia orgánica que toman del medio la utilizan como fuente de
Figura 4. Organismos autótrofos y heterótrofos.
energía y materia (Figura 4).
Figura 4. Organismos
autótrofos y heterótrofos
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 3
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i
1.4. METABOLISMO
Se conoce por metabolismo aquellos procesos químicos que se desarrollan en el interior de un orga-
nismo, o en alguna de sus partes. Comprende la desintegración de los compuestos orgánicos desde
formas complejas a otras más sencillas (catabolismo) con liberación de energía que queda disponible
para las múltiples actividades orgánicas, y la elaboración de compuestos orgánicos complejos a partir
de otros más simples (anabolismo) utilizando la energía liberada por el catabolismo y, en el caso de los
organismos autótrofos, la energía de fuentes externas no orgánicas (especialmente la de la luz solar).
Las reacciones metabólicas están controladas por metabolitos. Muchos metabolitos son producidos por
el organismo en el curso del metabolismo; otros son captados del ambiente, porque el organismo es
incapaz de elaborarlos por sí mismo; en otros casos parte de la cantidad de metabolito usada por el
organismo es elaborada por éste y parte es absorbida del medio. Los organismos autótrofos sólo necesi-
tan tomar del medio metabolitos inorgánicos (agua, dióxido de carbono, nitratos y determinados oligoele-
mentos). Los organismos heterótrofos precisan, además de los metabolitos inorgánicos, una amplia gama
de metabolitos orgánicos del medio, que varía mucho de unas especies a otras, pero que comprende
diversos aminoácidos y vitaminas.
1.5. REPRODUCCIÓN
La reproducción es el mecanismo por el cual un organismo da origen a otro organismo semejante a él,
sea por procesos mitóticos (división celular), por escisión o mediante la formación de un zigoto.
Se distinguen básicamente dos tipos de reproducción: la asexual
y la sexual. La reproducción asexual supone un proceso en el que
A
B
el ser se divide o se escinde en dos o más seres que al desarro-
llarse son iguales al que les dio origen. Se diferencian dos formas
fundamentales de reproducción asexual: vegetativa y por esporas.
En la reproducción vegetativa, los nuevos organismos proceden de
una parte del progenitor. Las esporas son elementos unicelulares,
esporangio
formadas en estructuras especiales denominadas esporangios, que
C
espora
en condiciones favorables pueden desarrollarse convirtiéndose en
nuevos seres (Figura 5).
La reproducción sexual se caracteriza por la unión de dos células
D
sexuales especializadas denominadas gametos (con dotación cro-
Figura 5.
Figur Reproducción ase
a 5. Reproducción ase xual.V
xual. V
egetativ
egetativa: a:mosómica simple, n) que al unirse mediante el proceso de fecunda-
A, participación en planar
A, participación en planar ia
ia; ;
BB, esqueje en
, esqueje en
ción originan un huevo o zigoto (con dotación cromosómica doble,
esper
esper matofito
matofito; C ; C, escisión en pólip
, escisión en pólipo. For
o.
mación
2n) que por sucesivas divisiones da lugar a un nuevo ser. La repro-
Formación de esporas:
de esporas: D, espor
D, esporangi
angio y espor
o
as en hongo.
ducción sexual conlleva una serie de consecuencias de gran impor-
y esporas de hongo
tancia: asegura no sólo el aumento del número de individuos, sino
también una renovación constante de las combinaciones genéticas
del patrimonio hereditario (Figura 6).
individuos
En algunos grupos biológicos, la reproducción también se lleva a
(n)
cabo por partenogénesis. Este proceso consiste en el desarrollo
(2n)
del óvulo sin fecundación dando origen a un nuevo individuo.
zigoto
Es corriente en algunas plantas y animales (pulgones, rotíferos),
gametos
que pueden carecer de machos. Los óvulos desarrollados de esta
manera suelen ser diploides (2n), y los descendientes son genéti-
camente idénticos al progenitor. Con frecuencia en tales animales
se da de vez en cuando la reproducción sexual, que proporciona
una recombinación genética, junto a una actividad biológica de los
machos.
Figura 6. Reproducción sexual.
Figura 6. Reproducción sexual
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 4
?
i
zigoto
gametos
F !
F !
R !
R !
F !
(2n)
(n)
(n)
(2n)
A
B
C
R !
(n)
(2n)
esporas
Figura 7. Tipos de meiosis: A, zigótica; B,
esporogénica;
Figura 7.
C, gametogénica.
Tipos de meiosis: A, zigótica;
B, esporogénica; C, gametogénica
CICLO BIOLÓGICO GENERAL
reproducción
asexual
huevo no fecundado
partenogénesis
reproducción
fase adulta
sexual
huevo fecundado
Fase pólipo
fecundación
CRUSTACEOS
eclosión
mudas
fase juvenil
larvas
nauplius
reproducción
asexual
huevo no fecundado
Fase
partenogénesis
reproducción
medusa
fase adulta
sexual
fecundación
huevo fecundado
INSECTOS
Figura 9. Alternancia de
mudas
eclosión
Figura 9. Alternancia de
generacionesen cnidarios.
mudas
generaciones en cnidarios. La fase
medusa se reproduce por vía se
La f
xual.
ase medusa se
fase juvenil
fase juvenil
reproduce por vía sexual
se parece al adulto
metamorfosis
larvas
no se parece al adulto
reproducción
asexual
Figura 8. Ciclo de vida general en crustáceos e insectos.
Figura 8. Ciclo de vida general en crustáceos e insectos.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 5
?
i
2. HISTORIA DE LA BIOESPELEOLOGÍA
Probablemente, la primera cita bibliográfica de un "habitante de las cuevas" se deba al Padre Tauste que,
en 1678, menciona la existencia de un ave que vive en cuevas de Venezuela, el Guácharo. Pero no es
hasta un siglo después cuando Humboldt explora la cueva de los Guácharos y describe al ave con el
nombre de Steatornis caripensis.
Por su parte, J. N. Laurent, en 1768, describe la existencia de un anfibio en cuevas
de Slovenia, el Proteus anguinus (Figura 10).
Los primeros precursores de la Bioespeleología hay que buscarlos entre un nutrido
grupo de naturalistas y zoólogos, que se dedicaron a llevar a cabo prospecciones
sistemáticas, tanto espeleológicas como bioespeleológicas, a lo largo del siglo XIX,
en diferentes regiones de Europa (Península Balcánica, Pirineos) y América (Esta-
dos Unidos).
Es un período de nombres aislados y estudios aislados, con resultados enfocados
a cuestiones taxonómicas, y con ideas derivadas de conceptos Neolamarckistas.
Figura 10. Anfibio cavernícola:
Figura 10.
Proteus anguinus.
Anfibio cavernícola:
En 1907, El zoólogo rumano E.G. Racovitza publica "Essai sur les problémes bios-
péléologiques", documento base para comprender el sentido y el interés de la Bio-
Proteus anguinus
espeleología. Además fue un manifiesto que representó el certificado de nacimiento
de la Bioespeleología. Racovitza, junto con el entomólogo francés R. Jeannel fundó una Asociación deno-
minada "Biospeologica", establecida originalmente en el laboratorio de Arago, en Banyuls-sur-Mer (Fran-
cia), y después en Rumanía, con la creación del Instituto de Espeleología, en Cluj.
En EE.UU., los estudios bioespeleológicos durante la primera mitad del siglo XX fueron muy escasos. Es
de destacar la monografía de la cueva de Mayfield, publicada por A. M. Banta en 1907 y el libro de C. H.
Eigenmann sobre los vertebrados cavernícolas americanos. Por el contrario, en Europa, se incrementó
notablemente el conocimiento sobre la fauna cavernícola. Numerosos taxonomistas trabajaban en dife-
rentes grupos, y al igual que Jeannel y Vandel en Francia, en otros países se organizaban investigaciones
bioespeleológicas (F. Español, en España).
También se iniciaron estudios ecológicos y, así, en los años 60 no sólo proliferaban los estudios sistemá-
ticos, sino también los ecológicos y fisiológicos.
Problemas biológicos como la colonización de las cuevas y la evolución de los organismos acuáticos
dieron origen a significativos y controvertidos estudios; asimismo, la división en especies de los animales
cavernícolas también atrajo la atención de especialistas.
Dos trabajos sintetizan e integran las ideas de esta época: "Biospéléologie", de Vandel (1964) y "Cave
ecology and the evolution of troglobites", de Barr (1968). En lo concerniente a la evolución, existen serias
discrepancias entre ambos. Vandel interpreta la evolución de las especies cavernícolas a través de su
particular teoría ortogénica, que concebía a los troglobios como fósiles vivientes. Barr, por el contrario,
considera la evolución de los troglobios según las teorías Neodarwinistas, siguiendo los conceptos evo-
lutivos propugnados por E. Mayr (1963).
En 1979, se funda en Moulins (Francia) la Sociéte de Biospéléologie, con una vocación internacional,
donde desaparecen las ideas Neolamarckistas y hay una adhesión a las ideas Neodarwinistas.
Actualmente, el medio cavernícola se considera mucho más extenso, incluyendo no sólo a las cuevas
calcáreas, sino también a las fracturas, grietas, tubos de lava, etc.
La Bioespeleología como ciencia se dedica al estudio de todos los medios subterráneos que puedan
proporcionar un hábitat a los organismos vivos. Las cuevas, es decir, los huecos naturales accesibles al
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 6
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hombre que se encuentran en cualquier tipo de material geológico, constituyen una parte insignificante
de los espacios que encierra el medio subterráneo, que además está formado por fisuras, grietas, poros
y conductos, que contienen aire o agua.
3. CLASIFICACIÓN DEL MEDIO SUBTERRÁNEO
El medio subterráneo se divide en terrestre y acuático. En ocasiones, resulta difícil delimitar los medios
terrestres y acuáticos, ya que en medios saturados totalmente de humedad se pueden encontrar espe-
cies típicamente acuáticas moviéndose en biotopos subaéreos y viceversa.
Con excepción de los Murciélagos, el Guácharo, el Proteo y ciertos peces ciegos, los vertebrados están
ausentes del medio subterráneo; sólo algunos grupos de invertebrados, como los arácnidos, insectos, y
principalmente crustáceos se mueven libremente por él.
3.1. MEDIO SUBTERRÁNEO TERRESTRE
Está formado por las cuevas con todos sus hábitats y microhábitats (fisuras, grietas, minas, oquedades,
etc.) y el medio hipógeo con su red de microcavernas, grietas, huecos más o menos grandes y poros
(Figura 11).
2
3
5
6
1
4
Figura 11. Medio subterráneo terrestre. 1, cuevas, simas; 2,
Figura 11. Medio subterráneo terrestre. 1, cuevas, simas;
microcavernas; 3, oquedades; 4, minas; 5, fisuras, grietas; 6, suelo.
2, microcavernas; 3, oquedades; 4, minas; 5, fisuras, grietas; 6, suelo
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 7
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i
3.2. MEDIO SUBTERRÁNEO ACUÁTICO
Los terrenos por los que circulan las aguas subterráneas se pueden dividir en dos grandes grupos (Figura
12): los terrenos permeables en grande (TPG) o ecosistema kárstico (A), y los terrenos permeables en
pequeño (TPP) o ecosistema intersticial (B). En ellos, el agua circula de manera fundamentalmente dife-
rente. Los TPP se caracterizan por una permeabilidad de intersticios y la variación de carga es lenta y
continua; por el contrario, los TPG se caracterizan por una permeabilidad de fisuras y conductos y la
variación de carga es rápida y discontinua.
A
infiltración
depósito aluvial
arroyo B
1
4
5
3
2
terreno impermeable
Figura 12-B. Medio subterráneo acuático. Ecosistema intersticial.
A. Ecosistema kárstico: 1, zona vadosa; 2, zona freática; 3,
B. Ecosistema intersticial
zona de inundación;
Figura 12-A.
4, Trop plein; 5, Surgencia.
Medio subterráneo acuático.
B, Ecosistema
Ecosistema kárstico;
1, zona vadosa; 2, zona freática; 3, zona de inundación;
Intersticial.
4, trop plein; 5, surgencia.
Figura 12
4. CARACTERÍSTICAS DEL MEDIO SUBTERRÁNEO
El medio subterráneo no es más simple que cualquier medio superficial. Está compuesto por un mosaico
de microhábitats, cada uno con sus propias peculiaridades.
El aislamiento del medio subterráneo es relativo, ya que se encuentra conectado con la superficie a través
de fisuras, grietas, microfisuras, galerías, cuevas, etc., que permiten el tránsito de materia y energía. Las
cuevas no son más que una pequeña parte de la totalidad del medio subterráneo.
La aparente estabilidad del medio subterráneo es ficticia. Por ejemplo, una cueva es estable si la compa-
ramos a gran escala con el medio exterior; sin embargo, se producen oscilaciones anuales y diarias en
los diferentes microhábitats que se encuentran en ella. La temperatura en el interior de la cueva depende
de la ventilación, la topografía y el clima exterior. En general, la humedad en la cueva es relativamente
constante, y próxima al nivel de saturación, aunque hay mucha variación a nivel local, dependiendo de
las corrientes de aire y de la temperatura. Estas características se refieren al medio subterráneo terrestre,
pero se pueden hacer extensivas al medio subterráneo acuático. En este último medio, la estabilidad es
sólo aparente, ya que depende del régimen pluviométrico del exterior, de la macro y microtopografía de
la cavidad y de la naturaleza del material por el que discurre el agua. Estos factores también afectan al
volumen, a la velocidad de flujo del agua y a sus características químicas.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 8
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i
La predictibilidad del medio subterráneo está condicionada por el medio exterior cercano, con una cierta
demora en los efectos con respecto al exterior.
El único factor predecible y estable, en el medio subterráneo, es la falta de luz. También, la falta de luz es
una característica fundamental que separa a las cuevas de los demás medios biológicos de la superficie
terrestre. Muchos de los animales que carecen de la estimulación lumínica, no se ven afectados por los
ritmos circadianos, fotoperiodicidad y ritmos estacionales, que tienen un papel tan importante en la vida
exterior.
En los seres epígeos, la pigmentación de la piel tiene un papel protector contra la radiación solar, mientras
que en el mundo subterráneo carece de significado.
El clima del interior de las cuevas es mucho menos variable que el reinante en la superficie externa.
La temperatura es aproximadamente igual a la media anual de la región, por lo que las cuevas de gran-
des altitudes o altas latitudes pueden tener hielos permanentes, mientras que las cuevas tropicales se
caracterizan por sus altas temperaturas. Los animales cavernícolas son capaces de resistir variaciones
térmicas considerables, aunque las especies acuáticas prefieren las aguas frías. La atmósfera de los
medios cavernícolas es muy húmeda. Los índices de evaporación generalmente son bajos, pero el aire
no está siempre inmóvil. Pueden existir corrientes de aire y aún fuertes vientos a grandes distancias de
la entrada, activados por efectos de chimenea o cambios en la presión barométrica.
En cada cueva y en cada zona de su interior, el aire tiene un valor higrométrico que varía con el tiempo.
Dependiendo de las estaciones, el agua que entra o sale, el nivel higrométrico y la temperatura, se pro-
ducen evaporaciones o condensaciones que cambian de forma significativa la concentración de vapor de
agua en las diferentes zonas.
TERMOCIRCULACIÓN EN SACO DE AIRE
Cavidad ascendente
Cavidad descendente
Cavidad horizontal
(caliente)
(fría)
Invierno
Invierno
Te
Ti
Te
Te
Ti
Ti
Verano
Verano
Verano: Te > Ti
Verano: Te > Ti
Verano: Te > Ti
Invierno: Te < Ti
Invierno: Te < Ti
Invierno: Te < Ti
TERMOCIRCULACIÓN EN TUBO DE VIENTO
B
BARORESPIRACIÓN
P1
Te
Ti
P2
A
Verano: Te > Ti circula B --> A
P1 > P2 entra aire
Invierno: Te < Ti circula A --> B
P2 > P1 sale aire
Figura 13. Movimiento de aire en las cuevas.
Figura 13.
Capítulo 11: Bioespeleología y conser
Movimiento de aire en las cuevas
vación de cavidades - 9
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El medio acuático, formado por corrientes de agua o estanques, que son alimentados por filtraciones de
agua, se caracterizan por un elevado ph, altas concentraciones de carbonatos disueltos, baja concentra-
ción de materia orgánica y una fauna escasa. Las corrientes de agua con conexiones externas, tienen un
ph más bajo, poseen concentraciones más bajas de carbonatos y tienen una fauna más rica.
La cantidad de oxígeno disuelto en un agua cualquiera, es la proporción resultante entre un aporte
externo y su utilización en la respiración de los seres acuáticos y también de las oxidaciones de sustan-
cias químicas disueltas. La materia orgánica disuelta en un agua natural proviene normalmente de las
deyecciones y de la descomposición de la fauna y de la flora después de su muerte.
En el medio intersticial, el tamaño de poro se convierte en un factor limitador para la vida de los animales.
Existe un tamaño mínimo por debajo del cual la vida no es posible.
5. FAUNA CAVERNÍCOLA
5.1. CLASIFICACIÓN DE LA FAUNA CAVERNÍCOLA
La fauna cavernícola ha sido objeto de numerosas clasificaciones siguiendo diferentes criterios. Las
clasificaciones más antiguas utilizan criterios como el grado de iluminación y la naturaleza del sustrato
(Schiödte), o etológicos (Schiner-Racovitza), es decir, de comportamiento de la fauna ante un ambiente
determinado (en este caso la cueva).
La clasificación de Schiödte (1849) establece cuatro grupos: animales de sombra, animales de luz tenue,
animales de zonas oscuras y animales de zonas oscuras de concrecciones estalagmíticas; mientras que
la de Schiner-Racovitza (1907) contempla tres: trogloxenos (huéspedes ocasionales que llegan a las
cuevas atraídos por la humedad o el alimento; no viven constantemente en ellas, ni tampoco se reprodu-
cen allí), troglófilos (animales que viven en el medio subterráneo, pero prefieren las zonas próximas al
exterior donde a menudo se reproducen; poseen adaptaciones para llevar una vida en la oscuridad) y,
troglobios (animales que viven exclusivamente en el medio subterráneo, en las zonas más profundas de
las cuevas; poseen mayores adaptaciones y modificaciones a la vida en la oscuridad).
Otras clasificaciones más recientes, como la de Christiansen (1962), siguen criterios morfológicos e,
incluso, ecológicos como la de Chapman (1986). La primera establece cuatro categorías: trogloxenos
(viven en cuevas accidental o regularmente, sólo durante una fase de su existencia; no muestran adapta-
ciones a la vida en cuevas), epimorfos (viven y se reproducen en las cuevas, pero no muestran cambios
morfológicos debido a su conducta de vida), ambimorfos (conservan la mayor parte de los caracteres de
los animales epígeos, pero muestran algunas modificaciones a la vida subterránea), troglomorfos (formas
que modifican enteramente su morfología para la vida cavernícola).
En la clasificación de Chapman, se considera que el único factor común a todas las cuevas, que tiene un
profundo significado biológico para los organismos que viven allí, es la ausencia de luz. En base a ello,
se establecen dos categorías: huéspedes de la oscuridad (animales de vida libre que viven en hábitats
oscuros, "estigobios") y visitantes de la oscuridad (animales que realizan visitas a los hábitats oscuros,
"estigoxenos").
Actualmente se tiende a sustituir este tipo de clasificaciones, y en especial la clásica de Schiner-Racovi-
tza, y utilizar términos como edafóbios (suelo), freatobios (zona freática), guanobios (guano) que dan más
información sobre la biología del animal y el hábitat en que vive.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 10
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DECÁPODO
MISIDÁCEO
ISÓPODOS
COPÉPODO
OSTRÁCODO
ANFÍPODO
Figura 14
Figura 14.
ÁCAROS
MOLUSCOS
ARÁCNIDOS
Figura 15
INSECTOS
Figura 15.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 11
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6. FLORA CAVERNÍCOLA
La luz, indispensable para la fotosíntesis de las plantas verdes (fotoautótrofos), está por completo ausente
en las profundidades de las cuevas, por ello no se puede hablar de una flora propiamente cavernícola. En
ocasiones se llegan a encontrar ejemplares que han sido arrastrados accidentalmente por las corrientes
de aire, agua o por los visitantes, pero no pueden sobrevivir. También se pueden hallar pequeñas plantas
recién germinadas mostrando los cotiledones.
Las únicas plantas verdes se localizan en la zona de entrada, hasta una profundidad tal que la intensidad
de luz incidente no permite la fotosíntesis. En el exterior se sitúan espermatófitos más o menos esciófilos
(de sombra) y, en general, plantas propias de la vegetación próxima. En sucesivas franjas hacia el inte-
rior, y siempre que existan unas condiciones de humedad adecuadas, se disponen helechos, briófitos y
algas.
7. HONGOS Y BACTERIAS
Es fácil encontrar micelios de hongos e, incluso, carpóforos en el interior de las cuevas; siempre asocia-
dos a restos de materia orgánica. En algunos casos, los hongos llegan a ser muy abundantes, como en
las cuevas donde existen depósitos de guano.
Las bacterias cavernícolas son de interés para la supervivencia de animales troglobios. Se encuentran
en las arcillas y en el agua.
8. LOS MURCIÉLAGOS
Los murciélagos son mamíferos voladores de hábitos nocturnos, que durante el día y en los períodos de
cría o hibernación se refugian en diversos lugares resguardados de la luz, como minas, túneles, troncos
huecos, cuevas, etc. (Figura 16).
El ciclo biológico de los murciélagos cavernícolas de las regiones
templadas viene determinado principalmente por la estacionalidad
climática (Figura 17).
Al final del verano los individuos de ambos sexos se dedican a
comer abundantemente para acumular las reservas grasas necesa-
rias para pasar el invierno. Durante el otoño, se trasladan desde
las localidades de verano a los refugios de invierno (cuevas) donde
tiene lugar el apareamiento. En casi todas las especies las hembras
acumulan el esperma en órganos especializados hasta la prima-
vera, cuando se produce la fecundación y la gestación. El murcié-
lago de cueva, Miniopterus schreibersi, es una excepción a esta
tónica, ya que en éste el desarrollo del embrión se inicia inmediata-
mente y se detiene en fase temprana hasta la primavera, cuando
se reactiva. Durante la época invernal hay poco o ningún alimento
disponible (insectos). Los murciélagos entran entonces en hiberna-
ción, sobreviviendo en base a las reservas acumuladas durante el
otoño.
Figura 16.
Figura 16.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 12
?
i
CICLO BIOLÓGICO ANUAL
DE LOS MURCIÉLAGOS DE CUEVAS
I
apareamiento
traslado a refugios
hibernación
de invierno
O
migración a zonas de
reproducción y cazaderos
acumulación
de reservas
individuos
P
colonias de
partos
lactancia y cuidados
primeros vuelos de jóvenes
V
alta vulnerabilidad
periodos de máxima vulnerabilidad
en colonias de hembras
Figura 17. Ciclo biológico anual de los murciélagos de cuevas.
Figura 17. Ciclo biológico anual de los
murciélagos de las cuevas
La hibernación está precedida por cambios que alteran la química del cuerpo en varios aspectos. Luego,
cuando la temperatura ambiental desciende a un punto crítico, el animal se retira a un refugio que tiene
temperaturas frías (entre 2 y 14 ºC) y estables, y cae en un profundo sueño, durante el cual la respiración
es apenas perceptible y el ritmo cardíaco desciende considerablemente. El ritmo de pérdida de peso
corporal está íntimamente ligado con la temperatura del refugio, y existen temperaturas óptimas para
cada especie, y una masa crítica dependiendo de la temperatura por debajo de la cual los individuos no
sobreviven a la hibernación.
En la primavera los murciélagos migran hacia las zonas de reproducción. Las hembras forman entonces
colonias generalmente unisexuales en cuevas y minas cálidas próximas a ricos cazaderos, donde las
altas temperaturas optimizan los procesos digestivos y el rápido desarrollo de fetos y jóvenes. Los machos
se suelen encontrar entonces más o menos dispersos en territorios menos ricos en presas. La época de
reproducción varía según la especie y la latitud: en Andalucía los partos tienen lugar entre principios de
mayo y finales de junio, y los jóvenes vuelan entre mediados de junio y principios de agosto.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 13
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Durante los periodos de cría e hibernación, los murciélagos son extremadamente sensibles a las pertur-
baciones. Las molestias durante la época de reproducción rebajan la producción de jóvenes, y si son rei-
teradas, pueden llegar a causar el abandono de la reproducción. En las colonias de hibernación, el gasto
energético que comporta cada despertar, puede llegar a agotar prematuramente las reservas energéticas
que permiten a los animales sobrevivir durante el invierno (Figura 18).
DURANTE LA VISITA O EXPLORACIÓN DE UNA CAVIDAD
NOS ENCONTRAMOS CON MURCIÉLAGOS
¿QUÉ ACTITUD DEBEMOS TOMAR?
ESTACIÓN DEL AÑO
DE DICIEMBRE A MARZO
DE ABRIL A OCTUBRE
PERIODO DE HIBERNACIÓN
PERIODO DE ACTIVIDAD
Los murciélagos son sensibles:
FORMAN GRUPOS
NO FORMAN GRUPOS
- al calor
- a la luz
COLONIA DE REPRODUCCIÓN
INDIVIDUOS AISLADOS
- al ruido
(jóvenes, machos)
Son muy sensibles a cualquier
perturbación. La sola presencia
puede provocar pánico e inducir
Son menos vulnerables
el aumento de la mortalidad
CONDUCTA A SEGUIR
(abortos, abandono de jóvenes)
- no usar acetileno en lugares estrechos
- no deslumbrar a los animales
- reducir la intensidad de la luz
CONDUCTA A SEGUIR
- no permanecer en la zona
CONDUCTA A SEGUIR
Se pueden observar, pero
- evitar transitar por la zona
No acceder a la zona
sin perturbarlos ni manipularlos
Figura 18. Conductas a seguir ante el encuentro con murciélagos.
Figura 18. Conductas a seguir ante el encuentro con murciélagos
Actualmente son veinticinco las especies de quirópteros que existen en la Península Ibérica, a las que
hay que sumar dos propias de las Islas Canarias, de las siete que allí se encuentran.
9. ECOLOGÍA
Una cavidad, desde el punto de vista ecológico, es un ecosistema extremadamente sensible a la conta-
minación.
Contaminación, en sentido amplio, es introducir cualquier sustancia extraña en un medio dado.
La definición de conservar es: tener cuidado de algo, impidiendo que sea alterado o destruido.
El ecosistema cavernícola está determinado por dos factores, abióticos y bióticos.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 14
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9.1. FACTORES ABIÓTICOS
Son los aspectos no biológicos. Los más importantes en el caso que nos ocupa son: la ausencia de luz,
la alta humedad relativa (próxima al 100%) y una temperatura más o menos constante (Figura 19).
9.2. FACTORES BIÓTICOS
Estos factores vienen determinados por los flujos de ener-
gía (sol-productores-consumidores). En el caso de las cavi-
dades no existe la luz y por consiguiente los productores
primarios no son las plantas, como en el exterior. Por lo
tanto, la cadena trófica de la cavidad depende mucho de
los aportes de materia orgánica del exterior (Figura 20).
La entrada de materia orgánica de una cavidad tiene como
principales vehículos (Figura 21):
- Corrientes de agua o de aire.
- Caída de restos animales y vegetales.
- Entrada de animales.
Figura 19.
Figura 19.
- Agua de goteo.
- Visitantes habituales (murciélagos, EL HOMBRE).
10. CONSERVACIÓN DE CAVIDADES
El ecosistema cavernícola mantiene unos estrechísimos
márgenes de estabilidad, por lo que la entrada del hombre
provoca graves daños, mayores cuantas más personas
entren, y que se multiplican cuando éstas no son respe-
tuosas con el medio. Como ejemplo podemos citar las pin-
turas rupestres de Lascaux (Dordoña, Francia) que han
permanecido intactas durante 10.000 años y en tan sólo
Figura 20.
16, la cueva ha tenido que ser cerrada al público, tardando
Figura 20.
dos años en recuperar su régimen climático normal.
Debemos evitar la visita a los lugares donde conozcamos
la existencia de colonias de murciélagos durante los meses
fríos, ya que si los despertamos de su letargo probable-
mente muchos no sobrevivan.
Los residuos que podemos ver en las cavidades son: Plás-
ticos y latas, que pueden permanecer indefinidamente
debido a la ausencia de luz solar, y que en el exterior
pudiera llegar a degradarlos con rapidez. El carburo es otro,
y de los más peligrosos, pues además de contener com-
puestos altamente venenosos y metales pesados, elevan
Figura 21.
Figura 21.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 15
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el ph del agua. Las pilas son otro de los grandes contaminadores del medio, vertiendo peligrosísimos
metales pesados en grandes cantidades.
Por otro lado, un karst no filtra el agua, sino que ésta circula por las fisuras del mismo. Esto significa que
cuando el agua penetra en él contaminada, o lo hace en su interior, saldrá al exterior sin depurar (Figura
22). Esta contaminación puede venir:
VERTIDOS
DOMÉSTICOS
INDUSTRIALES
- Por arrojar animales muertos en las cavidades.
AGRICULTURA
BASURAS
- Por filtraciones de pesticidas y aguas fecales.
- Por vertidos de basura, etc.
Otro tipo de agresión que sufren las cavidades son las
FILTRACIÓN
pintadas. Las pinturas rupestres son el fruto del esfuerzo
de unos hombres que preparaban concienzudamente sus
ACUÍFERO CONTAMINADO
aglutinantes y pigmentos, los instrumentos y los soportes.
Todo hace suponer que se trataba de la gente más adelan-
Figura 22.
tada y culta de aquellas comunidades. Las pintadas de la
Figura 22.
actualidad, hechas con la llama del carburo o con un spray,
son rápidas, sin preparación, y no son precisamente indicadoras del "alto" nivel cultural e intelectual de
quienes las realizan.
Tampoco las formaciones se ven libres de agresiones. Los espeleotemas no sólo son algo bonito que
existe dentro de las cuevas, son además objetos de estudio de los que los expertos pueden sacar gran
cantidad de datos sobre tiempos pasados, referidos al clima, períodos de sequía o glaciaciones, existen-
cia o no de vegetación en superficie, etc. Si rompemos una formación que el tiempo y el agua se encar-
garon de crear, no sólo podemos estar cerrando el paso al conocimiento de tiempos pasados, sino que
en cuanto la saquemos del ambiente húmedo y oscuro en que se encuentra, perderá toda su belleza y
atractivo.
Como conclusión a todo lo expuesto, podemos deducir que la filosofía con la que debemos afrontar la
actividad espeleológica se resume en:
- NO DEJAR NADA.
- NO SACAR NADA.
11. APÉNDICE
Aminoácido. Compuestos orgánicos que contienen simultáneamente grupos básicos amino (NH2) y
ácido carboxilo (COOH). Son los compuestos que forman las proteínas.
Circadiano. Se aplica a ciertos fenómenos biológicos que ocurren rítmicamente en un periodo de aproxi-
madamente 24 horas.
Diploide (2n). Los cromosomas se presentan en pares, siendo homólogos los miembros de cada par, de
forma que hay dos juegos de cromosomas.
Endergónica. Reacción química que requiere energía, como la síntesis de compuestos orgánicos.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 16
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Epígeo. Que se encuentra por encima de la superficie terrestre.
Exergónica. Reacción química que libera energía, como la oxidación de la glucosa hasta dióxido de
carbono y agua durante la respiración.
Fisiología. Estudio de los procesos que se desarrollan en los seres vivos.
Haploide (n). Que posee un solo juego de cromosomas en el núcleo.
Hipogeo. Que se encuentra por debajo de la superficie terrestre, subterráneo.
Metabolito. Sustancia que interviene en los procesos metabólicos.
Oligoelemento. Elemento necesario para el desarrollo normal de un organismo aunque en pequeñísima
cantidad.
Oxidoreducción. Reacción química en la que se produce una transferencia de electrones entre un ele-
mento que los pierde (se oxida) y otro que los acepta (se reduce).
ph. Expresión de la acidez o la alcalinidad de una disolución. La escala abarca de 0 a 14, correspon-
diendo la neutralidad al ph 7; el ph inferior a 7 indica acidez, y el superior a 7, alcalinidad.
Sistemática. En sentido amplio abarca la identificación, clasificación y nomenclatura de los seres vivos.
Vitamina. Sustancia orgánica imprescindible en pequeñas cantidades para el metabolismo de los orga-
nismos, que no puede ser sintetizada por éstos y debe ser tomada del medio en que viven.
Zigoto. Huevo, óvulo fecundado.
12. BIBLIOGRAFÍA
BELLES, X.: Fauna cavernícola i intersticial de la península Ibérica i les Illes Balears. 207 pp. C.S.I.C. Edit.
Moll. 1987.
BENZAL, J.; DE PAZ, O.: Los murciélagos de España y Portugal. 330 pp. Icona. 1991.
CAMACHO, A. I. (editora): The natural history of biospeleology. 680 pp. Museo Nacional de Ciencias
Naturales. 1992.
GINET, R.; DECOU, V.: Initiation à la biologie et à l´écologie souterraines. 345 pp. Jean-Pierre Delarge.
1977.
HOFFMANN, A.; PALACIOS, J.; MORALES, J.: Manual de Bioespeleología. 272 pp. Universidad Nacional
Autónoma de México. 1986.
LUSARRETA FERNÁNDEZ, J. J. y cols.: Descenso deportivo de cañones (Apuntes del I Curso Estatal
para monitores e instructores). Federación Española de Espeleología, Badalona 1993.
ORTIZ I COMERMA, J.; LÓPEZ I MATEO, F. X.: Ecología y conservación de cavidades. PP 94. Centre de
Protecció de les Cavernes i Entorn. Barcelona 1990.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 17
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ORTIZ I COMERMA, J.; LÓPEZ I MATEO, F. X.: Ecología y conservación de cavidades. Federación
Española de Espeleología. Barcelona 1991.
RIVALTA, G.: Introduzione alla biospeleologia. 60 pp. Civico museo di storia naturale. 1985.
VOGEL, G.; ANGERMANN, H.: Atlas de biología. 564 pp. Omega. 1979.
Capítulo 11: Bioespeleología y conservación de cavidades - 18
XI
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José Carlos Fernández Cainzos
PRESENCIA HUMANA
EN LAS CAVIDADES
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
Técnica y formación en Espeleología
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1. EL MEDIO CAVERNÍCOLA, SU UTILIZACIÓN Y APROVECHAMIENTO
Está demostrado que el ser humano, a lo largo y ancho de toda su dilatada existencia, hizo uso de las
cavidades por motivos muy variados, particulares o especiales, dependiendo de las circunstancias, hábi-
tat y áreas geoclimatológicas.
Tanto el hombre como los animales salvajes utilizaron las cuevas como refugios para escapar de los
implacables rayos del sol, a la sombra que les proporcionaban los primeros metros de desarrollo de la
cavidad, o para huir de los rigores del invierno, de la lluvia, de la nieve o de las tormentas.
La presencia y visita durante un tiempo prolongado de un grupo animal (mamíferos rumiantes, pongamos
por caso) a una cavidad, puede y pudo modificar con sus pisadas y deposiciones, el piso originario de
ese lugar, ocultando en muchos casos, evidencias de la actividad humana de un pasado remoto o restos
óseos de cierta madurez cronológica.
También, y conocido es, que los mamíferos carnívoros solían y suelen usar las cuevas para devorar a
sus presas en la tranquilidad que les ofrece el hábitat. Y ya no digamos la importancia que han tenido las
cavernas para el Ursus spelaeus durante todo el período Pleistoceno, puesto que ellas les ofrecían un
lugar de temperatura uniforme, aunque baja, tanto para su fase de hibernación como para parir y criar a
sus cachorros.
También hemos de contar con un factor que es esencial: una cavidad es un cúmulo de diversos fenóme-
nos geológicos, cuyas conclusiones depositarias se hallan allí en forma de sedimentos. En este caso,
podemos encontrarnos con dos situaciones diferentes. Por un lado, podemos hallar una gruta en la que
las evidencias culturales del ser humano o restos de animales de cierta antigüedad se hallen descan-
sando directamente sobre la superficie del piso de esa gruta. Este sería un caso idílico para poder estu-
diar "in situ" y sin barreras sedimentarias un yacimiento cavernícola. Pero por otra parte, y lo normal en
la mayoría de las veces, nos encontramos con sedimentaciones de piedras, arcillas o tobas (travertinos)
que modifican y tapan el piso primogénito de la cavidad, secuestrando en muchos casos las evidencias
culturales que quedan aprisionadas en los fondos de esos estratos sin poder ser rescatadas por el inves-
tigador.
Durante el período Paleolítico, sobre todo en su fase superior, el hombre comienza a utilizar las grutas,
existiendo una relación directa entre el medio subterráneo y las primeras comunidades sociales huma-
nas. Los clanes paleolíticos, aunque eran grupos nómadas, hallan en las cuevas un lugar donde podían
desarrollar muchas de sus actividades, pues no sólo los servían de habitación y les resguardaban de
los fenómenos climáticos adversos, sino que también en ellas encontraban un lugar idóneo donde poder
llevar a cabo sus ritos iniciáticos, creencias mágico-religiosas, etc., representadas en toda la amplia gama
y ejemplos de arte rupestre que podemos encontrar en no pocas cavidades de la Europa meridional y,
particularmente, en nuestro país.
La relación de los primeros pueblos y civilizaciones que arriban a nuestra península (Íberos, Celtas, Tar-
tesos, etc.) con las cuevas, es un tema bastante desconocido por el momento para el investigador. Sí
se puede afirmar que, puntualmente, estas gentes obtuvieron agua y otros recursos del medio hipógeo.
Basta con hacer mención de la cueva del Agua de lznalloz en Granada para poder comprobar esta rela-
ción.
Tanto los griegos, romanos, como los pueblos germánicos, nos ofrecen una relación bastante evidente
con el mundo cavernícola, sobre todo en el ámbito mitológico y minero.
Dentro del vasto período medieval, las cavidades eran habitáculos tabú para las mentalidades del pueblo
en general. Sólo aquellos grupúsculos sociales marginados como alquimistas, brujas, hechiceros y ana-
coretas, encontraban en ellas, lugares propicios para proyectar sus magias y ritos prohibidos por aquel
entonces, o para poder aislarse del aspecto "contaminante" que para ellos tenía aquella sociedad y
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encontrar en la soledad y oscuridad de las galerías un acercamiento mayor al primitivismo y sencillez de
sus creencias doctrinales.
Un ejemplo de ello lo encontramos en la cueva de Zugarramurdi en Navarra, lugar de encuentro de brujas,
hechizos y encantamientos, cuya tradición y celebración ha llegado inclusive a nuestros días.
Los árabes obtienen de las grutas un uso práctico y a la vez mágico. Práctico, pues las bocas de éstas
servían de refugio al ganado. Mágico, puesto que ellas eran "moradas de genios y escondite de tesoros
fabulosos". Cabe citar entre todas, la cueva del Higuerón en Málaga.
A lo largo de toda la etapa moderna española (siglos XV al XVIII), seguramente las cavidades fueron
utilizadas con fines también ganaderos y otros usos, datos difíciles de comprobar por la insuficiencia de
testimonios a este respecto.
Y por último, en nuestra edad contemporánea, la relación entre el hombre y las cavernas nos ofrece un
amplio abanico de situaciones. Desde el sentido profundo de atracción del hombre de la etapa romántica
del siglo XIX por el mundo subterráneo, reflejado en la pintura de esta época y en su literatura, hasta
nuestros días, podemos ceñir mucho más esta íntima relación. Actualmente ésta viene definida en multi-
tud de polaridades, entre las cuales podemos citar y destacar:
- Uso deportivo espeleológico (red del Silencio y sistema Cueto-Coventosa en Cantabria, sis-
tema del Hundidero-Gato en Málaga, cueva del Piscarciano en Burgos ... ).
- Uso turístico (cueva de Valporquero en León, cuevas del Drach y de San Martín en Mallorca,
cueva de Nerja en Málaga ... ).
- De interés antropológico y paleontológico (cuevas de Atapuerca en Burgos, cueva de Val de
Abraira en Galicia, cueva de la Carihuela en Granada, cueva Morín en Cantabria ... ).
- De interés pre y protohistórico y arqueológico (cueva de Altamira en Cantabria, cuevas
de Nerja y de la Pileta en Málaga, cueva de Tito Bustillo en Asturias, cueva Remigia en
Castellón...).
- Uso agropecuario [quesos, champiñones, vinos, ganado...] - (cuevas del área de Cabrales en
Asturias...).
- Uso civil y militar [túneles, polvorines, aprovechamiento de tipo hidroeléctrico.
- Uso científico (cueva del Agua de lznalloz en Granada...).
- Vertederos de basuras y almacén de residuos (sima de Barx en Valencia...).
Éstos son algunos de los usos que hoy en día obtenemos del mundo subterráneo, utilidades que, en oca-
siones, se entrelazan dos o más de ellas y que coinciden en una misma cavidad o sistema subterráneo.
Para mayor información a este respecto, se puede consultar el estudio de J.J. Durán y J. López-Martínez
titulado Usos y aprovechamientos de cavidades y paisajes kársticos (El Karst en España, monografía 4,
S.E.G., Madrid, 1989).
Cierto es que muchos de estos usos encierran sus pros y sus contras. Si nos paramos a pensar en el
beneficio que nos depara el estudio arqueológico o paleontológico de una cavidad, como pueda ser la
de Atapuerca, ofreciéndonos día a día una mayor información y conocimiento de cómo eran nuestros
antepasados, simplemente para poder cuestionarnos la tan manida pregunta ¿de dónde venimos?.
Pensemos que determinados yacimientos arqueológicos de determinadas épocas (sobre todo si miramos
el período Paleolítico), los encontramos en la mayoría de los casos y con mucha más facilidad en el
mundo cavernícola que en otros medios, pues al ser éste un área mejor protegida que el propio mundo
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exterior donde desarrollaban toda su existencia estas gentes, las pruebas o los testimonios arqueológicos
se conservan infinitamente mejor dentro de una cavidad que con todas las mutaciones que puedan sufrir
a la intemperie. No digamos cuando nos encontramos con un asentamiento humano dentro de una cueva
fósil o estabilizada a nivel geológico e hídrico, ya que de esta forma, podemos hallar y estudiar toda una
serie de estructuraciones sedimentadas y estratigráficas del paso cronológico de la actividad humana en
ese hábitat cavernícola.
Así, de esta manera y en líneas generales, podemos desglosar los restos que pueden aparecer en una
cavidad arqueológicamente fértil en siete grandes apartados:
1º. Restos óseos humanos y de animales.
2º. Utensilios (cerámicas, en piedra, en hueso y astas, en madera...).
3º. Restos de "estructuras arquitectónicas" y sepulcrales.
4º. Manifestaciones artísticas (pinturas rupestres, grabados y arte mobiliar).
5º. Restos alimenticios (conchas marinas, huesos, etc.).
6º. Restos de hogueras (carbones).
7º. Otros vestigios (pólenes, etc.).
Parémonos también a pensar un momento en el beneficio que nos puede suponer la obtención de otros
datos científicos cuando convertimos a una cueva, como la de Iznalloz por ejemplo, en un laboratorio
natural, o el propio beneficio puramente personal, cuando como deportistas exploramos cualquier cavi-
dad con el fin de saber algo más, de buscar más allá, de poder contactar varios sistemas subterráneos,
topografiarlos, darlos a conocer...
Foto 1. Yacimiento antropológico
Como contrapartida, muchos de estos usos y utilidades nos ofrecen su rostro negativo. Sistemas subte-
rráneos de excepcional belleza litogénica o santuarios rupestres convertidos en cuevas turísticas, en
las que, en algún caso determinado y debido a la destrucción del entorno por las obras de acondiciona-
miento, a la contaminación por los focos de luz artificial, y a las visitas turísticas desmesuradas, dan
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como consecuencia una degradación paulatina del microclima cavernícola, de la propia integridad de los
paneles de arte rupestre o a la total desaparición de la fauna del mundo hipógeo.
La nula concienciación de algunas personas ajenas al mundo espeleológico que, por desconocimiento o
comodidad, convierten el primer pozo de una sima en un basurero natural de objetos y desperdicios. O la
propia contaminación generada por nuestra actividad espeleológica, demostrada en no pocas ocasiones
al contemplar purgas de carburo, restos de comida, rotura de formaciones, y una amplia lista de etcéteras
que pueden ser más criticables, si cabe, que el ejemplo anteriormente descrito.
Es por ello que, durante las exploraciones subterráneas, debemos poner la máxima atención y respeto
en aquellas evidencias arqueológicas u otras de cualquier otro tipo que nos podamos encontrar, siendo
preciso adoptar las máximas precauciones para evitar algún deterioro en el propio yacimiento. En este
sentido y resumiendo las normas básicas de actuación indicadas en el Manual de Iniciación a la Espe-
leología (F.E.E. pág. 40) ante el descubrimiento de cualquier prueba o yacimiento arqueológico, podemos
recordar:
1º. NO TOCAR, para que de esta forma no dañemos los restos arqueológicos. Es importantísimo
este apartado, puesto que con ello evitaremos el deterioro parcial o total del yacimiento, para
que posteriormente, sean los especialistas los que efectúen el estudio científico y sistemático del
mismo.
2º. DENUNCIAR ante las autoridades competentes (centros de Patrimonio de cada Comunidad
Autónoma, Departamentos de Prehistoria y Arqueología de las Universidades, etc.), el descubri-
miento del yacimiento o hallazgo fortuito en un plazo lo más breve posible.
2. LEGISLACIÓN APLICADA AL ÁREA
Hay que tener siempre presente que no solamente todo yacimiento arqueológico, cavernícola o no, sino
cualquier hallazgo material suelto, está sujeto a la Ley de Patrimonio Histórico Español (Ley 1311985 del
26 de Junio, BOE nº 155, del 29 de Junio de 1.985).
En su desglose, podemos citar textualmente algunos artículos de interés para su conocimiento y que nos
afectan a todos los ciudadanos sin excepción:
TÍTULO PRELIMINAR, Artículo primero, Punto segundo:
"Integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos muebles de interés artístico,
histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del
mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como
los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico".
TÍTULO PRELIMINAR, Artículo cuarto:
"A los efectos de la presente Ley se entiende por expoliación toda acción u omisión que ponga
en peligro de pérdida o destrucción todos o alguno de los valores de los bienes que integran el
Patrimonio Histórico Español o perturbe el cumplimiento de su función social...".
TÍTULO PRELIMINAR, Artículo octavo, Punto primero:
"Las personas que observen peligro de destrucción o deterioro en un bien integrante del
Patrimonio Histórico Español deberán, en el menor tiempo posible, ponerlo en conocimiento de
la Administración competente, quien comprobará el objeto de la denuncia y actuará con arreglo
a lo que en esta Ley se dispone".
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TÍTULO SEGUNDO, Artículo quince, Punto quinto:
"Zona arqueológica es el lugar o paraje natural donde existen bienes muebles o inmuebles sus-
ceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si
se encuentran en la superficie, en el subsuelo o bajo las aguas territoriales españolas".
TÍTULO QUINTO, Artículo cuarenta, Punto segundo:
"Quedan declarados Bienes de Interés Cultural por ministerio de esta Ley las cuevas, abrigos y
lugares que contengan manifestaciones de arte rupestre"
TÍTULO QUINTO, Artículo cuarenta y dos, Punto primero:
"Toda excavación o prospección arqueológica deberá ser expresamente autorizada por la
Administración competente, que mediante los procedimientos de inspección y control idóneos,
comprobará que los trabajos están planteados y desarrollados conforme a un programa detallado
y coherente que contenga los requisitos concernientes a la conveniencia, profesionalidad o inte-
rés científico".
TÍTULO QUINTO, Artículo cuarenta y dos, Punto tercero:
"Serán ilícitas y sus responsables serán sancionados conforme a lo dispuesto en la presente
Ley, las excavaciones o prospecciones arqueológicas realizadas sin la autorización correspon-
diente...".
TÍTULO QUINTO, Artículo cuarenta y cuatro, Punto primero:
"... El descubridor deberá comunicar a la Administración competente su descubrimiento en el
plazo máximo de treinta días e inmediatamente cuando se trate de hallazgos casuales...".
3. DETERIORO Y CONSERVACIÓN DE LOS YACIMIENTOS CAVERNÍCOLAS
Y siguiendo con el hilo patrimonial y conservacionista, podemos echar un vistazo superficial al estudio
llevado a cabo por Emilio Muñoz Fernández en su trabajo Deterioro de los yacimientos prehistóricos en
las cuevas de Cantabria (Monografía de la A.C.D.P.S. nº 3:35-48), que demuestra que las destrucciones
en el ámbito arqueológico y paleontológico en los yacimientos cavernícolas cántabros, supera, bajo mi
punto de vista, las previsiones mínimas "aceptables" que se puedan asumir en niveles de conservación
de nuestro patrimonio.
El autor estudió 461 cavidades de Cantabria, de las cuales 422 eran poseedoras de un yacimiento
arqueológico en mayor o menor cuantía o importancia, y las restantes 39, eran cavidades en las que
habían aparecido restos aislados a nivel arqueológico. De todas ellas, sólo 47 poseían un estado intacto
o bueno de conservación en su yacimiento, lo que suponía el 12,70% de todas las grutas estudiadas en
dicho informe.
Emilio Muñoz reflejaba también una doble compartimentación en su estudio, diferenciando por un lado
las destrucciones ocasionadas sin fines arqueológicos en las cuevas estudiadas (cuevas destruidas por
voladuras de particulares, destruidas por el avance de las canteras, alteradas debido a la extracción de
tierras, etc.). Por otro, destrucciones ocasionadas en las cavidades con fines arqueológicos (prospeccio-
nes antiguas, prospecciones y excavaciones ilegales de particulares con afán coleccionista o de grupos
arqueológicos de aficionados, excavaciones de urgencia, etc.).
En este mismo sentido, Peter Smith en su trabajo Deterioro del arte rupestre (Monografía de la A.C.D.P.S.
nº 3:49-65), apunta aquellos deterioros más frecuentes encontrados en las cuevas de la comunidad cán-
tabra, tierra de fortísima y potencial fertilidad del arte rupestre del período paleolítico.
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Foto 2. Pintura rupestre
Si extraemos un breve resumen de su informe podemos comprobar lo que a continuación sigue:
- Cavidades dañadas con grafitis de carburo ................................19
- Cavidades con rayados en sus pinturas......................................12
- Cavidades con arte rupestre difuminado con la mano................11
Smith apunta otros tipos de deterioro en los paneles de arte rupestre que no vamos a entrar ahora a
analizar.
El total de grutas o abrigos estudiados para llevar a cabo este informe y esta estadística está en el orden
de las 44, de las cuales pasa a analizar y describir el grado general de su conservación. Veamos pues:
- Cavidades prácticamente intactas ..............................................10
- Cavidades con una buena conservación ....................................19
- Cavidades con una regular conservación .....................................5
- Cavidades con una mala conservación.......................................10
Tras el análisis y comprobación de estos dos estudios, el panorama general en niveles conservacionistas
de nuestro patrimonio histórico en las cavidades cántabras, no resulta muy halagüeño, atreviéndome
a decir lo mismo si hacemos mención y referencia a todos los yacimientos cavernícolas en suelo hispá-
nico. Son muy pocos a los que podríamos ponerles la etiqueta de: "¡posee un estado de conservación
óptimo!".
Por desgracia, un alto porcentaje de los destrozos en los yacimientos, sean del tipo que sean, vienen
ocasionados por la negligencia, o por el total desconocimiento o la falta de precaución de muchos indivi-
duos que visitan el mundo subterráneo, ya sea de modo casual o como práctica deportiva continuada.
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Y a este nivel hay que ser escrupuloso, respetuoso y prudente. Por una "metedura de pata", incluso
asimilada a nivel textual, podemos contaminar en parte o totalmente un yacimiento que, a la postre, no
sólo es para el deleite de los especialistas como si ello fuera un coto privado de caza, sino que es un
bien cultural, patrimonio de todos y de cada uno de nosotros, ya seamos espeleólogos o no. Y como en
todos estos casos cuando se habla de la ecología y el conservacionismo de cualquier paraje natural,
podemos aplicar las frases tan formuladas que todo el mundo reconoce cuando salen divulgadas en
cualquier medio informativo, pero aplicarlas de verdad, no sólo para nuestro propio disfrute, sino para el
de las generaciones venideras.
4. BIBLIOGRAFÍA
CUENCA RODRIGUEZ, J.; CÉSPEDES CAMPOS, M.: Manual de Iniciación a la Espeleología. Federación
Española de Espeleología. Barcelona, junio 1995.
DURÁN, J. J.; LÓPEZ-MARTÍNEZ, J.: Usos y aprovechamientos de cavidades y paisajes kársticos. El
Karst en España, monografía nº 4, S.E.G.. Madrid 1989.
LEY DEL PATRIMONIO HISTÓRICO ESPAÑOL (ley 13/1985 del 25 de junio. B.O.E. nº 155 del 29 de
Junio de 1985).
MUÑOZ FERNÁNDEZ, E.: Deterioro de los yacimientos prehistóricos en las cuevas de Cantabria.
Monografía nº 3 de la A.C.P.P.S., pp. 35-48. Santander 1988.
SMITH, P.: Deterioro del arte rupestre. Monográfico nº 3 de la A.C.D.P.S. pp.49-65. Santander 1988.
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- Portada
- Créditos
- Presentación
- Índice
- I. TÉCNICAS DE INSTALACIÓN Y PROGRESIÓN
- 1.TÉCNICAS DE PROGRESIÓN HORIZONTAL
- 1.1.PROGRESIÓN POR CAOS DE BLOQUES
- 1.2.PASOS ESTRECHOS
- 1.3.GALERÍAS INUNDADAS
- 1.4.TÉCNICAS DE PROGRESIÓN LIBRE
- 1.5.PASO DE HOMBROS
- 2.TÉCNICAS DE PROGRESIÓN VERTICAL
- 2.1.PASO DE FRACCIONAMIENTOS COMPLICADOS
- 2.2.PASO DE DESVIADORES
- 2.3.PASO DE NUDOS
- 2.4.CAMBIO DE SENTIDO
- 2.5.PASAMANOS
- 2.6.TELEFÉRICOS (PROGRESIÓN GUIADA)
- 2.7.TIROLINAS
- 2.8.DESCENSO POR CUERDAS MUY GRUESAS
- 2.9.TERCER BLOQUEADOR (SISTEMA DED ALTERNATIVO)
- 2.10.USO DE SEGURIDAD EN EL DESCENSO
- 3.TÉCNICAS DE INSTALACIÓN Y EQUIPAMIENTO
- 3.1.PREPARACIÓN DE UNA EXPLORACIÓN
- 3.2.FIJACIONES
- 3.3.FACTOR DE CAÍDA
- 3.4.FUERZA DE FRENADO
- 3.5.NUDOS
- 3.6.TRIANGULACIONES
- 3.7.CABECERAS DE POZOS
- 3.8.FRACCIONAMIENTOS
- 3.9.DESVIADORES
- 3.10.PÉNDULOS
- 3.11.PASAMANOS
- 3.12.TELEFÉRICOS (PROGRESIÓN GUIADA)
- 3.13.TIROLINAS
- 3.14.TRAVESÍAS
- 3.15.ESCALADA ARTIFICIAL
- 4.BIBLIOGRAFÍA
- II. PREVENCIÓN Y AUTOSOCORRO
- 1.INTRODUCCIÓN
- 2.PREVENCIÓN DE LOS ACCIDENTES
- 2.1.REGLAS GENERALES
- 2.2.EN LA EXPLORACIÓN DE CAVIDADES VERTICALES
- 2.3.EN CAVIDADES ACTIVAS O POTENCIALMENTE ACTIVAS
- 2.4.SUPERACIÓN DE PASOS ESTRECHOS
- 2.5.SUPERACIÓN DE BLOQUES INESTABLES
- 2.6.PÉRDIDAS -EQUIVOCACIÓN DE ITINERARIO (INCIDENTES)
- 3.ACCIDENTES MÁS FRECUENTES
- 3.1.TRAUMATISMOS
- 3.2.QUEMADURAS
- 3.3.AHOGAMIENTOS Y CASI AHOGAMIENTOS
- 3.4.SÍNDROME DE AGOTAMIENTO …HIPOTERMIA
- 3.5.PATOLOGÍA DEL ARNÉS
- 4.CONDUCTAS A SEGUIR
- 4.1.BLOQUEADOS EN LA CAVIDAD -INCIDENTE
- 4.2.MEDIDAS A TOMAR EN CASO DE ACCIDENTE
- 5.TÉCNICAS DE AUTOSOCORRO
- 5.1.APROXIMACIÓN A UN HERIDO SUSPENDIDO EN LA CUERDA
- 5.2.TIPOS DE DESBLOQUEOS
- 5.3.REMONTAR A UN COMPAÑERO
- 6.AVISO DE RESCATE.ESPELEOSOCORRO
- 7.TÉCNICAS DE FORTUNA
- 8.BIBLIOGRAFÍA
- III. ELEMENTOS BÁSICOS DE FISIOLOGÍA APLICADOS A LA ESPELEOLOGÍA
- 1.FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO,CONCEPTO
- 2.ANATOMÍA DE LOS SISTEMAS QUE INTERVIENEN EN EL EJERCICIO
- 2.1.SISTEMA PULMONAR
- 2.2.SISTEMA CARDIOVASCULAR
- 2.3.SISTEMA MUSCULAR
- 3.¿QUÉ TIPO DE EJERCICIO ES LA ESPELEOLOGÍA?
- 4.ELEMENTOS DEL PERFIL FISIOLÓGICO
- 5.BIBLIOGRAFÍA
- IV. ELEMENTOS BÁSICOS DE NUTRICIÓN
- 1.DIETA PRE,PER Y POSTEXPLORACIÓN
- 2.METABOLISMO DEL AGUA
- 3.BIBLIOGRAFÍA
- V. EL ENTRENAMIENTO ESPELEOLÓGICO
- 1.ENTRENAMIENTO ADAPTADO A LA ESPELEOLOGÍA
- 1.1.TRABAJO GENERAL
- 1.2.TRABAJO ESPECÍFICO
- 1.3.PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO
- 2.PROPUESTA CONCRETA DE ENTRENAMIENTO
- 3.LOS ESTIRAMIENTOS
- 4.BIBLIOGRAFÍA
- VI. TOPOGRAFÍA
- 1.DEFINICIÓN,Y SU APLICACIÓN A LA ESPELEOLOGÍA
- 2.CONCEPTO DE MAGNITUDES Y UNIDADES
- 2.1 MEDIDAS DE LONGITUD
- 2.2.MEDIDAS DE SUPERFICIE
- 2.3.MEDIDAS DE VOLUMEN
- 3.CONCEPTOS DE MEDIDAS ANGULARES
- 3.1.UNIDADES DE MEDIDA ANGULARES
- 4.CONOCIMIENTOS BÁSICOS DE TRIGONOMETRÍA
- 4.1.RAZONES TRIGONOMÉTRICAS
- 4.2.RESOLUCIÓN DE TRIÁNGULOS RECTÁNGULOS
- 5.CONCEPTO NUMÉRICO DE PUNTO,LÍNEA,PLANO Y VOLUMEN
- 6.LOS INSTRUMENTOS DE MEDICIÓN
- 6.1.MEDIDORES DE ÁNGULOS,LA BRÚJULA Y EL ECLÍMETRO
- 7.METODOLOGÍA TOPOGRÁFICA.CUEVAS HORIZONTALES O VERTICALES
- 7.1.CONCEPTO ESTACIÓN TOPOGRÁFICA
- 7.2.CONCEPTO PUNTO TOPOGRÁFICO
- 7.3.CONCEPTO DE POLIGONAL TOPOGRÁFICA
- 7.4.CONCEPTO DE LA ESTACIÓN CERO O PUNTO DE PARTIDA
- 7.5.MÉTODO DEL ITINERARIO
- 7.6.MEDICIONES AUXILIARES
- 7.7.CONCEPTO DE PLANTA
- 7.8.CONCEPTO DE SECCIÓN
- 7.9.CONCEPTO DE ALZADO
- 8.LA LIBRETA DE CAMPO,SU USO
- 8.1.EL ESTADILLO DE CAMPO
- 8.2.EL CROQUIS DE CAMPO
- 8.3.LOS SIGNOS CONVENCIONALES
- 9.EL EQUIPO DE TOPÓGRAFOS,METODOLOGÍA DE TRABAJO
- 9.1.EN SOLITARIO
- 9.2.EQUIPO DE DOS
- 9.3.EQUIPO DE TRES
- 9.4.MÉTODO DE LECTURA EN LAS ESTACIONES
- 10.METODOLOGÍA DE TRABAJO EN EL GABINETE
- 10.1.ORGANIZAR LA INFORMACIÓN
- 10.2.REALIZAR LOS CÁLCULOS ESPELEOMÉTRICOS
- 10.3.CÁLCULO DE ERRORES
- 10.4.DIBUJAR EL PLANO
- 11.BIBLIOGRAFÍA
- VII. CARTOGRAFÍA Y ORIENTACIÓN
- 1.ORIENTACIÓN
- 1.1.LOS PUNTOS CARDINALES
- 1.2.ORIENTACIÓN POR MEDIO DEL SOL
- 1.3.ORIENTACIÓN POR MEDIO DE LA ESTRELLA POLAR
- 1.4.ORIENTACIÓN POR OBSERVACIÓN DEL TERRENO
- 1.5.ORIENTACIÓN POR MEDIO DE LA BRÚJULA
- 1.6.ORIENTACIÓN POR MEDIO DEL G.P.S.
- 2.CARTOGRAFÍA
- 2.1.EL MAPA TOPOGRÁFICO
- 2.2.LA ESCALA
- 2.3.ELEMENTOS GEOGRÁFICOS
- 2.4.REPRESENTACIÓN DEL TERRENO
- 2.5.MEDICIÓN DE DISTANCIAS
- 2.6.LOS SIGNOS CONVENCIONALES
- 2.7.REPRESENTACIÓN DE LA ALTITUD
- 2.8.LA ORIENTACIÓN DEL MAPA TOPOGRÁFICO
- 2.9.SITUACIÓN DE UN PUNTO SOBRE EL PLANO
- 3.BIBLIOGRAFÍA
- VIII. HISTORIA DE LA ESPELEOLOGÍA
- 1.PRECURSORES DE LA ESPELEOLOGÍA
- 1.1.RESUMEN HISTÓRICO DE LA ESPELEOLOGÍA FUERA DE NUESTRAS FRONTERAS
- 1.2 RESUMEN HISTÓRICO DE LA ESPELEOLOGÍA EN ESPAÑA HASTA LA LLEGADA DE MARTEL
- 2.LA ESPELEOLOGÍA DEL SIGLO XX EN ESPAÑA
- 2.1 HISTORIA DE LA ESPELEOLOGÍA DESDE NORBERT FONT I SAGUÉ HASTA LA CREACIÓN DE LA ESPELEOLOGÍA ORGANIZADA EN ESPAÑA
- 2.2.LA ESPELEOLOGÍA ORGANIZADA EN NUESTRO PAÍS
- 3.LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA TÉCNICA
- 4.BIBLIOGRAFÍA (DE INTERÉS HISTÓRICO)
- IX. LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
- 1.LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
- 2.SUS FINES Y COMPETENCIAS
- 3.MARCO LEGISLATIVO EN QUE SE MUEVE LA FEE
- 3.1. LOS ESTATUTOS
- 3.2. LOS REGLAMENTOS
- 3.3. CREACIÓN Y MODIFICACIÓN DE LOS ESTATUTOS Y REGLAMENTOS FEDERATIVOS
- 4. MARCO ORGANIZATIVO EN QUE SE MUEVE LA FEE
- 4.1. UNIÓN INTERNACIONAL DE ESPELEOLOGÍA
- 4.2. LA FEDERACIÓN EUROPEA DE ESPELEOLOGÍA
- 4.3. EL COMITÉ OLÍMPICO ESPAÑOL
- 4.4. EL CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTES
- 5. ESTRUCTURA DE LA FEE
- 5.1. LAS FEDERACIONES DE ÁMBITO AUTONÓMICO
- 5.2. LOS CLUBES
- 5.3. LOS ESPELEÓLOGOS. LA LICENCIA DE LA FEE
- 6.ÓRGANOS DE LA FEE
- 6.1. LOS MIEMBROS DE LOS ÓRGANOS
- 6.2. LA ASAMBLEA GENERAL
- 6.3. LA COMISIÓN DELEGADA DE LA ASAMBLEA GENERAL
- 6.4. EL PRESIDENTE
- 6.5. LA JUNTA DIRECTIVA
- 6.6. LA COMISIÓN PERMANENTE
- 6.7. EL VICEPRESIDENTE
- 6.8. EL SECRETARIO GENERAL
- 6.9. EL TESORERO
- 6.10. EL COORDINADOR ESTATAL DEL ESPELEO SOCORRO ESPAÑOL
- 6.11. EL DIRECTOR DE LA ESCUELA ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
- 6.12. LAS VOCALÍAS
- 7. EL RÉGIMEN DISCIPLINARIO
- 7.1. ÁMBITO
- 7.2. LAS INFRACCIONES
- 7.3. LAS SANCIONES
- 7.4. EL COMITÉ DISCIPLINARIO
- 7.5. EL COMITÉ JURISDICCIONAL Y DE CONCILIACIÓN
- 8. RÉGIMEN ECONÓMICO
- 8.1. INGRESOS DE LA FEE
- 8.2. SUS GASTOS
- 9.LA ESCUELA ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA
- 9.1.FINES DE LA EEE
- 9.2.COMPETENCIAS
- 9.3.ÓRGANOS DE LA EEE
- 10.DISOLUCIÓN DE LA FEE
- 11.ACTIVIDADES DE LA FEE
- 12.BIBLIOGRAFÍA
- X. GEOLOGÍA PARA ESPELEÓLOGOS
- 1.CONCEPTOS BÁSICOS DE GEOLOGÍA
- 1.1.EL TIEMPO EN GEOLOGÍA
- 1.2.ESTRUCTURA DE LA TIERRA
- 1.3. PRINCIPALES TIPOS DE ROCAS
- 1.4.EL CICLO GEOLÓGICO
- 2.DEFORMACIÓN DE LOS MATERIALES TERRESTRES
- 2.1.NIVELES ESTRUCTURALES Y TIPOS DE DEFORMACIÓN
- 2.2.ESTRUCTURAS DE MICROTECTÓNICA
- 2.3.ELEMENTOS DE GEOMETRÍA ESTRUCTURAL
- 3.EL KARST:PROCESOS Y FORMAS
- 3.1.PROCESOS DE KARSTIFICACIÓN
- 3.2.ZONIFICACIÓN DEL KARST
- 3.3.FORMAS KÁRSTICAS
- 4.BIBLIOGRAFÍA
- XI. BIOESPELEOLOGÍA Y CONSERVACIÓN DE CAVIDADES
- 1.BIOLOGÍA:GENERALIDADES
- 1.1.LA VIDA:UNA FORMA DE PRESENTARSE LA MATERIA
- 1.2.CLASIFICACIÓN DE LOS SERES VIVOS
- 1.3.OBTENCIÓN DE MATERIA Y ENERGÍA POR PARTE DE LOS ORGANISMOS
- 1.4.METABOLISMO
- 1.5.REPRODUCCIÓN
- 2.HISTORIA DE LA BIOESPELEOLOGÍA
- 3.CLASIFICACIÓN DEL MEDIO SUBTERRÁNEO
- 3.1.MEDIO SUBTERRÁNEO TERRESTRE
- 3.2.MEDIO SUBTERRÁNEO ACUÁTICO
- 4.CARACTERÍSTICAS DEL MEDIO SUBTERRÁNEO
- 5.FAUNA CAVERNÍCOLA
- 5.1.CLASIFICACIÓN DE LA FAUNA CAVERNÍCOLA
- 6.FLORA CAVERNÍCOLA
- 7.HONGOS Y BACTERIAS
- 8.LOS MURCIÉLAGOS
- 9.ECOLOGÍA
- 9.1.FACTORES ABIÓTICOS
- 9.2.FACTORES BIÓTICOS
- 10.CONSERVACIÓN DE CAVIDADES
- 11.APÉNDICE
- 12.BIBLIOGRAFÍA
- XII. PRESENCIA HUMANA EN LAS CAVIDADES
- 1.EL MEDIO CAVERNÍCOLA,SU UTILIZACIÓN Y APROVECHAMIENTO
- 2.LEGISLACIÓN APLICADA AL ÁREA
- 3.DETERIORO Y CONSERVACIÓN DE LOS YACIMIENTOS CAVERNÍCOLAS
- 4.BIBLIOGRAFÍA